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Tatuaje 36

Yenhuo esperaba en la puerta de su mansión, recostado con los brazos cruzados delante de su pecho. Su túnica roja y larga se ajustaba a su cuerpo dejando a la vista el vasto pecho definido a través del escote que se unía al inicio del abdomen. Tao a su lado se debatía por la cantidad de preguntas que tenía que hacerle. También había cambiado sus túnicas por una de color rojo un poco menos elaborada y lustrosa que su señor pero hecha a la medida.

-¿Mi señor, está seguro de esto? Va haber muchas personas en el festival-

-Él estará junto a nosotros y además estoy seguro que mis hermanos se encargarán de que nadie sepa que es el que carga el mapa-

Tao asintió con la cabeza pero prosiguió.

-Mi señor, se quitó ese collar-

Yenhuo llevó la mano al pecho para palpar la cadena que ya no estaba sobre la piel.

-Creo que es tiempo de dejar un poco mi pasado al lado, además esa persona ya falleció y tengo una nueva pareja. Mingyue se puede sentir incómodo si sabe el significado de esa cadena-

-Es el chico más perceptible y sensible que haya conocido. Usted tiene razón- Tao estuvo de acuerdo.

-Nunca me imaginé que me uniría con alguien como él. Debo tener más paciencia de la que me imaginaba para tratarlo. Nunca sé lo que pasa por su cabeza y su cuerpo es tan delicado que pienso que puedo quebrarlo si aplico mucha fuerza- se llevó una mano a la cabeza - pero de alguna forma cuando él me dice algo es como que mi parte más salvaje quiere proteger su lado más vulnerable-

Tao sonrió. Su señor era un lobo sumamente dedicado a cuidar a su pareja, era normal que reaccionara así con el chico. Queriendo protegerlo en cada momento y además Ayue se veía tan frágil que despertaba todos los instintos de raíz.

-¿Mi señor, usted es feliz ahora?- Tao no puedo evitar preguntarle.

-¿A qué viene eso?-

Tao quiso morderse la lengua.

-Bueno, es que su carácter se ha suavizado mientras más tiempo está al lado de él y de vez en cuando sonríe- solo recordaba la única vez que lo había hecho en su anterior relación y fue al recibir la noticia de que iba a tener un cachorro. Tao siempre se preguntó si su señor era realmente feliz con su anterior pareja.

Pero cuando Yenhuo abrió la boca para responderle se oyeron unos pasos que veían corriendo en dirección a ellos. El lobo se enderezó y de una forma fugaz un bulto de tela se lanzó sobre él y tuvo que utilizar sus manos para aguantar los muslos de la persona que enrolló los brazos alrededor de su cuello.

-Gracias, gracias- Mingyue tenía una enorme sonrisa en su rostro abrazando a Yenhuo- Nunca me imaginé que podría participar en un festival- Apretaba sus brazos alrededor de su cuello eufórico de felicidad y terminó dándole muchos besos en la mejilla a su pareja.

Los pasos más calmados de los dos hermanos llegaron detrás enfundados en sus elegantes túnicas. Xixi había arreglado su cabello peinándolo hacia un lado mientras Mingyi lo había recogido en una coleta baja. Parecían dos personas más maduras y ambos le lanzaron un beso coqueto a Tao provocándolo. Inclusos sus ojos brillaron al notar al lobo bien vestido.

Yenhuo estuvo sorprendido en un primer momento por la acción poco normal del chico pero al notar su felicidad fue como intoxicado y sonrió levemente dejando que su mejilla se manchara de suaves marcas de labial rojo que los hermanos habían puesto en los labios del chico.

-Mingyue si no te calmas no nos vamos-

Ante esto el chico se detuvo y se separó un poco agarrándose de los hombros. Su rostro casi siempre serio o con una expresión sombría tenía un brillo diferente adornado de una enorme sonrisa que atrapó la atención del lobo. Era una hermosa sonrisa y hacía que los rasgos del chico se vieran mucho mejor.

Yenhuo lo bajó con cuidado sacando sus manos del manojo de tela y estudió el resultado de la túnica que le había mandado a hacer y que el chico se acomodaba. Era un conjunto de varias piezas, una sobre otra de seda ligera de tonos rojos con detalles en dorado. La superior danzaba casi al suelo y con amplias mangas que se ondeaban a su alrededor y no parecían incomodarlo. Se notaba que estaba acostumbrado a tratar con este tipo de prenda.

Los hermanos habían arreglado su cabello en un semirecogido con adornos de oro que no podían decirse si eran para hombre o para mujer pero que a él le quedaba perfecto. En cuanto su rostro estaba maquillado con una ligera capa de polvo que se hacía más gruesa en un costado de su rostro haciendo casi invisible la marca en su rostro. Incluso habían puesto un poco de color en sus labios y en el borde de sus ojos. Cualquiera que lo viera pensaría que solo era un chico rico más, no el mapa más buscado del país.

-¿Te gusta?- Mingyue alzó las mangas para mostrarle a Yenhuo como le quedaba.

El lobo suspiró al notar el rostro de todos sobre él.

-Dilo hermano, se ve hermoso- Xixi se burló- Tú también te ves hermoso Tao- le lanzó un beso- Eres nuestro número uno pero el cuñado como que esta vez se lleva el premio-

-Sí, hermano díselo- Mingyi presionó copiando a su hermano.

Ante la presión Yenhuo se dio media vuelta y salió con paso rápido. Mingyue bajó las manos y se giró a los otros tres con un poco de decepción en su rostro.

-¿No le gustó como me veo?-

Los dos humanos mostraron una pícara sonrisa y ambos cruzaron sus brazos por encima de los pequeños hombros.

-Créeme les gustaste, solo que es tímido y no lo quiere decir- Xixi se carcajeó pero se calló cuando el hermano mayor apareció de nuevo.

Agarró a Mingyue de la mano y jaló de él para llevárselo. El menor se quedó confundido.

-Te lo dije, no te relaciones con mis hermanos- gruñó Yenhuo pero al bajar la mirada y encontrarse con los ojos un poco apagados del chico suspiró- Te queda realmente bien- le murmuró y Mingyue volvió a sonreír abiertamente y abrazó con su manos libre el brazo del lobo.

Xixi, Mingyi y Tao seguían a la pareja por la inmensa calle que habían destinado para poner todos los puestos del festival. Todas las personas estaban vestidos de rojos al igual que los adornos y las lámparas que iluminaban toda la zona. El lago a un lado parecía tener más vida por las diversas flores de papel que flotaban sobre él.

Mingyue miraba de un lugar a otro y apretaba la mano de Yenhuo excitado por la emoción. Era demasiado y sus ojos estaban abiertos de par en par. Aun así no hablaba. No pedía algo, algo inusual para cuando se está en un lugar lleno de cosas que se podían comprar. Incluso los lobos menores ya tenían uno que otro objeto que intentaban mostrarle a Tao como excusa para meterle mano.

-¿Mingyue, quieres algo?- Yenhuo le preguntó caminando lento a su lado para que el chico pudiera verlo todo.

Este negó y sonrió falsamente. Quien no quisiera algo pero él no quería causar molestias. Ante esto Yenhuo chifló por encima del hombro y al momento sus hermanos estuvieron delante de él. Tenía que reconocer que aunque sus hermanos eran dos par de locos sin control alguno si eran extremadamente buenos en cuanto a levantar el ánimo se trataba así como las ventas.

Soltó la mano de su pareja y buscó en la manga de su túnica y sacó una bolsita roja y se la dio al joven.

-Hay dinero suficiente, compra lo que quieras- agarró las pequeñas manos y forzó la bolsa dentro de ellas al notar que él no tenía intenciones de cogerla.

-Yenhuo, en serio, no hace falta- Mingyue estaba apenado- No quiero nada-

Un brazo rodeó sus hombros.

-No seas tímido tú ahora cuñado- Mingyi le tocó la mejilla con el dedo- A hermano mayor le sobra el dinero y además nos dio una bolsa para cada uno. Esa debe ser la tuya- alzó la de él delante de sus ojos- Si Yenhuo dice que gastes el dinero, gasta el dinero-

Mingyue pareció vacilar y apretó la tela palpando las monedas que estaban dentro y miró a Yenhuo.

-¿Entonces está bien que compre algo?- su voz se oyó baja pero los lobos lo escucharon con facilidad y Yenhuo asintió poniendo una mano sobre su cabeza.

-Pues ya está- Xixi agarró la mano de Ayue y tiró de él- Vamos para que compres lo que te gusta-

Los dos hermanos se llevaron al menor por los diversos puestos con tantos objetos que era difícil decidirse por algo. Los dos mayores se quedaron atrás pero sin perder vista de ellos. Los hermanos tampoco eran tan idiotas para saber que no podían alejarse mucho, después de todo Ayue era perseguido y serían un blanco fácil si se separaban.

Aun así Yenhuo se sintió incómodo después de un buen rato después de ver que tiraban de su pareja de un lado a otro sin descanso.

-Terminará realmente cansado- Tao no pudo evitar comentar- Esos dos no tienen mesura-

-Cuando les pedí que se lo llevaran tenía la impresión de que al menos considerarían que es humano pero me parece que los subestimé- Yenhuo exhalo el aire en sus pulmones. Sus brazos tensos sobre su pecho.

-Señor Yenhuo, son sus hermanos que se puede esperar de ellos-

-Yenhuo- el lobo vio como Ayue corría hacía él con una sonrisa. Su cabello ya parecía un desastre pero no perdía su encanto. Esta vez no se lanzó sobre él.

-¿Qué pasa?- le preguntó al ver que se detenía jadeando levemente.

Las mejillas de Mingyue se sonrojaron y apretó algo entre los dedos.

-¿Puedes darme tu mano?- sonó dudoso pero el lobo lo hizo extendiéndola.

Una manilla de piezas de oro unidas por una cadena muy trabajada fue puesta alrededor de su muñeca. Por el brillo y el peso el lobo supo que era de oro de verdad y ajustaba perfectamente. Era como si hubiera sido hecha para él.

-Sabía que se vería bien- Mingyue sonrió complacido- la compré para ti-

Yenhuo se quedó mudo ante esto.

-Oye hermano dale las gracias, no seas malagradecido- Xixi gritó acercándose a ellos, tenía más bolsas en sus brazos.

-Y dale más dinero, gastó lo que le diste en eso y aunque no quería comprar nada en cuanto lo tuvo delante no desistió y hasta regateó el precio por tal de regalártelo-

Yenhuo volvió su mirada al humano que estaba tan rojo como el vestido y se inclinó. Sus manos jugaban vacilantes en su regazo. Un brazo lo rodeó por los muslos y lo alzó sobre su hombro. Los otros tres se quedaron tan conmocionados como Mingyue y más cuando Yenhuo se alejó solo con él hacia alguna parte done tuvieran más intimidad.

-Oye, hermano mayor, estamos en público- gritó Mingyi.

-Cómetelo suave- gritó Xixi.

Yenhuo ni siquiera les gruñó. Su mente ahora tenía otros planes. Nadie había tenido un detalle tan delicado como ese con él y apenas podía contenerse. Lástima que estuvieran en público. Una vez que la oscuridad cayó sobre ellos puso al chico aturdido en el suelo y lo pegó contra la pared de una de las casas de alrededor.

Migyue no puedo protestar pues sus labios fueron completamente sellados.

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