7𓏲 ๋࣭ ࣪ ˖ mere coincidence.
ִֶָ☾.He'll surrender to his dark temptations
Rearrange his plans.
── .✦ Allegra Jordyn.
—¡Un aplauso para Iris que ha sobrevivido un mes con el mismísimo Diablo de jefe!
Marissa alienta a mis demás amigas a levantar sus copas y brindar por... bueno, mi gran supervivencia al mismísimo infierno dentro de aquella compañía como Alex Volkov mi jefe y bueno, también el Diablo, como dijo mi amiga.
Yo ruedo los ojos con una pequeña sonrisa y doy una sonrisa sarcástica mientras choco mi copa contra las de ellas en el aire, parecen estar más emocionadas que yo con esta situación.
Aunque si estoy feliz, es decir, he podido pagar por lo menos tres meses de renta de mi departamento por adelantado, comida como para alimentar a un ejército, y por supuesto, mucho más ropa decente. Hasta tranquilamente podría irme de aquel barrio asqueroso de Brooklyn, pero aun no quiero cantar victoria, en caso de que cualquier cosa pueda suceder.
¿Quién diría que trabajar solamente de asistente tendría tantos beneficios?
De todas formas, y para mi suerte, Alex se ha comportado como una persona decente hasta el momento, una vez más, no quiero cantar victoria aún, porque conociendo el temperamento de ese hombre, un día se puede levantar con el pie izquierdo y simplemente me va a ver la cara decidirá que soy la persona más inútil del mundo y me echará.
En poco tiempo e intentado entender un poco más ese hombre, no es la persona más fácil de leer, sobre todo por esa expresión fría y sin emoción cada vez que mira a cada empleado, cada vez que me mira a mi. Una desgracia, es que no he recibido ningún halago desde la última vez, de su boca sólo han salido demandas tras demandas... Hasta conocí su departamento en la zona más rica de todo New York, por supuesto, el Upper East Side, solamente para hacer unas entregas estúpidas.
No esperaba menos de un hombre con su estatus y sus tarjetas bancarias con dinero infinito.
—En serio, Iris, no tengo idea como haces para trabajar con alguien extremadamente guapo. — Comenta Jane para después darle un sorbo a su bebida, una castaña de ojos verdes esmeralda con pecas en sus mejillas y nariz.
Una vez más ruedo los ojos.
—¡Lo sé! ¿Han visto sus fotos por internet? Es demasiado caliente. — Dice Sally, estando de acuerdo con Jane.
—Chicas, créanme, cuando trabajan con él, lo último que piensan es en su físico... Es un hombre intenso, serio, aburrido, demasiado controlador... — Y guapo, sexy, con ojos penetrantes, un cuerpo para morirse, la personificación de la perfección. —No gracias.
Yo misma le doy un sorbo a mi Martini, hasta el fondo, intentando calmar el arremolinamiento de pensamientos que suceden dentro de mi cabeza ante la imagen de esa persona.
¡Por supuesto que cada vez que lo veo sólo pienso en lo que esas manos pueden hacer! Pero ellas no tienen porqué saberlo, ni yo misma me ánimo a decirlo en voz alta porque sino todos dentro de mi cabeza va a tomar un rumbo que no debería de tomar. Es demasiado difícil concentrarse, yo me quejo, pero muy en lo profundo agradezco todo el maldito y miserable trabajo que me da todos los días.
Así me mantengo distraída y me prohíbo a mi misma mirar en dirección a la puerta de su oficina todo el tiempo. Además, todas las mujeres en esa oficina, todas las que trabajan para él, se mueren por Alex, las escucho todo el tiempo susurrando lo guapo que se veía ese día, de cómo quieren apretarle el trasero con las manos, que las ahorquen, que las besen, y muchas otras cosas más, que definitivamente no ayudan a mi imaginación muy imaginadora.
—Ya no hablemos del trabajo, ¿De acuerdo? Se supone que vinimos a distraernos. — Insisto en cambiar de tema antes de que decidan indagar mucho más profundo dentro de mi cabeza, y si tengo alcohol en mi sistema, terminaré diciendo cosas que tal vez no quiera.
—Iris tiene razón, enfoquémonos en tomar y luego iremos a algún club a bailar. — Marissa está de acuerdo conmigo y suelto un suspiro de alivio al recibir su apoyo.
Por eso es mi mejor amiga.
—De acuerdo, pero aun así podemos mirar chicos lindos, ¿Verdad? ¿O también me lo prohíben?— Dice Jane de manera dramática y le doy un codazo suave en el brazo.
—Nadie te puede prohibir eso, cariño.— Le contesta Sally entre risas.
Siempre me alegra estar con ellas, aunque no nos juntemos demasiado, es bueno verlas de vez en cuando para distraerme, sobre todo eso... Desde que recibí aquel mensaje no he podido estar tranquila, intento que cada día de mi vida no sea un calvario lleno de paranoia, un spoiler; no lo logro. Hasta tuve que hablar con el dueño del edificio donde vivo para asegurarme de que la seguridad sea la adecuada, por lo menos en mi departamento.
Es probable que sea sólo un delirio de persecución, y que la persona que me mandó el mensaje haya sido un número equivocado, aunque después de lo de Bob, no sería nada exagerado poner tres cerrojos más a la puerta de mi departamento. Y para que sepan, ya lo he hecho.
Por supuesto, esto es nadie a quien le he dicho, porque sólo ha sido un mensaje, no han sido cien por día, así que prefiero evitarme la charla de que me estoy volviendo loca.
Cuando viene el mesero a tomar pedido de nuestra tercera ronda de bebidas, mis ojos se desvían unos segundos al costado de la barra, a unas cuantas mesas lejanas a la nuestra. Sin embargo, siento que mi corazón se para por unos microsegundos y tengo que volver a mirar una segunda vez para confirmar lo que acababa de ver.
¿Qué mierda hace él aquí?
Alex Volkov, está aquí con un chico más o menos de su edad, con rasgos asiáticos que es bastante guapo a decir verdad, no me sorprendería que su círculo de amigos sea guapo.
Esperen... ¿En serio ese hombre tiene amigos? Bueno, algo nuevo se aprende todo el tiempo.
A juzgar por su rostro y su mirada de disgusto, este tipo de bar no es de los suyos, pero con el chico que está, si, así que imagino que lo habrá obligado o convencido de alguna manera. Y que alguien me explique por qué estoy analizando la situación como si me importara.
¡No me importa! Y nunca me importará.
¿Será que tienen una cita doble?
¡Oh, Iris! Ya cierra la maldita boca.
En ese momento, el mesero vuelve con nuestros pedidos y los coloca en la mesa, una vez más pedí otro Martini ya que es mi bebida favorita. Y para calmar un poco la ansiedad del momento, la cual no tengo idea de porqué lo siento, le doy un sorbo que lo deja hasta la mitad.
Miro mi celular, y como si lo hubiera invocado, un mensaje de Alex aparece en la pantalla y frunzo el ceño. Espero que no me pida un trabajo ahora mismo o si no lo asesino.
Señor Volkov: "Disfrutando del Martini, ¿eh? Espero que puedas lidiar con los números de mañana con la misma energía."
Aprieto mis labios con fuerza en lo que leo el mensaje una y otra vez, levanto la mirada y noto que Alex me está viendo desde la distancia. Él levanta su copa en mi dirección, como si fuera una señal directa de que ya me ha visto, e incluso puedo ver una pequeña sonrisa burlona en sus labios antes de llevar la copa a sus labios.
No puedo evitar elevar una de mis cejas ante la situación, en serio tiene qué estar bromeando.
—Chicas, discúlpenme un segundo.— Murmuro, y antes de que me respondan, simplemente me levanto de la silla y camino en dirección hasta donde se encuentra él.
Mantengo mis brazos cruzados en los que me detengo al frente de Alex, quién aún sigue parado al lado de la barra y no hay señales de su amigo asiático.
—¿Así que ahora mi jefe también se dedica a monitorear mis elecciones de bebida? ¿O fue pura coincidencia que termináramos en el mismo bar?— El sarcasmo brota de mis labios.
Si él se tomó la libertad de mandarme un mensaje interesante e informal, ¿Por qué no yo también puedo dar uno que otro comentario?
Alex deja su copa sobre la barra, se gira a prestar toda su atención en mi dirección, si bien no está sonriendo, todo lo que hay en sus ojos es más que suficiente para darme cuenta que esta situación le da gracia.
—Monitorear no sería la palabra que usaría. Pero considerando cómo has lidiado con esos informes esta semana, tenía curiosidad por ver cómo maneja el tiempo libre. — Contesta usando su tono pomposo y elegante con ese maldito acento ruso que me hace debilitarme de la rodillas.
Yo sé que es pura casualidad que estemos aquí los dos en este bar, y ahora sólo está molestándome para obtener una reacción de mi parte. Como si una vez más, me estuviera probando a que le dijera algo.
Me inclino un poco hacía él... Lo cual es una actitud bastante atrevida de mi parte, él eleva una de sus cejas por mi acción, pero no se aparta de mi.
—Oh, ¿y qué tal mi desempeño hasta ahora? ¿Debo preocuparme por un reporte de productividad en mi noche libre también?— Alex inclina la cabeza, su expresión permanece neutral, pero sus ojos brillan con un matiz de diversión.— ¿Qué hace en un tipo de bar cómo este? No creí que fuera de su tipo.
Mis ojos lo miran de arriba hasta abajo, lleva una ropa más informal que los trajes formales que siempre usa en las oficinas, pero de todas formas sigue pudiendo ser pasado por algo de oficina. Una camisa con los dos primeros botones desabrochados, se le ajusta al cuerpo de una manera demasiado pecaminosa, y debo luchar con mis propios ojos para no mirar más allá. Su pantalón oscuro está perfectamente ajustado, y, por supuesto, sus zapatos parecen más caros que mi alquiler.
—¿Un tipo cómo yo? ¿Cómo sería eso?— Mis palabras definitivamente despertaron la intriga en mi querido jefe, y mis ojos se encuentran con los de él.
—Tenso, intenso, aburrido, con un palo en el culo que prefiere estar rodeado de gente en trajes que gente borracha y lucha por mantenerse en pie. Probablemente en una esquina con su copa, solo, mirando a todos como si fuera la peor peste existente en el mundo.
Una vez mis palabras empezaron a salir, no pude detenerme a decir las peores cosas que mi boca alguna vez haya dicho mientras le hablo a Alex. Los Martini en mi sistema y el ambiente relajado del bar, definitivamente no ayudan a mi naturaleza brusca y directa.
Alex nuevamente eleva una de sus cejas mientras me mira, sin embargo, su expresión se pone seria una vez más, demostrando nada. Puedo decir que lo he sorprendido, y a la vez no sé si va a despedirme o burlarse de mí.
—Y usted cree que me conoce muy bien, ¿No, señorita Maxwell?
—Sé lo suficiente.— Contesto con rapidez.
Nuestras miradas se conectan de una forma tan intensa, que nunca había notado la intensidad de sus ojos verdes hasta este momento, como si quisieran ver cada parte de ti, incluso mi mismo futuro. Intento que mi mente no vaya a lugares de los cuales ya no va a volver, pero es que simplemente esos labios me gritan que salte, me siente sobre sus piernas y le rompa la boca de un beso, un beso hasta que los dos necesitemos tanque de aire para volver a la realidad.
No sé si soy la única que siente lo mismo, sólo que puedo asegurar que la forma en la que los ojos de él miran mi vestimenta, no son para nada la de un jefe a un empleado, y un escalofrío recorre mi cuerpo entero y el calor estalla en mi entrepierna.
—Hey amigo...— El chico asiático aparece para arruinar, o salvar, todavía no lo sé, la situación. Le da una palmada a Alex en la espalda y se coloca a su lado mientras me ve con intriga y una sonrisa encantadora. Yo sabía que él era guapo también.— ¿Ya estás ligando con una chica hermosa?
—No estamos ligando.
—¿Con él? Nunca.
Los dos hablamos al mismo tiempo, estrellándonos con las palabras.
—Soy Iris, Iris Maxwell, la asistente del señor Volkov. — Extiendo mi mano en dirección a aquel chico, quien la estrecha mientras ambos nos damos una sonrisa amistosa.
—Soy Josh Chen, su mejor amigo, su hermano del alma. — Se presenta él de una manera tan divertida y relajante que es bueno tener un poco de esta vibra en el ambiente.
—Te ves carismático, ¿Por qué eres amigo de él?— Digo elevando una de mis cejas, Josh se ríe, Alex me mira con atención elevando una de sus cejas.
No está afectado, para nada.
—¿Honestamente? No lo sé, magia negra o algo así.
Ambos nos reímos, y por su parte Alex, simplemente reprime una sonrisa en lo que lleva su copa a sus labios dándole un sorbo, y me da una mirada de reojo.
La sonrisa de mi rostro permanece, hasta que mi celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón y lo saco para ver el nuevo mensaje. Y así como la sonrisa apareció, también se desvanece por completo, y las náuseas vuelven a aparecer.
Aprieto el celular con fuerza, y por unos segundos me olvido que no estoy sola.
—¿Todo bien, señorita Maxwell?— Levanto la cabeza cuando escucho la voz de Alex.
Si bien su tono de voz es neutral, su ceño está ligeramente fruncido y puedo ver algo de preocupación en ellos, o tal vez soy yo delirando una vez más.
—Si... ¡Si! Completamente. — Intento sonar animada guardando mi celular donde estaba antes. — Mmh, me avisaron que una de mis amigas ya está vomitando en el baño, tiene baja tolerancia... Así que iré con ellas para asegurarme que estén bien, no hay problema. — Hago un gesto con la mano para restarle importancia a la situación.
Aun así, siento que esa amiga seré yo.
—Nos vemos mañana en el trabajo, señor Volkov... Un gusto conocerte Josh.
—Igualmente.
Hago un gesto con la cabeza con una sonrisa tensa y camino en cualquier dirección menos a la mesa donde están mis amigas, primero necesito calmarme antes de parecer que voy a desmayarme en cualquier momento.
Cuando estoy en el baño de mujeres, para mi suerte, no hay nadie allí, así que estoy sola con mi crisis una vez más. Saco mi celular una vez más y leo el mensaje otra vez.
"¿Crees que bloquearme puede detenerme? Eres más lista que eso, Iris."
Y con esto puedo asegurar una cosa... El anterior mensaje también fue para mi, y esta persona anónima, está queriendo llegar a mi.
¿Ya tengo permitido entrar en paranoia?
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido. Por favor votar en todos los capítulos.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia
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