Tatuaje 17 /maraton 2
Todos los sentidos del chico se congelaron y su cuerpo comenzó a temblar tan fuerte que Tao, que lo llevaba en su espalda pensó que convulsionaba.
-¿Y ahora qué te pasa?- le dijo brusco pero en su voz había un deje de preocupación -Oye, lo llamó pero Mingyue desenroscó los brazos de su cuello y apretó sus hombros con las manos.
-No, no quiero- decía escondiendo su rostro entre las telas de la espalda del sirviente y esta vez Tao alzó una ceja.
-¿De qué estás hablando? Oye, te estoy hablando- se detuvo intentando mirar hacia atrás pero el chico solo repetía las mismas palabras mientras su cuerpo era un mar de temblores.
-Él...él está ahí...no me lleves con él...volverá a hacerme daño...no quiero-
-Pero qué demonios-
-Tao- la voz de Yenhuo se oyó delante de él y miró al hombre -Déjamelo-
El hombre obedeció solo para que Mingyue se aferrara más fuerte contra él. No quería moverse del lugar, no quería que lo llevaran con aquella persona. Tao soltó sus piernas y aún el menor se agarraba inestable contra su túnica sin despegar la cabeza.
-No me dejes- rogaba con voz rota -No quiero que me lleve-
-Oye, no hables así del señor Yenhuo después de todo lo que ha hecho por ti, chiquillo malagradecido-
El chico detrás de él disminuyó sus temblores y alzó levemente la cabeza entonces. Su rostro pálido y sucio miró al hombre que estaba ahora a su lado, sus ojos ahora era como los recordaba el primer día. Entonces, por qué los había visto de aquel color.
-¿Quién eres?- dijo refugiándose más detrás de Tao que comenzaba a preocuparse seriamente del rechazo del chico - ¿Por qué tenías esos ojos?-
Yenhuo levantó una mano hacia Mingyue pero este esquivó su toque tambaleándose sobre un solo pie. El hombre bajo la mirada hacia el tobillo que tenía alzado con la pierna doblada. Ya estaba realmente hinchado y oscuro.
-¿A qué ojos te refieres?- presionó lentamente.
La respuesta tardó en llegar pero cuando lo hizo los dos hombres fruncieron el ceño.
-A los mismos que tenía la persona que me hizo esto-
Tanto la expresión de uno como el otro fuer indescifrable. Yenhuo asintió con la cabeza hacia Tao y este le respondió de la misma manera. El mayor se acercó a Mingyue y lo tomó del brazo antes de que este se cayera una vez que soltó a tao e intentó retroceder para poner distancia.
-Hablemos dentro, no creo que esto se pueda dilatar más después de lo que pasó- los dedos de él era como un grillete que le dejaría más marcas en la piel -No me tengas miedo, no soy quien te hizo eso-
Mingyue temblaba ligeramente pero las palabras de él se cierta forma lo calmaron. Sus sentidos estaban demasiado alterados, mucho para su gusto. Normalmente no dejaba que las personas vieran se verdadero estado de ánimo, era algo que había aprendido cuando vivía con su fallecida familia. Pero desde que se había despertado todo había sido un caos total.
Sin poner resistencia dejó que Yenhuo lo cargara entre sus brazos hacia la misma habitación donde se había despertado y para su sorpresa esta había sido arreglada. Ni siquiera donde se había golpeado y había dejado gotas de sangre quedaban evidencias. El lobo lo dejó encima de la cama mientras iba a preparar el baño y Mingyue utilizó ese tiempo para examinarse el tobillo. Eso le daría verdaderos problemas.
Suspiró y se corrió el cabello hacia atrás encontrándolo verdaderamente sucio. Estaba hecho un asco y debajo de la capa de Tao prefería no mirar, pues la túnica tenía cualquier forma menos la original. Oyó a Yenhuo salir del baño y alzó la cabeza. El hombre se le acercó y este vaciló.
-Báñate primero, después tendremos una larga conversación-
-Primero dime que son- Ayue se puso firme, su mente comenzaba a atar cabos.
-¿Tanto interés tienes en eso?-
El chico asintió.
-Ustedes no son humanos verdad ¿verdad?- apretó las sábanas debajo de él -Aquel chico que vino no lo vi, pero todo indica que se convirtió en ...lobo. Acaso eso es posible- las dudas se juntaban en su mente y ya no sabía que pensar.
Yenhueo dejó salir un suspiro.
-Tarde o temprano lo descubrirías-
El hombre comenzó a aflojarse el cinturón primeramente para después hacerlo con la túnica superior. Primero Mingyue se alarmó pero cuando el cuerpo de Yenhuo se fue descubriendo poco a poco se quedó absorto en él. Ahora con la luz del día podía apreciar perfectamente los músculos delineados del pecho, de los brazos, del definido abdomen y de la delgada línea de vello claro que se perdía en el borde de la ropa interior que este comenzaba a aflojar.
Por reflejo giró el rostro con un leve sonrojo. Nunca había tenido delante a un hombre totalmente desnudo y menos a uno como él.
-No apartes la mirada- le ordenó Yenhuo ya totalmente desprovisto de sus prendas -No pierdas ningún detalle.
Mingyue dudó en hacerle caso por lo que apenas prestó atención al principio pero después su boca se abrió de la impresión. El cuerpo del mayor comenzó a cubrirse por una fina capa de pelo oscuro, los músculos humanos se movían desfigurándose, el rostro se transformó, todo pasó tan rápido que fue difícil asimilarlo ya antes de que el chico reaccionara había un enorme lobo delante de él. Pero no cualquier lobo.
Mingyue se corrió hacia adelante olvidándose del pie por lo que cuando lo puso en el suelo gimió y cayó de rodillas. Aun así el animal no se movió.
-¿Perro bueno?-
-Es insultante cuando me llamas perro- una voz más grave resonó en su cabeza y la giró buscando la fuente para solo terminar en el lobo.
-Cómo querías que te llamara, era solo un niño- se defendió.
Debía estar loco si estaba hablando con un lobo. Un momento, no era simplemente un lobo. Primero, era precisamente Yenhuo que anteriormente estaba en forma humana y segundo, era el lobo que lo había salvado hacía poco. Tragó sonoramente y se mantuvo en el lugar. Yenhuo volvió a su estado original sentado en el suelo y agarró la túnica superior poniéndosela por encima.
-Ya lo sabes, ahora al baño, después responderé tus preguntas y yo las tuyas- se giró dándole las espalda.
-Yenhuo- lo llamó Mingyue -crees que puedas ayudarme una última vez -señaló su tobillo, aún estaba procesando toda la información y no había entrado en pánico pero sabía que más tarde estaría verdaderamente confundido.
EL hombre suspiró y se arrodilló en el suelo agarrando la pierna del chico y alzándola. Ayue cayó de espalda por el tirón y movió sus manos rápidamente para cubrir sus partes que quedaron expuestas tras la posición.
-No veré nada nuevo, tu cuerpo me los has mostrado más de una vez- acercó su rostro a la pierna abierta -Todavía recuerdo bien que tuve que bañarte personalmente después de que hicieras un desastre tras beber- sus palabras no lo decían precisamente con mucho agrado.
-Lo siento- fue lo único que dijo el chico antes de sentir la lengua del lobo sobre su piel.
Quiso quitarla pero el agarre en su pierna era fuerte como todo en aquel hombre. Por lo que se quedó quiero sintiendo la textura de aquella lengua que pasaba por toda la zona hinchada y oscura. Solo segundos después esta dejó de palpitar disminuyendo el dolor gradualmente. Entonces fue liberado.
-Ahora, báñate solo- Yenhuo se levantó y lo dejó en aquel cuarto, solo, casi desnudo, y más confundido que antes.
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