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Capítulo 42:

Cuando llego a LDSW Inc y me dirijo a la oficina de Jason para repasar su agenda de hoy, me llevo una sorpresa al no encontrarlo solo. Cynthia, la chica delgada y castaña que se acercó a mí antes para preguntarme si ya me había acostado con su jefe y para advertirme, se encuentra discutiendo con él en voz alta. Muy alta. Antes de que alguno de ellos me note, me escondo tras la puerta entreabierta y agudizo el oído para no perder ni un detalle de lo que dicen ya que podría usarlo de una u otra forma a mi favor en mi caso contra él. Pensando en esto, tomo mi celular y enciendo la grabadora ya que hasta el momento soy la única de sus empleadas que todavía no ha firmado un acuerdo de confidencialidad que la mantenga con las manos atadas.

─Jackson quiere verte, Jason. No hace más que preguntar por ti ─le exige ella, las lágrimas deslizándose por sus mejillas mientras agita los brazos con histeria─. Si no te denuncié después de lo que me hiciste fue porque prometiste ser un buen padre, ¡pero no lo estás siendo!

Mi garganta se cierra al oír sus palabras.

Jason, sin embargo, permanece del otro lado de su escritorio con total y completa calma. Su mirada azul es serena, como si esta no fuera la primera vez que lidiase con Cynthia, y tiene el descaro de sonreír mientras entrecruza sus manos detrás de su nuca. Admiro a la pequeña mujer al instante. De estar en su lugar, ya me habría arrojado sobre él y no en el buen sentido.

─Te dije que te deshicieras de él.

Contengo un sonido ahogado, cubriendo mi boca con una mano.

No pensé que podría aborrecerlo más de lo que ya lo hacía, pero estaba equivocada.

─Es tu hijo ─solloza ella─. No entiendo cómo puedes hablar así de él si es el fruto de lo que tuvimos. Se parece tanto a ti que no hay duda de que eres su papá. Sus ojos azules, su cabello castaño, cómo tira de su oreja cuando está nervioso como tú lo haces. Es nuestro bebé. Si no...

─Basta ─la corta Jason, poniéndose de pie y apretando tan fuerte su delgada muñeca que me sorprende que Cynthia no se queje─. Te transferiré más dinero en la tarde. Deja el espectáculo.

Cynthia tira de su mano hacia ella, liberándose de su agarre.

─No quiero dinero. Te queremos a ti.

─No estoy interesado. Tendrás que conformarte con el dinero.

─Jason...

─Vete de mi oficina, Cynthia, o te despediré.

─No puedes despedirme ─brama ella, causando que su mandíbula se apriete y sus manos se hagan puños─. Si lo haces le diré a todo el mundo sobre la existencia de Jackson. Al momento en el que lo vean, sabrán que todas esas chicas que te denunciaron por acoso tenían la razón. ─Alzo las cejas cuando una sonrisa suave se apodera de su rostro de muñeca. Al parecer el acosador terminó siendo acosado. Aunque me divierte que Jason tenga una cucharada de su propia medicina, no puedo evitar sentir compasión por su hijo. Sus padres claramente no están bien. Al menos Cynthia se oye como si realmente lo quisiera detrás de su obsesión por su ex jefe imbécil─. Te veremos hoy a las siete en casa. Te quedarás a dormir y mañana nos llevarás a desayunar a esa cafetería cerca de su guardería. Traerás un juguete para él y rosas para mí.

Contengo una risita al ver a Jason tragarse la ira y someterse.

Bueno.

¿Nadie le dijo que las mujeres podemos ser un poco obsesivas cuando hieren nuestro ego?

─Está bien.

─Princesa.

Él se retuerce, pero logra poner una sonrisa más falsa que mi nuevo cabello rubio en su rostro.

─Está bien, princesa.

─Sabía que entrarías en razón ─murmura ella, poniéndose de puntillas y besando su mejilla antes de empezar a caminar hacia la salida. Me muevo silenciosamente a mi escritorio y hurgo en mi bolso por mis audífonos, los cuales cuelgo en mis orejas para evitar que sospechen de mí─. Pero de todas maneras quiero que me pases dinero ─añade antes de retirarse─. Sé que te está yendo bien con el proyecto de los Rangers y quiero renovar mi armario y el de Jackson porque el hecho de que no podamos estar contigo porque te despedirían no significa que debamos vestirnos como si no estuviéramos a la altura de papi. También quiero saber a dónde nos llevarás de vacaciones para navidad. Entiendo si no puedes acompañarnos, pero ni tu hijo ni yo toleraremos una navidad más con mi mamá. Sabes cuán molesta está conmigo por ti. Nunca ha creído que exista un nosotros y no entiende que no puedas darle tu apellido a Jack.

La sonrisa de Jason crece, pero prácticamente está arrancándose la oreja.

─Los enviaré a París, princesa, como me hiciste prometer la vez pasada.

Cynthia sonríe de oreja a oreja, viéndose victoriosa.

─Bien.

Debido a que noto que ha llegado el final de su conversación finjo hojear mi agenda. Cynthia, sin embargo, se detiene frente a mi escritorio cuando traspasa el umbral de la puerta. Me quito los audífonos como si recién me hubiera dado cuenta de su presencia en la oficina de Jason. La manera en la que sus ojos se fijan en mí me hacen darme cuenta de que si no hubiera venido aquí, quizás en tan solo dos semanas no habría tenido la oportunidad de vengarme porque Jason se habría suicidado. Cynthia es una pequeña mujer de armas tomar que está un poco loca, lo cual estoy segura que es culpa, en parte, del padre de su hijo, pero sabe cómo conseguir lo que quiere y eso lo respeto. Se me queda viendo sin hablar, así que rompo el silencio por ambas.

No cometeré el error de subestimarla.

─Hola, Cynthia.

Ella ladea la cabeza, evaluando lo que ve, antes de chasquear la lengua.

─Ya sé que Jason irá al baile de inversionistas para el nuevo Estadio de los Rangers contigo. Yo se lo sugerí ya que te he visto llegar con un hombre apuesto varias veces y tengo el presentimiento de que no eres como las otras putas de aquí. ─Mi mandíbula se aprieta, pero logro sonreír. Contenerme de decirle que esas otras putas de las que habla también son víctimas de Jason, como ella y como yo─. Si me defraudas, no solo él te destruirá. Yo también.

Aunque va en contra del papel que vine a representar aquí, no puedo evitar tenerle compasión y decirle algo que podría hacerla sentir mejor. Después de todo su papel en esto puede ser crucial debido a que, como dijo, su hijo es la prueba de que todas esas chicas que no fueron escuchadas cuando se atrevieron a denunciarlo, lo que sí hicieron, pero solo consiguieron ser aplastadas por un grupo expertos de abogados bajo el pretexto de violar un acuerdo de confidencialidad, tenían la razón. Una evaluación psiquiátrica a Cynthia y un test de paternidad se las dará.

─No estoy interesada en Jason.

Su ceño se frunce ligeramente, como si aún después de escucharme no terminara de entender que el idiota no es mi tipo. Es atractivo, pero me gustan otro tipo de matones, no el suyo.

─Eso espero.

Tras dirigirme un último vistazo, se da la vuelta y empieza a caminar hacia el ascensor, viéndose tan frágil y delicada en un vestido de estampado floral y sandalias que en algún sitio de Lubbock, su pueblo natal, Pauline está retorciéndose con miedo debido a la competencia. Cuando finalmente desaparece en el ascensor, le echo un vistazo a mi teléfono para ver la respuesta de Tanner a la grabación de la conversación que acabo de oír que le envié.

Tanner: La mejor puta noticia de la mañana, Savannah.

Tanner: Acabo de hablar con mis abogados. Baile cancelado. Si ponemos a Cynthia de nuestro lado, lo que haremos, esto es suficiente para hundirlo. Ya puedes salir de ahí y teñirte.

Suelto una risita, sin responder todavía, lo que hace que me escriba de nuevo.

Tanner: Tienes cita para la una con el estilista, pero necesito saber cuál es la diferencia entre morena mediterráneo y ónix o cuál es el nombre del tono que tenías antes.

Ya que tengo el presentimiento de que si no contesto enloquecerá y su día no será productivo porque se la pasará preguntándose por qué no le respondo, lo hago.

Savannah: Todavía no.

Savannah: Sabes que soy exhibicionista, ¿de qué vale una venganza sin testigos?

Savannah: El baile definitivamente está pasando.

Tanner: ...

Al leer su respuesta, mis muslos se aprietan. Me muerdo el labio inferior mientras escribo.

Savannah: Es gracioso, ¿sabes? Porque para ti esos "..." significan una cosa y para mí otra.

Savannah: Pregúntame qué significan para ti.

Su respuesta tarda algunos minutos, pero finalmente llega.

Tanner: ¿Qué significan para mí?

Savannah: Intimidación. Crees que tomaré en cuenta tu opinión y es dulce que si quiera lo pienses cuando los dos sabemos que siempre consigo lo que quiero, tarde o temprano.

Savannah: Ahora pregúntame qué significan para mí.

Tanner responde al instante.

Tanner: ¿Qué significan para ti?

Savannah: Que tendrás una excusa para doblarme sobre mí misma y follarme duramente hasta hacerme cambiar de parecer, lo que no pasará... así que lo haremos sin parar.

Tanner: ...

Savannah: ....

Tanner: Te recogeré al mediodía para almorzar.

Tanner: Pero te advierto que llenaré esa boca por mí mismo antes.

Suelto una risita.

Savannah: Está bien, daddy.

Nuevamente tarda en responder, así que no puedo evitar reír e imaginarlo con su cara de pug mientras mira el celular.

Tanner: Solo soy seis años mayor que tú.

Savannah: Pudiste adoptarme a los dieciocho.

Tanner: Sav...

Savannah: ....

Tanner: Tus fantasías me hacen pensar que no soy el que está mal.

*****

Tanner y yo recogemos comida para llevar, arroz thai y croquetas de cangrejo, después de que me recoge al mediodía en uno de sus deportivos. Conduce todo el camino hacia Travis Country con algunos zig zags debido a que su pene llena mi boca, la cual colma de su espeso, cálido y abundante esperma en el estacionamiento del local, enredando sus dedos en mi cabello mientras me mira tragármelo todo con ojos intensos, los míos llenos de lágrimas. Cuando le pregunto por qué simplemente no comemos en el restaurante yendo hacia su edificio, entendiendo si dice que no quiere ser visto tantas veces conmigo en público, extiende su mano sobre la palanca de cambios en búsqueda la mía y me comenta que le apetece cambiarse.

Todavía mi piel hormiguea en el sitio que estrechó.

Al finalmente encontrarnos sentados cada uno en su lado del mesón de su bonita cocina nueva, nuestros platos llenos de arroz y langostinos, Tanner habla mientras nos sirve jugo de naranja desde una jarra de cristal a ambos. Se ha arremangado la camisa blanca que está usando, los primeros botones de esta fuera de sus respectivos agujeros, y el reloj negro que lleva hace un bonito contraste con su piel pálida. La marca que dejó su anillo de casado en su dedo cuando se la quitó ha desaparecido. Viviendo aquí y estando así conmigo, es como si Pauline no existiera.

Como si nunca hubiera existido, para ninguno de los dos.

─¿Tienes que atender a algún cliente esta tarde?

Al sospechar que está a punto de pedirme que los deje plantados por él, frunzo el ceño.

─Tanner... ─murmuro, mi tono bañado de advertencia porque pensé que había entendido que su trabajo no es más importante que el mío.

Niega, cortándome.

─Solo quiero saber si puedes hacer el trabajo de hoy desde casa o si necesitas ir a tu oficina.

La arruga en mi frente se profundiza.

─No tengo ningún cliente para hoy ─murmuro─. ¿Por qué?

Tanner sonríe mientras mastica. Los segundos que tarda comiendo me llenan de intriga.

─Porque me gustaría que pasáramos la tarde aquí, juntos.

Niego.

─No, no puedo. Tengo que acabar algunos diseños del bar de Ryland que faltan para que Isla termine de hacerlos realidad y podamos cumplir el plazo. Para eso necesito mis implementos. Ni aunque quisiera podría usar este sitio para diseñar. No es el adecuado. ─Al notar la manera en la que me mira fijamente, me encojo de hombros─. Podemos ir a mi casa, si quieres.

─No es necesario ─prosigue con su absurdo misterio antes de llevar otro bocado de comida a su boca, solo que ahora se ríe abiertamente mientras me ve retorcerme con confusión.

─¿Trajiste mis materiales aquí sin mi permiso? ─inquiero, entrecerrando los ojos debido a que no conozco ni una sola cosa que no sea capaz de hacer para conseguir lo que quiere. Definitivamente no debí haberle dado una copia de la llave de mi estudio cuando me dio la suya─. ¿Mis lápices de grafito? ¿La cantidad justa de luz para que todo cobre vida? ¿Mi escritorio y mi silla personalizada de acuerdo a mi tamaño para que no me moleste la espalda?

Tanner finalmente deja de comer, poniéndose de pie y extendiendo su mano hacia mí.

─Sí ─dice y sus ojos negros son un hechizo al que no me puedo resistir.

Tras limpiar las comisuras de mis labios con una servilleta, acepto que me guíe hacia el piso superior. Todo mi cuerpo se tensa con anticipación cuando nos detenemos frente a esa habitación, la que no tiene nombre ni concepto. La que solamente cumple, hasta dónde sé, con sus exigencias de luminosidad, claridad y una elevación frente a las ventanas, no ventanales.

Nada para los jodidos pervertidos.

Cuando Tanner abre la puerta frente a mí y me invita a pasar con un movimiento de mano, no me doy cuenta de que no estoy respirando hasta que mi cuerpo toma una honda y brusca inhalación, pero mi reacción es más que justificada. La habitación de paredes blancas, llena de luz solar y todo lo que se necesita para la elaboración de mis planos, lo amerita. No solo tengo aquí todo lo que he necesitado para la elaboración de mis planos y maquetas, cada material e instrumento que he conocido desde que entré en la Escuela de Arquitectura, sino también un montón de otras cosas que me he privado debido a mis ahorros para ampliar mi empresa.

Una pantalla táctil especial para los diseños de arquitectura. Un bonito escritorio blanco en la elevación con una silla de cuero del mismo color detrás, la cual en tamaño y proporción es bastante similar a la que tengo en casa. Estantes repletos de colores, marcas y lápices de las mejores marcas del mercado, algunas que ni siquiera he pensado en utilizar debido a lo absurdo de su costo. Trago mientras deslizo mis dedos por la superficie de madera del escritorio, apreciando el calor y la luminosidad que entra a través de las amplias ventanas de cristal.

El sitio también está repleto de un sinfín de rosas blancas.

Cuando tomo una de ellas abandonada solitariamente sobre mi escritorio e inhalo su aroma antes de darme la vuelta para enfrentar a Tanner, me sorprendo al hallarlo justo tras de mí.

Ni siquiera soy capaz de preguntarle qué significa todo esto.

─Lamento decir esto en este momento, Savannah ─dice─. Lamento haber tardado tanto en darme cuenta qué era exactamente lo que quería, lo que me hacía sentir vivo, y también lamento que a pesar de cualquier cosa que diga o haga, nada podría cambiar el hecho de que los demás o incluso tú misma sientas que eres mi plato de segunda mesa. ─Traga, viéndose como si de verdad le costara seguir, pero lo hace─. Pero, sobre todo, lamento haber arruinado irremediablemente la posibilidad de que existiera un nosotros antes de que si quiera supiera que hay un tú y yo. El no estar seguro de si mañana lo arruinaré tanto que te irás. El no tener la certeza de que seamos lo mejor el uno para el otro. El no poder exigirte que te quedes porque no me debes nada. ─Toma una respiración profunda. Sus facciones están apretadas, como siempre, pero además de enojado, luce enfermo. Muy enfermo. No puedo contener el impulso de adelantarme y presionar mi mano en su mejilla, contra la cual se acurruca por unos segundos antes de girar el rostro y besar el interior de ella─. Aún así, soy egoísta y me estaría asesinando a mí mismo si no te dijera que siempre habrá un espacio en mi vida para ser llenado por ti.

Hay un diván blanco contra una de las paredes de la habitación.

Dejo mi rosa sobre el escritorio y lo empujo hacia él tan fuerte como puedo. Caigo sobre Tanner y él me ataja envolviendo sus brazos alrededor de mí como si no quisiera dejarme ir, pero no estuviera seguro sobre mantenerme a su lado. Trazo mi dedo sobre sus labios antes de decirle lo que me ha estado matando por dentro todo este tiempo, queriendo salir de mí, pero no encontrando las palabras o el momento adecuado para hacerlo. Ahora tengo las dos.

─No importa que seamos lo peor el uno para el otro ─susurro, consciente de que tengo su completa atención puesta en mí─. Mientras no haya nada que se sienta mejor que estar juntos.

Tras oírme deja escapar una honda exhalación, enredando sus dedos en mi cabello.

─Savannah... ─suspira cuando empiezo a desabotonar los botones restantes de su camisa.

Niego, presionando mis palmas contra su torso para mantenerlo en su lugar cuando hace ademán de incorporarse debido a que no está acostumbrado a estar del lado vulnerable, pero a todos nos llega nuestro momento. Me incorporo solo para bajar los tirantes de mi vestido de tela ligera, blanco, y bajarlo lo suficiente para que sea capaz de ver mi pecho expuesto mientras lo hacemos ya que no estoy usando sostén. Sé que es un espectáculo que no querría perderse.

─Querías herirme haciéndome creer que me estabas haciendo el amor como se lo hacías a tu esposa, a quién amabas, pero en realidad solo te heriste a ti mismo al darte cuenta de que preferías follar como un animal a evocar el recuerdo de tu fallido matrimonio. ─Presiono mi boca contra sus abdominales, apreciando la manera en la que estos se contraen bajo esta, besando cada centímetro de piel que encuentro─. Porque quizás sabes cómo hacerle el amor a una mujer, pero no sabes cómo es que te lo hagan a ti porque Pauline nunca te amó. ─Parpadeo hacia él cuando su mano en mi cabello se aprieta solo para aflojarse una vez más, sus pestañas cayendo pesadamente sobre sus mejillas mientras me observa─. Porque no puedes amar lo que no conoces. Al igual que el personaje que labraste para tener tu final feliz con ella, su relación nunca existió. ─Tanner tira de su cuello hacia atrás cuando desabrocho su pantalón y llevo mis labios a la sensible punta de su pene, la cual está hinchada y goteante para mí, una vez lo libero de su ropa interior─. Por suerte para ti, estoy aquí ─murmuro─. Siempre estuve aquí.

Pero en lugar de meterlo en mi boca como quiere, froto su miembro contra mi rostro antes de deslizar mis labios hacia la V de su ingle y luego hacia sus tonificados muslos, liberándolo de su pantalón con mis manos. Me tomo mi momento para apreciar sus piernas, tocándolas y jugando a hacerle cosquillas en los pies con los calcetines todavía puestos, lo que no sirve de nada, ya que no se ríe, antes de volver a ascender por él y darle lo que quiere. Tanner deja escapar un silbido cuando dejo caer saliva sobre su erección, pero esto no trata solo de sexo, así que continúo escalando sobre él, tomándome mi tiempo para adorar sus abdominales, mientras le doy un masaje suave a su pene. Suspiro sobre sus músculos marcados de su six-pack, tomándome mi tiempo apreciando cada uno de ellos. Siguen viéndose de la misma manera que lo hacían cuando estábamos en la universidad. No lo suficientemente grandes para que alguien diga que gasta gran parte de su tiempo en su gimnasio, pero sí para que sea evidente que se preocupa lo suficiente por su imagen. Tanner suelta un sonido mitad gruñido, mitad jadeo cuando asciendo y hundo mi rostro en su cuello para encontrar ese punto sensible en él que todos tenemos mientras escalo sobre su cuerpo para meterlo dentro de mí.

Me incorporo al sentir sus primeros centímetros ingresando en mi interior, estirándome.

Despertando las terminaciones nerviosas de mi tierna y dolorida carne.

─Se siente bien ─murmuro, creando una cortina con mi cabello entre nosotros.

─Sí ─afirma con voz ronca antes de atraerme a él para besarme─. Se siente bien, Savannah.

Está tomando mis labios y mi boca de manera dulce y profunda, así que tomo su rostro con las palmas de mis manos mientras empiezo a moverme sobre él, tomándome mi tiempo para apreciar cada vena y cada pulgada de su miembro, pero también la sensación de lo cerca que estamos. Reprimo el impulso de empezar montarlo de manera salvaje en busca de nuestra liberación y en su lugar me concentro en el sabor de su boca hasta que siento que mis pulmones realmente están luchando por obtener oxígeno porque mi cuerpo ha decidido que es más importante no perder esta conexión con Tanner, cuyos dedos de una mano están enredados en mi cabello, acariciándolo de manera extraña, mientras la otra aprieta tiernamente mi trasero.

Él también se está esforzando por tomarlo con calma.

Los minutos pasan y seguimos apreciando nuestra unión, pero eventualmente todo se vuelve demasiado y me anima a ir más profundo, no más rápido, mientras mordisquea mis labios y aprieta sus dedos en mis caderas. Suelto un chillido al venirme primero que él cuando empieza a trazar círculos sobre mi clítoris. Intercambia posiciones conmigo entonces y se dedica a alargar mi orgasmo tanto como puede profundizando sus penetraciones. Ahora soy yo la que hunde las uñas en su espalda, colando mis manos por debajo de su camisa, y él quién esconde el rostro en mi cuello mientras murmura en mi oído cuán hermosa e irresistible soy.

Cuán loco lo vuelvo.

Cuánto disfruta perder la cordura cuando está conmigo porque no se da cuenta, en primer lugar, de que lo hace. Suelto un gemido largo, volviendo a acabar, al sentir su semen llenándome.

Me siento pegajosa y exhausta, con ganas de dormir, cuando se retira y hace que le haga espacio para acurrucarse tras de mí. Hace frío, así que agradezco a quién sea que haya diseñado esta habitación, probablemente Isla, por dejar una cesta junto a nosotros con una cobija que Tanner toma. Me aprieta contra él, mi espalda chocando con su pecho, y nos envuelve en ella. La luz de las lámparas no está encendida, así que el resplandor de los rayos del sol es lo único que choca contra nosotros. Antes de dormirme, sin embargo, termino de soltarlo todo.

Así cuando mire atrás, si es que lo hago, no me arrepentiré por no haberlo dicho.

Por no haber dado todo de mí a la única persona a la que he querido pertenecer.

─Lo que me hiciste ayer, llevarme a tu casa y de Pauline así, no estuvo bien, sí que no te puedo prometer que no llegará el día en el que me hartaré de tener que pagar un precio demasiado alto para estar contigo. ─Giro el rostro hacia él para observalo mirándome fijamente─. Pero sí te puedo prometer que aunque ese día llegue mañana, nunca encajaré con nadie como lo hago contigo porque puedes tener una vida en la superficie, pero quién te marca está en la oscuridad. ─Tomo su mano y la presiono sobre mi acelerado, pero a la vez exhausto, corazón─. Podré estar con un millón de hombres después de ti y ninguno de ellos me hará sentir así.

Los ojos negros de Tanner, usualmente fríos, se vuelven cálidos mientras me insta a volver a mi posición. Cuando lo hago besa suavemente la cima de mi cabeza, haciéndome estremecer. A pesar de que no me insta a poner mi mano sobre su pecho a cambio, siento los latidos fuertes y acelerados de su corazón contra la piel expuesta de mi espalda debido a que mi vestido sigue abajo.

─Lo sé, Savannah, y tampoco te puedo prometer que ese día no llegará o que situaciones como la de ayer no se repetirán, pero sí que haré hasta lo imposible para que el precio que tengas que pagar, porque habrá uno, valga la pena. ─Me estrecha fuertemente contra él─. Porque lo menos que quiero en este momento es perderte. Ya hemos perdido demasiado tiempo, ¿no crees?

Afirmo.

─Sí.

Vuelve a abrazarme, esto sintiéndose como si ahora ya no hubiera dudas en su cabeza.

Como si ya fuera un hecho para él que no quiere dejarme ir.

Que desea retenerme a su lado, incluso si eso me destroza.

─Pero si ese día llega, lo habremos recuperado. No habrá arrepentimientos o miradas atrás.

Asiento, sin contradecirlo debido a que estoy de acuerdo.

Si ese día llega, es porque todo entre nosotros habrá terminado de una vez por todas.

Porque rompió tanto mi corazón que este ya no será capaz de amarlo.

Porque lo hago.

Lo amo y la certeza de ello trae lágrimas a mis ojos.

Amo a un hombre con el que ni siquiera sé si tendré un futuro.

Que probablemente nunca sabré si me ama o que quizás, simplemente, nunca lo haga.

Pero quieres lo que quieres y ahora que finalmente es mío, no quiero soltarlo.

No todavía.

Y tampoco sé si algún día. 

AYYYY

No se olviden de darle amor al capítulo. Los próximos tanto en siguiente como en pasado estarán intensos. Sé cómo va a terminar este libro, pero de verdad no sé si sobreviva al proceso de escribirlo

Espero que usteden sobrevivan al proceso de leerlo

Love u

Nos leemos pronto, bbs. No olviden seguirme en Instagram y en Twitter (oscaryarroyo) para fandom, adelantos y +

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