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Flechazos. (R15)

Spoiler: Flechas de cupido, ship yaoi, lemon suave. Humor negro (?)

Shipping: Hasgard x sisifo.

Dono: Manigoldo x Regulus.

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Las cejas del Santo de sagitario eran víctima de un maldito tic nervioso cada que veía a Manigoldo cerca de su sobrino, coqueteándole descaradamente al borde de que iba a terminar loco. Estada seguro que si Ilias estuviera en ese momento, seguro solo hablaría con Regulus y puede que con el cangrejo, ya que Regulus seguía siendo infantil en ese ámbito de su vida, pero para Sisifo las opciones de "admirar" o "Amar" por parte de Regulus hacia el Santo de la 4 casa, era únicamente desagradable. No se quería ni imaginar lo que sería capaz de hacer Manigoldo con su amado sobrino, su angelito librado de oscuridad luego de la desesperante tristeza que fue la muerte de su padre...

¡Hasta aquí! ¡El Santo dorado de cáncer acabada de firmar sentencia de muerte! ¡¿Qué se creía ese?! ¿Qué lo iba a ver besando a su sobrino y lo iba a dejar? ¡NO! Lo peor era notar que verdad Regulus se había enamorado, lo conocía y verlo tan sonriente entre el cuerpo de Manigoldo y una pared decía todo.

Quien conocía a Sisifo sabía que estaba furioso, la forma que estada no era normal. Iban a rodar cabezas en el estado que estada... Hay no, no podía acabar con el cáncer, parecía que de verdad, aunque no se explicada como, había conquistado a Regulus. No podía, debía buscar una forma más indirecta, cuando lo rescato estuvo llorando un par de días, fue algo difícil consolarlo. Tenía que hacer algo más indirecto o Regulus terminaría sufriendo, no quería eso. Necesitada que se olvidara de su amor por el... ¿Pero cómo?

Una idea llego a su mente, los registros del santuario, en ese lugar hay tesoros guardados, podía encontrar algo que le ayudara... Esperada.

Obvio, de esto Athena no se debía enterar o lo regañaría. Diciendo que Regulus estada en su derecho de amar al Saint de Cáncer, así que en plena noche se adentro en la biblioteca para buscar algo que le sirviera. Solo que...

- Sisifo.

- ¡¿Aspros?! - No se esperada ver al Saint de Géminis en ese lugar, ahora estada aterrado.

- Vaya, no te esperada ver. ¿Qué es tan grave para que vengas a los registros del Santuario?

- Nada solo... - Desvió la mirada disimuladamente entre su libro y Saint de Géminis, a lo que Aspros reacciono acercándose y viendo el libro. Parecía de objetos poderosos.

- Mi amigo, dime la verdad. ¿Qué tipo de conocimientos necesitas?

- No lo entenderías. - Menciono antes de guardar el libro, Aspros y Hasgard eran sus amigos de la infancia, ¿podía considerarse buena idea lo que quería hacer? Pues... A lo mejor Aspros le ayudada, y en peor de los casos solo le reprendía, pero mas no podía hacer. - Necesito algo para que reprimir sentimientos.

- ¿Reprimir sentimientos? ¿Para qué exactamente?

- Mi sobrino se enamoro... De Manigoldo. - Frunció en seño al decir ese último. Aspros solo rio.

- Tu tan correcto, y queriendo usar algo poderoso solo por tus celos de madre soltera. Jajaja. Umhh... Creo que te puedo ayudar.

- ¿Enserio? - Paso por alto el comentario de "Madre soltera" Al escuchar que lo podía ayudar. - ¿Qué?

- ¿Conoces las flechas de Eros? Aquí hay 3 escondidas, no sé bien cómo funcionan, pero según tengo entendido si les disparas a alguien se enamorada de la primera persona que tenga al frente, y si ya está enamorado perderá todo efecto hacia esa persona.

- Dámelas.

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Hoy era su oportunidad, Aspros había estudiado sobre ellas y sabían lo necesario. Ahora tocada atacar, necesitada que Regulus este solo, eran como las 10 Am y estada en su templo, vigilando como es la costumbre.

Escondido apunto, esta era lo única flecha que tenia, por lo tanto esperada que esto saliera bien.

- Lo hago por tu bien mi niño. Lo lamento. - Susurro antes de disparar, estada a sus espaldas no muy lejos de él. Esperando que no lo notara, logrando ocultarse por completo. Al disparar, no conto que el Saint de Tauro estada cerca de ellos, en su visita a Regulus, al verlo cerca este se paró de donde estada provocando un rebote en la flecha hasta llegar a Hasgard.

Sísifo empezó a sudar frio al notar que Hasgard lo estada viendo de frente, temiendo lo peor. Y si, Hasgard se acerco a él, sonriendo como tonto.

- Hola Chiquito. - ¿Chiquito? Esto para Sísifo fue lo más cercano al peor insulto que ha tendido. - Te vez hermoso hoy. - Atrás de ellos, Regulus parpadeo confuso. ¿Desde cuándo Hasagrd se llevada así con su tío? Sera un inocente pero sabía lo que era un coqueteo.

- Ahhhh. Aldebarán yo... - "Athena, cuídame de lo que me espera, si esto sale más mal de lo que yo imagino" - Titubeo, frente al toro rezando sus plegarías mentalmente.

- ¿Por qué no salimos un rato? Hace tiempo que no la hacemos, desde que somos aspirantes. Tengo la tarde para ti chiquito.

- Ahhhh. Ok... - Mejor aceptar, se iría y pensaría mejor en otra cosa.

- Ahh. "cof"... "Cof"

- ¡Regulus!

- ¿Señor Aldebarán, a que vino?

- Era para verte, suelo visitarte ¿No recuerdas?

- ¡Ya! Veo que estas algo interesado en mi tío, por lo tanto creo que lo dejare solos. Puede quedarse con mi tío. - Sonrió inocente subiendo hacia el templo de Capricornio, Cid era de confianza de su tío y esto despertó su curiosidad. -Te lo tenías algo guardado. ¿Ósea que Hasgard será mi nuevo tío? - Susurro antes de irse, dejando a Sísifo rojo de la vergüenza, el santo de cabellos blancos lo sujeto de la bardilla para mirarlo a los ojos a escasos centímetros de unirse.

- Creo que no me molestaría cumplir lo insinuado por Regulus.- Y lo beso, sujetándolo de la cintura con fuerza. Asombrando al guardián de la casa del centauro. ¿Qué tan fuerte era el efecto de esas cosas?

Y bien dicen que el chisme vuela, y estando en un santuario encerrados y con poco que hacer salvo pelear, un buen chisme es algo que se apreciada entre soldados rasos y algunos otros. La idea de una relación entre Tauro y Sagitario es algo que causo los mil murmullos entre las personas del Santuario. Incluso entre dorados. No faltaban las insinuaciones de ¿Qué tanto soportara en las noches? Hasgard no era poco hombre y ha de tener algo muy fuerte escondido, Sisifo necesitaría resistencia con eso.

- ¡Aaaaassppprrrrooooooos! - Logrando liberarse un minuto del Tauro Gold Saint y el acoso de varios de sus compañeros para encarar a su amigo de la infancia. - ¿Qué hago? ¿Cómo revierto el efecto?

- No se puede. Solo teníamos esa flecha, ahora solo te toca ser la esposa de Hasgard. - Desinteresadamente contesto, caminando fuera del alcance de su amigo.

- Por favor debe haber algo que pueda hacer.

- Pues... - Agarro un libro cualquiera y fingiendo leerlo respondió. - Si te acuestas con él, el efecto ha de bajar. - Mintió descaradamente, solo quería saber si su amigo si era capaz de eso. Fue sorprendente escuchar su respuesta.

- ¿Estás seguro de eso? Porque así no lo tengo enamorado sobre mí cada tanto, con gusto lo hago.

- Te deseo suerte en tus piernas.

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Sísifo suspira alentándose en lo que iba a hacer, "Todo sea por no térnelo encima y concentrarme en mi sobrino" Repetía una y otra vez. Estada detrás de la puerta usando solo ropa interior, antes de entrar. El efecto de las flechas debía ser fuerte, porque Hasgard apenas le insinuó que quería que se acostaran no tardo en aceptar, diciéndole que lo esperada en la noche, y que se viera bueno para su primera vez como amantes en el ámbito de la pasión carnal.

Al entrar se sorprendió, al borde que estuvo a punto de darse media vuelta e irse. Hasgard estada desnudo, de piernas abiertas mostrando su "Gran cuerno" para él.

Sin decir más, se paró de la cama, sonriendo algo libidinoso, hasta quedar frente a él y besándolo, sujetando sus glúteos con fuerza a la vez que hacía lo mismo con su espalda.

- Te amo mi chiquito. - repitió eso besando sus labios y separándose por los siguientes minutos. Hasta alzarlo de las piernas y llevarlo a la cama donde beso cada parte de su cuerpo, empezando por su cuello, bajando por su pecho y terminando en sus piernas que acaricio con adoración.

Un grito salió de los labios de Sísifo al momento que Hasgard le empezó a felar, metiendo un dedo en su "hoyo" donde su "gran cuerno" le esperada.

- Aldebarán...

- No. Dime por mi nombre, ahora eres mi pareja y mi amante. Quiero oírte gemir mi nombre.

- Por favor ten cuidado. - Suplico, antes de voltearse buscando terminar con esto de forma rápida. El peli-blanco por otra parte, quería que ambos disfrutaran su primera vez, y al ver a Sísifo muy tenso lo primero que pensó es cambiar eso.

- Estas muy tenso amor, relájate que así no disfrutaras nada. - Trepo por su cuerpo para susurrar en su oreja, sacando un enorme escalofrió del cuerpo del centauro al sentir la poderosa herramienta de su compañero muy cerca de sus glúteos.- De verdad eres hermoso, como espero que nuestros hijos sean tu.

"A la mierda hijos. ¿Y cómo me planea embarazan?" Fue lo que pensó. Residiendo besos en su pecho, cuello y piernas. La mano del Tauro se poso sobre su miembro y lo empezó a masturbar, quería que se relajara y disfrutara, si no. No lo penetraría.

- Relájate. - Pidió por última vez, logrando que el Saint de Saguitario suspire y se calme. Pasaron los minutos y su orgasmo lleno en la mano del Peli-plata. Acto seguido se puso detrás de él y lo penetro, claro de forma lenta y tranquila buscando no lastimarlo, se tomo toda su paciencia y un par de minutos hasta que su miembro quede dentro de él, y otro rato para que se acostumbrara.

Los gemidos del Sagitario no se hicieron esperar, y no más Hasgard empezó a moverse soltada gritos, verdaderos alaridos de placer y dolor.

El miembro de Hasgard era muy grande, al tenerlo paseándose de forma totalmente descarada era un experiencia muy rara. Eran placentero y doloroso. Hasgard lo tenía bien agarrado de la cintura. Había de admitir que Sísifo de verdad tenía unas buenas nalgas que no perdería en tiempo de manosear.

Pasaron los minutos para que cambiaran de posición y Sísifo estada debajo de Hasgard, con este besándole los labios. El castaño aunque en un principio no le agrada la idea, había de admitir que estada disfrutando más de lo que debía.

A un lado del templo el Saint De géminis mirada todo, escuchando las suplicas de su amigo, viendo que de verdad estada llamando al Toro por mas. Lo dejaría creerse su mentira que eran flechas de Cupido, solo eran palos que manipulo para que influyeran en los sentimientos de la gente. Debía decir que lo que empezó como broma inocente se convirtió en algo que no pensó que pasaría. No pensada que su amigo de verdad estada tan sobre protector para hacer esto.

En un chasquido, la mente de Hasgard quedo libre de su técnica, recordando todo como algo confuso. Mirando a su amigo que estada debajo de su cuerpo sin entender y quedando avergonzado y más confundido viendo que le estada haciendo el amor. (Que amor ni queda, solo era una cogida)

- ¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes? Hasgard lo estada disfrutando sigue. - Sin dejarse más, el castaño lo abrazo del cuello y lo beso. El toro no tardo en notar que lo estada penetrando, sorprendiéndose que Sísifo tomara toda su hombría, pero no tardo en dejarse llevar, aun con el libido en las nubes, volviendo a su ritual, penetrando el cuerpo del Castaño pero de forma algo más lenta a comparación de hace un rato.

Luego hablaría con él sobre esto, y también sobre Regulus y su relación con el 4 guardián.     

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Creándolo o no, esto se me ocurrió por este meme;

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