Tatuaje 43
Yenhuo se sentó rápido en la cama notando el comportamiento anormal del chico. Ni siquiera le respondió las veces que lo llamó. Era como si estuviera sumido en algo y su mente muy lejos. Comenzó a preocuparse pero en cuando extendió la mano y agarró su hombro los ojos vacíos del humano recobraron sus matices y su iris.
-¿Yenhuo?- el chico lo miró pestañeando confundido.
El lobo dejó salir el aire contenido en sus pulmones y suspiró aliviado.
-No me asustes así. Te estuve llamando-
Ayue miró de nuevo adelante, después a su cuerpo y por ultimo al lobo. Un marcado y tierno sonrojo cubrió sus mejillas. Levantó la sábana de Yenhuo y se metió debajo de ella, hasta salir por el otro extremo desplazándose y buscando el cuello del lobo donde lo abrazó, pegándose a su cuerpo.
Enterró su nariz en la curva del hombro y se quedó allí. Temblaba ligeramente.
-¿Qué ocurrió?- Yenhuo se recargó en el espaldar de la cama conteniéndolo entre sus brazos y acariciando su nuca, donde descansaba su mordida.
-No lo sé- Mingyue habló casi en un susurro contra su piel- Creo que estaba soñando. Me estaba alejando de ti aun cuando me llamabas-
El ceño del mayor se frunció aún más e inconscientemente apretó al chico contra cada músculo de su cuerpo. Ahora que el lazo estaba completo y era consciente de sus sentimientos no permitiría que nadie se lo arrebatara. Pero se quedó preocupado con eso que le había dicho. Sabía que su marca se había impuesto sobre la de su hermano. Ya no debía tener controla alguno sobre Mingyue.
¿O sí?
-Yo estoy aquí cachorro. No llores más- le acarició la cabeza notando las lágrimas calientes y silenciosas que se desplazaban su cuello, intentado tranquilizarlo-Mírame-
La cabeza de Ayue se levantó un poco y pegó su frente.
-Esto que está aquí, mi mordida, no dejará que nada nos separe, así que no tienes por qué tener miedo- besó suavemente sus labios.
Ayue lo abrazó más fuerte y profundizó el beso, dejándose envolver por el delicioso aroma del lobo que ahora era mucho más perceptible para él.
-¿Estás muy adolorido?- Yenhuo desplazó una mano hacia el interior de sus glúteos y tanteó en el borde de su agujero todavía dilatado. El nudo se había demorado en ceder. Nunca había sentido tanta satisfacción al estar dentro de alguien.
Un ligero gemido salió de los labios del menor.
-No duele- dijo avergonzado recapitulando todo lo de la noche anterior. El fuego lo podría haber estado consumiendo pero los recuerdos estaban bien claros.
Yenhuo suspiró.
-Realmente no quería que fuera así pero mis hermanos pusieron su buen granito de arena en esto y como que quizás fue la mejor opción. Podría haberte desgarrado con el nudo sino fuera por esa droga-
-¿El nudo?- Ayue se mordió el labio inferior- ¿Eso que se sintió realmente grande dentro de mí?-
Yenhuo sonrió y besó su mejilla.
-No pude evitarlo, intentaré contenerlo las próximas veces para no hacerte daño-
-No tienes que hacerlo- el humano murmuró contra su cuello escondiendo su expresión- Se sintió bien-
El cuerpo entero de Yenhuo se estremeció y tuvo que usar cada gramo de fuerza de voluntad para no sucumbir otra vez a sus instintos sexuales.
-Ayue, al parecer tendremos que trabajar en esa boca tuya. No soy de los que se molestan con hacerlo también en las mañanas pero todavía tengo que entrenar tu cuerpo- lo abrazó más hacia él acurrucándolo sobre su cuerpo- Durmamos un poco más. Necesitas descansar-
-Hmm-
Pero el descanso no les duró mucho. No habían pasado más de cinco minutos cuando un escándalo se escuchó delante de su puerta antes de que esta se abriera. Yenhuo abrazó a Mingyue poniéndolo hacia el otro lado de forma protectora.
-HERMANOOOOOO- Xixi entró corriendo apresuradamente seguido de Mingyi.
-Sálvanos. Tao nos quiere matar- ambos saltaron sobre la cama cerca del mayor- Y hola cuñado. Te vez lindo desnudo-
Los ojos de Mingyue que estaban adormilados se abrieron de golpe y en reacción a lo que había pasado soltó un grito y pateó la cara del lobo cerca de él.
Mingyi cayó de nalgas en el suelo aturdido. Tanto Yenhuo como Xixi se quedaron mirándolo, como él se cubría su desnudez y sus marcas con el borde de la sabana. Su cuerpo era de un color similar a las manzanas. De pies a cabeza.
Una inmensa carcajada salió de los labios del Xixi.
-No lo puedo creer. El cuñado te pateó el culo- se burlaba conteniéndose el estómago.
Y lo próximo que supo era que estaba al lado de su hermano con el culo esta vez sí pateado pateado, solo que esta vez había sido su propio hermano el que lo había tirado de la cama.
-Se pude saber que entienden ustedes por intimidad. Ayue no es un lobo, es un humano, todavía tiene que adaptarse- les gruñó a los dos.
Ambos lloriquearon en el suelo para después Xixi poner cara pícara.
-Así que Ayue. Hermano ustedes tuvieron más de un avance anoche. Las marcas de besos en el cuñado son lindas, como dijo Mingyi-
El gruñido de Yenhuo esta vez hizo que sus pelos se pusieran de punta. Los cuellos de las túnicas de los dos revoltosos pronto fueron sujetados.
-Ustedes, malditos- la voz de Tao se escuchó a sus espaldas. Los dos miraron por encima de su cabeza y sonrieron nerviosos.
-Tao, amárralos otra vez sobre el estanque, al parecer lo de anoche no fue suficiente-
-Si mi señor- el lobo hizo una reverencia y los sacó arrastrándolos como sino pesaran nada.
Yenhuo se pasó la mano por el cabello. Vaya mañana estaba teniendo.
-Y tú a dormir de nuevo- bostezó para atraer contra él al chico que todavía parecía una bolita avergonzada.
En cuanto estuvo en contacto con su pareja, su cuerpo se relajó completamente y no pudo evitar soltar un leve gemido antes de cerrar los ojos y volverse a dormir.
***
-Mingyue...Mingyue...ven conmigo-
-¿Quién eres? ¿Por qué me llamas?-
-Mingyue...tú...eres mío-
-AYUE- la voz de Yenhuo retumbó en sus oídos y volvió a la realidad.
Estaba sentado en la mesa, desayunando con todos. Recordaba esa parte, entones, en que momento todo se había vuelto negro. Se tambaleó sentado. Yenhuo se apresuró y lo envolvió entre sus brazos.
-Tranquilo, respira- no quería decirlo en voz alta pero esta era la segunda vez del día que el chico se desvanecía. Esta vez se había quedado totalmente quieto mirando su plato.
-Yenhuo, algo me está llamando- dijo en un susurro contra él, con un marcado temblor y apretando la túnica del lobo entre sus manos.
-Señor- Tao miró la escena sin entender.
-Después les explico- les dijo mientras acariciaba la marca en su cuello. Eso parecía tranquilizar al humano que cerró sus ojos un momento y respiró profundo.
-Estoy bien- soltó después de un momento. Alzó la cabeza y le sonrió, aunque su rostro aún estaba un poco pálido.
-¿Cuñado, estás enfermo?- Mingyi no bromeaba.
-No te vez muy bien- Xixi sentado al lado de su hermano estaba también preocupados. Los cabellos de ambos estaba empapado después de liberarse de su castigo.
-Me siento bien. Solo estoy un poco cansado- mintió apretando su mano contra el muslo de Yenhuo debajo de la mesa. Los dedos de este envolvieron su pequeña mano.
-Sigamos comiendo- el lobo dirigió la atención a otro lado después de besar la sien de su pareja. Ayue no parecía estar cómoda con delatar lo que le ocurría con los demás.
Los otros tres no parecieron muy convencidos pero no presionaron más para no incomodar al chico.
-Ah, hermano se me olvidaba decirte. Ya desciframos el mapa que nos dibujaste- Xixi dijo con la boca llena.
-¿Y qué encontraron?- Yenhuo le sirvió un poco de sopa a Mingyue para que comiera algo más ligero por el momento.
-Tenemos una ubicación. Al parecer allí hay algo. Te lo tenemos mucho más detallado. Es al otro lado de la ciudad, tendremos que viajar al menos un día y medio para llegar- le explicó.
-¿Y qué más?-
-Ahí es donde hay un problema- Mingyi intervino. El mapa...no está completo-
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