Trigesimoctavo plato
[Namjoon]
Resultó ser más sencillo de lo que pensé en un principio. Con cámaras o sin ellas me volví cercano a Ailee, abrazándonos y tomándonos de las manos sin planearlo, tan solo porque me encontraba cómodo de esa forma. Nos volvimos realmente amigos, y nada debería ir mal, pues los objetivos de la empresa se estaban cumpliendo. Ya no había a penas rumores de Jin, toda su poca popularidad desapareció, y la mayoría de medios iban pegados a las migajas que les proporcionábamos la castaña y yo cuando salíamos a la calle.
Nada debería ir mal, efectivamente, pero lo iba.
No entendía por qué demonios a Jin no le afectaba ni lo más mínimo. Es decir, era mejor para mí que no me pusiera pegas por lo de la relación falsa, que me creyera -porque realmente era verdad- todas esas veces en las que le decía que solo le quería a él. Era genial que no tuviera ningún tipo de celos, pero eso a mi mente solo llegaba como desconfianza.
Si la situación fuera al contrario, yo no podría ni ver a la chica que estuviera con él. Me moriría. Revolvería cielo y tierra para que no le tocaran, para que nadie se acercara a lo que era mío. Quizás estaba mal, pero era como yo había aprendido a reflejar el amor desde siempre, los celos estaban incluidos en mi forma de querer. Y Jin no parecía tenerlos, lo que a mis ojos se veía como desinterés.
De todos modos esto pasaría rápido. En un mes a penas podríamos cortar la relación, anunciarlo a los medios y yo volver a rehacer mi vida con Jin sin tantos problemas. Ailee por su parte no creo que volviera a tener las cosas de igual modo al mío. Su novio estaba harto de esto, y no eran pocas las veces en las que la llamaba borracho o ella tenía que ir a recogerle tras una pelea a pesar de lo que se arriesgaba si la veían con él. Era uno de esos tipos que te destrozan mentalmente hasta que tengas que terminar arrastrándote tras ellos. Igualmente estaba ciega, y le costaría mucho abrir los ojos a pesar de todos mis consejos. Era su vida, tampoco podía decidir por ella.
- ¿Cuánto tiempo lleva siguiéndonos?
- Poco más de una hora diría yo –respondió mientras daba un bocado al pincho de carne que habíamos comprado en un puesto callejero. Yo ya me había terminado los míos, al igual que ella, solo que en su caso fue lista y compró el doble.
- ¿Una hora? ¿Tanto?
- Mientras cruzábamos el puente ya estaba fotografiándote el culo.
- ¿En serio?
- Sí, Namjoon, lleva casi una hora tras tu inexistente trasero –rió y yo fruncí el ceño, arrebatándole un pincho de los cinco que le quedaban como forma de venganza. Ella me fulminó con la mirada y apartó los restantes de mi alcance mientras yo sonreía satisfecho. – ¡Eh, eso es mío!
- Quizás tan solo están buscando el tuyo.
- Tengo un culo precioso, me da igual lo que digas –respondió indiferente, echándose una rápida mirada al trasero y sonriendo con orgullo. Con Jin la cosa habría resultado de manera muy diferente, probablemente él gritándome totalmente indignado. Esto era más aburrido. – ¿Por qué esa cara? ¿No te gusta la carne?
- Creo la princesa se ha cansado de mí.
- ¿SeokJin? –asentí dando otro mordisco al pincho. Ella hizo lo mismo, y tras tragar, dejando su boca manchada ligeramente con salsa, me miró. – ¿Por qué piensas eso?
- Nunca se ha quejado de esto, de lo que tenemos que fingir.
- Sigo sin entender porque tendría que hacerlo. Esto es de mentira, una farsa. –volvió a dar otro mordisco y sonrió con malicia. – Jamás saldría con alguien que tiene la delicadeza de un rinoceronte y ronca como un camión. Y además cada vez que salimos a dar una vuelta me pisa como mínimo siete veces en cada pie.
- ...
- Eh, era broma, no te enfades.
- No, si tienes razón. No me extraña que esté dejando de gustarle a Jin –tiré el palito restante de la carne al suelo, retractándome al instante cuando Ailee me fulminó con la mirada, obligándome a recogerlo y tirarlo correctamente en un cubo de basura. Una vez lo hice, me sonrió y volvimos al tema de conversación.
- No digas eso, idiota. Es cierto que eres torpe y un bruto, pero también tienes tu parte adorable. Haz aegyo, Namjoonie –rió e intentó hacerme cosquillas, lo que obviamente esquivé agarrándola de las muñecas y aprovechando para pegar un mordisco en la carne que sujetaba en su derecha. Infló los mofletes tiernamente y se soltó, guardando nuevamente la comida de mi alcance. Ella sí que era adorable, no yo.
- Yo no hago esas cosas.
- Te salen naturalmente, tienes aegyo natural, acéptalo.
- Jin tiene aegyo natural, es jodidamente tierno hasta cuando gime, en serio. – rodó los ojos e hizo oídos sordos a mi confesión sexual. Eran tantas las que hacía que ya se había acostumbrado. En cambio, sobre su relación poco me contaba, supongo porque en ese ámbito sería una persona más cerrada. – ¿De verdad crees que valgo la pena?
- Nah, tienes razón, ni entiendo porque acept...¡bobo, pero no pongas esa cara, que es broma! –rió y me abrazó, provocando que yo también soltara unas risas. – Te aseguro que Jin te quiere tanto como tú a él. Y sinceramente, su comportamiento es el adecuado para esta situación. –antes de que siguiera hablando ya sabía lo que iba a decirme por como su rostro se tornó a uno más enfadado. Su novio. – ¿Acaso preferirías que actuase como Jaesuk?
- ...
- ¡Namjoon, por favor!
- Vale, vale, como el imbécil de tu novio no –puso una mueca pero no me regañó o contradijo mis palabras. Era un hecho, últimamente Jaesuk se comportaba como un idiota. Las llamadas y mensajes al día cada vez que veía una foto nuestra no bajaban de veinte, y siempre encontraba el momento para insultarla y quejarse de la situación. No ponía nada de su parte en comprender a la castaña, pero lo mejor de todo era que aún así ninguno de los dos se atrevía a dejar la relación. – Pero me gustaría que hiciera algo, no sé, que fuera un poquitín más celoso...
- Resultas ser más idiota de lo que esperaba. Ojalá Jaesuk se comportara de esa forma y no armara un drama por esto. Ni siquiera diciéndole que eres gay se tranquiliza.
- ¿Le dijiste que soy gay? ¿Por qué?
- Porque si le digo que también te van las tías la cosa sería aún peor, así que en lo que respecta a mi novio, tú eres la mayor pasiva del mundo y las vaginas te repulsan.
- ¡Nadie se creería que yo pongo el culo!
- Mi novio se lo creyó.
- ¡Mírame bien, por favor! – señalé mi cara y abrí mucho los ojos, intentando enfatizar mi expresión de activo, sí, esa que probablemente no existía y lo único que conseguía era hacerme parecer un loco. – ¡Yo doy, pregúntale a Jin!
- Realmente no me interesan vuestros roles, de hecho voy a empezar a imaginarlo si sigues y no quiero vomitar, así que detente –aún así volví a señalar mi cara una vez más, dejando en claro mi puesto sexual. Ella gritó y me dio un golpe en el brazo para que parara, haciéndome reír.
Estuvimos conversando animadamente hasta que la luna cayó, y junto a ella, lo que nos alumbraba eran los pocos disimulados flashes de las cámaras y las farolas del paseo. Era tan romántico que no podíamos dejar de reír por lo absurdo de la situación. Estaba disfrutando tanto que cuando la llamó su novio para que fuera a recogerle a un descampado, no pude evitar soltar un bufido de desagrado. Realmente no me caía nada bien ese tipo.
- Disculpa, debo... ya sabes, Jaesuk otr-
- No pasa nada, igual se estaba haciendo tarde – me encogí de hombros y seguí caminando, ahora en la nueva dirección hacia el parking donde teníamos ambos coches. Ella seguía con la vista puesta en el móvil, contestando frustrada a varios mensajes que seguramente procedían de su novio. – ¿Qué pasó esta vez?
- Él y un amigo deben dinero a unos tipos.
- ¿Vas a pagarle tú la deuda? –mi asombro no era por ese hecho, sino porque no era la primera vez. Realmente no se cómo podía considerar pareja a alguien tan detestable como ese chico.
- Que remedio. Me está diciendo que han llevado hasta bates de beísbol, así que mejor que será lo mejor.
- Yo que tú dejaba que le dieran la paliza –entramos a la puerta del parking y busqué con la mirada mi coche, el cual estaba al fondo, haciendo esquina frente al de ella. – No han sido pocas las veces que le has salvado el culo.
- Me gusta demasiado su culo, que le voy a hacer –sonrió, pero no parecía feliz, más bien mostraba resignación, como si no hubiera más opción que aguantar eso. Suspiré y asentí. Después de todo era su decisión, no la mía. – Mañana te veo.
- ¿Mañana?
- Ajá, voy a tu empresa a grabar un dúo con la nueva solista que acaba de debutar. Si quieres cuando salga, me esperas y vamos a comer.
- Está bien –sonreí y le revolví el pelo antes de entrar en mi coche y cerrar la puerta. Fui yo el primero que lo puso en marcha, pero antes de eso bajé la ventanilla. Ella seguía afuera, aún con el móvil en la mano y frustración cruzando su rostro. – ¡Ey! –me miró y le lancé un beso de la forma más cursi existente, igual que hacíamos tras las cámaras. – Ten cuidado, ¿sí?
Ella asintió, aunque tampoco parecía muy pendiente de mis palabras. Y cuando arranqué y la perdí de vista no pude evitar molestarme a pensar en lo triste que era ver como alguien era anulado como persona. Ailee se arrastraba por su novio de forma totalmente insana. Su relación era tan tóxica que hacía parecer ideal la que yo tenía con Jin, a pesar de que últimamente no se sintiera para nada de esa forma.
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Aprovecho que me encuentro mejor del estómago para subir capítulo e intentaré escribir todo lo que pueda. Obviamente esto no es la maratón. Esa la subiré cuando esté totalmente buena y no rodeada de pastillas y medicinas que parecen semen. En serio. Hay un jodido protector de estómago que tengo que tomarme y parece semen ahí en todo su esplendor. Solo que sabe mejoh, sabe a menta <3 (igual está asqueroso).
Puede que actualice algunos más, no sé, depende de como se encuentre mi ama y señora inspiración.
¡Besos requetecursis y grandes para todes!
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