V. FELICITY HATES BLUDGERS
Felicity no sabía generalmente cuándo animar, así que tomaba pistas de Remus y sus amigos. Cuando Sirius se paraba y aplaudía, infería que Hufflepuff había hecho algo bien y aplaudía junto a ellos.
—¿Ves Quidditch seguido, Flick? —preguntó Sirius por sobre los gritos de la multitud. Le tomó un momento registrar que le estaba hablando a ella, pero cuando lo hizo, sus ojos se agrandaron.
—Mayormente cuando Lanelle está jugando. El Quidditch y yo no tendemos a llevarnos bien —respondió Felicity, agachándose cuando la snitch y el buscador de Hufflepuff pasaron volando sobre ellos—. Y por favor, no me llames así.
—¿Qué quieres decir? —preguntó James, elevando una ceja e ignorando su súplica—. ¡El Quidditch se lleva bien con todo el mundo!
Encontraba difícil tomarlo en serio cuando tenía amarillo y negro pintado a rayas por todo su rostro, cortesía de la chica Hufflepuff sentada frente a él.
Felicity abrió su boca para replicar cuando, de repente, Remus saltó hacia adelante, lanzándose contra su cuerpo. Ella lo sintió agacharlos a ambos mientras algo pasaba sobre ellos, el viento sacudiendo su cabello por doquier. Esperó unos cuantos segundos, asegurándose de que era seguro antes de dejarla ir. Cuando la levantó, sus ojos escanearon su cara con una mirada preocupada.
—¿Estás bien? Casi te golpeas con una bludger.
La boca de Felicity se secó completamente, como si alguien le hubiese metido algodón. Asintió torpemente, sus ojos tan grandes como los de un búho mientras le devolvía la mirada a Remus.
—Estoy bi-bien. Gracias.
Oyó a James reír y murmurar algo sobre el Quidditch llevándose de maravilla con ella antes de volverse al partido. Cuando Remus volteó hacia el campo, Felicity dejó salir la respiración que estaba aguantando de sus pulmones.
¿Cómo es que alguien podía funcionar cuando Remus Lupin estaba alrededor? Sus palmas estaban sudorosas y se sentía casi incapaz de hablar.
—¡Te encontré! —Felicity escuchó que Johanna decía. Se deslizó hacia el asiento detrás de Felicity, ofreciéndole una sonrisa. Fiona estaba con ella, aun usando su vestimenta de Slytherin, pero tenía una estrella pintada en su mejilla con pintura amarilla—. Hailey y Thorton terminaron.
—¿Hailey Gregory? ¿Y Thorton Bishop? ¿No terminan ellos todos los días? —cuestionó Peter, mirando a Johanna. Se encogió un poco cuando vio a Fiona sentada junto a ella, pero Fiona sonrió amablemente.
—Me perdí la última —murmuró Felicity, frunciendo las cejas—. Quería ver esta.
—Estarán de vuelta para el final del día. Tendremos asientos de primera fila para la otra, lo prometo —Remus miró de un lado a otro entre las dos con una sonrisa confundida. Felicity se acercó para explicarle.
Y tratar de no desmayarse, porque Remus Lupin olía embriagadoramente. Si era normal oler a alguien. Probablemente no lo era.
—Hailey es rara, por no decir otra cosa. Sus rompimientos son siempre muy públicos y entretenidos de ver. Puede considerarse grosero, pero sabemos que estarán juntos en menos de un día. Creo que el mayor tiempo que han estado separados ha sido diecisiete horas.
—Wow —replicó Remus, dejando salir una risa—. ¿Qué hay de ti?
—¿Qué hay de mí? —Todos se agacharon de nuevo cuando un Cazador voló por sus cabezas. Encontrando a Lanelle, Felicity le mostró los pulgares hacia arriba. Su mejor amiga le dio un guiño en respuesta antes de salir volando una vez más. Johanna animó.
—¿Has salido con alguien?
Antes de que Felicity pudiera sonrojarse y tartamudear una respuesta que la ridiculizaría aún más, Johanna se burló.
—Flick ha estado clavada por el mismo chico por casi todos sus años en Hogwarts. Creo que si notara a alguien más, haría combustión espontánea.
—¡Eso no es cierto! —aseguró Felicity—. Y no me llames así.
James Potter encontró su mirada y le mandó una sonrisa de lado.
—¿Estás obsesionada con alguien, entonces? —Cuando Remus desvió la mirada, él y Sirius guiñaron.
¿Dónde estaba Lily Evans cuando se le necesitaba? ¿No era ella la que usualmente decía algo para callar a James Potter? ¿No era este el momento en el que lo rechazaba y le decía sinvergüenza o algo?
—¿Y tú? —preguntó Felicity suavemente a Remus, su susurro alcanzando solo sus oídos—. Tú... has... has... alguna vez...
—Creí que estaba enamorado de Eloise Zeller una vez, pero estaba en primer año y ella se estaba graduando —replicó Remus, sonriendo y sacudiendo su cabeza—. No, nunca ha habido nadie.
Era sorprendente. ¿Quién no querría a Remus Lupin? Era hermoso, su sonrisa podría crear la paz mundial, y era el adolescente más educado que alguna vez había conocido. Y, por nuevo conocimiento que sabía que recordaría por el resto de su vida, olía genial.
Diferencia de edad o no, Eloise Zeller era una tonta.
—Aunque calculamos que Lunático tiene sus ojos en alguien —interrumpió Sirius, canturreando con una sonrisa—. La semana pasada estuvo viniendo de sus labores de prefecto muy decepcionado porque ella no ha vuelto a escabullirse a escondidas...
—Ignora a Sirius —Remus dijo rápido, el volumen de su voz cortando la habilidad de Felicity de oír el resto de lo que dijo Sirius—. Siempre lo hago.
—Calculamos que vamos a interferir y entrometernos —comentó James.
—Es para lo que somos buenos —asintió Sirius.
Pero su mente estaba en cualquier otro lugar completamente. ¿A Remus le fascinaba alguien? Trató de que su tristeza no se hiciera notar. Quería gritar y lanzarse desde el último de los asientos del campo. Quizá se golpearía contra el suelo lo suficientemente fuerte como para morir, o al menos tener amnesia para así olvidar que Remus Lupin fantaseaba con alguien que no era ella. Mejor aún, quizá olvidara que estaba enamorada de él.
En el fondo de su mente, sabía que era tonto creer que Remus alguna vez se enamoraría de ella. Era la torpe, estúpida Hufflepuff que decía cosas inapropiadas en momentos inapropiados. Ni siquiera había hablado propiamente con él antes. ¿Cómo podría alguna pareja tener una relación basada en eso?
Justo cuando Felicity sintió su labio temblar y sus ojos comenzar a humedecerse, Johanna dejó salir un grito de "¡oh, mierda!". Vio a Remus moverse, tratando de protegerla de nuevo, pero fue muy tarde.
La bludger se deslizó por Sirius, James y Peter, volando por encima de sus cabezas antes de golpear con el costado del rostro de Felicity con un fuerte ruido. Sintió su cuerpo comenzar a caer, pero no lo sintió impactar contra el suelo, a causa de su desmayo.
Había una razón por la cual Felicity no iba a partidos de Quidditch. El Quidditch no se llevaba bien con ella, a pesar de lo que James Potter tuviera que decir al respecto.
Esperaba que Lanelle pudiera entender cuando protestara con un "demonios, no" la próxima vez que le pidiera ir a un juego de Quidditch.
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