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Tatuaje 28

El rostro de Mingyue estaba muy cerca de el del lobo, tanto que sus respiraciones se entremezclaban. Las manos de Yenhuo se detuvieron y le tomó todo su autocontrol no hacer nada. El humano era totalmente vulnerable delante de él y no ponía ninguna resistencia.

-¿Qué quieres?- su aliento caliente acarició la mejilla del chico que no podía apartar la mirada de los labios gruesos del hombre mayor.

-Yo...- su voz era casi un murmullo.

-Tú, te estarás tranquilo por el momento- las manos de Yenhuo le hicieron mirar de nuevo hacia adelante dejándolo algo desconcertado- Sé muy bien lo que quieres, espera a que volvamos a mi casa. Me encargaré de atenderte debidamente-

Yehuo sabía mejor que nadie que Mingyue quería que lo tocara. Se lo imaginaba. Era natural en los primero meses de la unión donde ellos podrían estar teniendo sexo hasta por gusto. Pero no quería ir rápido con el chico. Tenía miedo que se asustara de lo que implicaba tener relaciones sexuales con él. No eran las típicas suaves y románticas que describían en los libros. Tampoco las sangrientas de otros. Eran un poco subidas de nivel y algo fuertes. Para un lobo no había problemas, para un humano la historia era diferente. No sabía si lo resistiría.

Mingyue para su tranquilidad se mantuvo quieto pero podía ver que de vez en cuando se removía en el agua jugándole una mala pasada.

-Si no eres bueno yo tampoco lo seré, así que quieto- le aguantó con fuerza la cintura sabiendo que le dejaría marcas pero con esto al menos comprendió.

-Eres un imperfecto- murmuró el chico.

-Te escuché- Yenhuo agarró un poco de aceite limpiador y lo pasó por los hombros del chico así como por su espalda masajeándola.

-Esto es tu culpa- resopló corriendo al cabeza hacia un lado al sentir los dedos del lobo sobre su nuca.

-No me voy a justificar, tienes razón, por eso ya te dije que asumiré la responsabilidad- le tomó un brazo y extendió el líquido. Sentía temblar el cuerpo del menor ligeramente.

Mingyue no respondió. Cerró sus ojos y dejó que las manos del lobo siguieran acariciando su cuerpo llenándolo de la agradable fragancia aunque su mente dictaba que era mucho más delicioso estar impregnado de la esencia del lobo. Maldijo en su mente. Eso debía ser cosa de la marca, todo lo que sentía ahora dentro de él. Era imposible que se hubiera enamorado o simplemente gustado un hombre que había conocido el otro día y que no había sido precisamente bueno desde el primer momento.

Pero al parecer la vida era como una bola que daba vuelta para todos lados y ahí estaba él queriendo que es mismo hombre lo pusiera sobre su espalda, lo besara hasta perder el conocimiento, le abriera las piernas y se enterrara dentro de él. Un marcado sonrojo subió desde su cuello hasta su rostro imaginándose la escena que no le apreció desagradable para anda. Todo lo contrario, la sangre que había subido bajó de golpe hacia un punto específico de su cadera y no pudo evitar soltar un sonoro gemido cuando los dedos de Yenhuo tocaron uno de sus pezones por accidente, mientras limpiaba su pecho.

Se llevó la mano a la boca algo avergonzado. Un sonido así de sus labios, nunca se lo hubiera imaginado. La expresión de Yenhuo por su parte era sombría. A pesar de todo el olor florar del baño podía oler la excitación de su pareja y con aquel gemido había sido suficiente para despertarlo completamente.

Suspiró contra la nuca de Mingyue resignándose.

-Serán solo cinco minutos, ni más ni menos, tenemos que irnos de aquí lo antes posible- le murmuró con los dientes apretados.

-¿5 minutos?- el humano estaba confundido con aquello pero lo comprendió en cuanto los dedos se cerraron en torno a su erección y tuvo que pegar más fuerte su mano para no gritar –Yenhuo- gimió ante el primer movimiento.

-5 minutos, si en ese tiempo no lo logras, te dejaré con las ganas-

Un gruñido salió de la garganta de Mingyue que miró a Yenhuo con un brillo molesto en los ojos. El lobo alzó las esquinas de su boca y le dio un beso en la mejilla.

-Tú eres más fuerte que eso, cachorro, puedes hacerlo- movió más rápido las manos debajo del agua estimulando cada parte del miembro del chico.

-No soy un cachorro- protestó Mingyue con un atisbo de lágrimas en los ojos de frustración. Estaba jugando con él definitivamente.

-Si lo eres- ahora besó su nuca y lo dirigió por su hombro para que se aguantara del borde de la bañera dejándole la espalda en un agradable arco.

El lobo besó primero los omoplatos, el centro de su columna, dejando varias marcas en su camino, cada una recibiendo un leve gemido. Yenhuo notó que el tiempo se estaba acabando, quería extender más aquello, se estaba excitando con la imagen sumisa del chico, de su cuerpo a su disposición, si solo no fuera por aquellos extraños hombres debajo ya lo tendría en la cama haciéndole otras cosas, pero o era así. Presentía el peligro y no podía dilatar más aquel momento.

Dejó que su mano libre se empapara de uno de los aceites y bajó la mano por toda la línea de su columna directo a aquella zona entre los blancos glúteos del chico. Aquello sería la forma más rápido. Estímulo con más fuerza para que el no notara la incomodidad y sin avisarle comenzó a acariciar el inicio de su entrada suavemente aumentando el nivel de excitación de Mingyue, lo podía sentir. Su olor era más fuerte, no le faltaba mucho.

Lentamente introdujo la punta de su dedo recibiendo un quejido de incomodidad.

-Quieto- le ordenó cuando este quiso moverse- Te sentirás mejor- su voz era una octava más grave. El joven le hizo caso a pesar de que algo en su interior se removía extraño.

Mordió el borde de su mano. Entre aquella rara sensación que cada vez iba más profundo y las estimulaciones en su miembro pronto su cadera comenzó a temblar.

-Yenhuo- apretó sus ojos- no puedo-

El lobo se inclinó un poco hacia adelante y lamió su oreja. Mordió el lóbulo apresurando los movimientos pero que a la vez sean precisos. Segundos después el cuerpo entero de Mingyue se tensó conteniendo la reparación para después soltar un agudo gemido contra el borde de la bañera. Después jadeó con fuerza. Dos lágrimas se habían desplazado por sus mejillas.

Yenhuo pasó un brazo por alrededor de su pecho y lo atajo hacia él Agarró su barbilla y la giró un poco dejando un beso en la comisura de sus labios.

-Ya estás complacido. Ahora tenemos que irnos- le dijo contra la piel temblante.

Pues sí, estaba complacido. Apenas si podía hablar, sus pensamientos todavía dispersos. Los movimientos del lobo habían sido tan precisos que le hacían llegar al cielo para estrellarse con más fuerza todavía. Nunca en su vida algo lo había estremecido tanto y no se quejaba.

-¿Y tú?- era normal que después de estar en esa situación el lobo estuviera excitado también.

-Tengo bastante autocontrol cachorro, puedo aguantar por el momento- se lo decía más para él mismo que para el chico. Su miembro también dolía aun si se había concentrado en otras cosas que en su cuerpo.

Yenhuo se levantó de la bañera con él en brazo y salió hacia el cuarto dejándolo sobre la cama sin importarle si esta se mojaba. Se giró tan rápido que no dejó que el chico notara su estado actual. Volvió al baño y le lanzó una toalla mientras él recorría a secarse. Mingyue tenía las manos inestables pero de alguna forma logró secarse completo. A su lado increíblemente había un bulto de ropa que parecía ser nueva y lo tocó.

-Tao debió habértela conseguido- Yenhuo se acercó y la desenrolló mostrando un conjunto oscuro de túnicas y una capa- Después dice que soy yo el que te mimo-

EL chico las agarró y se vistió encontrando que al tela no era de las caras a las que estaba acostumbrado pero si era bastante cómoda. Yenhuo estuvo a su lado pronto y le puso la cama por encima cubriendo la cabeza después de asegurarse que los mechones correspondientes quedaran sobre la marca de su rostro. La repasó con un dedo antes de girarse hacia la puerta y abrirá.

-Nos vamos- le anunció a Tao que los esperaba y entró junto con ellos- ¿Dónde están ellos?-

-Algunos salieron- otros todavía están abajo- anunció en alerta Tao- Creo que saben quién es él. Pudieron ver la marca de su rostro, aunque es poco probable. Tal vez alguien pudo haberles avisado-
-Nadie conoce la verdadera identidad o género del Mingyue y se me aseguré de que la marca no se viera cuando volvíamos. Esto es extraño- Yenhuo se apretó la barbilla- vayámonos de aquí lo antes posible, no tengo un buen presentimiento.

Yenhuo se giró hacia el chico y lo cargó en brazo.

-¿Vamos a salir por la ventana?-

-Es bueno que seas muy intuitivo-

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