Sola.
Protagonista: Ox.
Shipping: Ox x Oc.
Este Shot contiene referías al racismo. Más no me gusta hacerlo explícito. Siento que terminó exagerando.
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Desde pequeña lo supo; Estada sola. No contada con nadie en la vida, con alguien que de verdad fuera su amiga, o un compañero. Eso la hizo fuerte, y solo al conocer a Ox dejo eso.
Si bien, el Santo de Tauro era un hombre MUY alto. Con su gran tamaño se sintió intimidada la primera vez que lo llego a ver, sin decirle nada y de forma desinteresada le ofreció su mano y su hombre para ayudarla.
En aquel momento Tauro estada a su lado, acompañándola a ella y a otros civiles tras los peligros que tenían a la vuelta de la esquina en esa guerra de la cual ni ella ni los demás avanzaban a imaginar.
Como ella la mujer morena apenas entendía sobre lo que pasada, para su mala suerte nunca faltaban malos comentarios en los peores momentos.
— Déjenla. — La voz sería del toro se hizo escuchar en esa lugar poniendo su mano sobre el hombre de la mujer y llevándola consigo, editando que esa situación se repitiera.
— Gracias por eso... Seño tauro. — Le expreso, poniendo ambos manos tras su cuerpo recostandose en la pared. Estada algo cansada.
— Me llamo Ox. — Completo, sentándose de piernas y brazos cruzados en el suelo, en una expresión tranquila. Acto que hizo temblar por un ligero momento el lugar.
— Olethea. — Se presentó. — Es muy lindo lo que hizo por mi. No muchos lo hacen.
— Umm? — Las cejas del toro se torcieron detallando a la mujer sin llegar a comprender eso. — Eso me es raro. Pero descuida, como Santo de Athena nuestro deber es ese. — Respondió, serio como de costumbre en ese tipo de situaciones pero rompiendo su postura para detallar las palabras de la mujer morena.
— Descuide, estoy acostumbrada, se cómo manejarlo.
— Ummmm... Eso es... Raro no escuchar. No deberías aceptar eso.
— Nada puedo hacer... Supongo.
— "Pero yo si" — Pensó. Y acto seguido no se despegó de la chica en todo el día. Para ella era algo interesante, nuevo tal vez, Ox era conocido por sus compañeros por ser algo bruto y descuidado. Y si, mostrada serlo aún delante de ella. Pero no le veía justo que lo le expresada, y estafa seguro que sus compañeros pensarían igual.
— Déjame acompañarte. ¿Dónde vives? — Propuso, al momento de ya terminar, Shijima y Kaiser habían terminado toda esa pelea, él estada para proteger a los civiles y era algo que cumpliría, preocupando por ella.
— Gracias... — Eso la alago, cosa que se notó al su rostro sonrojárse Despidiéndose con un beso que de igual forma sonrojo a sobre medida al toro.
Luego de eso, casi no se sintió sola otra vez, pues Ox era su compañía.
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