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Cuagésimo plato


[Namjoon]

Justo ahora que era cuando más podíamos quedar sin preocupaciones, a Jin le surgían planes con sus amigos cada dos por tres. Casi parecía que me estaba evitando, aunque obviamente no lo estuviera haciendo. Tampoco me llamaba tanto por las noches, y la mayoría de veces tenía que ser yo quien diese el paso para invitarle a hacer algo. Pero lo peor de todo era que la maldita abstinencia sexual había vuelto, de nuevo tenía que encargarme yo solo de ciertos trabajos, y no me gustaba nada.

Sobre todo ahora, en medio de una discoteca, rodeado de gente conocida que probablemente no me costaría ni una copa llevármelos a la cama. Por suerte no estaba solo, pues Jimin vino conmigo. Hoseok también lo hizo, pero trajo a su novio, y obviamente entre ir a bailar a la pista con Taehyung o quedarse bebiendo en la barra con sus mejores amigos, elegiría la primera opción. No le culpaba, yo haría exactamente lo mismo en caso de que estuviera Jin.

- Deja de poner esa cara, al menos a ti te rechazo de buenas maneras.

- No me rechazo, me dijo que ya tenía planes... –murmuré con recelo, dándole otro trago a mi copa. Seguramente el sabor era igual de asqueroso que la primera que probé, pero después de tres, ya a penas lo notaba. – Igual me molesta, ahora podría estar con él.

- Pasó completamente de ti, acéptalo.

- Ya te he dicho que no pod-

- Jungkook se negó a ir porque había quedado con unos amigos online para jugar a nosequé frikada de las suyas. –se lamentó mi amigo, repitiendo mi mismo acto pero con su respectiva bebida. – ¡Me sustituye por un jodido ordenador, dios, no puede ser más friki!

- Ash... –suspiré desganado y me recargué en la barra, mirando con desinterés a la pista, donde había un mar de gente bailando y entre ellos mis amigos. – Si tan solo fuera como Taehyung...

- Tan pervertido...

- Y sumiso, como un cachorrito...

- Pero con carácter a la vez... –siguió Jimin, mirando fijamente a la persona de la que hablábamos, quien se encontraba moviendo las caderas de una forma tan insinuante que probablemente atraía hasta a los objetos.

Ambos volvimos a suspirar en voz alta y nos giramos de nuevo a la barra. No hizo falta ni dos segundos para que respondiéramos a la vez.

- Igual me quedo con Jin.

- Aún así prefiero a Jungkook.

Reímos y volvimos a beber, resignándonos a que estábamos colados por dos personas completamente difíciles de tratar, pero aún así mejores a cualquier otra. Solo con pensar en la princesa me alegraba, me entraban ganas de ir a buscarle, abrazarle y que todo volviera a como éramos antes, al principio. Bueno, precisamente al principio no, a cuando decidió que era mejor besarme que pegarme con una escoba. Ahí me gustaría volver.

Y lo que más me carcomía por dentro era no saber el problema, no entender porque su actitud iba decayendo más y más cada día, arrastrando nuestra relación con ella. Al menos tenía a Ailee, con quien quedaba cada vez más y me desahogaba sin límites. Ambos nos aconsejábamos con total sinceridad, aunque luego nunca termináramos haciendo caso al contrario. Por ejemplo, ella me había dicho que probablemente lo que sucedía era que Jin estaba celoso, y que lo mejor sería hablarlo con la princesa y animarle. Intenté seguir su consejo y no llevaba ni medio minuto hablando del tema que Jin me cortó y dijo que no era nada de eso, que obviamente no le importaba en absoluto. Fue un gran golpe, no voy a mentir.

- ¡Ah, yo quiero de eso! –de la nada apareció Taehyung y me arrebató ágilmente la copa aún por la mitad, apropiándose de ella. No me molesté en recuperarla, pues igualmente ya había bebido bastante y comenzaba a recibir el bajón.

- Tae, no bebas mucho.

- ¡Ah, déjame Hobi, que estoy de vacaciones! –Hoseok, quien acababa de llegar tras su novio, rodó los ojos en desaprobación, pero no volvió a decir nada mientras su novio se terminaba la frágil copa de cristal. Entre trago y trago pareció que iba a decir algo, pero justo ene l instante que abrió la boca, la canción cambió y su expresión con ella, tornándose a una mezcla entre sorpresa y completa emoción. – ¡Oh madre mía, amo esta canción!

- La han puesto como cuatro veces en lo que llevamos de hora.

- Tú cállate que no sabes bailar –me respondió frunciendo el ceño al tiempo que me devolvía la copa, obviamente vacía. Le ignoré y la dejé en la barra, viendo como volvía a arrastrar a su novio a la pista de baile.

Volví a mirar a Jimin, y reí. Sí, definitivamenteprefería a Jin. Le prefería ante todo, aunque últimamente pareciera decidido aignorarme. Seguía siendo lo mejor que me había pasado en mucho tiempo.    

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