Lo que sucedió al conocerse...
—Tengo calor.
Jungkook se había quejado por segunda vez, mientras se tambaleaba, luchó con los botones de su camisa, eso si, no dejó de seguirme el paso.
—Puedes dejarla ahí— señalo mi tocador, él lo hace, arrugando la prenda en una bola y la lanza, riéndose después— wooooah, no tienes vergüenza.
Desnudo de la cintura hacia arriba, se dejó caer sobre mi cama sin pudor alguno, regocijandose entre las sábanas como si estuviese haciendo Ángeles de nieve.
—Ven aquí— dice.
Dejo ambas botellas de soju a un lado, pues son las unicas dos que quedan y me lanzo a su lado dándome cuenta de lo cómodo que se siente apoyar la cabeza sobre la almohada.
—Tu cabello es muy largo, me gusta— mis ojos están casi cerrados, pero me niego a caer dormida— y tu piel es también muy bonita.
Jungkook es muy guapo, tiene aquel rostro con rasgos infantiles que ahora son casi imperceptibles, pero una vez sonríe, puedes ver la sonrisa de un niño con cuerpo de hombre.
—Te gusta mucho halagarme— hipé, él también lo hace y aquello desata risas— espero acordarme de esto luego.
—¿Tienes novio?— ah, tan de repente.
—No, los hombres son inservibles— en lugar de ofenderse, se ríe, apoyándo su cabeza en su mano— ¿Tu si tienes novia?— estoy hablando tan condenadamente lento a causa de lo boba que me pone el alcohol, que me frustra.
—La última vez que tuve una... no lo sé, creo que hace un año y medio— me cubro la boca en un gesto exagerado de asombro— simplemente no funcionó.
Que arrepentida ha de estar, si yo hubiese perdido a semejante espécimen de hombre, lloraria el resto de mi vida. No es broma.
—Yo tuve mi último novio hace cuatro meses, creo— suspiro, triste— tampoco funcionó, me dijo algo sobre el poliamor y automáticamente, puff— levante ambas manos, simulando que algo estallaba— dejó de gustarme.
—Eso es triste...
—¡Y no sólo eso!— viendo como Jungkook estaba decidido a escucharme y no juzgarme— le dije que no, y no le dije nada malo respecto a sus gustos pero— hipé de nuevo— él dijo que de todas formas yo no era tan atractiva— mi tono ofendido salió a flote— lo cuál es una barbaridad, soy súper atractiva.
—Él se lo pierde.
—¡Eso dije yo!— con mi escasa fuerza, tomé el rostro de Jungkook y apreté sus mejillas con mis palmas— tu si me entiendes.
No como Mingyu, maldito Mingyu. Pero lo quiero.
—No importa, hay muchos hombres en el mundo— dice como consuelo, una vez lo libero— inservibles como dices, pero buenos sujetos.
—Ay, Kookie, derrites mi borracho corazoncito— se deja caer en la curvatura de mi cuello riéndose escandalosamente otra vez, haciéndome cosquillas— si no estuviera viendo aquellos abdominales diría que eres tierno.
—¿Porqué andas mirando lo que no debes? Depravada— sale de su escondite, su respiración golpea en mi mejilla— ¡todas las mujeres son iguales! Perversas.
—Si te me pones en frente así, no me pidas que no observe— pincho con el dedo su hombro, noto sus ojos igual de cansados que los míos— eres un buen chico, seremos buenos amigos.
—Los amigos son amigos para siempre y por siempre~
De nuevo pinché su hombro, riendo maravillada por sus estupideces y chistes sin sentido, cuando me besó la mejilla, la risa se me fué.
—No hagas eso, es peligroso— le digo, pero vuelve a besar mi mejilla, besitos humedos— hablo enserio.
—¿Porqueeeeeeeeeee?
Besó muchas veces más mi mejilla, incluso haciéndome cosquillas, le tape la boca con mi mano y solté la estupidez más grande de la noche.
—Me caliento si haces eso.
Jungkook ensanchó los ojos lo más que pudo y apartó mi mano.
—Eso no debería calentarte— susurró— esto si.
Su boca se pegó a la mía bruscamente y mis ojos también se abrieron sorprendidos cuándo Jungkook, sin siquiera dudarlo un poco, se subió sobre mi sin perder la conexión de ambas bocas.
Yo iba a apartarlo, de verdad que si, pero blanquee los ojos y luego los cerré, disfrutando la humedad y el sabor agrio del soju aún presente en su lengua, la cuál sin pudor exploró cada rincón de mi boca que desesperada le devolvía el beso, los chasquidos era lo único que se escuchaba en estás cuatro paredes junto a los incesantes suspiros y jadeos que eran imposibles de retener, Jungkook acarició mi cintura con una de sus manos y mis piernas se enredaron por si solas en la suya, lo sentí dejar caer un poco más de su peso en mi, cosa que no me importó pues mis manos para ese momento acariciaban sin descanso su espalda y cabello, acercandolo más como si fuese posible.
Entonces Jungkook se separa, jadeante, de ojos brillantes y pupilas dilatadas me observa, lamiendose los hinchados labios y dejándome totalmente iniciada.
—No le digas a Mingyu— dice en tono ronco.
Asiento repetidas veces, atrayendolo hacia mi de nuevo y me regocijo en lo demandante de sus besos.
—Dios mío— observo mi rostro rojo y mojado en el espejo del baño, a punto de comenzar mi turno— no, no, no...
Ay no, JAJAJAJAJAJA.
Este par es muy malo para beber, ¿no creen? Espero sus opiniones ❤
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