Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 52:

Cuando el día del baile de recaudación de fondos para terminar el nuevo estadio de los Rangers llega siento que he esperado años para que así sea. Tanner y yo nos levantamos a las seis y para planificar cada detalle y cada paso que daremos en la noche. A las doce me acompaña a mi cita al salón, en dónde me espera con su usual cara de pug en la sala para acompañantes, un polo negro y un par de vaqueros oscuros cubriendo su cuerpo. Cualquier emoción negativa en él se deshace cuando terminan conmigo y ve los resultados, mi cabello negro lacio, largo y brillante de vuelta sobre mi cabeza. El resto de los clientes se nos quedan viendo fijamente, como espectadores de una película romántica, cuando se levanta abruptamente y junta sus labios con los míos mientras sus brazos rodean mi cintura y me estrecha contra su pecho con fuerza.

─¿Te gusta? ─bromeo cuando nos distanciamos.

Sus ojos negros brillan.

─Esa es una pregunta estúpida ─responde antes de apartar con mucho esfuerzo su atención de mí, dirigiéndola a la cajera, quién se tensa y me hace deducir que durante el tiempo que estuve arreglando mi cabello mi acompañante pudo haber sido todo menos divertido o fácil de sobrellevar con ella─. ¿Hay un baño decente aquí? Ver a mi chica tan hermosa me dio ganas de orinar.

─Sí ─responde ella, tragando─. Junto a las escaleras, señor Reed.

─Gracias, Shanon.

Tras entrelazar nuestras manos, Tanner sigue sus indicaciones y nos guía a los aseos. Una de las trabajadoras del salón nos mira con las cejas alzadas cuando nos ve entrar a ambos en el baño femenino, sus brazos llenos de toallas, pero no opina al respecto luego de que mi acompañante le dirige una mirada retadora. No puedo evitar reír cuando me sienta sobre el lavado y se posiciona entre mis piernas, el frío del mármol bajo mi piel haciéndome estremecer. 

Mi sonrisa se deshace cuando se baja la cremallera del pantalón y alza la falda de mi vestido.

Trago sonoramente cuando entra en mí de golpe, todavía no acostumbrada a su tamaño.

─¿Cómo se llama? ─pregunta mientras me folla con duras, secas y  ansiosas estocadas, casi diría que desesperadas, su frente presionada contra la mía y mis piernas envueltas alrededor de su cintura─. El tono de tu cabello ─aclara cuando lo miro sin entender, odiándolo cuando se detiene para mirarme con respiraciones irregulares ya que mi excitación se ha ido construyendo y solo quiero que me coja sin ningún tipo de charla de por medio─. Dímelo, Savannah. ─Envuelve su mano alrededor de mi cabello, manteniendo mi cabeza fija y nuestros rostros cerca. Tan cerca que puedo oler el aroma del jabón que usó esta mañana y su loción para afeitar─. Quiero saber cuál es el nombre del tono de cabello que amo.

Mi pecho se oprime.

Si ama mi cabello, ¿eso significa que a mí también?

¿Que tenemos una seria posibilidad de terminar juntos y ser felices?

─Ébano ─respondo, mi garganta seca.

─Ébano ─repite volviendo a embestirme mientras saborea la palabra con sus labios y la hace suya con ese acento alemán que tanto adoro─. Ese es mi jodido color favorito.

Mis ojos pican con la necesidad repentina que siento de llorar, abrumada por las sensaciones que me golpean debido a que he esperado tanto para esto, para que Tanner me hable de esta manera a mí, que ni siquiera puedo creer que esté sucediendo. Tras enredar mis dedos en su propio cabello oscuro, junto nuestros labios y mezo mis caderas para que sus empujes se encuentren con los míos y el deseo, la posesión y todos los sentimientos que nos envuelven se desborden en cada roce de nuestros labios y en cada estocada de su miembro a mi sexo.

Podemos no ser perfectos.

Pero somos perfectos juntos.

Podré ser feliz con alguien más, lo sé, pero nunca voy a pertenecer a un lugar que no sea este.

Cuando tanto Tanner como yo nos venimos al mismo tiempo, alza sus ojos traviesos hacia mí y me sonríe de manera cómplice antes de comenzar a ajustar mi vestido y a peinar mi cabello con sus dedos. Mi corazón duele debido al secreto que estoy manteniendo de él por su propio bien. Debido a lo poco que sé  de lo que lo convirtió en el hombre que decidió rendirse a sus demonios en lugar de luchar contra ellos hasta ahora, siendo el estar aquí conmigo una declaración de guerra que solo es el inicio. Sé que tendremos muchas batallas que librar antes de que podamos afirmar que conseguimos nuestro final ideal, pero no quiero lo fácil.

No quiero lo bueno.

No quiero sonreír sin que tras dicha sonrisa haya verdaderos motivos para hacerlo.

Lo quiero a él.

Lo elijo a él.

─Te amo ─susurro, haciendo que se congele─. Weston, Ibor, Frederick, todos los hombres con los que me he acostado. Todos mis exs. Ninguno de ellos me entiende y me conoce como tú. Ninguno de ellos me complementa como lo haces tú. ─Tomo sus mejillas entre mis manos─. Te amo, Tanner, y al igual que harías cualquier cosa por mí, haría cualquier cosa por ti.

Traga.

─Sav...

─Está bien si no te sientes igual. ─Me pongo de pie, girándome para verme en el espejo. La opresión de no decirlo en voz alta era peor que el dolor de que mis palabras no sean correspondidas, pero aún así escuece. Tras tomar las fuerzas para ellos, me encojo de hombros con fingida indiferencia─. Sé que acabas de terminar con Pauline, que han pasado por mucho juntos y que estás terriblemente confundido, pero quería que lo supieras.

Tanner nos contempla en el espejo.

Tras situarse tras de mí y pegar mi espalda a su pecho, sus brazos rodeándome, lleva sus labios a mi mejilla y presiona un suave y frío, pero a la vez cálido beso sobre ella.

Oscuros. Egoístas. Perversos. Indiferentes a todos los demás y con ganas de verlos postrados a nuestros pies durante la noche y el día  ─dice en español, haciéndome estremecer─. Esto somos nosotros, Savannah, y nunca nada en mi vida se ha sentido tan real y destinado a ser que esto.

*****

Aunque fue difícil convencerlo, consigo hacer que Tanner finalmente me deje ir cuando Jason llega a nuestro edificio y me envía un mensaje de texto para anunciarlo. Me acompaña en el descenso en el ascensor, durante el cual no hago más que esquivar su cuerp ya que no puede evitar querer poner cualquier parte de su cuerpo sobre mí y ya me tuve que vestir dos veces y retocar el maquillaje al menos seis antes de salir. Mi vestido azul y plateado de lentejuelas y brillos al parecer es una visión. Es de cuello alto y de las escasas mangas que tiene cuelgan cadenas de brillo que también están en la parte baja de la falda. Estoy usando tacones plateados de una sola tira y mi cabello cae lacio sobre mi espalda. De mis orejas cuelgan un par de aretes de diamantes que Tanner me regaló el día que fuimos a recoger mi atuendo de la modista ya que fue especialmente diseñado par mí. Pero la cantidad de veces que lo hemos hecho en la última hora no solo se debe a mí, sino a él también. 

Se ve sexy, oscuro y fríamente peligroso en un traje negro de dos piezas. Su corbata es plateada, yo la escogí, y que finalmente estemos a juego me hizo tan feliz que salté sobre él al menos un par de veces tirando del hermoso trozo de tela colgando de su cuello. 

─Dime que no lo tocarás ─sisea en mi oído luego de conseguir acorralarme contra una esquina─. Promete que te mantendrás lejos de su alcance hasta que haya llegado.

Aunque en cualquier otro momento me molestaría su actitud, en este momento puedo ver en sus ojos cuán preocupado está con respecto a dejarme ir con Jason. Tras presionar mis labios contra su mejilla y dejar la huella de mi labial en ella, lo que hace que su expresión maníaca se suavice, afirmo.

─Lo prometo.

─Bien ─gruñe echándose hacia atrás cuando las puertas del ascensor se abren.

─Nos vemos allá.

─Me iré a penas regrese por las llaves del auto. Más le vale a ese hijo de puta comportarse o ser despedido no será venganza suficiente ─advierte antes de que las puertas metálicas se cierren.

Reteniendo una risita ya que me parece adorable cuando está molesto y en modo hablar consigo mismo, lo que he descubierto que hace muy a menudo desde que empezamos a vivir juntos, me doy la vuelta y me dirijo a la entrada de nuestro edificio. Cuando llego a la calle resisto el impulso de abrazarme a mí misma para protegerme del frío de la noche y camino hacia el deportivo rojo de Jason. Este abre la puerta para mí desde dentro y me sonríe ampliamente cuando me ve, relamiendo sus labios después de una manera que me hace estremecer.

─Hermosa ─halaga llevando una mano a mi muslo, haciendo que me tense─. Te ves aún mejor con el cabello oscuro. Tan bien que podría estar considerando despedirte para hacerme tu novio.

No me recuerda.

Incluso con el cabello oscuro no recuerda lo que tomó de mí, lo que una parte de mí esperaba que hiciera para poder librarme de su compañía mientras que la otra aguarda con ansias el momento de la revelación para abrir su mente a los recuerdos de su falta de talento.

─Gracias, Jason ─respondo tomando su mano y llevándola a la palanca de cambios, mis ojos grises y calculadores en los suyos azules llenos de perversión─. Si realmente quieres hacer tus planes realidad debes enfocarte en conducir sin hacer que nos maten, así que lleva esos lindos ojos azules a la carretera, jefe ─le digo con tono seductor, sonriendo al saber que Tanner le cortaría la mano si hubiera visto la manera en la que me tocó.

O encontraría otra manera de destruirlo.

Porque eso es lo que él y yo amamos hacer en nuestro tiempo libre.

Destruir a personas que se lo merecen. Cazarlas. Emboscarlas. Acabarlas. 

─Solo por ahora dejaré que seas tú quién de las órdenes ─comenta─. Pero en la cama será diferente. Volverás a estar bajo mi mando y haciendo lo que quiera, pero en esta ocasión fuera de la oficina, preciosa, y de una manera más placentera.

Incapaz de soportarlo más, extiendo mi mano y le subo todo el volumen a la radio.

El universo sabe lo que hace, pues Look what you made me do de Taylor Swift suena en una de las emisoras y no puedo evitar tatarear la letra con mis dedos moviéndose contra la tapicería de la puerta.

*****

El baile se lleva a cabo en el lobby del estadio. Este es amplio. La estructura de cristal se sostiene sobre varias columnas gigantes. El edificio en sí está listo. La recaudación es para los interiores. Soy tan buena en lo que hago que sonrío a cada rostro que se pone frente a mí, alguno de ellos familiares debido a que Austin a veces es un pueblo pequeño. Tengo que contener las ganas de asesinar a Jason cada vez que toma el crédito por el buen desarrollo del sitio en el que estamos. Por el rabillo del ojo noto a Tanner mirándonos mientras conversa con algunos de sus conocidos, pero a pesar de su mandíbula apretada y de la evidente tensión en su cuerpo este no se acerca, apegándose al plan y a mis deseos de exponer a Jason. 

Mi momento llega cuando me presenta ante el dueño de LDSW Inc, la constructora.

Adam Lindstrom, un hombre de casi sesenta años, abre sus brazos exageradamente para Jason y lo abraza frente a sus colegas, dejándome de lado como si ni siquiera existiera.

─Aquí está nuestro chico ─dice palmeando su espalda─. El brillante arquitecto que desarrolló todo esto sin serlo. Si escuchan la historia de cómo todo esto se le vino a la mente quedarán tan anonadados como yo lo estuve la primera vez que lo escuché. ─Por primera vez en la noche la espalda de Jason se tensa. La rabia se apodera de mi sangre mientras espero su respuesta─.  Vamos, Glasgow. Cuéntala de nuevo para nosotros. Esta noche no será especial si no lo haces.

Luciendo incómodo, Jason se posiciona en el centro de los ejecutivos sosteniendo una copa.

Ahora no solo noto a Tanner por el rabillo del ojo, sino también a Cynthia. 

─Estaba harto de recibir basura, así que me puse a descubrir por mí mismo si hacer un diseño de algo que valiera la pena era tan complicado ─relata, menospreciando los cinco años que cualquier arquitecto pasa en la universidad para hacer un diseño, incluso uno que un cretino como él pueda llamar basura─. Pasé noche enteras de ensayo y error hasta que un catorce de junio la idea finalmente vino a mí.  Inspirado en la bandera de nuestro país, así nació el estadio Betsy Ross ─dice, haciendo que todos aplaudan y alcen sus copas cuando levanta su mano para brindar─. En honor a todas las mujeres de los Estados Unidos. Fuertes, inteligentes, variadas y, sobre todo, sumamente hermosas.

Esto último lo dice mientras me mira, sus labios sobre el borde de cristal.

La historia... el nombre del estadio... todo es falso.

Un montaje para redimirse por las tantas denuncias de acoso en su contra.

Una mentira para cubrir sus fechorías.

Mis manos se aprietan en puños, pero consigo forzar una sonrisa en mi cara y aplaudir, lo que finalmente trae la atención de Adam Lindstrom a mí. Es regordete y su cabello gris está peinado hacia atrás. Su expresión es amable mientras me habla. Feliz debido a que uno de sus proyectos está a punto de ser una de las obras de la ingeniería más emblemáticas de USA y del mundo.

─Aunque personalmente me gustaría que la historia fuera cierta, no existe una evidencia real de que Betsy Ross haya sido la creadora de la bandera de los Estados Unidos ─digo, haciéndolo sonreír─. Pero apuesto a que sí la hay de que ponerle su nombre a este estadio es un movimiento acertado después de todos los escándalos de demandas de acoso sexual e intimidación en el trabajo que han envuelto a su creador.

El ceño de Adam se frunce.

─Mucho gusto, ¿señorita...?

─Campbell, Savannah Campbell. Graduada summa cum laude de la escuela de Arquitectura de la Universidad de Austin. Ganadora de veintitrés concursos a nivel nacional en la materia. Desempleada hasta que, decepcionada de la industria de grandes construcciones que solo favorece a los hombres, decidí abrir mi propia empresa de diseño de hogares para ricos y famosos ─respondo, alzando el mentón y atrayendo los ojos de todos a mí debido a cuán alto es mi tono de voz. Mis ojos buscan a Jason, cuya mirada cae al detallar bien mi rostro y las emociones que expresan mientras hablo, sus neuronas finalmente haciendo contacto. Intenta alcanzarme antes de que lo delate, pero Tanner se acerca, siendo demasiado tarde para él─. La verdadera arquitecta creadora del estadio Stars and Stripes a la que Jason Glasgow le robó el diseño.

*****

A penas las palabras salieron de mi boca, el señor Lindstrom llamó a seguridad para que me escoltaran a la salida, pero Tanner y Ryland escogieron ese momento para acercarse todavía más y posicionarse a cada lado de mí. Jason incluso cometió el error de avanzar hacia mí de manera violenta, pero la mano de su jefe sobre su hombro lo detuvo de la misma manera que la demanda de Ryland hacia LDSW Inc por usurpación y robo de mi modelo lo hizo con él.

Ahora todos estamos dentro de la oficina de la constructora a las afueras del estadio, a salvo de los reporteros de los medios de comunicación que también podrían oír mis acusaciones.

─Esto no puede ser cierto ─sisea el dueño de la constructora, paseándose de un lado a otro por la oficina con sus manos despeinando su cabello gris de manera ansiosa, sus ojos verdes enloquecidos cuando se enfoca en Jason, quién mantiene la mirada lejos de él encorvado sobre uno de los sillones de cuero─. ¿Lo es? ─exige alzando la voz─. ¿Le robaste el diseño a esta chica?

─No ─responde él─. Es solo una ex molesta.

Alzo las cejas y Tanner gruñe.

Ryland solo ríe, sumergiendo su mano en una bolsa de papas fritas de queso con los pies sobre la mesa. Su trabajo aquí ya está hecho. Solo está entreteniéndose con el espectáculo. Los otros siete abogados de su jefe copian y graban cada palabra que es dicha durante la reunión, buscando maneras de arruinarlos y de ganar debido a ellas. Unos son especialistas en derechos femeninos, otros en derecho laboral, uno o dos en propiedad intelectual e incluso hay uno criminalista. Ryland es mercantil. Tanner verdaderamente se esforzó al reclutarlos. Fueron varias las noches que no durmió haciendo videollamadas con ellos para hablar sobre el caso. Los días que dejó de trabajar para ayudarme a recolectar pruebas y la manera de presentarlas.

─Siempre es una ex molesta. Estoy cansado de esto, Jason. ─Adam, quién también es su padrino, se gira hacia nosotros con una expresión difícil de descifrar─. Por mucho que me enoje la manera de comportarse de este idiota, no puedo ceder tan fácilmente y darles la razón. Hasta ahora nada de lo que me han mostrado podría servir en un jurado. Fácilmente podría alegar que Jason te contrató para la ejecución de los planos y de la maqueta, pero que fue su idea. Eso explicaría por qué hay grabaciones de ti entrando en LDSW con el diseño, pero no saliendo de él con ello ─dice mientras ocupa asiento en la mesa en la que estamos─. Según tú mentiste al hacerle creer que no lo conocías, así que también podrías estar mintiendo sobre esto.

─No lo estoy ─siseo, deteniéndome frente a él con los brazos cruzados sobre mi pecho─. Sangré cada línea que hice sobre el papel. No dormí por semanas enteras preparando este proyecto. Cuando lo presenté ante Jason, me dijo que no era bueno y que si me inclinaba sobre su escritorio podría tener un trabajo como su asistente, el cual rechacé arrojándole la maqueta.

─Si es tan terrible como dices, ¿por qué viniste aquí con él? ─pregunta, haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas debido a la frustración que me genera tener que pasar por este tipo de situaciones cuando me esforcé tanto por ser la mejor─. ¿Por qué eres su asistente?

Inclinándome sobre el viejo alcahueta, presiono mis manos contra la madera.

Eso sus abogados lo registran, no los nuestros.

─Porque quería vengarme.

─¿Por qué robó tus diseños o porque te dejó? ─pregunta y me limito a tragar mientras lo contemplo, rechazando a duras penas la violencia que se genera dentro de mí.

─Savannah ─susurra la voz de Tanner tras de mí, tomando mi codo y haciendo que me aparte de Adam tras darle varios tirones insistentes─. Ya fue suficiente. Ya diste tu versión y cualquier persona razonable de dará la razón ─dice─. Déjamelo a mí.

─Las audiciones para el diseño de este estadio abrieron en Agosto del año pasado. Trabajé el tiempo suficiente en su compañía como para descubrir que el proyecto fue aprobado en Julio. A menos que Jason sea psíquico, no pudo haber tenido idea de su creación en Junio, mucho menos haber recibido modelos de arquitectos para esa fecha, y Junio de este año todavía no ha llegado ─le digo─. Así que su historia es falsa. El mérito que cree que tiene de todo esto es falso.

Sus ojos brillan. Sé que me cree, pero su reputación y la de su empresa va primero.

A pesar de ello, niega.

─Es solo una historia, chica. Pudimos haberla inventado para el marketing.

Conteniendo las ganas de llorar, me incorporo sin derramar lágrima alguna.

Sin gastar más saliva en él o en la basura de Jason, los lanzo a un mar de tiburones.

Al ser consciente de que ha llegado su punto de ser el protagonista de esto, Tanner toma asiento en la mesa y lo contempla con su típica expresión fría, amarga y carente de emociones.

─Es una historia pésima e incoherente. Espero que se le ocurra una mejor para explicar por qué una de las mujeres que acusó a Jason de acoso sexual antes de ser intimidada por ustedes y su estúpido acuerdo de confidencialidad, retirando su denuncia a la policía, tuvo un hijo con sus lindos ojos azules cinco meses después. ─Tras presionar el botón de la grabadora en su mano, todos escuchamos la pelea que grabé─. En el caso de que decidas usar dicho acuerdo en contra de Savannah, no podrás hacerlo. Jason se cegó por la belleza de la mujer que ahora dice que rechazó y no se lo presentó durante su contratación, así que tú decides si el escándalo será uno o dos porque ciertamente le darás el mérito de este estadio a Savannah.

─Esa grabación no vale nada sin el testimonio de Cynthia ─sisea Jason─. Ella nunca...

─¿Te traicionaría? ─ríe oscuramente Tanner, caminando hacia él y posicionando una mano sobre su cabello a pesar de los intentos de Jason por apartarlo─. Glasglow, solo te diré que debiste haber llevado a Cynthia a París cuando te lo pidió. Ahora mismo se encuentra en un avión privado de camino a ver la Torre Eiffel con su lindo bebé y su abuela después de haber firmado una confesión bastante sustanciosa para nosotros.  La anciana está feliz de que finalmente estés recibiendo tu merecido y te envía saludos, por cierto. También dijo algo sobre escupir tu rostro si alguna vez llega a verte, pero no lo recuerdo porque estaba demasiado traumatizado con lo que dijo que le haría a tus testículos si se entera que estás molestando a su hija o a su nieto. Tristemente, ustedes tuvieron razón las anteriores veces que fuiste acusado en vano antes. A veces el testimonio de una mujer no es suficiente. ─Sin darle oportunidad de percatarse de lo que sucede, Tanner le arranca un cabello─. Así que muchas gracias por darme la prueba que necesito para que todos sepan que Jackson es tuyo, que eres un pervertido hijo de puta y que lo único razonable que Adam puede hacer en este momento es despedirte y desligar tu nombre de su empresa, además de compensar a Savannah y a todas tus víctimas en un lapso no mayor a veinticuatro horas porque de lo contrario estas empezarán a alzar su voz en los noticieros y no queremos que eso suceda. Después del escándalo de haberle robado el diseño a una vulnerable prodigio recién graduada, no queremos que nuestras acciones bajen todavía más. ─Tras tenderle el cabello de Jason a uno de sus abogados, quién lo guarda en una bolsa usando guantes de látex, acepta el documento que otro de ellos le tiende y  hace sonar su bolígrafo luego de que lo coloca frente a Adam─. Y digo nuestras porque quiero tener una voz en su sala de juntas, por lo que me cederás un diez por ciento de estas a cambio de un precio razonable teniendo en cuenta las circunstancias. Es decir, diez dólares y una dotación de por vida de lubricante para que sus culos duelan menos por cómo acabo de joderlos. ─Sin dejarlo pensar si quiera, se inclina sobre su oído luego de poner el bolígrafo en su mano, sus ojos llenos de sadismo. Un sadismo que hace que me retuerza y que desee que todo esto termine para que mi demonio de los negocios y yo podamos ir rápido a casa─. Porque no permitiré que no cumplas con tu palabra o que arrastres el nombre de Savannah por el fango una vez el resto del trato se cumpla. Este es solo el primero de muchos de sus logros y ni tú ni nadie cambiará eso. Es la persona más talentosa, creativa, inteligente y auténtica que he conocido y no merecía lo que tu ahijado le hizo. ─Ya que Adam no reacciona, su mano temblando sobre el papel, él mismo guía su mano al sitio en el que debe firmar─. En realidad ninguna mujer a la que atacó lo merecía, alcahueta hijo de perra. Te recuerdo que si no te deshaces de él, serás considerado su cómplice. Hasta donde sabemos solo de acoso laboral a todas sus asistentes desde que rompiste las reglas del profesionalismo poniendo en su sitio a alguien que no lo merecía,  pero ambos sabemos que podría pasar a mayores dependiendo de lo que haya hecho y lo que eso significaría para ti y tu familia: para tus hijas, tus nietas y tu esposa.

Tras tragar, sus ojos húmedos por las lágrimas, Adam firma.

Ninguno de sus abogados lo detiene de hacerlo porque saben que es lo mejor.

Una sonrisa victoriosa se apodera de mis labios.

─Toma ─dice mientras estampa el documento sobre su pecho tras levantarse.

─Gracias, socio ─responde Tanner─. ¿Me permites tomar mi primera decisión como socio?

─Haz lo que te dé la gana ─sisea y el pelinegro sonríe, dirigiéndose a Jason.

Este se encuentra de pie y se dirige a la salida, pero Ryland lo detiene y Tanner estampa su puño con tanta fuerza contra su rostro que la sangre se desliza después por su nariz y encías.

─Estás despedido ─anuncia antes de caminar hacia mí y tomar mi mano─. Vamos. Tenemos un anuncio importante que hacer. Las personas en la fiesta deben conocer a la verdadera responsable de esto. ─Le da el documento firmado a Ryland y nos dirige al interior del edificio. De camino allí, sin embargo, nos encontramos con un rostro sumamente familiar para ambos dentro de un conjunto deportivo negro. Estamos en el estacionamiento. La mano de Tanner se aprieta en torno a la mía, pero por costumbre yo suelto la suya, mi mirada clavada en los grandes ojos llenos de dolor frente a nosotros─. Savannah ─susurra, pero yo solo puedo verla a ella. 

Sus lágrimas. Su cabello rubio deshecho. Su delgadez.

─Pauline ─murmuro.

Pero ella ni siquiera repara en nuestras manos juntas antes de arrojarse a los brazos de Tanner.

Este se congela, pero lentamente le devuelve el abrazo.

─¿Qué está mal? ─le pregunta luego de que la aparta de su cuerpo con gentileza, sus ojos oscuros evitando los míos como si al momento en el que ella regresó, dejé de existir. A penas puedo respirar─. La última vez que hablamos lo estabas llevando bien, ¿qué sucedió?

Mis propios ojos se llenan de lágrimas.

El villano que acaba de ser mi héroe nuevamente es el héroe de otra también.

─Es ella ─solloza─. Está muerta, Tanner. Mi hermana está muerta.

Un nudo se instala en mi garganta ante sus palabras, pero también ante la manera en la que él acaricia su cabello y la contempla como si aún le importara. Como si el hombre que ha sido todos estos días conmigo no hubiera existido. Teniendo un mal presentimiento sobre esto, me echo hacia atrás, al borde del colapso. Cada célula en mi cuerpo se contrae con dolor.

Un lancinante y agónico dolor.

─¿Firmaste los papeles del divorcio? ─le pregunto a Pauline, lo que hace que esta se despegue del pecho de Tanner y me mire con ojos confusos─. ¿Los firmaste? ─repito sacudiendo sus hombros, a lo que él responde intentando apartarme de la que todavía es su esposa.

Lo contemplo, anonadada.

─Savannah, este no es ni el lugar ni el momento.

Ignorándolo, llevo mis ojos de vuelta a Pauline.

─¿Los firmaste sí o no? ─exijo saber, mi voz desesperada porque diga que sí.

Pero ella solo niega y no de una manera que indique que no quiere divorciarse, sino más bien que no sabe a qué me refiero. Está más que claro que no entiende nada de lo que le digo.

Que él me mintió.

─¿Qué papeles de divorcio?

Con su pregunta mi mundo se estremece. Afortunadamente los ángeles existen. En este caso se trata de un ángel que ayudé a volar con mi caída hace algunos años. Casi cinco para ser exactos. Una más madura y profesional Faith, la vigilante del campus que también estudiaba arquitectura y que dejé ganar al retirarme de la competencia, se detiene frente a mí.

─Savannah Campbell ─dice─. Sabía que llegarías lejos y que en algún momento nuestros caminos se cruzarían de nuevo,  pero nunca pensé que la vida nos reuniría de esta manera. Soy la CEO de LDSW en su sede principal y sabía que algo andaba mal con este proyecto desde el momento en el que la rata de Jason lo presentó. Me siento feliz de que te hayas desecho de él. Ahora que sé que tu lo diseñaste, me siento estúpida por no haberme dado cuenta antes. Sabes cuánto me gustaba tu trabajo. Cada línea grita tu nombre. ─Tras hablar repara en Tanner y Pauline ante mi silencio─. Lo siento, ¿estoy interrumpiendo algo importante? 

Tras encajar mi brazo en el suyo, trago.

─No. Ni siquiera sé quiénes son estas personas─digo mientras los paso, agradeciendo a la vida por ponerla en mi camino de nuevo─. No interrumpes nada importante. 

Solo cómo finalmente he abierto los ojos.

Con la espalda recta e ignorando cómo todo a mi alrededor se hace humo sin que haya una explicación coherente para ello más que el hecho de que a pesar de que sea la persona más talentosa, creativa, inteligente y auténtica que Tanner haya conocido, nunca seré lo que quiere.

Y finalmente mi corazón está tan roto que no creo posible que pueda hacerlo funcionar de nuevo, ni siquiera para la misma persona que lo rompió y que sé que en cualquier momento volverá para jugar con los trozos. Él o su esposa, quién antes solía llamar mi amiga.

Ambos quedarán tan decepcionados cuando no puedan tener su momento de diversión. 

Porque ya no son trozos.

Son cenizas.


Faltan 2



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro