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Pet Play; Tauro (R18)

Protagonista: Aldebarán.

Shippeo: Aldebarán x Shaina.

Fic basado en el dia 2 del Kintoker: Pet Play. 

Esto no lo iba a hacer. Pero me encontré el fanart que puse arriba  y se me prendió el foco. Cabe destacar que no logre conseguir su crédito, todo enlace me llamada a la R34 de Saint Seiya. 

Esta de más decir que no entiendo ni sé como hace esta mamada del Pet Play, solo entiendo que uno se debe comportar casi como un animal así que espero me saliera bien. 

Edit: Ya que censuraron la imagen, asi que dejare los enlaces ella aquí ➡

La espada le tenia una enorme comezón debido a que estar sobre heno, o bueno, sobre el alimento de las vacas no era lo que esperaría para una sección de sexo, pero la imagen que tenia en frente le compensada en parte. 

Vestida y arreglada teniendo los aires  casi como los de una dominatriz la santo de plata le mirada con deseo, solo le faltada el látigo y el excesivo cuero, pero aun sin eso era una vista que le tentada.

- "Gracias Aioria" - Dijo en su mente. El santo de Leo parecía que tenia ese lado fetichista que disfrutada de los juegos junto a Marín, y ser tratado como león que tenían que domar antes de algún peligro parecía que le prendía más de lo que cualquiera pensaría de un hombre tan serio y orgulloso. 

No quería  ni saber donde Shaina le consiguió el heno, las botas, el chaleco y el gorro con cuernos que traía, vestido casi como vaquero de no ser porque eso era lo único que traía y de resto estada desnudo. Acomodado al gusto de la mujer que por puro tecnicismo ya era su esposa.

- Shia... - Susurro, ella se había tomado su tiempo desalabándolo y acombándolo, hasta llegar el momento de acercarse, casi a rastas en un meneo similar al de una culebra (O eso le parecía al santo de Tauro) Acariciando sus piernas musculosas hasta llegar a su erección prominente, rosándola al momento de buscar un beso. 

- Falta algo... - En un susurro le hizo saber muy cerca de su oreja. Sacando un pequeño consolador hecho enteramente de silicona amarrado a una tela delgada, similar a la cola de un cabello, metiéndola dentro de su pareja con suma lentitud aprovechando la resistencia al dolor que el toro tenia. - Ya estas listo. Vamos a ordeñarte.    

- Pero los toros no vamos leche, esas son las vacas.  - Coqueteo, pasando sus manos por sus espalda hasta apretar sus glúteos en ellas, mirándola fijo con suma picardía. 

- Yo no hablo de ese tipo de leche. 

Dicho esto, sus labios bajaron  a su ya prominente erección, agradeciendo que luego de haberle puesto el consolador quedara igual de dura. Lamiéndola y chupándola hasta donde podía pues debía admitir que siempre seria mucho para su... Para los labios de cualquiera mejor dicho.   

- Pero si me vas a bar buena leche. - Comento pasando sus manos y apretando sus gruesos testículos en una caricia un poco agresiva, soltándolo en gemido al toro. 

- Dejame... - Casi rogo, si bien nunca se ha negada a que sea Shaina la que tenga las riendas en varios aspectos de su relación, siendo la sexual la más usada, quería tocarla, besarla y unirse por completo. Cosa que ella noto con solo verle el rostro, parándose del lugar  y apoyándose sobre una columna del templo, poniendo un pedazo grueso de tela rojo sobre su zona intima, incitándolo.

- Vamos torito, muestra tu gran cuerno y atácame. - Coquetamente hablo, pasando uno de sus dedos cerca de sus labios. El toro solo acertó a lamerse los labios apoyándose en 4 patas, moviéndose cual la imagen común de un toro en un corral, dejando relucir los cuerno de ese gorro que traía. Acercándose cual depravador a su presa, llegando con ella en casi 4 zancadas, disfrutando del sabor de su piel al momento de quedar frente de ella, besando desde su pierna hasta sus labios sin separar los labios en ningún momento de su cuerpo.    

- Espero disfrutes las consecuencias. - Y le beso, segundos antes de usando sus manos meter su miembro en su cuerpo de forma lenta, abrazando con fuerza el uno al otro, siendo la santo de Plata sostenida por el Santo dorado de Tauro de la cintura sobre su cabera ayudándole a penetrarla, a la par que las uñas de Shaina se enterraban en su espalda y bajaban por ella.

Alde amaba tanto a Shaina, lo que hacia que estos juegos siempre se le hicieran tan placenteros, y por ende aceptando siempre. 

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