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So Extra

Seis años después ...

Jungkook caminaba por las calles de Seúl como si estás fueran parte de su propiedad, su porte al caminar daba entender que es un hombre con confianza en si mismo; los músculos de sus brazos adornados con tatuajes se apreciaban gracias a la camiseta sin mangas que estaba usando, la cual dejaba también a la vista su cuello y parte de su pecho los cuales albergaban tatuajes que lo adornaban muy estéticamente. Sus muy trabajadas piernas llevaban cual segunda piel aquel pantalón negro que se ajustaba a la perfección dejando apreciar como se flexionan sus músculos al caminar.

Las personas a su alrededor lo miraban y dudaban si debían pagarle a tal sexy chico por deleitarlos con su presencia.

Para el pelinegro pasaban desapercibidas aquellas miradas que le lanzaban algunas personas, tanto mujeres como hombres; él tan solo caminaba hasta llegar a su destino, el cual estaba a unas seis cuadras de su nuevo local, porque sí el tatuador hace unos cuatro años atrás había cambiado de local a uno más grande puesto que los clientes a la tienda habían aumentado y necesitaba unos dos tatuadores más en el staff junto a un ambiente más grande así que ahora podía darse el lujo de atender a solo algunas personas previa cita para poder tener más tiempo libre, aunque lo hacía muy pocas veces ya que le encantaba su trabajo.

El pelinegro se sobreparó al ver que el semáforo cambio a rojo, su mirada estaba en el frente pero al sentir una penetrante mirada sobre él giró su rostro encontrándose así con los ojos marrones de una chica de escuela secundaria viéndolo fijamente. El tatuador podría aparentar ser un chico muy confiado, un bad boy, a veces hasta un play boy pero era todo lo contrario; por suerte estaba usando lentes oscuros así que rápidamente regreso su vista al frente rogando para que el semáforo cambiara rápido pero este parecía ir muy lento ¿Se habrá malogrado?

Por suerte el sonido y el vibrar de su teléfono móvil anunciando una llamada lo distrajo de su incomodidad.

-¿Amor ya llegaste?

Sonrió tan solo al escuchar aquella voz que amaba - Hola mi amor, no aún no llego pero ya estoy a tan solo dos cuadras.

-Eso es bueno... Estás a tiempo así que no hay problema.

-Todo está controlado, recojo a nuestro paquetito luego a almorzar y después nos vemos en casa.

-Jungkook ya hablamos que... - se escuchó una voz al fondo que el pelinegro no pudo comprender lo que decía - Amor, debo irme a trabajar, nos vemos en casa te amo.

-Yo también te amo - y así sin más la llamada se cortó.

Por suerte la luz del semáforo cambio a verde dándole así la implícita autorización para que siguiera con su camino olvidándose de la embobada adolescente que se desilusionó al escuchar la llamada y ver aquella reluciente alianza color plata en su dedo anular.

Al llegar a su destino se posiciono a un lado, siendo observado por el grupo de mujeres que allí estaban quienes comenzaron a murmurar, pues para el pelinegro era la segunda vez que se dirigía a dicho establecimiento por la tarde para recoger su preciado "paquete".

Un chillante sonido se escuchó resonar por todo el recinto dando así a entender que se aproximaba la avalancha de risas y alaridos de alegría; no espero mucho para ver aquella linda cabellera negra atada en dos coletas que se asomaba por la puerta mirando a todas las direcciones hasta que topo sus inocentes ojos color chocolate con los negros del tatuado quien se había quitado los lentes oscuros y le sonreía en grande.

Abrió los brazos y se acuclilló para recibir el impacto de aquel delicado cuerpo contra el suyo.

-¡Papi! ¡Papi! - chillaba contenta la niña - Viniste po mí.

-Hola mi preciosa - le dio un beso en la cabeza y se puso de pie con su pequeña adoración entre sus fuertes y tatuados brazos - Te dije que hoy yo vendría por ti - le beso con cariño la mejilla derecha.

Una chica de cabello castaño atada en una coleta llego al lado de ambos pelinegros - Hayoon, no debes correr así - regaño con cariño a la niña - Te has olvidado tu lonchera - extendió el lindo estuche de color púrpura con el dibujo del universo en blanco y negro.

-Muchas gacias pofesola - sonrió mostrando su preciosa sonrisa de pequeños dientes.

La mujer sonrió - Que tengas unas hermosas vacaciones, linda - le acarició el cabello - Igualmente para usted señor Jeon.

-Gracias profesora Koo - le regaló una pequeña sonrisa a la mujer.

Jungkook quien aún tenía a su hija en brazos la posicionó en el suelo para quitarle la pequeña mochila, que tenía los mismos colores que su lonchera, para poder cargarla él. Luego de acomodarse mejor volvió a cargar a su princesa para comenzar a caminar siendo observado por las madres que aún murmuraban.

Hayoon rodeaba el cuello de su padre con sus dos delgados brazos mientras le platicaba sobre su último día de escuela en el kinder, las personas miraban con curiosidad como aquel chico tatuado y vestido de negro que llevaba una linda mochila color púrpura en su espalda, sonría cual pequeño niño ante las dulces palabras de la preciosa niña en sus brazos.

-¿Dónde vamos? - ladeó su cabecita a un lado.

-Iremos a la tienda por el auto para poder ir a comer algo y después a casa.

-Sí si quielo vel a tía Sunsun - sonreía en grande.

-¿Y qué quieres comer?

La pequeña niña se llevó un dedo a la boca entreabierta en signo de estar pensando - Yo... Quielooo... - movía su cabecita de un lado a otro.

Jungkook se acercó al oído de su pequeña - Pizza - le susurró.

-¡Si! ¡Pizza! - sonrió en grande viendo a su padre - Comamos pizza.

-Lo que quiera mi princesa.

Al llegar a la tienda la ex chica peliazul sonrió en grande chillando infantilmente ante la presencia de la pequeña pelinegra quien se removió para que su padre la pusiera en el piso y así correr a los brazos de la chica de actual cabello rosa.

Jisun adoraba a la pequeña pelinegra pues ella no tenía ninguna hija y aunque amaba con todo su ser a su pequeño hijo, que actualmente tiene dos años, no podía evitar añorar tener a una princesa a la cual peinar con coletas y trenzas.

- Muy bien cariño ya debemos irnos por la pizza.

- ¡Pizza, pizza! - comenzó a tararear a la par que meneaba sus pies ya que estaba sentada en el mostrador.

- Antes de que te vayas le dices a JongSuk para que se quede a cargo.

La chica pelirosa termino la trenza que le estaba haciendo a Hayoon - Listo - miro al pelinegro - De acuerdo jefecito - le guiño un ojo.

-Cuento contigo Jisun.

-Papá ¿Cómo me veo? - hizo una curiosa pose de diva.

-Muy hermosa - le beso la frente - Siempre te ves hermosa - la bajo del mostrador y tomo su pequeña mano - Muy bien nos vamos - miro a la chica pelirosa - Me saludas al pequeño ManYoung y a Hoseok.

La chica sonrió - Esos dos me sacaran canas verdes, pero aún así los amo.

Ambos pelinegros sonrieron y salieron de la tienda, en donde estaba el auto estacionado, acomodó primero a su princesa en su respectivo asiento de seguridad; una vez se aseguró de que ella estuviera cómoda y sobre todo segura se apresuró a subir al asiento del conductor para comenzar su viaje a la pizzería.





































Ambos pelinegros estaban en el cuarto de baño del segundo piso de su casa, pues la pequeña Hayoon se había ensuciado con la soda y la pizza que habían almorzado por ello debía obtener su merecido baño.

La pequeña niña reía mientras su padre la ayudaba a sacarse la ropa sucia pues se movía cual gusanito travieso volviendo una tarea titánica para su padre el poder hacerlo. Cuando la pequeña se encontraba tan solo con su ropa interior y el agua en la bañera estaba perfecta, el sonido de una alegre voz anunciando su llegada resonó por la casa.

Los ojitos color chocolate de la pequeña brillaron - ¡Mapi! - grito muy alegre a la par que corría para salir del cuarto de baño esquivando los brazos del pelinegro quien trato de atraparla.

Hayoon corrió muy rápido hasta llegar a las escaleras para proceder a bajar saltando.

La pequeña traviesa salto desde el penúltimo escalón antes de llegar al final de la escalera - ¡Hayoon ten cuidado!

-¡Mapi! Te extlañado mucho - besaba con cariño las mejillas ajenas.

- ¡Jeon Hayoon! - el pelinegro bajaba las escaleras de dos en dos hasta llegar frente a la pequeña - Te hemos dicho que no bajes de esa forma las escaleras, puedes lastimarte.

La pelinegra hizo un puchero acurrucándose en el cuello de quien la cargaba - Lo siento - abulto más su regordete labio inferior.

-Papá tiene razón, Hayoonie - acariciaba su espaldita - No debes bajar de esa manera las escaleras y mucho menos en ropa interior - la menor asintió - Muy bien mi princesa.

-Muy bien pequeña koala es hora de que te bañes.

Cual resorte se enderezó y se sacudió para ser puesta en el piso e iba a correr para subir las escaleras más se detuvo y les regaló una hermosa sonrisa a sus padres para comenzar a subir tranquilamente las escaleras.

- Señor Jeon Jungkook no me ha saludado - sonrió de medio lado.

El pelinegro sonrió con sorna, tomo por la cintura al contrario para poder juntar sus labios en un cálido beso - Bienvenido a casa señor Jeon Taehyung.

El ahora peliazul cual océano cristalino sonrió de esa forma particular que derrite corazones para volver a juntar sus labios con su amado esposo.

-¡Mapi! ¡Papi! ¡Baño! - se escuchó el grito de la princesa de la casa.

-Nuestra pequeña nos llama - se separó del abrazo de su esposo para proceder a subir las escaleras siendo seguido por el tatuado.








Luego de que ambos hombres ayudarán a su pequeña niña a bañarse, pues la pelinegra ya se creía muy grande para ser bañada por sus padres como si fuera una bebé, decidieron ver una película infantil en familia acurrucados en el sofá de la sala.

Desde que Hayoon llegó a la casa de los Jeon, para ambos chicos fue un cambio radical pero sumamente gratificante para sus corazones; en un principio no estaba en sus planes adoptar pues querían poder disfrutar de su matrimonio, ya saben poder salir en citas, tener sexo en cualquier lugar de la casa, etc. Pero cuando Taehyung vio a aquella pequeña beba cargada en brazos por una chica siendo adentrada al orfanato en donde se albergaría hasta que alguien la adoptará, su corazón dio un vuelco y supo que debía ser él junto a su pareja quienes debían darle el amor a esa pequeña, en ese mismo instante le dijo a Jimin, a quien estaba acompañando pues este estaba ya realizando los trámites de adopción de su actual hijo mayor, que quería que lo ayudara con todos los papeles y requisitos para poder realizar los trámites de adopción.

En un principio cuando Taehyung le dijo a Jungkook sobre adoptar a la pequeña y le relato cuando la vio por primera vez envuelta en esa mantita color blanca, el pelinegro no estaba del todo seguro en adoptar pues él nunca había cuidado a un bebé o a alguien que no sea él mismo y sabía que su esposo tan solo había ayudado a su madre con sus pequeños hermanos por un tiempo, por ello tenía temor de ser malo con el cuidado de un pequeño y delicado ser vivo que dependería única y exclusivamente de ellos dos; pero cuando vio esos redondos y achocolatados ojos en esa redondita carita se enamoró por completo.

Los trámites para la adopción duraron aproximadamente nueve meses, en los cuales tanto Taehyung como Jungkook iban regularmente al orfanato para pasar horas con la niña y así tener confianza y afianzar lazos, aunque la beba tan solo tenía dos meses cuando la conocieron sabían que debían ser pacientes y dejar que la pequeña se acostumbrara a ellos y su presencia para que de esa manera cuando al fin la puedan tener en casa no sea una transición difícil para ella.

Por suerte la niña ya estaba con ellos cuando cumplió su primer año, el cual festejaron en grande junto a sus preciados amigos.

Ahora no podían creer que el tiempo pasara tan rápido pues su pequeña princesa estaba a tan solo dos meses de cumplir sus cuatro años.

- Y fin - cerró el libro que había estado leyendo - Ahora si mi princesa es hora de dormir - beso su frente - Ten dulces sueños.

-Mapi tamben - sonrió para luego bostezar y cerrar sus ojitos.

Prendió la lamparita de noche que alumbraba de un color rosa tenue la habitación. Salió con cuidado cerrando la puerta sin hacer mucho ruido.

Abrió la puerta de su propia habitaciones que se encontraba al final del pasillo, sonriendo con la sexy imagen de su espectacular esposo con el torso desnudo dejando a la vista sus abdominales, pectorales y sus fuertes brazos los cuales tenían tatuajes en especial admiraba aquel tatuaje de dos rosas con el nombre de su pequeña y el de él sobre el pecho de su esposo.

- Amor me sentiré tímido si me sigues viendo así.

El peliazul se mordió el labio inferior - No puedo evitarlo - se acercó hasta envolver el cuello del pelinegro con sus brazos - Todo de ti me encanta - le dio un beso - Me fascina - otro beso más - Y me enciende - otro beso más pero esta vez fue demandante lleno de excitación.

Jungkook disfrutaba de los labios de su amado contra los suyos, tomándolo desde la parte de atrás de sus muslos para poder cargarlo y así llevarlo hasta la cama en donde lo deposito con cuidado.

-No podré detenerme y te demostraré lo mucho que te amo - volvió a juntar sus labios.

-Hazlo - sonrió - Pero primero cierra con seguro la puerta - le guiño un ojo.

El pelinegro de inmediato lo hizo para luego proceder con su labor de demostrarle amor a su preciado esposo, las ropas estorban por lo cual fueron rápidamente retiras logrando hacer sonreír al pelinegro pues podía apreciar los hermosos tatuajes que había inmortalizado en el cuerpo de su esposo. El primero era aquel pequeño arbolito que le realizó cuando lo conoció, luego estaba las dos pequeñas rosas entrelazadas por sus tallos por un lazo que le realizó cuando se casaron y por último el delicado dibujo de la huella de la pequeña Hayoon en su otro muslo.

-Te amo - le susurro con amor.

-Yo te amo más - lo jaló para poder unir sus labios.












































Taehyung usaba unos shorts negros y un polo color blanco oversize que le pertenecía a Jungkook, se encontraba en la cocina preparando el desayuno que consistía en unos ricos hot cakes junto a fruta picada y por supuesto leche para su pequeña, café para su esposo y una combinación de los dos para él.

Escuchaba como la alegre voz de su hijita quien estaba cantando una canción infantil se iba acercando a la cocina.

- ¡Mapi! - chillo feliz la infanta en los brazos del pelinegro quien la traía - Ben día - sonrió.

- Muy buen día mi reina - se acercó hasta su pequeña para plantarle un sonoro beso en su mejilla.

Jungkook sonrió por la tierna imagen de su esposo besando las delicadas mejillas de su pequeña hija.

-La llevaré a la sala para que vea algo de televisión hasta que esté listo el desayuno.

-Sí si Baby Bus - aplaudía enérgicamente.

El peliazul tan solo asintió y vio salir a ambos pelinegros de la cocina, al cabo de unos minutos el pelinegro regreso para proceder a ayudarlo a preparar el desayuno. Tan solo faltaba que Jungkook terminará de preparar los últimos hot cakes y podrían sentarse a la mesa para desayunar.

El sonido del timbre resonó en la casa logrando extrañar a ambos hombres pues era la mañana de un sábado y no esperaban a ninguna visita.

- Yo iré, tú termina los hot cakes.

El peliazul pasó por la sala viendo así a su pequeña sentada en el sofá más grande mientras aplaudía y movía su cabecita al compás de la música.

Con una sonrisa de bobo se aproximó hasta la puerta de su casa, escuchando así el timbre nuevamente acto que le hizo fruncir el ceño; al abrir la puerta no podía creer lo que sus ojos veian. Tuvo el impulso de cerrarle la puerta en la cara por la sorpresa pero tan solo se quedó allí mirándolo con los ojos bien abiertos.

- Hijo - aquellas palabras se escaparon casi en un murmullo.

-¿Qué haces aquí? ¿Quién te dio mi dirección? - aunque no quisiera su voz era hostil.

El hombre mayor de cabello algo canoso soltó el aire retenido - Le pregunté a tu madre - el rostro del peliazul se deformó en una mueca de irritación - No, ella no quería darme tu dirección pero fue ChanMing quien escucho nuestra conversación y luego me dio la dirección - paso una mano por su poco cabello - Ella cree que ambos debemos hablar y arreglar las cosas.

Taehyung soltó un bufido de frustración pues no podía enojarse con su hermana menor - Ella tan solo tiene quince años hay muchas cosas que ignora - se encogió de hombros - En fin ¿Qué quieres?

-Hijo...

-¿Hijo? ¿Es enserio? - sonrió con incredulidad rodando los ojos.

-Amor que sucede - los fuertes brazos de su esposo se deslizaron por su cintura apresándolo en un abrazo posesivo y confortante.

El hombre mayor frunció el ceño por un momento al ver aquellos brazos llenos de tatuajes y notar algunos más en el cuello. Los ojos del pelinegro se encontraron con los de aquel hombre al cual desconocía y que no le estaba dando muy buena impresión.

-¿Qué pasha? - la infantil voz de la pelinegra llamo la tensión de los tres hombres en la puerta quienes dirigieron su mirada al suelo, pues la pequeña se había colado entre las piernas de sus padres para llegar al lado de Taehyung y sostenerse de la pierna de este - Mapi ¿Quién es? - señaló al hombre frente a ellos.

El peliazul sonrió y cargo a su hija - Es solo un visitante inesperado - la pequeña giró su cabecita pues no entendía esas palabras.

-¿Mapi? - murmuró el hombre mayor acto que llamo la atención de la niña.

-Sí mapi - señaló al peliazul quien la cargaba - Mami y papi - sonrió mirando a Taehyung - ¿Mapi y el yuno?

-Oh es cierto - sonrió - Papi Kook te llevará a la cocina y yo voy en solo un segundo.

-Vamos mi princesa - extendió los brazos siendo correspondido por su hija quien se colgó del cuello de su padre pelinegro - Cualquier cosa me avisas, amor - le dio un beso en la mejilla antes de irse al interior de la casa.

- Es una linda niña.

-Lo sé - sonrió recordando la maravillosa vida que tenía con su familia - Debo ir a desayunar con mi familia así que dime ¿Qué es lo que quieres?

El hombre mayor tan solo suspiro derrotado - Necesito hablar contigo pero creo que he venido en mal momento así que mejor me iré y yo...

-No no - lo interrumpió - Si no has desayunado acompáñanos y luego podemos hablar.

El hombre mayor miro a los ojos a su hijo y vio la sinceridad en aquella mirada tan parecida a la de su ex esposa.

Ambos pasaron hasta la cocina, en donde encontraron al pelinegro tarareando una alegre tonada a la vez que servía en un pequeño plato fruta picada para su risueña hija quien cantaba al son de su padre.

Taehyung soltó una risilla ante aquella escena llamando así la atención de ambos pelinegros.

Aunque Taehyung hubiese preferido no tener que hacerlo debía presentarlo como lo que era, su padre. El pelinegro se presentó formalmente ante el hombre mayor quien le estrecho la mano, y la verdad era que Jungkook se estaba conteniendo de darle un buen golpe a aquel hombre que hizo sufrir a su amado esposo en el pasado.

Algo que sorprendió a Taehyung fue que su progenitor no se inmutó al escuchar que aquel hombre fornido y lleno de tatuajes era su esposo, por lo cual supuso que su madre o quizás sus hermanos ya le habían comentado al respecto.

Al escuchar que aquel hombre mayor era el padre de su queridísimo mapi Tae, la pequeña Hayoon se emocionó mucho pues ella creía que solo tenía un abuelito, el padre de Jungkook, y dos abuelitas así que conocer a un nuevo abuelito era realmente emocionante para la niña.

El desayuno por suerte y gracias a Hayoon fue tranquilo y agradable puesto que la pequeña se la paso platicando con su nuevo abuelito, contándole sobre cómo sería su próximo cumpleaños, cual de sus princesas era su preferida, hablándole del pequeño ManYoung hijo de Jisun y Hoseok; DakHo y Dara, de seis y dos años respectivamente e hijos de Jimin y Yoongi; y por supuesto de los mellizos HyunJin y SuYoon de tan solo un año e hijos de Namjoon y SeokJin.

Al término del desayuno Taehyung con tan solo una mirada le dio a entender a Jungkook que por favor se llevará consigo a Hayoon y la distrajera para que de esa forma él pudiera hablar con su padre. Por ello el pelinegro se llevó a su hija a su habitación con la promesa de que se cambiarían para ir al parque, claro está que ganaría un poco más de tiempo jugando mientras la vestía.

Una vez ambos se quedaron solos, el peliazul llevo a su padre hasta la sala para poder conversar en lo que esperaba sea una rápida conversación.

El silencio llevaba con ellos aproximadamente unos dos minutos y el peliazul no podía seguir con ello porque sabía bien que su pelinegro no podría contener el huracán de energía y felicidad que era su pequeña por mucho tiempo ya que estaba muy emocionada por ir al parque y por su nuevo abuelito.

-No alarguemos más esto y dime ¿Qué es lo que quieres hablar conmigo? - se cruzó de brazos viendo con rostro serio al hombre que tanto lo había querido y despreciado.

El mayor soltó el aire que retenía - Hijo, Taehyung yo...yo realmente lo siento tanto - miro con ojos llenos de dolor y arrepentimiento al peliazul quien no quería mostrar ninguna emoción - Entendí que mi reacción ante tu.. tu elección de vida no fue la correcta que debí ser más comprensivo y apoyarte - juntó sus manos sobre sus rodillas - No debí golpearte, tampoco a Jimin por solo ser tu amigo y apoyarte, debo disculparme con él también.

-Dudo que quiera hablar contigo y la verdad es que su esposo tampoco te dejaría entrar a su casa.

-Supongo que me lo merezco - su mirada bajo a sus manos - Cuando me dijiste que preferidas a los chicos que a las chicas, tan solo perdí la razón para mí era como si me estuvieras diciendo que fui un mal padre por no educarte como un hombre debía ser... Y te soy sincero hasta hace cinco años atrás seguía pensando lo mismo, pero luego entendí que no es así, que ni tu madre, tú o yo tenemos la culpa de nada porque el que te gusten los chicos no es algo malo - alzó la mirada para ver a su hijo - Admito que no es fácil aún para mí aceptarlo a cabalidad, pero trataré de ir mejorando y ser más comprensivo - se encogió de hombros - Taehyung enserio lo siento mucho, me disculpo por mi agresividad, falta de comprensión y por ser un mal padre para alguien tan maravilloso como tú - el peliazul tan solo lo miraba - Te has convertido en un hombre de bien, te has graduado de la universidad, te has casado y tienes a una preciosa hija - sonrió - Por favor hijo perdóname e intentemos ser nuevamente padre e hijo.

El peliazul frunció ligeramente el ceño mirando a su padre allí sentado con el cuerpo ligeramente tenso y una mirada de culpa; suspiro y cerró los ojos tratando así de que su mente se relajara.

-Sabes, hace como unos ocho o siete años atrás si hubieses venido y dicho todo este discurso yo hubiese llorado de la emoción - sonrió con nostalgia - Hubo noches en las que lloraba recordando, no los golpes porque esos sanaron sino tus frías e hirientes palabras de aquella vez en la que te abrí mi corazón con temor y anhelo de buscar comprensión de tu parte... Aún recuerdo cuando me dijiste que ya no era tu hijo, que ya no era Kim Taehyung.

-Eso fue una estupidez - se apresuró a decir - Estaba cegado por mi irracional ira, tu siempre serás Kim Taehyung, mi hijo.

Taehyung sonrió de medio lado - Oh no, no lo soy - se sentó derecho, irguiendo con orgullo los hombros - Soy Jeon Taehyung y estoy muy feliz de serlo.

El hombre mayor tan solo bajo la mirada para luego murmurar - Lo siento tanto, te he lastimado que hasta repudias mi apellido.

-No, no lo hago - el mayor regreso su mirada al mayor de sus hijos - Es cierto que me has hecho daño pero eso me sirvió para ser la persona que ahora soy - sonrió genuinamente - Gracias a ello me he dado cuenta que lo más importante no es ser aceptado por los estándares de los otros o lo tuyos, es aceptarme a mí mismo con todo y mis defectos - relamio sus labios - Hoy en día me amo, amo mi vida y a las personas que tengo al lado... Agradezco tus disculpas y las acepto pero no pretendas que olvide todo lo demás porque eso no pasará y la verdad no quiero olvidarlo - se paró del sofá - Enserio acepto tus disculpas - le extendió la mano acto que el mayor acepto.

-Gracias, siempre supe que serías una mejor persona que yo y mírate eres mucho mejor.

Taehyung se encogió de hombros - Tan solo trato de vivir feliz sin juzgar a los demás y preocupándome por mis seres amados - escucho la preciosa risa de su esposo e hija - Bueno debo vestirme para ir al parque con mi familia, si deseas puedes venir con nosotros.

El mayor abrió los ojos - ¿Encerio puedo?

-Claro - le regaló una pequeña sonrisa - A mi linda princesa le agrada poder tener un nuevo abuelito y estoy seguro que ella desea poder jugar un poco contigo.

El mayor asintió con una ligera sonrisa para volver a sentarse en el sofá.

















Taehyung y Jungkook estaban sentados en el césped del parque viendo como su adorada niña jugaba con el padre del peliazul quien le sonreía genuinamente a la carismática pequeña.

-Estaba pensando en que quiero un nuevo tatuaje.

El pelinegro alzó una ceja - ¿Un nuevo tatuaje? ¿En dónde?

El peliazul alzó su mano para mostrarle el dedo anular en donde reposaba el mismo tipo de alianza que el contrario portaba.

-Quiero que diga "libertad" .

El tatuador asentía con una leve sonrisa - Me parece bien, y creo que yo también me haré algo parecido solo que el mío dirá "unión".

El peliazul se acercó al rostro de su esposo - Si no te hicieras tantos tatuajes no serías mi Tattoo Boy - juntó sus labios en un dulce beso cargado de todo el amor que se sentían y que estaban seguros perdurará en sus siguientes vidas.

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