Lean el capítulo anterior.

·Jungkook·

Bueno, el ambiente en la casa no mejora una vez me ven llegar. Es tan incómodo.

—Hey— saludo al líder, el me sonríe sin ganas, guiándonos por el lugar— ¿Ya sabes que sucedió?— el afirma con la cabeza, llegamos a la sala principal dónde varios de sus miembros están sumidos en un sepulcral silencio— entonces, espero que me puedan ayudar diciéndome porqué...

—Sinceramente— dice, aclara su garganta mientras yo intento que mi expresión se vea lo más tranquila posible— tampoco sabemos porque... hizo eso.

—¿Dónde está?— pregunto, de nuevo su expresión decaída no me dice nada bueno.

—Se encerró en el cuarto— responde otro de los miembros, Hoshi— Vernon está hablando con él.

Asiento, le doy una mirada a Yugyeom y este toma mi teléfono, le pedí que llamara a Athena en caso de que el se niegue a hablar conmigo, sin embargo no es necesario cuando mis ojos lo captan cruzar la puerta a paso rápido con Vernon pisándole los talones.

—¿Dónde está Alanamya?— es lo primero que pregunta, sus ojos están rojos e hinchados, todos continuamos en silencio—¿Porqué estás tu aquí y no ella?— me atrevo a reírme, irónico.

—Espero que no hables enserio— es de verdad incómodo, todos estamos de pie y por cómo lo están observando, no soy el único contrariado por su actitud— está en casa, culpándose por tu estupidez.

—No es cierto, ella no está en casa, ya fui allí muchas veces y no está— está actuando tan raro, me siento perdido— la llamé muchas veces, le dije que la extrañaba, la sigo extrañando y-y tu— me señala, se tambalea, no me pierdo un solo movimiento, ni una sola reacción— tu la quieres apartar de mi, t-tu-

—¿Son celos? ¿Es eso?— Vernon lo sostiene mientras el líder lo mira suplicante, le hace señas a otro de ellos para que se lo lleven— no la estoy apartando de ti, somos amigos.

—¡La besaste!— grita, se tambalea de nuevo— la tocaste, ella es mía, siempre fue mía y yo la necesito más, y-yo— da dos pasos largos hacía mi, alertando a los presentes y puedo sentir a Yugyeom aterrado detrás mío, apretando las mangas de mi chaqueta, Mingyu solo me señala con su mano temblorosa— ¿Vas a quitarmela a ella también?— cuestiona, sus ojos se llenan de lágrimas y me ven con odio, luego golpea mi hombro antes de ser jalado hacía atrás— ¿Sabes qué? Quédate con esa zorra— sorbe su nariz— hay muchas como ella.

Da media vuelta con ayuda de sus compañeros, estos tras darme una mirada se llevan, prácticamente inerte en sus brazos.

¿Qué demonios acaba de pasar?

—Eso asustó cada partícula que me conforma— comentó Yugyeom, poniéndose a mi lado mientras el líder se vuelve a acercar a mi, apenado— tengo miedo, vámonos.

Arqueo ambas cejas, esperando una explicación coherente.

—Lo siento, pero Mingyu no está en condiciones para hablar— no pues, de eso puedo darme cuenta— esta borracho por los medicamentos.

¿Qué?

—¿Qué?— cuestiona Yugyeom— ¿Consume medicamentos? Entonces...

—Eso me alivia como no tienes una idea— solté un enorme suspiro— entonces solo actuó así porque estaba dopado en pastillas ¿No?— asiente— joder que casi me orino en los pantalones.

Y no es joda.

—Mingyu tiene que tomar unos... calmantes, por decirlo así— explica— cuándo se siente muy estresado, se molesta, tiene problemas de control de ira— de lo que uno se entera— estos calmantes lo mantienen a raya, toma una buena dosis, pero últimamente no le hacen efecto, así que ha estado duplicandola pero... no ha funcionado y sucede lo que acabas de ver.

—¿Y que esperan para llevarlo a un médico?— Yugyeom levanta la voz, poniéndose detrás de mi, usándome de escudo cuando le propinan aquella mirada feroz— ¡Da miedo! T-tal vez deban cambiarle los medicamentos, luce como un loco psicópata a punto de transmutar a zombie, hasta su voz cambió.

—Él decidirá si quiere cambiar su tratamiento o no, eso no es asunto tuyo— contesta brusco y, atónito me encuentro cuando nos señala la puerta— nuestros representantes están solucionando el asunto con los tuyos, pueden irse.

Nos empuja, es primera vez que me sacan de un sitio y la cara de poker que tengo ahora no me la quita nadie, nisiquiera la fila de mensajes de Athena diciéndome que ya han publicado un comunicado explicando la situación.

—¿Porqué siento que fuimos timados?— suelta Yugyeom.

No pueden decirme que no entendieron porque ahí nos explicó el señor S.coups la situación de Mingyu.

Ya falta ver si es verdad o puro teatro jeje.

Besitos rojos.