Cuarto plato
[Namjoon]
Mi representante me miraba incrédulo, al fin dejando a un lado de la mesa todos los papeles que invadían sus manos segundos antes y prestándome atención, aunque realmente eso no era lo que yo buscaba.
- ¿Me estás pidiendo permiso para dejar el concurso?
- En realidad te estoy informando de que voy a dejarlo –respondí encogiéndome de hombros, pues realmente no conseguía ver el drama en mi frase. – Ya te dije que no me gustaba la cocina.
- ¡Pero si solo llevamos una emisión!
- ¿Y qué? –suspiré, intentando hacerle ver con el poder de la palabra, mis razones para no permanecer ni un segundo más en ese estúpido programa de comida. – Ya no es divertido.
- El primer día, cuando llegamos, mientras los concursantes se presentaban, me dijiste que te parecía interesante.
- Me parece interesante Jin, el programa es penoso.
- ¿Jin? ¿Ese chico tan torpe que casi nos mata a todos mientras preparaba una simple ensalada?
- Sí, ese –sonreí, acomodándome y recordando al precioso chico que tanto había conseguido llamar mi atención en solo unos días. – ¿No te parece adorable?
- No, y además le eliminaron.
- Lo sé, por eso ya no me interesa seguir siendo juez.
- Namjoon, esta es una buena oportunidad para expandir tu popularidad...
- Me aburre.
- Y pagan bien.
- No necesito dinero.
- Y ya has firmado el contrato, así que te jodes y mueves tu culo a ese plató los días que hagan falta –y como signo de que había dado por terminada la charla, volvió a recolocarse en su cómoda silla de despacho, agarrar sus papeles y comenzar a leer y releer hojas y hojas. Me cansaba solo de verle.
- Si no me sacas del programa desvelaré que también me van los hombres – Hyungsoo abrió los ojos, sorprendido e intentando digerir mis palabras. – Bueno, los chicos lindos, pero son hombres al fin y al cabo –añadí sonriente, volviendo a acomodarme en el pequeño sillón de su despacho, sintiendo de nuevo el control de la conversación recorriendo mis venas. – Y bien sabes que soy capaz.
- Tirarías tu carrera a la basura.
- Me da igual, ya tengo dinero y seguiré haciendo música de todas formas. Además, estoy seguro de que seguiré ganando dinero.
- ¡Tirarás toda tu jodida carrera a la basura solo por no ir a un programa de cocina!
- Ahá.
- ...
- ¿Qué?
- Tienes un serio problema chico.
- Simplemente no sé qué pinto en ese concurso cuando ni se cortar una jodida cebolla.
- ¿Qué más da que seas un inútil cocinando? Lo que buscamos es promover tu imagen, no tus habilidades culinarias –aparté la vista con desinterés, dándole a entender lo poco que me importaba su charla. Si algo no me atraía, no me esforzaba y ya está, pues a cambio lo daba todo en otros campos más de mi gusto, así que mi filosofía de vida tampoco estaba tan mal después de todo. – Namjoon, de veras pienso que no me pagas lo suficiente por soportarte.
- En realidad me quieres como a un hijo –respondí sonriente.
- Y te doy órdenes como a tal, así que mañana vete preparando para otra emisión –fui a hablar, pero me interrumpió antes de que pudiera soltar palabra. – Y te pido por favor, no arruines tu imagen.
- Está bien –suspiré derrotado. No podía comportarme como un niño malcriado después de que Hyunsoo hubiera invertido tanto dinero y esperanzas en mí. Fue él quien me apoyó desde un principio, y solo por ellos aguantaría ese estúpido programa de cocina. – Y que sepas que muchos de los chicos con los que salgo son infinitamente más lindos las mujeres.
- Ahá, cuéntaselo a la sociedad en la que vivimos.
- ...
- Y ahora saca tu plano culo de aquí, que tengo trabajo –rodé los ojos y me puse en pie, ya con el móvil en la mano para llamar a alguno de los del grupo y salir a tomar algo. – Oh, y Namjoon –me giré hacia mi representante, levantando una ceja con expectación al tiempo que abría la puerta. – Mañana a la misma hora en el plató.
Agrieté el marco de la puerta por el golpe que propiné al cerrarla.
¡Jodido Jin! Y yo que tenía esperanzas depositadas en ese chico y luego resultó ser casi tan torpe como yo manejando utensilios de cocina. Solo había aceptado el programa porque me facilitaron una lista con los aspirantes y llamó mi atención desde el primer momento que le vi en una foto, y por si fuera poco, la vida nos hizo encontrarnos tiempo después en una discoteca.
"Quizás pueda hablar con alguno de los del programa para que vuelvan a meterlo"
Sí, eso sería genial. Si consiguiera convencerlos de que el chico tiene potencial, podría volver a verle en todas las emisiones, y quizás hasta pasar un buen rato en algún descanso. Definitivamente debía conseguir que volviera al programa.
+++
- ¿Repesca?
- Exacto, lo que has oído.
Di un trago a mi cerveza mientras miraba extrañado a Hoseok, sin comprender del todo sus palabras. Normalmente era él quien no conseguía seguir mis conversaciones, pero ahora me encontraba totalmente perdido, y eso que había sido yo quien sacó el tema.
- ¿Qué tienen que ver los peces con esto?
- Nada, idiota –rodó los ojos, como si estuviera hablando de la cosa más obvia del mundo. – ¿Nunca has visto el programa? –negué con desinterés, volviendo a beber de mi cerveza. – ¿Estás de juez en un programa de cocina y además el cual no has visto ni una sola vez en tu vida? – en esta ocasión asentí, repitiendo el mismo proceso que momentos antes. – Y encima cobras, no hay derecho.
- Si no me pagaran no movería ni un dedo para ir.
- Como tú digas –suspiró y ahora fue él quien disminuyó el contenido de su vaso. – La repesca es una... "ceremonia", por llamarlo de alguna forma.
- ¿Dónde se pescan peces y luego se cocinan?
- ¡Que no, pesado! –inspiró hondo antes de proseguir con su explicación. – Se celebra al cabo de varias emisiones, y asisten todos los concursantes que fueron eliminados.
- ¿Incluido Jin?
- Sí, incluido el chico que te odia.
- ¡Genial!
- Espérate que hay más –le miré expectante, cada vez más interesado en lo que tuviera que decir. – Uno de los eliminados, puede volver a concursar.
- ¿Eh?
- Que cabe la posibilidad de que Jin entre de nuevo al concurso, idiota.
- ¿Cómo?
- Tiene que ganar la ronda de los eliminados.
- ¿Solo eso?
- ¿Solo eso dices? –rió, casi echando la bebida por la nariz, y antes de que hablara yo ya sabía a qué se refería, por lo que le fulminé con la mirada. – Te recuerdo que ese chico no sabe ni freír un huevo.
- Simplemente estaba nervioso –le defendí molesto. No me gustaba cuando sacaban a relucir la mala impresión que había dado el castaño en el programa. – A mí me pareció adorable.
- Lo que pasa es que te lo quieres tirar.
- Una cosa no quita a la otra.
- Como tú digas –respondió simple, cortando el tema y cambiando rápidamente de conversación a una centrada en el nuevo chico que había conocido. Yo asentí, fingiendo que le escuchaba, y sí, recalco el "fingiendo", pues realmente en lo único que pensaba eran posibles formas para ayudar a Jin a pasar la prueba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro