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Tatuaje 65/maraton 5

Mingyue temblaba. Desde el dedo gordo del pie hasta el último pelo de su cabeza. Veía al lobo caminar de un lado a otro y tragaba en seco imaginando todas las cosas que podía hacerle nuevamente. Le tenía terror, pánico a ese lobo y a la forma que lo miraba.

Pero esa vez no lloraba, no le daría el gusto. Él tenía que ser fuerte o al menos aparentarlo y al parecer eso ayudaba. En sus encuentros anteriores que lloraba hasta por gusto el lobo parecía disfrutar, ahora era diferente, se notaba tenso e irritado.

Mingyue son sabía si eso era bueno o malo. Con ese loco todo era malo así que no se emocionó.

Al menos esta vez sus manos estaban amarradas delante y aunque fuerte aun podía mover sus dedos. Sonrió levemente. Si había algo que habría aprendido era que tenía al menos que protegerse cuando salía, por lo que en el fajín de su túnica llevaba la daga que aquella vez se había robado. Y esta vez al parecer haría uso de ella por primera vez, por mucho miedo que tuviera.

-Ese desgraciado no llega- Yino gruñó alto haciendo que los oídos de Mingyue dolieron más no le despegó la vista.

El chico estaba preparado esta vez para defenderse. Sabía que su intención era usarlo de presa para atraer a Yenhuo y lo que menos quería era que su pareja salieron herido o morir, la sola idea le hizo tener tanto miedo que entonces el que sentía por Yino se desvaneció. Y fue algo que lo alarmó.

Así que era eso. Tenía más miedo de perder a Yenhuo ahora que lo que le pudiera pasar. Después de todo ese lobo había hecho con su cuerpo muchas cosas menos completar el enlace algo que por lo visto esta vez no estaba interesado.

-No me gusta como hueles- de repente Yino se giró hacia él- Tampoco como me miras- le gruñó y con un ágil movimiento se arrodillo y lo agarró fuerte del cuello de la túnica- ¿Por qué no estás llorando?- casi le gritó.

Pero Mingyue ni siquiera habló. Simplemente se quedó mirando ese rostro, esos orbes que tanto le había tenido miedo en los últimos años y que ahora…ahora, no lo asustaban tanto, más bien era como si el lobo hiciera todo aquello para llamar la atención.

Lástima…si, eso era lo que le tenía ahora…lástima.

Y el temblor de su cuerpo fue disminuyendo. Y eso alteró más al lobo que alzo la mano y abofeteó su mejilla corriendo el rostro hacia un lado y entonces lo vio.

-¿Dónde está?- el lobo pareció conmocionado -¿Dónde está mi hermoso tatuaje?- enderezó a Mingyue de un tirón encontrando que este estaba sonriendo.

-Me deshice de él-

Yino pareció irritarse aún más ante eso y alzó la mano para golpearlo. Pero Mingyue esta vez no se quedaría de brazos cruzados. Se movió más rápido y con un movimiento medido que Tao le había enseñado, desenvainó la daga oculta y la enterró en uno de los ojos de Yino.

AHHHHHHH

Un grito desgarrador hizo que el bosque donde estaban ocultos se sacudiera.

Yino se apartó gritando y revolviéndose con la daga enterrada profundamente de su órbita ocular. Mingyue miró sus manos llenas de sangre que también manchaba su túnica pero no esperó a ver qué pasaría. Tenía que huir de ahí. Podía sentir a Yenhuo cerca. Tenía que ir con él.

Así que ordenó a su cuerpo a moverse y levantándose con dificultad comenzó a correr. Y no fue fácil, sus rodillas amenazaban con doblarse, su cuerpo entero era como si fuera atraído hacia atrás sin querer avanzar, como si el lobo reclamara su sumisión, pero él no se rendiría. No esa vez.

Así que corrió, corrió como si no hubiera un mañana. Las manos atadas le dificultaron el avance pero aun así no retrocedería. Solo serían excusas para ser la misma persona que antes.

-Yenhuo- gritó cuando lo sintió cerca y sonrió. Poco, faltaba poco.

Solo un poco más pero…

Un peso muerto lo derribó y se mordió la lengua ante el fuerte impacto. El golpe hizo que se mareara y todo delante de él diera vueltas resistiendo a la vez  a la bestia sobre él.

Podía sentir el aliento caliente contra su nuca y como gruñía. Gotas de sangre caían sobre su mejilla, provenientes del ojo herido del animal que aún tenía la daga encajada. Una imagen que hizo temblar a Mingyue cuando miró por encima del hombro.

Un lobo blanco con todo el pelaje sucio y lleno de sangre.

Y este mismo lobo gruñó mostrando todos sus dientes. Mingyue intentó levantarse, escapar de él pero las uñas en su espalda rompieron tanto su piel como la ropa. La sangre pronto empapó la tela ganando un gemido por parte del humano.

-Suéltame- apenas las palabras salían de su boca donde brotaba sangre de su lengua herida.

-Maldita rata- los dientes del lobo se enterraron en su hombro desgarrando la carne. Mingyue gritó- Te voy a devorar y trituré tus malditos huesos.

Y abrió la boca en dirección a su cuello con la intención de romperlo.

…Yenhuo…fue lo único que pudo pensar Mingyue esperando el desgarrador dolor

Cuando el peso fuer retirado de encima de él. Mingyue solo puso ver delante de él una sombra oscura que se revolcaba a unos metros junto con el lobo blanco.

-Yenhuo- jadeó apenas audible y se incorporó arrastrándose como pudo para alejarse de ellos. La sangre brotaba de todas sus heridas, su boca y su cabeza dolía por el impacto pero no podía apartar la mirada de aquellas dos bestias que luchaban entre sí.

Se mordían, se rompían la carne. Yenhuo era un lobo más grande y Mingyue apenas lo podía reconocer. Estaba encolerizado, mordiendo por todos lados. Y Yino no se quedaba atrás. La escena era aterradora.

La sangre pronto brotó sobre la tierra y la daga pronto cayó cerca de Mingyue. Se estiró para agarrarla solo porque pensaba que esta podría darle un poco de seguridad y fue entonces cuando llegó a una incógnita.

¿Por qué el mapa que había hecho Yino los había llevado específicamente a esa daga?

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