Olor a rosas parte 2 (+18)
Han pasado más de 2 meses desde que eso paso y Albafica estada... Pues no de la mejor manera, digamos confundido y precoz. Al ser lo que experimento de Hasgard nuevo para él, parecía un adolescente en plena calentura de la edad, ya le dolían los brazos de tanto trabajo manual junto a la sensacion de placer inmoral.
Albafica no sabía nada de ese mundo, ni de relaciones. Desde que nació entreno, Lugonis no le vio mayor importancia a educarlo en el ámbito sexual de la vida, al ser que como Santo de Piscis hacer eso sería torturarlo en su soledad.
Pero ahora lo había probado, el placer que otra persona le podía bar, y estada 100% confundido. Recordada con cierta nostalgia las manos y labios de Hasgard sobre él, quería volver a experimentar eso, el amor que otra persona le podía regalar. Cosa que solo Hasgard le podía dar, o bueno, solo a él lo dejaría por ya tenerlo algo de confianza; Y una enorme vergüenza de pedirle a otra persona.
Pero como ¿¡COMO!? No sabía por dónde empezar, qué hacer. Necesitada aire, ya estar entre 4 paredes tocándose como loco ya lo tenía mal, no podía salir mucho así que se quedo en el techo del templo de Piscis.
- Albafica. - Los ojos del nombrado miraron abajo donde Shion se encontraba, mirándolo interrogante.
- ¿Qué pasa Shion?
- Quiero verte, sabes que suelo venir de vez en cuando pero te he notado raro, si antes no salías por tu sangre ahora ni se te ve en tu templo.
- Ahh. Es eso. No me pasa nada, solo estoy pensando mucho. - Su voz salía torque, estada inseguro y no sabía cómo responder, cosa que Shion noto. Arqueando una ceja.
- ¿Estás seguro? - Cuestiona.
- Si, pero... Ya vengo.
- ¿A dónde vas? - Lo detuvo.
- Necesito hablar con Agasha. - Shion asintió, sonriéndole a Albafica al este irse por los templos, a medio camino, más específicamente; en el templo de Tauro se detuvo.
¿Por qué dijo que Agasha? ¡Ella era una niña! Nunca le podría ayudar en esto y justo acabo en el templo del causante de sus males (Calenturas, ponerle)
- ¿Albafica? - Maldición, gruño por la bajo viendo su mala suerte. ¿Por qué justamente tenía que estar en su templo en ese momento? ¿A quién vamos a engañar? Culpa de él por quedarse parado perdido en pensamientos en medio del templo del causante de sus males.
- Hola, Aldebarán...
- ¿Qué haces aquí? Me es raro verte y más sin Cloth.
- Nada... Solo... - No podía ni hablar, su mente no le dejaba formular palabra.
Frunció el ceño acercándose a Piscis a paso lento, poniendo su mano sobre su hombro para que lo mire. - Albafica ¿Te sientes bien?
- No, no me siento bien. Y todo es tu culpa.
- ¿Qué? ¿Qué hice para que estés así?
- No te hagas el inocente. Me tocaste, me hiciste experimentar algo que nunca he hecho, no sé cómo reaccionar.
- Ugh... De verdad te afecto.
- Yo nunca supe ni que era un beso, y ahora mi corazón late a un ritmo que me preocupa de solo recordar eso y quiero más.
- ¿Entonces quieres que te toque otra vez?
- Hazlo, pero quiero acabar en todo lo que amerita.
Cumplió lo pedido, quitándose la armadura mientras lo besaba, Albafica tenía un fuerte olor a rosas desprendiendo de su cuerpo, aunque su lengua ocupada un buen espacio de su boca Piscis respondía de buena manera buscando seguir su ritmo.
Necesitarían otro lugar así que lo cargo y se lo llevó a su cuarto. En ese momento Albafica cayó en cuenta de algo; Aldebarán era grande, el más alto y fornido de los Saint, la vez pasado no le vio la sin hueso pero ahora tenía curiosidad y a la vez miedo de ver esa herramienta en su gloria. Trago grueso por lo que esperada.
Al llegar en el cuarto Hasgard cumplió con lo que quería lo dejó sin ropa besando, tocando y acariciando cada parte de su cuerpo.
- ¿Así o más? Dime como te gusta o quieres. - Pidió, acercándose peligrosamente a su entrepierna para lamer ese pedazo de carne que se encontrada entre ellas.
Un gran suspiro abandonó los labios del peli-celeste mientras se arqueada por los espasmos que le provocaba este placer.
Al llegar a su orgasmo Hasgard se separó limpiando su cara, para levantarse y mirar a Albafica con una sonrisa en la cara.
- Quiero intentarlo. - Eso lo tomo por sorpresa, pero pensó que quizás Albafica quería retribuir las sensaciones, o de verdad estaba muy curioso del tema.
Como sea, se sentó en la cama quitándose la última prenda de la ropa. Albafica mirada su herramienta dudando de cómo proseguir, la agarro entre su 2 manos moviéndola de arriba abajo, para lamerla con cuidado, los gemidos que desprendía Hasgard eran mayores a los suyos.
El falo de Hasgard tenía un sabor raro, un olor fuerte que desprendía junto al pre semen. Albafica era nuevo, y sus movimientos lo dejaban claros, su boca era más pequeña y no podía tomar pedazos de carne como lo había hecho Hasgard con él.
Casi se atraganto, Hasgard lo había presionado contra sí buscando más. Albafica pensó que tal vez tauro andada necesitado.
- ¿Qué sigue? - Pregunto Albafica separándose del órgano reproductor del Toro.
- Pues, eso sería difícil.
- No entiendo Aldebarán, ¿Qué sigue? ¿Qué hay que hacer? - La expresión del toro no le dejaba muchas ideas, ¿Qué pasada? Era lo que rodeaba su cabeza.
- Veras... Te tengo que meter mi pene para seguir.
- ¿Meter por donde? - Cuestiono inseguro, en voz baja y confundido. El peli-plata se acerco hasta rodearlo con los brazos, presionando su ano con sus dedos, mostrándole al guardián del último templo lo que seguía. - ¡Me vas a partir! - Protesto.
- Descuida. Házmelo tú a mí si quieres, no tengo problemas. - Albafica estaba sorprendido pero no protesto, el más grande se acomodo dejando su trasero arriba, auto preparándose con sus propios dedos, en un desfile erótico para su espectador, que ni sabia como reaccionar.
Albafica tomo atención de lo grande que era, la diferencia de tamaño entre los 2, se acerco para penetrarlo, hundiéndose en su carne, sintiendo una sensación rica cuando lo metió dentro, Hasgard le vio la señal que podía moverse, un inocente Albafica no entendió eso, pero Hasgard le dijo que se moviera como si lo metiera y sacara, que era placentero.
Obedeció.
Dohko una vez le dijo a Hasgard que no era el tamaño, era como su usada, luego de verlo en los baños del santuario que noto que Dohko era pequeño, en altura y otra cosa, bueno, el aseguro que ha hecho gritar a más de uno. En este momento lo estaba comprando, Albafica lo estaba haciendo gritar, sus movientes eran muy torpes por su inexperiencia pero llegada a un punto que ambos disfrutaban, Albafica buscada velocidad, un ritmo rápido que mejorada el calor de su sexo al moverse entre las entrañas de Tauro.
El orgasmo de los 2 fue grandioso, llenado en cuarto del olor al sexo y el sudor. Se separaron, Albafica cayó sentado sobre el piso. Hasgard lo mira dándole una señal para que fuera su lado, acostándose los 2 uno junto al otro, siendo Albafica abrazado por el Tauro, respondiendo este un poco incomodo pero aceptando este gesto cálido de parte de guardián de la segunda casa.
- ¿Qué te pareció? - Pregunto Hasgard luego en rato al Saint acostado en su pecho. - ¿Fue rico? ¿Te gusto?
- Si, estuvo muy bueno. - Respondió con voz lenta signo de su agotamiento.
- Me alegra. Se que con tu sangre te dificulta estar con la gente, me alegra que lo disfrutaras al ser tu primera vez. - Sonrió, de oreja a oreja dejando un poco sonrojado a Albafica.
- Gracias. - ¿Por qué su corazón latía tan rápido si ya habían acabado? - Me es raro, mi sangre no surtió efecto, no hubo ningún problema.
- Porque nunca toque tu sangre. No tienes ninguna herida... ¿Qué tienes? -
- Nada, solo esto es muy raro, tengo un mar de sensaciones que no se como explicar luego de todo esto. - Explicó, su cabeza estaba pegada al pectoral del peli-gris junto a su expresión algo decaída y pensativa.
Cualquiera que viera pensaría que Hasgard se había conseguido mujer,
-... Siento que es normal. No has estado con nadie toda tu vida. Nunca has experimentado tus sentimientos - Se volteo para verlo mejor a la cara, dejando a su acompañante acostado en su brazo, que Albafico sostuvo.
- ¿Hacer estuvo bien? - Meditó en voz alta.
- Claro que si. - Alzó la voz sin darse cuenta, sobresaltado a Piscis. - Es normal, las personas que se aman siempre hacen esto, se le llama hacer el amor.
- ¿Tu me amas?
- Auhm. - Tauro no midió sus palabras, Albafica tenía la inocencia de un niño de 8 años, cualquier cosa que diga la puede malinterpretar o herirlo. - Pues... Claro que me importas. No pienses mal de mí, yo quería enseñarte...
- Ya, no tienes que explicarme nada, al final yo te lo pedí. - Lo interrumpió, volteándose para buscar una sábana que estaba a su lado y dormir, estaba cansado como para irse.
Hasgard lo abrazó, pegando su pecho a su espalda, y su labios a su cuello. - No es justo que estés solo, déjame mostrarte cómo es tener amigos, déjame ser tu amigo o lo que quieras.
pensando en sus palabras Albafica sonrió, acariciando su brazo sintiendo una agradable calidez en su pecho.
- Esta bien pero de momento quisiera dormir un rato.
Cerca de 8 mese después.
- Oigan - Dijo Manigoldo. - ¿A nadie más se le hace raro ver a Albafica y Aldebarán ir al templo del otro tan seguido?
- No creo que sea nada grave. - Dijo Shion.
- Creo que Manigoldo tiene razón, ¿Cuándo esos 2 pudieron acercarse tanto? - Hablo Kardia.
- No ha de ser tan raro, hace unos meses Albafica a logrado tener mas amistades y perder el miedo a su sangre - Mencionó Shion, agradeciendo su acercamiento al piscis por este hecho. - Aldebarán es muy sociable así que creo que no le fue tan difícil acercarse.
- ¿Por qué no vemos? Aldebarán acaba de subir haya. - ¿Curiosidad o morbo? La idea propuesta por Kardia no les era muy disparatada, Shion asegurada que no era nada de qué preocuparse, mientras los otros seguían sin poder creer bien.
Una cosa era que se llevaran bien, otra que pasen tanto tiempo junto al otro, y así se lo dijeron. Tomando también en hecho que esto ya lo llevan haciendo desde hace un tiempo.
- No están. - Dijo Manigoldo luego de 20 minutos buscando en las afueras del templo, luego de los 3 están viendo por cada parte.
- Ni loco me acerco a su jardín, pero por esos lados no están.
- Sigo diciendo que aseguramos. No ha de ser nada raro. - Inútilmente Shion intento hacer que vuelvan.
- No hemos vistos en las habitaciones personales.
- ¿Kardia que harían hay? - Dijo Manigoldo siendo seguido por Shion.
- Veamos. - Sugirió sonriendo de manera algo perversa, dirigiéndose por ese camino.
Shion y Manigoldo se miran antes de seguirlo. Unos pequeños gemidos se captaron cada vez que se acercaban lo cual asusto a Manigoldo, alentó a Kardia a seguir, y extrañaron a Shion. Lo que vieron los dejó atónitos. Básicamente Albafica y Aldebarán teniendo sexo, pero Aldebarán de pasivo, sentado sobre las piernas de Albafica, los gemidos de ambos eran notorios, Albafica lo tenía agarrado, buscando moverse de una manera la cual se notada experto.
- Esto nunca me lo espere - Dijo Kardia con los ojos abiertos, totalmente perturbado de lo acaba de ver, ya fuera del templo con sus compañeros, que estaban de igual manera.
Un golpe seco resonó a su lado seguido de un grito de parte de los 2 - !Borrego pachon¡ - Shion estaba desmayado en las escaleras, probablemente más muerto que vivo.
Deje descansar a Teneo que ya lo debo de tener con el culo destrozado, vere si le escribo algo con Celina, que también se lo merece, bueno no me gusta publicar seguido de un mismo personaje, pero tengo muchas ideas en borrador y poco tiempo. De hecho también quería hacer mis HeadCanon, motivos para Shipear y esas cosas pero sigue en el tintero. Lo haré, no mas busque tiempo. Aparte que no he empezando las colaboraciones, son 2 y aun no he escrito nada, pero las personas con las cuales las haré esperen que cuando empiece les estaré enviando escenas para su aprobación.
Dentro de poco empiezo a estudiar. Uhhh. Si desaparezco saben que me paso.
Por Favor espero una buena opinion y critica a este Shot. Si quieren pongo mas seguido este Ship.
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