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#36_(Teneo x Selina)

Al momento de volver a pisar el segundo templo, la armadura de Tauro reaccionó. Volviendo a vestir a su guardian en su camino. Estirando los músculos Teneo subía por las escaleras del santuario después de su regreso.

— Patriarca. Necesito preguntarle algo. — Shion poso su atención sobre él.

— Creo suponer a qué se debe. — Volviéndose a sentar le dejo saber.

Desde la mañana Teneo se encontraba fuera del Santuario conversado con Selina a las afueras del pueblo.

Normalmente ella terminaba yendo a visitarlo cada cierto tiempo. En este momento prácticamente lo obligó a quitar la cabeza del Santuario dándole un merecido descanso. Feliz por el, desde hace mucho sabía que su futuro sería ser un portador del Zodiaco, ya lo había demostrado. La joven mujer no lo ocultaba en ningún momento. Su alegría por su compañero era evidente, aunque sabía que solo era el primer paso.

Entre todo eso había un tema obvio para ambos pero que ninguno quiso comentar. Haciendo que al despedirse, Teneo no pudiera evitar posar su mano en su pecho sintiendo una fuerte incomodidad, volviendo al santuario con una mueca en el rostro.

— ¿Selina? — Shion asintio. — Efectivamente es por eso. Solo pensé, ya complete toda la restauración del Santuario, ya complete mi entrenamiento, pero, solo hay 2 personas acá. Tengo que empezar a tomar discípulos. Y claramente eso me quitará tiempo.

— ¿Temes dejar de verla? — Como si fuera un adolecente otra vez Teneo termino asintiendo con vergüenza, no queriendo ver a Shion al hacerlo. Confirmando sus sospechas.

>> Dime una cosa. Si ella se hubiera quitado la máscara frente a ti aún como Aspirantes; ¿Cuál hubiera Sido tu reacción?

— ¿Ah? — La sorpresa que le presento escuchar esa pregunta fue bastante notoria. Tomándolo por sorpresa. — Creo que había mejores formas de insinuar si me gustaba.

— Eres muy listo. Siempre me ha agradado. — Pícaro el patriarca apoyo su mano cerca de su rostro. Sonriendo con la confianza de 2 amigos, pasando por alto los cargos de patriarca y Santo.  — ¿Que hubieras hecho?

— ¿La verdad? Fuera del susto por mi vida estaría confundido. Seguramente lo primero que hubiera hecho es ir a preguntarle al señor Aldebarán.

— Creo que él tampoco hubiera podido ayudarte, pero no es mala acción.

— ¿Tan malo era mi maestro con las mujeres? Yo llegue a pensar que sería gran padre cuando nos entrenada.

— Eso que dices no dudo que sea cierto. El caso con Aldebarán era que estaba muy concentrado en su trabajo en la orden, lo normal. Muchos en el santuario sacrifican cualquier gusto o placer cotidiano por lealtad a su puesto. Claramente hay sus notables excepciones.

Teneo escucho más atento al patriarca, entiendo a qué quería llegar pero suponía que estaba por informarle algo más.

>> De hecho. Recuerdo que en una misión que tuvimos, éramos Manigoldo, Hasgard, Sísifo, Dohko y yo. Justo cerca del pueblo, una invasión de espectros menores, relativamente fáciles de ahuyentar y derrotar, por influencia de Manigoldo terminamos yendo a un bar al terminar. Siempre note eso, Hasgard es muy sociable con los civiles, apesar de ser uno de los más responsables tenía sus momentos donde se relajada. Eran pocos a comparación de otros como Kardia o Manigoldo, pero existían.

>> En esta ocasión fue el que se ofreció para dejar a varios a salvó. Al empezar note que no tardó en llamar la atención, esa misma noche confirme que tu maestro apesar de tener cierta torpeza sabía cómo tratar a las mujeres. Pero, por ser un santo de oro difícilmente aceptaría una relación con una. Si quieres, puedo pedirle a Selina que venga y le dices que la amas.

En menos de 5 segundos Teneo se puso rojo. Sintiendo que le faltaba aire.

— Patriarca, con todo respeto me parece que exagera. Si quiera, ¿Debería? Es que, entiendo lo que me quiere decir. Si yo quisiera, si podría no separarme de ella, pero ¿Es lo correcto? Mi maestro tenía razones válidas después de todo.

— Pero tu no eres Hasgard, y sus situaciones son diferentes. Efectivamente te voy a necesitar aquí en el Santuario la mayoría del tiempo, pero fácilmente puedes verla ¿No te parece?

— ¿No sería mejor que ella sea feliz con otro hombre que si pueda estar con ella siempre?

— Yo personalmente considero que Hasgard hizo un bien trabajo entrenandolos a los 2, independiente del camino que quieran. Así que dime, ¿Tu que quieres? Independiente de lo que sea mejor.

— Entiendo. Patriarca. — Retomando una expresión sonriente le dijo.

3 días después Shion había enviado la carta invitando a la joven mujer. Teneo, sin la armadura, sin ropa de entrenamiento, usando el traje negro con el cual dolían asistir a misiones recibió a su compañero en la entrada a Aries.

— Gracias por venir acá. ¿Vamos a Tauro? Hay algo de lo que quería conversar. — Parándose le preguntó.

— Supongo que debe ser importante.

— Supongo que lo es. Aunque de manera más personal, no sé cómo definirlo acá. — Extendiendole su mano la doncella la tomo. Empezando la caminata por las escaleras del templo, en medio del camino Teneo empezó a hablar.

>> No es secreto lo mucho que me he esforzado. No obstante aún queda mucho por delante, elegí mi camino y seguramente no podré verte como antes. Pero no quiero eso a decir verdad.

— ¿Eso es lo que creo que dices?

— Pues tendrías que decirme que crees porque no leo mentes. En parte, supongo que debo agradecerte por todas las veces que viniste a verme, a pesar de ya no estar en el santuario, y de actualmente hacerte responsable de varios niños, nunca dejaste de visitarme. Supongo que eso me ayudó a no sentirme solo en medio del desierto que es actualmente el Santuario. Así que... — Ligeramente suspiro. Mirando de frente a Selina. — Hablé con Shion, puedo seguirte viendo cada cierto tiempo. No quiero dejar de verte, me gustaría seguir contigo lo que me quedé de viva.

— Suena a una propuesta de matrimonio.

— Mi idea era un noviazgo, pero eso no suena mal. Digo, nos conocemos desde hace como 10 años. ¿Aceptas? — Fue cinsero, Selina tomo sus manos poniendolas en si cintura al tomarlo del rostro para un beso.

Seguidamente. Lo tomo de las manos para llevarlo consigo.

— ¿Vas a ponerte tímido ahora?

— No. Bajo ninguna circunstancia. — Sonrió amplio mostrando seguridad. Quitándose la ropa mostrando un cuerpo desnudo completamente madurado.

Su musculatura no era grande pero si muy visible.

— Ni la ropa oculta tu atractivo. — Señaló ella. Mirando de arriba hacia abajo a su compañero. Su miembro ya se encontraba bastante endurecido.

— Creo que puedo decir lo mismo. Aunque, la tela de un vestido sí oculta tu silueta tan guapa. — Coqueteo. No sé hizo de esperar para acercarse a ella, acariciando su muslo, pegando sus labios a ella mientras subía su mano por su espalda.

Era inexperto pero estaba emocionado. Reaccionando positivamente cuando sintió las manos de Selina por su espalda. Sentía su miembro duro tocar esa área haciéndole recordar que al "entrar" podría provocar dolor. Allí se encontró en un problema porque lo sabía que hacer, solo se concentro en el momento que tenía. Moviendo su cabeza para besar el cuello de Selina, moviendo su mano izquierda por su estómago, tocando por primera la anatomía de una mujer en todo su esplendor.

— ¿Debería...? — En voz baja se Cuestionó. Fue el momento donde terminó recidiendo ayuda de Selina, metiendo 1 de sus dedos.

Separándose un segundo llevo su miembro hasta allí. Penetrando de forma lenta con la idea de que iba así a evitar provocar dolor, y al estar completamente dentro de quedó quieto. No podía negar que fue como si su cosmos aumentará en ese momento. Su cuerpo se llenó de un calor placentero.

Volviendo a besar a Selina, empezó a mover su cadera. Pasando un largo rato hasta que su orgasmo llegar. Separando sus labios uno del otro, manteniendo un calmo silencio.

— ¿Otra vez?

— Por mi, adelante.

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— Recuerda, te necesito en 1 mes conmigo nuevamente. — Teneo asintio a sus palabras. Bajando a recojer la ropa que se llevaría. Poco faltaba para el nacimiento de su primer hijo, así que quería estar durante y después del parto y para atenderlos durante sus primeros días de vida.

>> Iré yo también a verlos una vez nazca. Mucha suerte muchacho.

— Gracias. Gran patriarca.

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