
Tatuaje 38
Yenhuo iba caminado de vuelta a la casa entrada la madrugada por la calle desierta y tranquila. EL Festival se había extendido con creces pero lo habían disfrutado hasta el final, tuvo que reconocerlo. Antes era una fiesta normal a la que asistía sobre todo por controlar a sus hermanos, pero esta vez se dio en lujo de dejarse llevar un poco sin bajar la guardia.
Tao iba caminando por delante con algunas bolsas con muchas cosas que habían comprado, desde artículos hasta pancillos y dulces que no durarían mucho. Incluyendo la bolsa de Mingyue que iba a la mitad.
Lo que le extrañó fue que sus hermanos estuvieran realmente tranquilos y caminando detrás de él. Mentira si dijeran que estaban cansados. Esos dos tenían energía de sobre para ser unos cachorros.
Por otra parte Mingyue iba sobre él. Los delgados brazos rodeaban su cuello donde descansaba también su cabeza y sus piernas a cada lado de la cadera. Yenhuo lo sujetaba con sus manos unidas por debajo de sus muslos para llevarlo más cómodo. EL chico era tan pequeño y ligero que era fácil tenerlo así en brazos solo que la ropa era demasiada tela. Ayue iba dormido después de una noche agotadora y en su rostro se notaba una leve sonrisa.
Yenhuo no supo que le vino a la mente pero dejó un pequeño beso en la frente del chico que sonrió más amplio. Notó que su temperatura era ligeramente más alta que antes y su respiración un poco agitada. ¿Se habría enfermado?
-Hermano te gusta el cuñado- se burló Xixi.
-Todos vimos como lo abrazabas durante la obra- le siguió Mingyi. Ya se estaban tardando.
-Es mi compañero- dijo Yenhuo con voz seca- Algún problema con que lo toque.
Los dos hermanos se miraron y rieron.
-no, nada, solo que no eres tan romántico- Mingyi dijo.
-Pero con el chico hasta sonreíste hoy te veías realmente lindo, hermano mayor-
La vena de la sien le palpitó al lobo para gruñirles cuando sintió que Migyue se removió entre sus brazos y alzó la cabeza. Sus ojos estaban entrecerrados y desenfocados totalmente.
-Sigue durmiendo- le ordenó Yenhuo con un poco de preocupación pensando que podía haberse resfriado.
Solo no se esperó que sus labios fueran completamente sellados en un beso. Por la impresión abrió la boca momento en que el chico profundizó el beso metiendo su lengua buscando la de él sin vacilación.
-Yujuu- que ardiente es el cuñado- Xixi se burló chiflando.
Tao se giró ante la escena. Yenhuo se había detenido y era atacado ferozmente por el chico que mantenía sus ojos levemente abiertos mientras comía la boca del lobo sin ningún reparo. Después de todo había tendido un buen maestro.
El lobo corrió la cabeza hacia atrás rompiendo el vínculo muy a su pesar pero estaban en medio de la calle, además había algo raro. Puede que la boca del chico se sintiera de maravilla por lo caliente que estaba y más por haber tomado la iniciativa, pero el chico no era normalmente así. Tuvo que girar el rostro hacia el lado cuando Ayue volvió a intentar besarlo.
Al notar que el lobo lo rechazaba hizo un puchero y desenroscó sus brazos de su cuello agarrando las mejillas del lobo girando su rostro hacia él. Sonrió antes de volver a besarlo con la misma intensidad. Esta vez a Yenhuo lo le importó ni donde estaban ni quienes los acompañaban. Mingyue olía y se sentía tan bien que pronto le respondió el beso buscando la lengua invasora y enredándola con la suya.
Mordió y chupó pinchándola con sus colmillos deleitándose por los estremecimientos del pequeño cuerpo contra él y los gemidos que salían de la garganta humana. Chupó el labio inferior y lo labio para volver a intensificar el beso jugando con la suave, húmeda e hinchada piel. Cuando lo sintió. El chico estaba excitado y mucho.
Entrecerró los ojos y se separó. Con una de sus manos lo sostuvo y con la otra hundió su cabeza otra vez sobre su hombro y fue que lo olió. Un suave olor a limón pero con otra cosa más. Miró frente de él a sus dos hermanos que se habían puesto a cada lado de Tao para apreciar el espectáculo desde primero fila. Ambos tenían una expresión extraña y Yenhuo no pudo evitar desconfiar. Ya los conocían.
-¿Qué le dieron?- apretó los dientes. El chico se removió deliciosamente contra él gimiendo bajito. La temperatura de su cuerpo ya era anormal.
-Nosotros? Hermano, no pienses mal, solo le dimos un caramelo-
La nuca de ambos fue sostenido desde atrás por Tao que con un rápido movimiento de su piernas les golpeó detrás de las rodillas y ambos lobos pronto estuvieron arrodillados y sin poder defenderse.
-Mi señor, los escuché hablando sobre algo que le dieron-
-Hablen- exigió Yenhuo más preocupado que molesto. Podrían haberle dado a tomar cualquier cosa que fuera peligrosa.
Los dos chicos estuvieron renuentes al inicio hasta que Mingyi hablo con u pechero en su boca.
-Hermano mayor, era un regalo. Queríamos darles un empujoncito-
-Si hermano mayor- le siguió Xixi al darse cuenta que no había vuelta atrás- Le dimos un caramelo con una pequeña dosis de una medicina afrodisiaca especial que nosotros mismos preparamos. No es dañina y no es droga, solo estimulará el deseo de la persona y hará que su cuerpo te reciba más fácil y sin dolor. Lo hicimos pensando en ti y en el cuñado. Teníamos miedo que lo rompieras si lo hacía sin nada, después de todo es humando y nuestros cuerpos tardan en ser compatibles-
-Y te podemos asegurar que además de que funciona es segura. La probamos en Tao aquella vez y funcionó- Migyi sonrió- gritó toda la noche y a pesar de que le dimos con ganas al otro día estaba bien y sin dolor-
Las manos de Tao sobre sus nucas se suavizaron al temblar y retrocedió dos pasos. Su rostro pasó de incredulidad a nervio, para ponerse pálido y después rojo de la furia.
-Ustedes imbéciles, es por eso que yo..., que yo- apretó sus manos y dirigió una a su cinturón sacando una saga.
Los dos hermanos se levantaron con las manos en son de paz. Se miraron y se mandaron a correr correando a Yenhuo al ser seguidos por Tao para seguir el camino en dirección a su casa. EL lobo mayor sabía, por el carácter de Tao que eso no terminaría así. Pero por ahora tenía otros asuntos.
-Mingyue- llamó al chico soltando su cabeza. Este la alzó rápido besando su mejilla con cariño. El lobo no pudo evitar soltar un suspiro, solo había un camino esta vez y era llegar al final- Volvamos a la casa. Vamos a terminar el enlace-
Ante esto el humano sonrió y volvió a besarle los labios dejando que el lobo se inundara con su fragancia. Yenhuo no sabía si sería capaz de llegar a su habitación si seguía así, pero haría un esfuerzo.
Ya saben lo que viene. 😈
Nadie sabe lo que llevo esperando esta parte y que no acababa de llegar. Sobre todo porque nunca me imaginé a Mingyue, a pesar de haberlo creado, en una situación tan íntima como esta.
Estuve sin tiempo para escribir pero ya tengo 21 días de vacaciones y por suerte poco trabajo de edición fotográfica así que me voy a poner de lleno en actualizar tanto esta como mis otras novelas. Besos para todos.
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