🍯1- Fogoso y fugaz
TaeHyung estaba furioso.
Estaba llegando a tiempo para la firma de ese estúpido contrato. Con un demonio, que nadie notará su ansiedad. Podría detenerse por una bebida caliente, pero ya tenía una en sus manos y su conductor se veía muy feliz de cumplir horario.
— Puedes ir más lento si quieres, Kang —dijo melodiosamente.
El conductor sonrió—. Estoy sorprendido que haya bajado a tiempo, joven Kim —respondió entusiasta—. Manager Park estará feliz de ver qué lo dejo en tiempo y forma.
TaeHyung hizo una mueca, rodó sus ojos y resopló. Para empezar, estar a tiempo, era su culpa. Todo se debió a que anoche estuvo libre y decidió ver qué se pondría para la firma de su nuevo contrato, porque por supuesto, sería en las instalaciones del pequeño imperio de su medio hermano y él quería verse bien.
Sólo porque la prensa ya sabía de este trato y algunos paparazzis estarían allí para recibirlo y algunos fanáticos también estarían allí. De hecho ya estaban y pudo notar la prolija fila amontonada frente al edificio de su medio hermano. No pudo evitar sonreír. Para ser sólo un modelo, su fama en Corea del Sur era extrema, y no podía negar lo mucho que le encantaba.
—Bien ¿Cómo me veo? —preguntó a su chófer.
Kang era poco mayor que él pero casadisimo y con tres niños en su haber, aparentaba más grande de lo que era.
Estacionando donde se le había permitido, giró su cabeza y sonrió—. Se ve perfecto, joven. Abriré la puerta para usted.
—Ah, no es necesario. Park está afuera con algunos chicos. Gracias, cariño —dijo acomodando una última vez su cabello y poniendo su mejor sonrisa de ensueño.
Cuando salió, la luz del sol lo recibió candente y reluciente, junto con algunos flashes de cámaras y gritos de fanáticos que jamás, jamás lo aburrirían. El público quedó encandilado con el rubio platinado y por supuesto, su icónico outfit.
Ese día decidió ponerse botas de cuero, pantalones engomados, remera blanca de base, chaqueta de jean y un pañuelo en su cuello. Su elegancia y suavidad siempre lo hicieron resaltar y hacerlo ver tan atractivo e hipnotizante. Los gritos de chicas y chicos inundaron el camino hacia la entrada y las preguntas arrojadas por su cabeza no pudieron ser respondidas porque su manager lo llevó adentro de inmediato.
—Dios. No sé cansan de perseguirte —exclamó sonriente—. Al menos llegaste a tiempo —dijo el manager Park—. Ven, el buen hombre aquí nos llevará a la oficina para firmar tu contrato y charlar algunas cosas.
TaeHyung rió ladino hacia afuera y saludó una última vez a sus fans antes de subir al elevador. Sólo él, su manager y el chico en cuestión que los llevaría hacia la oficina, estaban allí. Su curiosidad quiso soltar por su boca la pregunta del millón... ¿Dónde estaba el CEO de ese imperio? Nuevamente, cabe recalcar que nadie sabía que ellos tenían algún parentesco, por lo cual, sería totalmente estúpido preguntar ¿O quizás no?
Las puertas del elevador se abrieron en algún piso que TaeHyung no pudo decir su número, y tuvo que salir cuando su manager lo empujó para seguir al muchacho que estaba a cargo de llevarlos. El edificio era tan pulcro como el CEO que lo levantó y que no se veía por ningún lado.
— ¿A donde miras? —cuestionó su manager.
— ¿Mmm? —TaeHyung se hizo el desentendido.
— Estás mirando a todos lados ¿A quien buscas? —cuestionó su manager curioso.
Era un hombre sano y perfectamente saludable de unos cuarenta años con un corte de cabello pulcro, brazos macizos y una estatura promedio. TaeHyung adoraba al tipo, pero era jodidamente molesto en ocasiones y curioso. Cómo ahora, haciendo preguntas y no dejándolo husmear pacíficamente.
— Eres tan metiche —dijo sin pensarlo.
Su manager se vió ofendido—. Y tú estás demasiado distraído, concéntrate. Estás por firmar con esta compañía.
TaeHyung rodó sus ojos y se quitó sus lentes de sol—. ¿Qué pretendes de mí? Tú leíste el contrato y aceptaste ¿Qué quieres que haga?
— Podría pedir una reunión con el señor Kim. Hay algunas clausulas que me pregunto en las que me si tendrá algo que ver. Él tiene contacto directo con los contratos, eso es interesante —exclamó como si nada.
No. Su manager tampoco sabía que estaban emparentados.
— No quiero conocer a ese imbécil.
— Oye, él pagará tu próximo sueldo. Uno bueno, por cierto —se mofó el manager Park.
TaeHyung rodó sus ojos entrando a la oficina de los publicistas a cargo y se giró sobre sus talones para ver a Park—. El dinero sale de la empresa en general, no me lo va a pagar exactamente él... Quien quiera que sea —dijo revoloteando sus manos.
Estaba listo para esa reunión.
Media hora más tarde, TaeHyung quería volarse los sesos. Odiaba las reuniones empresariales, pero era parte de su trabajo estar al tanto y ver qué podía modificar con voz propia.
A decir verdad, el contrato era muy atractivo, al igual que la suma de dinero en juego.
— Así que su jefe está dispuesto a despilfarrar tanto dinero en mi rostro —se mofó seductoramente.
Por supuesto los presentes rieron, pero uno dijo algo muy interesante—. Estamos feliz de que haya aceptado, señor Kim. Era la única opción para el señor Kim —exclamó—. Si usted no aceptaba, no estaríamos seguros a quien tendríamos hoy aquí. No hay mejor opción que su rostro y su presencia —la sonrisa del tipo de su edad, algo atractivo y bien hablado, hizo sonreír a TaeHyung.
Se preguntó si aquello era cierto, considerando que su medio hermano apenas podía verle a la cara (pero jodidamente admirar la de su hermana quien prácticamente tenía su mismo rostro) aish, necesitaba dar por terminada la reunión. Quería desestresarse en el gimnasio y quizás follar más tarde.
— No puedo esperar a ver qué tienen pensado para las fotos —exclamó, luego fingió recibir una llamada telefónica—. Están,.oh debo atender -...
"Puede marcharse, daremos a su manager los detalles, hay una oficina vacía en la siguiente puerta si necesita privacidad" dijo la voz de una agradable mujer con un traje caro. Los ciudadanos empresariales de su país se veían todos como en los doramas. Elegantes, pulcros y seguramente alguno seguía viviendo en casa de sus padres. Le pareció divertido. Con una pequeña inclinación, dejó a los presentes de la oficina cerrando los últimos detalles con el manager Park y suspiró cuando estuvo libre.
El pasillo se veía en calma. Nadie alrededor, todo pulcro y limpio. Mirando por el ventanal notó que sus fanáticos seguían reunidos allí, la entrada estaba más lejos de su visión. Decidió que luego saldría por la entrada principal para darle un último saludo debido a su paciencia. TaeHyung podía ser egocéntrico y vanal, pero la fama se la debía a sus fanáticos que consumían todo aquello en lo que su rostro aparecía. Y llenaban su cuenta bancaria, claramente.
Sonriendo satisfecho, con el teléfono en su oreja por si encontraba a alguien y debía seguir fingiendo estar teniendo un llamado telefónico importante, repentinamente lo vió en su visión. Un hombre de casi metro ochenta, cabello negro peinado hacia un lado. Cejas fruncidas y pobladas, rostro hegemónico con ojos lobunos, nariz sutilmente prominente y labios pomposos.
El bastardo llevaba un traje gris de tres prendas, un hombre más joven caminaba acelerado detrás de él, intentando alcanzar sus largas zancadas con sus largas piernas y unos papeles en su mano, los cuales leía con ese ceño fruncido que le calentó la piel.
— Está mal hecho. Hazlo de nuevo —ordenó al chico asustadizo detrás de él, girándose, ahora esa espalda ancha estaba en la visión de TaeHyung. Esos hombros siempre fueron tan atractivos—. Deja las tareas de las once para JiHoon, tú encargate de corregir esto. Es un completo desastre —dijo dejando las hojas sobre el pecho del chico que ahora balbuceaba alguna respuesta, pero que repentinamente quedaba en silencio mirando en su dirección.
Los dedos de su medio hermano, Kim SeokJin, tronaron frente a la mirada perdida de su (posible) asistente, quien sin éxito intentó dejar de balbucear, mirando entre él y su jefe, hasta que ese hombre insoportable giró sobre sus talones y TaeHyung olvidó que estaba fingiendo una llamada y que el chico detrás de su medio hermano estaba sonriendo como imbécil. Él simplemente fue el centro de atención de esa mirada fría y fija que lo petrificada y a la vez lo ponía de todas las temperaturas desde que lo conoció.
—Es-... él es. Es Ki-...
—Yoon KyeongHeon. Vete a hacer tu trabajo —dijo SeokJin sin verlo.
El chico quedó boquiabierto, aún tenía cosas que decirle a su jefe y le hubiese gustado poder pedir un autógrafo al hermoso y popular modelo frente a ellos a unos largos pasos, pero-...
—No veo que tus pies se muevan. Vete —repitió SeokJin.
El chico reaccionó ante la orden dicha con voz grave de su jefe y con una última inclinación salió corriendo.
TaeHyung aspiró con fuerza para luego tragarse los extraños nervios por estar, básicamente, en tierra enemiga. Recién ahí notó que claramente se reunieron en el último piso donde la oficina de SeokJin estaba ubicaba. La puerta con su nombre en placa de plata fue algo bastante obvio.
— Así que eres así de imbécil con todo el mundo, eh —se burló caminando a paso lento—. Y pensando que era especial para ti.
Casi pudo jurar que SeokJin lo miró de arriba abajo, pero sin sus lentes, no veía una mierda y olvidó ponerse su lentillas. Pasos más cerca, notó el rostro ilegible pero sutilmente aburrido de su medio hermano, quien elevó su ceja derecha un segundo y sin decir nada, se metió en su oficina.
TaeHyung quiso chillar de la ira y pensar que quería (por alguna enferma razón) ver a ese imbécil, ahora sólo quería patearle la puerta por dejarlo hablando solo y-... Momento, la puerta quedó abierta detrás de SeokJin ¿Fue acaso una invitación sutil para que TaeHyung entrara?
Bueno, ya ni modo.
TaeHyung avanzó y entró, para ver justo como su medio hermano se quitó su saco, quedando en su glorioso chaleco ajustado que abrazaba su pequeña cintura y resaltaba sus perfectos hombros. La mirada aguda y poco impresionable de SeokJin cayó sobre él mientras colgaba el saco en su asiento.
—No dije que podías entrar —exclamó sin gracia. TaeHyung resopló y cerró la puerta detrás de él—. Y mucho menos dije que podías quedarte y cerrar la puerta.
TaeHyung rodó sus ojos y lo observó caminar hacia una máquina de café mientras desabotonaba las mangas de su camisa y las arremangaba. TaeHyung relamió sus labios ante la vista.
Estaba jodidamente enfermo.
— ¿No piensas saludar a tu hermanito? —exclamó acercándose a paso lento y mirando todo a su alrededor.
La oficina era bastante minimalista, pero en colores oscuros. Le gustó, SeokJin se veía bien en ella. El ventanal detrás de su oficina era inmenso, una bella vista. El escritorio era negro, de madera refinada con un acabado brillante. Una increíble Mac estaba allí, entre varios papeles y carpetas pulcramente ordenados y el nombre de "Kim SeokJin Presidente" justo en el centro y al borde de dicho escritorio.
A su derecha había un juego pequeño de sillones de cuero negros con una mesa ratona del mismo color en el centro. Detrás de ese pequeño "living" una puerta que, TaeHyung se preguntó a donde llevaba. Volviendo sus ojos a SeokJin, notó una pequeña cocina allí con una cafetera, tazas y algunos snacks.
Tenía estilo.
La oficina olía a su medio hermano y él detestó sentirse tan cómodo merodeando alrededor.
— No voy saludarte porque no debería haberme cruzado contigo —dijo SeokJin sirviendo el café en su taza.
Cuando giró, tenía una taza extra que extendió hacia TaeHyung (aquello sorprendió al rubio).
— No bebo café —dijo con una mueca de satisfacción.
SeokJin lo miró fijo, como siempre—. Eres la cara de una marca de café, pero no bebés café —exclamó sin inflexión alguna, TaeHyung alzó su mentón listo para una batalla verbal, pero SeokJin lo sorprendió otra vez—, es té negro. Bebelo —ordenó dejando la taza en manos de TaeHyung.
El fugaz acercamiento, hizo que el aroma de SeokJin se colara en su fosas nasales y le gustará la fragancia dulce. Se sintió una perra en celo listo para saltar encima del lobo. Y el hecho de que SeokJin le preparará un té, hizo que su estómago brincara como el de un estúpido adolescente.
Con la taza en mano, suprimió su estúpida sonrisa y giró sobre sus talones para contemplar a SeokJin en toda su gloria detrás de su oficina. Estaba viendo algo en su computadora y una carpeta con archivos, TaeHyung quiso sentirse ignorado, pero la taza de té decía otra cosa. Incluso tuvo en cuenta que él no bebia café. ¿Cómo supo eso?
Con ceño fruncido caminó al escritorio:
— ¿Cómo sabes que no bebo café? —cuestionó con esa voz poco agradable que lo caracterizaba en ocasiones.
SeokJin no levantó la vista de su carpeta, el café caliente seguía en su mano izquierda.
— Tengo buena memoria —respondió, TaeHyung se sintió divertido por dentro, y su corazón repiqueteo cuando vislumbró una sutil sonrisa en esos labios—. Y a tu hermana no le gusta el jugo de naranja, le da picazón en la garganta —añadió con voz dulce.
La casi sonrisa de TaeHyung desapareció de su rostro—. Ahí está el rarito de nuevo —añadió bebiendo su café de mala gana—. ¡Agh-...!
—No tiene azúcar —dijo SeokJin mirándolo con cara de nada.
— ¿Cómo le preparas un té a alguien, ordenando que lo beba, pero no lo endulzas? —dijo exageradamente con su lengua saliendo de su boca mientras dejaba la taza en el escritorio de SeokJin—. ¡Y está demasiado caliente!
SeokJin no se inmutó ante el berrinche, lo dejó toser exageradamente y asquearse otro poco, para luego exclamar—. Quita la taza de mi escritorio.
TaeHyung se puso serio de inmediato. Parte de él se enfureció porque al parecer SeokJin no sólo era cálido con su hermana sino que, incluso al recordar detalles de ella, el bastardo sonreía hermosamente. Ahora sólo tenía esa cara de culo engreído.
Cruzando sus brazos y alzando su mentón exclamó—. Endulzalo para mí.
Se escuchó insoportable incluso para él. ¿Qué tenía este tipo que lo ponía tan irritante? Tan adolescente
SeokJin alzó la vista de la taza de té hacia TaeHyung, el frío de su mirada y su ojos negros fijos en él no debieron ser un contraste tan obvio, pero lo fueron. Helaron la sangre de TaeHyung y pusieron su piel de gallina.
— Quita la taza de mi escritorio —dijo más lento, más grave y sin pestañear.
Dios, es un maldito psicópata.
— Endulza mi maldito té —repitió TaeHyung, apoyándose sobre el escritorio. Un mechón de su cabello rubio platinado cayó en su frente, por lo cual, procedió a quitarlo de esa forma tan peculiar y sutil que tenía.
Su dedo índice llevó el mechón hacia atrás y los ojos del monstruo cara de piedra no se perdieron ningún movimiento, TaeHyung se sintió poderoso. Él quizás quería, muy en el fondo (o quizás no tan en el fondo) saltar en la polla de este horrible ser humano, pero no estaba imaginando la tensión entre ellos. Ahora, se preguntaba si era sexual sólo de su lado o muy pronto su medio hermano le propiciaría un buen golpe en su bonito rostro por ser tan insoportable.
—Quita ese rostro de psicópata. Tú me hiciste el té, endulzalo para mí, Jin —repitió estrechando sus ojos.
Ay ¿Por qué era tan divertido molestarlo?
Pudo ver el exacto momento en que SeokJin apretó sus dientes porque su mentón sutil se marcó y sus regordetes labios se afinaron sólo un poco. Se miraron unos segundos que parecieron eternos, TaeHyung se rehusó a tragar saliva por miedo a que este loco notará los nervios debajo de su piel, hasta que finalmente su medio hermano se movió, dejando su taza en el posavasos que tenía al lado y se puso de pie.
El único sonido venía de afuera, muy bajo, la silla crujió cuando Jin se levantó y luego sus lujosos zapatos resonaron cuando bordeó su escritorio, una mano en su bolsillo la otra viendo la hora en su costoso reloj. TaeHyung relamió sus labios cuando tuvo que girarse y poner su culo en el escritorio, lo tenía frente a él, en silencio y cerca.
— ¿No deberías estar en una reunión con mis publicistas firmando el contrato? —cuestionó a escasos milímetros, la bestia ojos de hielo y cara de piedra.
TaeHyung se rehusó a sentirse intimidado, alzando su mentón respondió—. Ya lo hice. Salí para tomar un llamado y comencé a caminar para terminar aquí.
— ¿Adentro de mi oficina? —cuestionó el culo engreído sin inflexión en su voz.
TaeHyung casi quiso sonrojarse—. Yo estaba caminando fuera y te ví, tratando a ese pobre niño como toda la bestia gruñona que eres —añadió acercando su rostro.
SeokJin hizo una cara nueva, casi divertida, tomó la taza de TaeHyung (acercándose otro poco y sin dejar de mirarlo a los ojos) el pulso de TaeHyung era cualquier cosa menos estable. Si HyungWon lo viera le llamaría pervertido y tendría razón.
— Yo no traté a mi asistente así y tú deberías endulzarte tu propio té —exclamó, sin embargo tomó la taza de TaeHyung y la llevó al rincón que tenía por cocina.
TaeHyung suspiró y recién allí trago el nudo en su garganta, acercándose decidió no dejarse intimidar, aunque estuviera en terreno enemigo. Cuando Jin giró, notó que puso un cubo de azúcar a su taza, dejo la pequeña pinza a un lado y tomó una cuchara pequeña para revolver el té de TaeHyung. Estaba apoyado sobre el mármol de su pseudo cocina de oficina y por primera vez, miró a TaeHyung de pies a cabeza. Comenzó desde abajo hacia arriba para terminar en el pañuelo que tenía TaeHyung en su cuello. Estrechando sus ojos, exclamó:
— ¿Cubriendo un indecente chupón en tu cuello?
TaeHyung pudo jurar que vió una sonrisa ladina allí.
— Se llama estilo —dijo parándose erguido y quitando el pañuelo para probar que no había marca alguna alli, SeokJin estaba revolviendo su té cuando sacó la cuchara de la taza y la sacudió un momento dejando caer los restos de líquido dentro—. ¿Pero que tanto podría saber de moda alguien que sólo vive de trajes aburridos?
Malditos trajes de tres piezas que se pegan al cuerpo del cara de piedra como una segunda piel. Se rehusó a mirarlo de arriba abajo o sus sucios pensamientos se pintarían en su rostro y su medio hermano lo sabría. Él siempre lo sabía.
Cuando SeokJin sacó la cuchara del todo de la taza y TaeHyung tomó la misma, SeokJin metió el objeto de plata en su boca y lo chupó. La respiración de TaeHyung se enganchó y olvidó como seguir respirando. Los ojos fijos y negros sobre él no se movieron, SeokJin no parpadeó y pudo jurar que se desviaron un momento a sus labios. Los mismos que TaeHyung relamió inconscientemente en ese momento. SeokJin no soltó la taza, TaeHyung evitó tirar de ella. Se miraron unos largos segundos que hicieron demasiado complicado para TaeHyung respirar correctamente y cuando SeokJin sacó la cuchara de su boca fue el ademán más jodidamente sexy y provocativo que repercutió en la polla dentro de los pantalones de TaeHyung.
Carajo mierda.
— Tú y tu estilo pueden irse luego de que termines esa taza de té —dijo secamente, saliendo de la vista de TaeHyung y caminando al ventanal detrás de su escritorio—. Tus fanáticos obsesionados y la prensa obstaculiza el paso a mis empleados —añadió mirando a un TaeHyung que lucía un puchero indignante en su rostro.
Un perfecto y hermoso rostro, cruzó fugazmente por la cabeza de un SeokJin que no dejó que dicho pensamiento se reflejará en su rostro.
TaeHyung sonrió irónicamente y dejó la taza en la pseudo cocina tras él, caminó en dirección a SeokJin y se paró junto a él viendo a su público paciente y expectante por su salida en la entrada del edificio una vez mas. Miró al hombre cara de piedra a su lado y se colocó sus lentes de sol.
— Me agradeceras luego cuando tu licor alcance los números deseados e incluso los sobrepase —exclamó acercándose sólo un poco a su medio hermano.
Su voz no tembló, su pulso quizás sí (junto con su polla) porque ¿Quién carajos tiene la piel tan hermosa, sedosa y perfecta a esa hora sin ser Idol o modelo? Incluso aseguraba que el bastardo llevaba bálsamo humectante en esa boca desdeñosa.
— Eso espero —respondió SeokJin, mirando sus ojos, aunque TaeHyung tuviera lentes el contacto visual seguía siendo seguro.
— Oh, tranquilo. Tu única opción, fue tu mejor opción —dijo con una sonrisa ladina, recordando las palabras de uno de sus publicistas—. No tenemos que fingir que no me quieres.
Un músculo se crispó en la mejilla de SeokJin, pero fue un simple segundo, TaeHyung se preguntó si lo imaginó.
— ¿Única opción? —cuestionó elevando una ceja.
—Oh sí. Uno de tus publicistas dijo que sólo me querías a mí —exclamó con sonrisa ladina—. No te hagas el difícil. Ya me tienes —susurró con un puchero mientras su mano arreglaba la corbata de SeokJin.
Una corbata que estaba más que prolija, pero TaeHyung necesitó hacer algo con sus manos y por supuesto con su polla al mando, no tuvo mejor idea que tocar al monstruo cara de piedra. El mismo que no se inmutó, pero clavó sus ojos en la boca de TaeHyung y en sus manos, un breve segundo.
— Yo no te quería. No pedí por ti —susurró con voz ronca. TaeHyung alzó sus ojos y agradeció tener sus lentes en medio, estaba demasiado cerca y esos ojos destilaban dagas de hielo hacia él—. Habrán sido sólo palabras para halagar tu ego. Tu rostro será hermoso, pero no lo quería junto a mi licor.
De acuerdo, TaeHyung no pudo evitar reír ¿Qué fue eso? ¿Un rechazo? ¿Una confesión? Dios, él quería chuparle la polla. Ya, quería caer de rodillas y hacerlo repetir esas palabras.
La cejas de SeokJin se fruncieron cuando TaeHyung rió y acarició su pecho en el proceso—. ¿Así que tengo un rostro hermoso, eh? —susurró de forma seductora.
Ni siquiera el hecho de ser, este, su medio hermano, lo hicieron detenerse de ser una zorra. Ni siquiera pudo detener su mano, la cual descendió por el pecho de SeokJin, hasta su abdomen y enganchó dos de sus dedos en la cintura de su pantalón de vestir.
SeokJin no miró esa mano en esa posición y TaeHyung relamió sus labios, mordiendo el inferior y sonriendo una última vez. Si la posición fue incómoda lñe inadecuada, SeokJin no dijo nada.
—No te preocupes, hermanito. Haré que tu licor sea súper popular fuera y llenaré la cuenta bancaria de ambos —dijo con voz grave, algo aniñado que, en él, con esa voz y apariencia, en realidad era jodidamente sexy. Luego guiño un ojo, no estuvo seguro si Jin pudo ver eso con sus lentes puestos, pero ya no podía con su propia desfachatez, así que cometió un último perjurio y besó la mejilla de SeokJin.
El beso fue más lento, incluso húmedo, debido a sus labios relamidos y nuevamente vió a SeokJin cerrar sus ojos, apretar sus dientes, pero recibir dicho beso sin restricciones.
— Vendré a visitarte cuando comience las fotos —susurró TaeHyung incapaz de parar en su juego de seducción, recién ahí bajo la vista e inclinó su cabeza para ver sus dedos enganchados en el pantalón de SeokJin.
Pudo jurar que esa carpa sutil en los pantalones de su medio hermano, no estaban allí antes. ¿O quizás sí? ¿Quizás su calentura lo hacía alucinar?
— No me interesa verte más de lo debido —dijo la voz ronca de SeokJin, cuando TaeHyung pasó el nudo en su garganta y levantó la vista, el rostro del castaño estaba en dirección a él. Habían escasos centímetros de un rostro al otro y TaeHyung se preguntó por qué SeokJin no se movió o lo empujó. Pero lo siguiente lo dejó petrificado y posiblemente llevó su polla al punto más alto esa mañana.
SeokJin se inclinó y besó su mejilla de igual forma que él lo venía haciendo en sus últimos encuentros.
Los labios esponjosos y carnosos lo hicieron temblar, el olor de SeokJin tan cerca se intensificó y TaeHyung tembló sutilmente, quitando los dedos de la cinturilla del pantalón ajeno. Su respiración se estancó y su corazón latió en sus oídos.
— Salúdame a tu madre y a tu hermosa hermana —añadió SeokJin en su oído, luego alejó su rostro y la sonrisa calculadora pintada allí, fue tan perturbadora para TaeHyung como lo fue de caliente.
Quería golpearlo. Quería darle un buen cabezaso en su estúpido rostro y hacerle sangrar la maldita nariz. Quería besar esa boca desdeñosa y morder esos labios carnosos y rosados. Quería meterle la lengua hasta el fondo de la garganta para que no dijera estupideces y quería caer de rodillas y ahogarse con su polla mientras esas manos se enredaban en su cabello y tiraban de él para follarle la boca sin preámbulos, ni cuidado.
Quería que SeokJin se corriera en su boca y le dijera BEBELO tal y como le ordenó cuando le dió el té. Quería que el bastardo lo empujara contra su pulcro escritorio y se lo follara mientras él gemía sin tapujos y llenaba esa silenciósa y aburrida oficina con sus gemidos de perra en-....
Mierda. TaeHyung tragó duro y se alejó, exhalando el aire que había estado conteniendo cuando tuvo un ataque de pensamientos sucios con su medio hermano que, sobrepasaron cualquier fantasía en tiempo real que hubiese sufrido en el pasado. Pero este era su medio hermano. Su jodido medio hermano.
Él sabía que era un pervertido de lo mejor, pero ese tren de pensamientos salvajes casi lo hizo resbalar. Sin decir nada más, salió casi corriendo de la oficina del monstruo y cerró la puerta tras él, respirando con dificultad e intentando controlarse. A la distancia vislumbró los baños y corrió en dirección a ellos.
Buscó un cubículo, se metió, bajo la tapa del inodoro para sentarse en ella, desabrochó su cinturón, botón y bragueta y lo siguiente que supo fue que tenía su mano en el eje de su polla, tirando y tirando de ella sin tapujos mientras su otra mano se posicionó en su boca para callar sus gemidos y se masturbó un par de segundos con esos ojos fríos clavados en su cortesa pre frontal y esos labios brillantes y carnosos que tocaron su mejilla y dejaron la huella en su piel con la sensación fresca mientras su mano acarició su dura circunferencia cuesta arriba-abajo y el pre semen ayudó al trabajo, para que sus bolas se tensaran y sus piernas temblaran cuando explotó con hilos blanquecinos calientes.
Sus piernas se cruzaron y se apretaron entre sí mientras se sintió hipersensible y agotado con los espamos que lo hicieron temblar en ese elegante cubículo de baño empresarial.
Necesitó manos extras que lo tocaran y acariciaran en los lugares correctos.
Cuando los temblores terminaron, abrió sus ojos y se quitó sus lentes de sol mientras buscó por un poco de papel para limpiar el desastre que había hecho consigo mismo por culpa de sus jueguitos. Dios, si sus padres los vieran todo retorcido y acabado por haberse masturbado como un adolescente precoz luego de provocar a su medio hermano, posiblemente lo desheredarían.
— Genial, y estoy seguro que no será la última vez —dijo sollozando. Se asqueó a sí mismo, tanto como disfruto de ese orgasmo.
Mientras SeokJin peinaba su cabello, su amigo, socio y confidente entró en la oficina.
Kim Namjoon se veía fresco y sin ningún tipo de estrés, tan diferente a él a esas tempranas horas de la mañana.
— Me pareció ver qué tu hermano salía de aquí —dijo con tono peculiar en su voz.
SeokJin no levantó la vista de su carpeta—. Medio hermano —gruñó.
—Oh, si era... —susurró Namjoon—. ¿Sabes? Viéndolo en persona, me recordó mucho a-...
— ¿Tienes el archivo que te pedí? —preguntó de forma seria y decidida. Su cabeza estaba en alto y sus ojos sobre Namjoon.
El mismo sonrió—. Están en tu bandeja de entrada —respondió
— ¿Y por qué estás aquí? —cuestionó SeokJin entre cerrando sus ojos y juntando sus manos sobre su escritorio.
— Sólo pasaba a dejar mis saludos —dijo Namjoon con esa voz de culo engreído que SeokJin no compraba.
— Claro. Tus saludos —repitió SeokJin sin inflexión y lo miró una última vez antes de volver a sus que haceres de CEO.
Namjoon suspiró—. Él es realmente hermoso en persona.
SeokJin apretó sus dientes—. Si no vas a hablar de trabajo, te invito a que te retires —Namjoon vió el fuego en los ojos de SeokJin y alzó sus manos en inocencia, señalando a la cocina—. Haz tu maldito café, cierra tu jodida boca y sal de mi oficina.
Su amigo rodó sus ojos y silvó bajo mientras preparó su café—. Estás muy tenso esta mañana. ¿Quieres que llamé a alguien para ti? ¿O prefieres meter la mano dentro de tus pantalones tú solo?
—Lo que quiero ahora es que salgas antes de que quiera poner mi puño en tu cara —exclamó cerrando sus ojos.
Namjoon endulzó su café, se giró divertido sobre sus talones y caminó a la puerta—. Un placer verte tan risueño, cariño —dijo antes de salir de allí.
SeokJin suspiró o resopló, posiblemente gruñó también, mientras peinó su pelo otra vez, y buscó los videos de la transmisión en vivo de las cámaras afuera de su oficina cuando vió a TaeHyung salir del baño un poco más despeinado y agitado, suspirando y acomodando su pantalón.
Esos pantalones engomados le quedaban pintados en sus piernas. Permitió que sus ojos vagaran unos momentos hasta que la ira brotó dentro de él y cerró la pestaña de un golpe.
Maldito sea.
Lo rápido que salió este cap para descomprimir un poco y hacerles desear.... Muejejeje lxs leooooooo
Con amor niñita Nanykoo 💜
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