Tatuaje 54
El silencio del bosque era absurdo. Ni siquiera los animales nocturnos lo perturbaban. Solamente el sonido de la suave respiración de aquel cuerpo acostado sobre el suave manto de hierba. Mingyue estaba callado. Su mirada se encontraba con la luz de la luna sobre él. Hermosa, grande, brillante y que a la vez le traía tantos recuerdos. Recuerdos que cada vez se iban difuminado y se congelaban en su mente.
Su pierna a carne viva, con nuevos patrones debía doler. Lo sabía pero no sentía nada. Era como si estuviera muerto tanto por fuera como por dentro.
Oyó algunos pasos a lo lejos. Movimientos rápidos y agitados más no se movió ni les prestó atención. Simplemente se quedó allí.
-Niño- una voz en su mente le hizo pestañear. Era Tao.
Un lobo se detuvo a su lado jadeando y pronto cambió. El rostro de Tao se conmocionó al ver el estado de su cuerpo. Sobre todo cuando su mirada se detuvo en las nuevas heridas en la pierna de Mingyue.
-¿Cachorro qué fue lo que pasó?- lo tomó de los hombros e intentó enderezarlo con cuidado, recargándolo contra él- Tu pierna- su voz temblaba.
Mingyue no respondió. Apenas tenía fuerza para ello. Si, de alguna forma estaba molesto con Yenhuo pero más fue su decepción cuando se dio cuenta que ni siquiera había sido él quien había ido a buscarlo. Una lágrima corrió por su mejilla.
-¿Te duele?- Tao se exaltó.
Mingyue negó con la cabeza pero ya no podía detener las lágrimas que estaba conteniendo y rompió en llanto. Uno muy fuerte que retumbó en el bosque. Tao sin saber que hacer simplemente lo abrazó sobó su espalda.
Sonidos de patas se escucharon y otros dos lobos aparecieron en la distancia. Esta vez era Xixi y con él estaba Yenhuo. El lobo al escuchar el llanto de Mingyue contra Tao se acercó a él e intentó tomarlo cuando su mano fue golpeada con fuerza. Se quedó conmocionado ante la reacción del humano y más cuando este giró su cabeza hacia él con sus ojos llenos de lágrimas pero con odio dentro de ellos.
-Mingyue- lo llamó y le llegó a su nariz el olor de piel quemada. Bajó la cabeza y notó la piel con nuevas marcas. Abrió sus ojos y apretó los dientes- Esto...él- gruñó molesto pero...
-Acaso fue divertido a jugar a ver quién se queda con el juguete roto- Mingyue lo interrumpió con los ojos rojos de la rabia.
Yenhuo no habló conmocionado por el tono usado por el chico.
-No hace falta que respondas. Querías el resto del tatuaje- separó la tela de la túnica mostrando el resto de las heridas a carne viva que subían hasta el borde de su cadera- Aquí las tienes, cortesía de tu hermano. Dice que cuando lo descifres que lo vayas a buscar a ese lugar. Te estará esperando. Dibújalo de una vez para que pueda desaparecer de su maldito juego. Soy un persona no uno objeto-
Soltó todo el aire de sus pulmones y su cabeza cayó hacia adelante jadeando.
-Cuñado- Xixi se preocupó por el denso ambiente y el reciente rechazo por parte de Mingyue.
En cuanto se dieron cuenta que el humano no estaba en su habitación habían corrido a buscar, uno a Yenhuo y el resto al chico. Lo que más les preocupaba era que el olor del hermano de ello estaba por los alrededores pero no pudieron encontrar a ninguno. Era como si se hubieran esfumado, solo hasta que después de buscar por mucho tiempo encontraron al menor y en aquellas condiciones.
Mingyue no volvió a alzar la cabeza a pesar de estar consiente. Estaba molesto, pero más que eso dolido. Había pensado que Yenhuo realmente lo había querido. Pero no, simplemente todo se resumía a ver quién se quedaba con él al final. Quien era el vencedor. Pero Mingyue sería el que siempre perdería todo.
Y ahora ya lo había decidido. No tenía a donde ir no volver. No tenía a nadie que lo esperara. Su utilidad sería nula una vez que diera el mapa. Por lo tanto ya no tenía nada que hacer en este mundo.
***
Tao puso el resto de las vendas en la palangana junto a las que estaban allí después de haber limpiado y curado la herida del chico. Realmente era impresionante como era que había aguantado todo aquello en la mayor parte de su cuerpo. Para ellos que eran lobos era normal que sus heridas curaran rápido pero no en los humanos. Y esas quemadas realmente eran impresionantes, bellas pero se notaban dolorosas.
Se levantó llevándose la bandeja y volvió con un vaso de agua.
-Toma un poco- se lo ofreció.
Mingyue lo agarró pero apenas tomó algunos sorbos. Tao lo ayudó a recostarse sobre la cama teniendo cuidado de no hacerle daño a su pierna. Era el único que había podido tocarlo desde que lo encontraron. Hasta había mostrado por Xixi y no iba a mencionar a Yenhuo. Le había hasta gruñido, si era que un humano podría hacerlo cuando este se acercó a cargarlo para traerlo de vuelta a la posada.
-Mingyue- comenzó a hablar mientras le acomodaba la sábana en su regazo- ¿Odias al señor Yenhuo?- Mingyue le había contado todo lo que Yino le había dicho.
Ayue no dijo nada ni negó con la cabeza. Ahora mismo sus sentimientos eran un caos total por lo que ¿odiar? ¿amar? Acaso realmente sabía que era eso. Tao suspiró y se acomodó al lado del chico.
-El señor Yenhuo nunca te vio como el remplazo de su pareja. Hasta yo mismo me impresioné que te marcara. Los lobos somos muy diferentes de los humano. Somos monógamos. Rara vez buscamos otra pareja después de tener una, así que para que te haya escogido fue por algo serio. Aun si el señor Yenhuo tiene problemas con su hermano nunca usaría alguien para saciar su ego y menos a alguien que él escogió como su compañero de vida. Él no es así-
A pesar de sus palabras Mingyue seguía renuente a entender.
-Nunca me ha dicho que me quiere, que me ama. Nunca se lo he exigido. Nunca pensé que me importara mientras me diera algo de afecto- murmuró- Pero de seguro es porque no lo siente realmente-
-Chico- Tao restregó su cabeza- Yenhuo es alguien que le cuesta expresarse y más con palabras, pero desde que te marcó ha cambiado mucho. Incluso intenta cumplir cualquier deseo que tengas. ¿Por qué primero no hablas con él? Después de eso, toma una decisión-
Mingyue alzó la cabeza con las mejillas mojadas en lágrimas. No sabía cuándo había empezado a llorar.
-No creo en él- sollozó aunque se secó inútilmente las lágrimas de sus ojos.
-Pero al menos escúchalo igual que hiciste con su hermano-
Mingyue abrió sus ojos grandes recordando ese momento y fue entonces que asintió con la cabeza. Al final sabía que nada cambiaría.
Tao se levantó después de recostarlo en la cama y taparlo. Veló hasta que se durmiera y salió. Yenhuo estaba recostado en la pared al lado de la puerta. Sus brazos estaban tensos, doblados a la altura de su pecho.
-¿Cómo está?- sonó angustiado
-No me quiero inmiscuir, pero tendrá que usar todos los métodos de persuasión posibles para convencerlo. Está muy cerrado y dolido. Lo mantuvo mucho tiempo en la ignorancia y se siente más usado de lo que es ya. Está en un punto de quiebre y tengo miedo que si es forzado un poco más no lo resista-
Yenhuo cerró los ojos y suspiró profundamente.
-Dejaré que duerma y después hablare con él-
Tao asintió con la cabeza preocupado, pero él no podía hacer nada más. Con un movimiento de la cabeza asintió y pasó por delante de él. Sentía sus pies pesados y al doblar la esquina se encontró con los dos hermanos impacientes.
-¿Cómo está el cuñado?- Xixi pregunto corriendo hacia él.
Tao los escuchó venir y cuando se detuvieron delante de él, el lobo perdió la fuerza de todo su cuerpo y se dejó caer contra Xixi. Los brazos de este lo sostuvieron por la cintura firmemente contra su cuerpo. La mano de Mingyi sobo su espalda aliviando los miles de nudos que estaban allí. Tao estaba cansado de ser el soporte de todos. Esta vez quería ser al que soportaban.
-Está...no está bien- suspiró- tanto físico como emocionalmente está herido.
-Tranquilo- Xixi, besó la coronilla de su cabeza y lo envolvió entre sus feromonas para calmarlo.
Mingyi le dio una mirada a su hermano. Xixi lo entendió y cargó a Tao entre sus brazos para llevarlo hacia la habitación de ellos sentándolo en la cama entre los dos. Tao era un lobo arisco por naturaleza por eso no se relacionaba con casi nadie. Pero una vez que le cogía a alguien y prometía protegerlo lo hacía ciegamente y además se preocupaba por él incluso más de lo que era saludable.
A pesar de que dejó dormir a Mingyue, Yenhuo no lo hizo. Se quedó el resto de la noche parado delante de la puerta de su cuarto solo por si su pareja deseaba algo. Esta vez lo había echado todo a perder y bien hecho. Había escondido todo por protegerlo del dolor sin pensar que esto solo le provocaría aún más. También era difícil para él pero su egoísmo había dañado profundamente a Mingyue y eso no se lo perdonaría.
Estaba tan molesto consigo mismo que apenas podía pensar en su hermano y en su venganza. Si, ahora quería matarlo más por haberle hecho daño a Mingyue pero su cabeza estaba tan llena del chico que su odio estaba en segundo plano.
Solo esperaba que Mingyue no lo odiara tanto como para separarse de él.
¿O sí?
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