Tradición - Epilogo.
Antes de empezar he de decir que gracias por seguir este mini-especial para este libro, he de decir que agradezco su apoyo, ya que algo que de verdad ODIO en el Saint Seiya Fandom es lo repetitivo que es Shippear, solo lo hacen por ser las "contrapartes" de los del canon, entiendo que les pueda parecer "lindo" pero cuando ni se han hablado y ya solo son un fanservis ya me va dolor de cabeza, con los Tauro no me pasa eso ya que todos tienen una base de ships diferente lo que me va mas variedad. Como por decir, lo siento mas real, eso sin contar que las personalidades siempre suelen ser retratadas como las mismas sin importar si son de TLC o del Canon. Para darle final a este fic, tomare prestados los personajes del Fan-Manga Ares-chapter, Linux de Tauro (del cual, si se me va la oportunidad de hacer más material con el, lo hare, ame al tipo);
Y Nicolás de Leo;
Empecemos.
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Estando claros desde que era joven y aun vivía en España, el Santo de Tauro; Linux siempre se considero alguien por demás atractivo, a su vez, sabía que le era muy fácil llevarse bien con la gente, incluso llegando a conquistar a algunos, al rebosar de lo que muchos llamaban carisma, sintiendo algo de su ego crecer por ser quien "Domara a la bestia rebelde" mejor conocida como Nicolás de Leo, hijo de uno de los Gold Saint más poderosos desde los últimos años.
En ese momento Nicolás estada cerca de los 23 y el ya en sus 28, conoció al de menor edad cuando tenía 20 y le fu entregado su puesto como Gold Saint al más joven, casi mas de 1 años de relación, ya que Nico siempre fue distante y a cierto punto desconfiado, pero un gran chico una vez lo conoces como se debe, por eso se sentía orgulloso de tenerlo como su amante, ignorando al padre de este un momento; Claro. Aun le faltada ganárselo pero como ya no estada en el santuario si no ya jubilado, poco le importa de momento.
Como era costumbre en sus rutinas como Saint, se levanto esa mañana como de costumbre con raros sueños, siempre había le mostrada varios hombres en sus respectivas relaciones, no importa que pasara ese era un sueño que se repetía mucho, sujetando la medalla con su armadura un momento, podía reconocer a esos hombres como sus antecesores debido a que alcanzada a ver la Cloth de tauro en sus cuerpos, mostrando mínimo 3 de ellos.
Sus dedos trazaban la medalla un momento antes de ignorarlo e ir a sus entrenamientos donde Nico lo esperada.
- Llegas tarde. - Anuncio, con una piedra en la mano lanzándola y atrapándola, su vista firme en el campo y luego en el rubio.
- Lo lamento minino, pero lo de costumbre.
- ¿Y me vas a decir algún día que es? Solo sé que no duermes bien.
- No sé si decirte. Porque ni yo lo sé. - Sin alguna expresión, el leo lo ataco con sus rayos, y de un chasquido el tauro se protegió con sus poderes de gravedad, destruyendo y lanzando varios escombros así él empezando sus entrenamientos.
- ¿A qué te refieres con eso? - De un golpe que el rubio detuvo terminaron viéndose de frente.
- Veo a mis antecesores en mis sueños, pero no de la forma que yo querría. - Las cejas del león se torcieron cuando dijo eso soltando una buena risa al escuchar su intento de explicación.
- Jajajajajajaja. Óseo que; ¿tienes sueños húmedos con tus antecesores? Jajajajaja.
- Pues preferiría soñar contigo bailándome al estilo árabe. Pero ni yo sé cómo funciona.
- Sueña si crees que hare eso un día, imbécil. - Le saco el dedo dejando de reír.
- ¿Y qué crees que quiero hacer? - Sarcásticamente hablo, atrayéndolo y sujetándolo de la cabera para verlo de cerca, sonriéndose uno al otro, y ganándose el español un pequeño golpe de parte de su pareja.
- Pues te quedaras con eso, porque no perderé mi dignidad para darte un espectáculo.
- Minino no seas tan malo, ¿Qué tiene de humillante complacer a tu pareja?
- No es no. Si nos casamos te dejo tener la fantasía, pero no. Cambiando de tema; ¿Por qué te pasa eso?
- Ya te dije que no sé. Solo me pasa, lo único que estoy casi seguro es que tiene que ver con mi Cloth.
- Lastima que Athena haya fallecido cuando era pequeño, y no creo que mi tío Shiryu sepa algo.
- No lo sabe, ya le pregunte.
- ¿Me dices que has visto? Solo quita a la pareja de mi tío Seiya, se que él tiene una relación con tu antecesor.
- Igual ni me mostraron nada de él. Aunque no te preocupes que no te lo dijera igual. ¿Qué quieres saber?
- Solo dime qué tipo de cosas te muestran, aparte de, buenos; Sus secciones de sexo. - Casi volvió a explotar de risa solo de imaginar eso otra vez.
- ¿Celoso porque no hemos tenido nuestra sección, ni me has mordido la almohada, minino? - Se jacto totalmente arrogante, mostrando todos sus dientes blancos en una sonrisa de oreja a oreja, dejando a su pareja muda y sin poder terminar de reírse. Termino por responde rompiendo la postura que tenia. - Pues... Depende. En mis sueños veo cosas de sus vidas y algunos momentos en sus relaciones, pero más que nada lo último. -
- ¿No sabes otra cosa?
-Por los registros del santuario se más de ellos, pero aun no sé porque los veo... Aunque, creo que me recuerdan un poco a ti y a mí.
- ¿Enserio? ¿Y en qué sentido?
- No sé como describirlo, pero a veces en esos recuerdos nos veo a nosotros como ellos. Uno de mis ello era Ox, termino con Izo un santo de capricornio, el era serio y cortante pero muy cariñoso a su modo con él, llevando su relación como podían, incluso en algo que veían imposible. Ambos murieron en batalla pero como amantes tras los pilares; Me recuerda a ti, cuando nos conocimos siempre te escondías en una gran capa de superficialidad buscando que no vean cómo eres de verdad, eras rebelde y incontrolable; Creo que aun lo eres, pero sigues siendo más sentimental de lo que crees. Creo que eres como las parejas de mis sucesores Hasgard y Tiago, eran chicos con quienes tenían una gran confianza, más que amantes también eran confidentes. El ultimo apenas llego a expresar lo que sentían por las guerras que tuvieron sumado a varias inseguridades, pero el primero vivió toda su vida con la persona que amaba dentro del santuario, ocupándose de sus responsabilidades en el cargo pero a la vez vivían como un matrimonio siempre el uno por el otro... Esa es la relación que quiero contigo. - Declaro todo eso, dejando a su pareja muda pero enternecida, sujetando su rostro para que lo viera pero este solo busco no verlo a los ojos, bastante sonrojado.
- Espero no te arrepientas de todo lo dicho, por si algún día llegamos a terminar.
- Eso no pasara, sé que te derrites por mí, así como yo por ti, pero no lo dices por tan... ¿Cómo es? ¿Tsudere? ¿Kudere? ¿Yandere?
- ¡Deja de ponerme esos apodos! Te acepto minino porque otra opción no tengo, pero no entiendo que ganas con decirme "Tsudere" Si nunca he ido a Japón, mi padre será de haya pero siempre me crio aquí en Grecia. ¡Ni japonés sé!
- Como digas, mi Neko-kun. - Le diño el ojo sacándole la lengua haciendo ese pequeño gesto con los dedos pero ganándose un golpe del hijo de Ikki, solo haciendo reír al rubio. - Jajajaja. Nicolás no te lo tomes a mal por favor. - En todo ese momento no le había soltado el rostro, acercándolo con la intención de besarle los labios, y aunque Nicolás se quejada al principio, termino por rodar los ojos y aceptarle un largo y placentero beso.
- Te lo dejare por pasar por hoy, pero si sigues con ese juego te hago la ley del hielo por un mes.
- Los 2 sabemos que eso es mentira. - Y era verdad. Sin decir más se volvieron a besar un momento antes de volver a sus entrenamientos los 2.
- Si quieres podemos ir con mi Primo Quiron, el heredo todo el conocimiento de las Cloth, creo que te puede ayudar. - Expreso Nicolás al terminar sus entrenamientos ya los 2 muy sudados y cansados.
- Creo que es buena idea. ¿Nos bañamos juntos? ¿O te molesta?
- No, no tengo problemas. - Le sonrió de lado con algo de picardía sabiendo en parte las intenciones del otro si lo conocía bien, y si que se había tardado un poco.
Como ambos eran santo de oro tenían su propia recamara y un baño dentro de su templo. Entrando junto a una regadera donde sus labios no tardaron en buscar los del otro. Besándose, acariciando, tocándose e incluso jugando los 2 con el agua cayendo sobre sus músculos totalmente visibles.
- Hoy no te me escapas, gatito. - Paso sus dientes sobre su cuello, introduciendo uno de sus dedos dentro de cuerpo de forma lenta, ya totalmente preparado para cambiarlo luego con su prominente erección.
Nico no dijo nada, solo apretó los dientes. No tenía problemas... No muchos, con ser el pasivo ya que sabía que la otra opción sería tardada, mejor dejarse disfrutar y luego se las devolvía.
- ¿Te molestaría chupármela un momento? ¿O prefieres que te la entierre ya? - Descaradamente y con mucha coquetería hablo, el santo de leo acepto lo primero, solo mirando lascivo a su pareja jugando con su debo en su pecho mientras bajada, notando que de verdad era la grande que lo suyo, metiéndoselo a la boca de forma lenta en un juego casi tortuoso para el otro, pero mordiéndolo con fuerza cuando su pareja lo sujeto del pelo un rato después. - ¡¿Por qué hiciste eso?! - Se quejo de lo doloroso que fue.
- ¡No te atrevas a jalarle el pelo otra vez!
- No te esperada así... - Murmuro. - Vamos sigue, no te tocare el pelo otra vez.
- ¡Te jodes!
- No mi amor, yo te voy a joder a ti. Ven. - Sonrió, sujetándolo de la espalda y besándole la cara hasta una y otra vez, unidos en un abraza hasta que cedió y lo volvió a besar. - Deja de hacerte tan difícil ahora, de verdad quiero esto contigo.
- Ya también la verdad, pero no me gusta que hagas ese tipo de cosas.
- Me gusta tu lado fiera indomable ¿Sabias? ¿Quieres hacerlo aquí, o nos vamos a la cama?
- La cama, aquí es incomodo.
Todo paso tranquilo por un largo rato, hasta que;
- ¡Maldito animal! ... ¡Estúpido Infeliz!... ¡Búfalo desgraciado ! - Ahora si lo estada penetrando, sujetándolo de las caberas y golpeándolas estrepitosamente contra sí, hasta hacerlo pedir por más. El rubio sonreía excitado viéndolo a los ojos, subiendo y bajando donde el sudor se mezclada con el agua que aun estada en sus cuerpos, hasta que cada uno llego a su orgasmo, acostándose y abrazándose uno junto al otro.
- Te amo, minino... - Le beso la frente un momento sin soltarle de donde lo tenía, acostado sobre él.
- También te amo.
- ¿Sabes? Algo que siempre se me hace curioso, mis antecesores tuvieron relaciones con personas diferentes, capricornio, libra, Aries, y tu un Leo conmigo, pero cuando veo a sus compañeros es como si viera a los nuestros; los mismos signos siempre, es raro.
- Ummm. Pues no sé qué decirte, seguro es una coincidencia. Mejor no pensemos mucho en eso.
- Creo que tienes razón.
- Igual, Quiron puede saber algo. Solo esperemos.
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