Aún recuerda como conoció a Seungmin, como olvidarlo, era tan aplicado y bueno en todo y él, él era sólo la comparación del castaño.

Tanto así llegó a odiarlo que cuando ingresó a un nuevo colegio y lo volvió a ver empezó todo.

- Te crees tan perfecto Seungmin pues no por mucho...

Después de tanto intentar llamar su atención lo logró y por fin fueron pareja...

- No Seungmin eso es muy ridículo, nadie hace eso, que tonto- rechazó el regalo del castaño en su primer mes.

- No Seungmin, que dirá la gente que somos anormales- rechazó unas pulseras a juego.

- Así no sé hace, si no sabes besar tendrás que aprender - Lo besó a la fuerza ignorando sus quejas, al igual que ignoraba que sea su primer beso.

- Eres tan cursi que me da ¡ahh! ganas de morir a verte de esa forma - aquella cena que con tanto esfuerzo hizo el castaño la boto, destruyó cada plato, flor, decoración solo para hacer sentir mal al menor- vamos cariño aun no sabes amar, te falta mucho por aprender- lo besó y esa fue su primera vez - lo vez hay mejores cosas para dar aunque de igual forma eres muy malo en la cama - se vistió y se fue, ignorando el llanto del menor.

Seungmin no podía ser feliz, no cuando Felix sufrió muchos complejos por su culpa era hora de tomar venganza, aunque no sabía si esto ya era una obsesión.

Al llegar a la Universidad la vida o el destino talvez por casualidad se reencontraron y ya saben el resto de la historia.