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𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲

Una vez más, había perdido la pista.

El profesor no estaría contento y él tampoco realmente, desde hace meses llevaban persiguiendo el rastro de un grupo criminal que había extraído ADN de mutantes para experimentar la creación de un arma, lo que más le preocupaba era el ADN de su propio padre y el ADN del difunto Wolverine. Mutaciones peligrosas en mentes ambiciosas, matarían a millones con tal de crear el arma perfecta y esa era la razón por la se encontraba nuevamente estresado.

¿Quien sabe cuantas personas ya habían asesinado para lograr este proyecto? Había escuchado que el difunto x-men había sufrido un infierno en su creación, no queria saber que sucedería con humanos comunes y corrientes, más al no ser compatibles con el gen x que forzaban.

El profesor le había encomendado esta misión en solitario, trabajaba bien en las calles y en lo que el bajo mundo respecta, y aún así solo pudo encontrar rastros del bendito grupo.

Frecuentaba lugares donde había detectado gente sospechosa, comenzó a notar un patrón, un patrón impredecible.

Buscaban personas esperanzadas por un milagro que jamás llegaría, los tenía al borde, personas vulnerables que tenían solo dos opciones, perecer en sufrimiento o vivir sin importar las consecuencias.

Las personas desaparecian y era imposible saber cual sería su siguiente movimiento, había una gran cantidad de gente enferma en todo el país y sus actividades no se reducían a una sola área.

Estaba rindiendose, culpandose por no poder salvar a tiempo a toda esa gente inocente que volcó sus esperanzas en las manos equivocadas.

Iba a decirle al profesor que no podía, que necesitaba ayuda pero un error del grupo criminal lo llevó a la más reciente desaparición.

El departamento estaba abandonado desde hace alrededor de una semana, la renta estaba pagada y había dejado a sus mascotas con otras personas. No había ninguna clase de forcejeo pero tampoco había una razón de una repentina desaparición cuando tenía dos queridas hijas que se quedaron en la casa de su ex-esposo, los tres la llamaban continuamente dejando mensajes de cuanto la extrañaban, noto que al quinto día su ausencia fue rara y las niñas ya no llamaban.

La última llamada fue del ex-esposo, temeroso por lo que su compañera de vida había hecho, con la gente que se había metido pero mantenía la promesa que le hizo, no denunciaría y cuidaria de sus hijas con su vida.

La mujer se llamaba Cassidy, tenía treinta y cuatro años y tenía cáncer pulmonar.

El proyecto había sido su última esperanza para ver a sus hijas crecer, fue precavida, sabia que la gente con que se metia no era buena y después de partir, con la opción de no volver, le hizo prometer al padre de sus hijas que no la buscaría por miedo a que algo les sucediera si lo intentaban.

Cassidy, sus hijas y su ex-esposo, eran su motivación al igual que el resto de desaparecidos y sus familias.

Él los vengaria.

Con la motivación llameante salió del departamento centrado en sus siguientes movimientos, en como actuaría ahora que tenia la certeza de que la organización estaba en la ciudad.

Tan inmerso estaba que cuando choco con alguien nisiquiera se detuvo a disculparse.

—¡hey tu! ¡culo lindo!

El elevador estaba abierto por lo que no tuvo que esperarlo, se metió, apreto el botón del primer piso y se dispuso a concentrarse para contactar brevemente con el profesor X.

—¡no me ignores!

Finalmente alzo la mirada ¿ese tipo le hablaba a él?

Antes de que las puertas se cerraran, el hombre se puso en medio deteniendolas quedando a escasos centímetros donde él estaba.

¿Nathaniel?

La voz del profesor sonó en su cabeza.

—lo siento, estoy ocupado

Con un simple moviento de dedo, Wade Wilson sintió como era empujado hacia atrás por una fuerza invisible.

—¡¿qué carajos?!

El pelirojo le dio una sonrisa amena, con sus ojos de cachorro enviándole una disculpa no dicha. Memorizo su rostro, el cabello rubio mal cuidado, la barba decentemente cortada, ojos marrones incrédulos por la situación.

Un nombre llego a su mente al dar un mínimo vistazo en su cabeza.

—nos volveremos a ver, Wade Wilson

Porque era un posible testigo clave para este caso.

Wade observo como las puertas del ascensor se cerraban esfumando la extraña sensación de ser retenido por algo que no podia ver.

¿Como es qué ese apuesto rey del norte sabía su nombre?

¿Qué jodida mierda fue eso?

El inicio de una historia de amor.

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