#15_(Harbinger Harem)
Omegaverse/universo de licántropos.
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No recordaba de forma exacta el momento en el que se quedó solo, lejos de una manada, expuesto al mundo con la sola decisión de sobrevivir. Y se enorgullecía de poder ser llamado sobreviviente, un alfa que era tanto grande como fuerte. Un cuerpo ceñido en músculos que le podía subir el suficiente ego a Harbinger en cualquiera de sus 2 formas, la humana y la animal. Un cazador que para ser autodidacta ha sabido hacerse a respetar.
Podrían decirle que era muy egocéntrico, y para los que han peleado con él, un sabico. Pero era su naturaleza. La supervivencia del más fuerte es una filosofía con la que ha vivido por experiencia propia. Por lo que la encontraba correcta.
Era un lobo errante, viajero entre un camino y otro. Harbinger no se solía quedar en un solo lugar, en parte buscando su propia manada.
Porque sí. Ese fue su sueño, o mejor dicho, un objetivo que deseaba a futuro desde que era un cachorro dónde la fría soledad del mundo eran sus 4 paredes. Su nueva familia, el que sería su Omega.
Cuando creyó encontrarlo estubo bastante feliz. Seiya era un Omega que le saco el aliento al verlo. Un lobo castaño de un tamaño un tanto pequeño, en su forma humana era un chico bastante delgado, pero lindo en lo que cabía para él.
La razón del porqué le quitó el aliento era que estaba defendiendose. Nunca espero ver a un alfa más grande see golpeado por un Omega, morbido en el cuello hasta ser obligado a irse.
Un guerrero en tamaño compacto. Fue lo que pensó. Seiya, en ese momento se volteo hacia él. Lo noto, y buscada saber si era un enemigo.
— Descuida. No te haré nada, respeto a los fuertes y en este momento me demostraste que eres de respetar. — Alzando los brazos en son de paz dió un paso al frente.
Claramente lo primero que hizo el castaño fue arquear las cejas en una pose muy a la defensiva. Cuestionando al alfa que tenía en frente.
— Harbinger. — Se presentó. — ¿Me dejas ayudarte? — Seiya tenía rasguños y una pierna herida.
— ¿Cómo sé que no te aprovecharás de mí?
— Chico listo. Eso me agrada. ¿No crees que ya lo hubiera hecho?
— No serías el primero que veo haciéndose el dulce hasta que obtiene lo que quiere. — Ese tipo de cazadores eran los peores.
— En serio me agradas. — No podía evitar ver al Omega con un deje de deseo. Un tipo así de fuerte y despierto era su estiló.
Y tras unos minutos de silencio, Seiya le dejo a Harbinger revisarlo. Llevándolo un lago a varios metros, aprovechando el agua para curarlo.
En su forma lobo Seiya se metió al agua descansando, mientras Harbinger lo observaba. Sonriendo, de forma extrañamente dulce.
— ¿Estás solo? — Harbinger preguntó.
— Desgraciadamente. Cosas que no quiero hablar ahora. — El castaño se veía incómodo con eso, bien, le dejo ese gusto. Prosiguiendo el a decirle sobre él. — Eres un loco.
— Me lo tomaré como cumplido. — Coqueteo. Seiya rio por lo bajo. Bueno, debía admitir que el olor del peli morado detrás de él le parecía agradable. Muy diferente al de su difunto esposo...
El castaño suspiro. Saliendo del agua, tomando su forma humana, y permitiéndose conversar tranquilamente con Harbinger. Ambos estaban solos, pero la situación que tenía era lo que Seiya no quería revelar.
— Te voy a confianza por el momento. Solo porque me estás cayendo bien. — Dijo Seiya, sorprendido por la enorme sonrisa que le debico Harbinger. Recordándole a la reacción de un cachorro recidiendo algo que le provoqué felicidad.
Un contraste tierno. Cambiando ambos de forma, sé fueron a dormir, ya había anochecido bastante, Harbinger había cazado algo de alimento para ambos.
En la mañana siguiente, no dijeron mucho al despertar. Nuevamente, Harbinger fue generoso con el Omega herido y cazo algo para que comieran. Tomando el mismo camino, manteniendo su forma canina en ese trayecto.
Ya unos días viajando juntos dónde Seiya ya podía caminar perfectamente, este sentía un sentimiento extraño a flor de piel con el peli morado. Lo hacía sentir cómodo, y por eso había logrado abrirse un poco con el.
— Harbinger. — Deteniendo su camino le llamo a preguntarle: — ¿Te interesó como un Omega? Debo decir que me sorprende ese deseo tuyo de ayudarme.
— Bueno. Me pareces muy guapo, y siempre he querido tener una camada propia. Así que, si, diría que me podrías interesar.
— Tengo alrededor de los 30, debo decirte. Se que por mi apariencia no se nota.
— Mejor para mí. Alguien experimentado es una buena compañía. — Le sonrió. Este Alfa era único. Así que bueno, sin decir mucho. Seiya se quitó la ropa que traía, atrayendo toda la atracción de Harbinger hacía él. Sonriendo de medio lado, haciendo lo mismo.
En medio del bosque donde nadie los vería, Seiya lo sujeto del brazo llevándolo consigo. Permitiéndole tomarlo como suyo.
La inexperiencia de la primera vez no se comparaba con la emoción de la primera vez que Harbinger tenía, viéndo las puertas a su fantasía cumplida. No en solo hecho de tener sexo, en vez de complacerse asi mismo por noches enteras en un sexo irregular. Si no el hecho de tener un Omega consigo, un compañero y por ende su nueva familia. Ese hermoso hombre castaño, pequeño a comparación suya.
Se entretuvo más de lo debido jugando con sus labios, besando el corazón de su trasero. Esos suaves cogines de carne que acariciaban su rostro, imitiendo líquido natural.
— No sabía que un Omega podía llegar a un climax así. — Sin tocarlo más haya de esa acción, Seiya había llegado a un orgasmo.
— Somos muy sensibles en esa área. — Cuando recupero el aliento le dijo, dejándose caer de rodillas. — Te quedaste pegado chupando, tu boca es muy grande para ser tan inexperta.
— Diría que lo siento pero enserio sabes muy rico. — Declaró. Le decepcionaba un poco no haberla metido, pero le enorgullecía que solo con eso lo complació. — Que desconsiderado soy ahora que lo pienso. — Dicho esto, le extendió la mano a Seiya, levantandolo en busca de probar esos labios.
Seiya le respondió bastante rápido, sujetando su rostro con ambas manos, siendo él quien domino esa acción.
— ¿Lo dejamos hasta aquí como una prueba en la inexperiencia, y en mi próximo celo me haces tuyo? — Lamiéndose los labios acepto.
Y así, empezaron a viajar juntos. Cómo alfa y Omega. La primera vez que lo tomo para Harbinger fue probar la gloria. Seiya era experimentado, un Omega que podía volverse dominante en un aura de picardía de un momento a otro. Se llevó la mejor primera vez sexual anudando a ese Omega que pubo imaginar.
Con el tiempo Seiya le admitió que estuvo casado con un Alfa, y había tenido un hijo con él, pero ambos fueron asesinados cuando su territorio fue tomado por otra manada.
Una respuesta que a Harbinger le dejo impresionado, y le hacía entender porque Seiya estaba solo. Lado bueno, ahora estaba con el.
— Dime cuando desees un cachorro nuestro entonces. — Seiya asintio. Acariciando su hocico con el de él.
Estuvieron solos varios meses, hasta que el destino les tendió un "obstáculo" en frente. Que claramente, no era ningún obstáculo.
Aunque no lo pareciera, Harbinger siempre guardaba dinero con él para cuando pasada entre varias pequeñas ciudades en sus viajes.
En ese momento estaban saliendo de unas de ellas, encontrándose con el olor de un Omega en celo. Una suerte que este no haya sido encontrabo. Su piel bronceada bañada en sudor, su cabello verde tapando su rostro mientras deliraba.
— ¿Estás bien? — Seiya fue el primero en hablar. El Omega abrió los ojos, liberando un gemido al verlos. Su vista se concentró en Harbinger, su aroma alfa lo podía más duro de lo que estaba, y sin pensarlo, casi de forma robótica. O más bien, como si fuera un animal hambriento se lanzó a él.
— ¡Hey!
— Ayúdame... — Se apreso en su pecho, no podía hablar. Cómo si pidiera su permiso, Harbinger miro a Seiya hasta que esté acepto. — Ahhh... — Harbinger lo había acomodado entre sus piernas, haciéndolo saltar sobre su miembro una y otra ves, a su vez que Seiya atendía el miembro del misterioso Omega. Su cuerpo se ponía más caliente, disfrutando de la habilidad de ambos desconocidos.
Sentía un remordimiento de culpa en la parte más reaccionar de el. Pero su parte, dónde dominada el placer de lo sexual, era la única que podía usar. Disfrutando hasta que estuvo satisfecho. Sy excitación fue satisfecha, abandonando su cuerpo como si se evaporará. Dejándole el tiempo para bar explicaciones.
— Me llamo Fudo. Soy, o enrealidad. Era parte de un templo dubista en esta ciudad. A los omegas se nos pide mantener castidad, cosas que yo nunca pude cumplir.
— Oh vaya. Para ser tan delgado se ve que comes bien.
— Gracias. Nunca pude dominar ese deseo en mi, y en mis celos solía encontar un compañero. Pero, como me descubrieron. Paso lo que pasó, me echaron y pusieron un castigo.
— ¿¡Ese celo era tu castigo!? — Era fácil excanbalizarse al escuchar eso.
— Efectivamente. Una broga que hace difícil salir de ese estado. Si no podíamos controlar ese deseo, moririamos en él. Gracias ayudarme.
— Te ves muy calmado para vivir algo así. Pudieron haberte matado varios en busca de preñarte.
— Por eso les agradezco. — Mirándose el uno al otro, parecía que Harbinger y Seiya pensaron lo mismo.
— ¿Te quieres quedar nosotros? — No era propuesta o indirecta más lanzada. Era más bien una pregunta simple en el sentido de compañeros.
— Oh. Bueno, con una condición: Si me dejan ser parte de su relación.
— Como gustes. Seiya, quédate con él. Le buscaré algo de comer y algo de ropa.
— Que alfa tan galante. — Coqueteo. Conversando amenamente con Seiya una vez se quedaron solos.
Al cabo de una hora, Harbinger regreso. Tomando nuevamente su camino, el alfa los rodeo a los 2 con sus brazos. Esa misma noche, los 3 tuvieron sexo tranquilamente por un largo rato, Fudo demostrada ser hábil con su boca y sus manos, integrándose con bastante facilidad entre Seiya y Harbinger.
Ya tener a Seiya acostado a su lado era cómodo para Harbinger, como si pudiera descansar cómodo con él, ahora con Fudo, 2 lindos omegas acostados en su pecho, era el primer día pero no podía no sentirse afortunado.
El último Omega que habría en su vida termino llegando unos meses después. Ya había considerado la idea de instalarse en un solo lugar tiempo después de que Seiya llegará a su vida, ahora estaba Fudo quien le daba más ese tipo de pensamientos.
Luego llego Kiki, un Omega solitario al que se encontraron luego de haberse perdido. Kiki termino reaccionando divertido al ver la relación de los 3, teniendo un deje de envidia por este viviendo sólo en esa torre desde hace años.
Sus padres habían fallecido cuando tenía 17 años. Y desde entonces, mantenía el mismo oficio de sus padres, esperando formar su familia. Amorosa como la de sus padres.
— ¿Quieres que te ayude? — Harbinger se ofreció. Kiki les había dejado pasar el día allí, pues el calor en esa zona era muy irregular.
— Descuida. Seré un Omega pero ser herrero nunca me dió problemas. — Ensanchando media sonrisa le expreso.
Los 4 congeniaban bastante bien en una conversación en lo que el tiempo pasaba. Dejándole a Kiki el tiempo de preguntar sobre su relación. Harbinger los presentó como sus omegas, así que era fácil decir que eran una pareja de 3. Relatandole a Kiki sobre la relación, tocándole a él devolver la pregunta.
— ¿No te sientes solo aquí? Debe ser muy callado.
— Bastante por momentos. Pero no te tienes que preocupar. — Dijo, pero por dentro, estaba disfrutando mucho la compañía de los 3 en solo ese día como para despedirse fácilmente.
Y lo fue. Esa misma noche Harbinger quiso hablar con él. Buscando agradecerle por dejarlos quedarse de pasó, levantando las sospechas que ya tenía. La soledad nunca era buena para cualquiera, echandoselo en cara.
— Tienes razón. La verdad, te tengo envidia. Tanto tiempo viviendo solo, más que yo de hecho, pues, mis padres fallecieron hace unos 6 años, y ya no lo estás. Tienes a ellos, eres... — Harbinger lo callo. Poniendo sus manos en sus hombros, mirándolo a los ojos.
Kiki sintió un sobresaltó por todo su cuerpo, lamiéndose los labios. Sin pensarlo 2 veces ambos se besaron, lentamente como si todo a su alrededor no importará.
— ¿Quieres ser mi tercer compañero? Podemos vivir los 4 juntos. — Su respuesta fue abrazarlo.
A partir de ese momento su época de ser un lobo errante se terminó, pues había conseguido su camada. Mucho más grande de lo que espero, y aún faltaban los cachorros que tendría con sus 3 omegas.
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Quedó mejor de lo que pensé. ¿La próxima actualización para Alde o para Francisca?
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