Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22:


A penas he entrado al interior de mi cabina cuando siento sus manos rodeando mi brazo con fuerza, probablemente dejando marcas físicas sobre mí que todavía no arden. Antes de que pueda procesar lo que está sucediendo, me gira abruptamente hacia él. Me estremezco cuando quedamos frente a frente. A pesar de que las luces se han apagado, el resplandor de las lámparas de emergencia y del destello de los relámpagos que entra por la ventanilla me permite evaluar cada milímetro de su expresión apretada y salvaje, la que está acentuada por la forma en la que su cabello negro cae, todavía mojado, sobre su frente y afila sus rasgos. Se ve furioso, como siempre, pero también al borde del colapso y no sabría decir si es por lo que está sucediendo con Pauline o por lo que le dije antes de que la lluvia nos sacudiera y me hiciera sentir a bordo del Titanic.

Si está como está porque su matrimonio está roto, por la electricidad que fluye entre nosotros, entre el prototipo de mujer que odia y él, o por ambas. Tiemblo cuando me mira fijamente, sin hacer nada más que respirar con profundidad, sus fosas nasales expandidas, su mandíbula tensa y sus cejas oscuras fruncidas mientras me examina. Los segundos que pasan instalan un peso sobre mi pecho, directamente sobre mi corazón, y de a poco pierdo el aliento porque lo que pasará ahora, sea lo que sea, dejará una profunda huella en mí.

Pero quizás no haga nada en él.

Ese hecho hace que mis hombros caigan, pero también, en el fondo de mí, que mi instinto competitivo despierte y desee demostrarse a sí mismo que todos estos años he tenido el mismo efecto en Tanner que él tiene en mí. Nos contemplamos el uno al otro en silencio. No sé quién avanza primero, pero ambos lo hacemos antes de que nos demos cuenta de nuestros movimientos. Cuando nuestros labios se encuentran a menos de cinco centímetros de distancia y soy capaz de oler el perfume sobre su piel con mi nariz atrofiada, finalmente me dirige la palabra tras aclararse la garganta. Me estremezco al oírlo, mis vellos erizados.

-¿Has pensado ya lo que tenías que pensar? -pregunta y no necesita aclarar que se refiere a su oferta implícita de que sucumba ante él pese a que su separación de Pauline no se ha formalizado-. ¿O necesitamos desperdiciar más tiempo jugando a aplazar lo inevitable? ¿Creando metáforas para describir el hecho de que te mueres por follar a un hombre casado que está dispuesto a complacerte?

Aunque sus palabras son duras, no tienen ningún efecto en mí. Podemos no saber muchas cosas, pero la manera en la que me he estado muriendo por ser a quién vea como el centro de su existencia no es una de ellas. La envidia hacia Pauline que me ha estado carcomiendo. Tampoco el cómo mis pezones se aprietan por debajo de la tela de mi pijama o cómo mi aliento ha empezado a salir más espeso de mis labios. El miedo que tengo de estar aquí, con él, y no poderle decir que no, no importa que un minuto atrás haya admitido no saber si me lastimará si me dejo llevar por mis estúpidos sentimientos hacia él.

Mis ojos se llenan de pesadez salina cuando separo los labios y mi negativa se atasca. Cuando le ordeno a mis manos situarse sobre su pecho y empujarlo, pero no ocurre absolutamente nada. Siento la parte superior de mis mejillas calentarse con vergüenza debido a ello. A la manera en la que no puedo controlarme cuando se trata de él. Ciertamente, es imposible que Tanner no sienta nada a pesar de que los anteriores años son la prueba contraria. Sus ojos oscuros brillan con satisfacción cuando por fin consigo hablar. Cuando se da cuenta, o confirma, que por mucho que me diga a mí misma que soy fuerte, en lo referente a él soy débil.

Siempre.

-Llevo cinco años pensando -susurro, pero no por ello mi tono de voz es suave. Es claro por encima del ruido de la tormenta que agita el yate-. Y el resumen de todo es que, si hubiera querido tenerte de esta manera, ya serías mío.

Sus labios se curvan hacia arriba en una sonrisa soncarrona. Avanza hacia mí, buscando acortar la distancia entre nosotros, pero yo solo retrocedo hasta que la parte posterior de mis piernas se topa con el colchón y ambos caemos. Yo primero. Él después. Suelto un quejido cuando, al impacto de mi espalda contra las sábanas, le sigue el de su pecho contra el mío. La intensidad de las emociones dentro de mí aumenta ya que, aunque su aroma golpea nuevamente mi nariz; la mezcla del mar, jabón y su costosa loción de afeitado esta vez no es lo único que se pone en sintonía con mis sentidos. Cada centímetro de mi piel está en contacto con la suya, la cuál es cálida por debajo, fría en la superficie y magnética en el sitio en el que está en contacto con la mía. Aunque su tono de voz es sarcástico, su mirada es seria y profunda al dirigirse a mí. Mis extremidades tiemblan con deseo. Mis muslos buscan juntarse. Mi corazón late rápido.

¿Cómo puedo controlarme?

-Ese es un pensamiento egocéntrico de tu parte, Savannah. -Mis pulmones se quedan sin aire, pero no debido a la manera en la que está aplastándome en la posición en la que nos encontramos, sino a causa de cómo pronuncia mi nombre. Puedo odiar a Tanner por mil cosas, entre ellas por cómo es capaz de manipularme y hacerme olvidar cuán mal lo he pasado por su culpa sin ningún esfuerzo, pero algo dentro de mí me dice que siempre tendré una fijación por ese atisbo de acento alemán en su voz, aunque lo odie a él-. Tendrás que demostrarlo con hechos para que compruebe que no solo estás presumiendo.

Relame sus labios al terminar de hablar, por lo que mi atención se desplaza del enojo que siento hacia su actitud a lo apetecibles que estos lucen. Mi estómago se contrae con hambre al recordar el hecho de que cada uno de sus músculos se encuentra expuesto y a mi alcance. Ya que acabamos de cenar y de obtener el postre, él sabe que la curva de mi abdomen no se trata de comida y suelta un sonido ronco lleno de aprobación debido a que lo percibió, pero también de satisfacción. Me tiene exactamente dónde quiere.

La certeza de eso finalmente me hace reaccionar.

Lo fácil que he caído.

-Vete al diablo, imbécil pretencioso -siseo entre dientes, empujándolo lejos de mí con las palmas de mis manos abiertas sobre su pecho-. No te quiero cerca de mí nunca más. No te has divorciado de Pauline todavía. Estás loco si crees que estoy tan desesperada como para ser tu muñeca inflable. -Trago cuando no se separa de mí pese a mis esfuerzos para que lo haga-. Esto no está bien en ninguno de los sentidos, Tanner. Lo más sensato que podemos hacer es...

Mis palabras se ven cortadas por la sensación de su frente chocando con la mía, seguido de su nariz y sus expertos labios finos.

Separo mucho los párpados al darme cuenta de lo que está sucediendo: está besándome. Su boca se mueve contra la mía, acallando mis palabras y robándome el sentido. Al tenerlo tan cerca, me congelo. Esto no es para nada como la última vez. Estamos tan desnudos que podría decir que no tenemos ropa. Nos hallamos en una cama. Estoy segura, por la expresión en sus ojos mientras espera que le corresponda, que me desea más allá de cualquier otra cosa. Trago y nuevamente intento separarme de él, pero mi empujón es débil, sin energía, y causa que ría macabramente sobre mí antes de tomarme en sus tonificados brazos. La facilidad con la que me levanta hace que me estremezca.

No tiene sentido decir nada mientras nos dirigimos a su habitación, la cuál es más grande y acogedora que la mía. Cualquier protesta que salga de mis labios será contradicha por el lenguaje de mi cuerpo o mis más profundos deseos. En su lugar me dejo hacer mientras Tanner me deposita sobre el colchón y desliza su boca por cada rincón de mi cuerpo. Cuando bajo la mirada para ver lo que hace, las cosquillas ascendiendo por mi pierna izquierda, en dirección a mi entrepierna, el hambre en sus ojos oscuros hace que nuevamente mis músculos se contraigan. He estado con decenas de hombres, pero nunca ninguno de ellos me ha visto con tanta intensidad. Como si quisiera fundirse conmigo en el fuego.

En las llamas del infierno.

Porque tengamos las excusas que tengamos, como nuestros corazones rotos, la verdad es que estamos pecando. Él sigue casado, por lo que sigue siendo el esposo de alguien, yo sigo queriendo devorar la fruta prohibida del árbol y a ninguno de los dos parece importarle en lo absoluto las consecuencias de nuestras acciones porque el daño a la víctima de ellas no nos interesa.

No ahora.

-No sabes cuánto he querido hacer esto -dice con voz ronca mientras frota su nariz contra el interior de mi muslo, sus manos yendo al borde de mis pantalones cortos y tirando de ellos hacia abajo. Me estremezco cuando solo quedo en ropa interior y Tanner me obliga a mantener las piernas obscenamente abiertas-. Y no porque quiera hacértelo, sino porque sabía cuánto querías que lo hiciera. -Tiró de mi cabeza hacia atrás cuando lleva su rostro al trozo de tela que se interpone entre mi humedad y su rostro-. Pero necesito oírtelo decir. No quiero tener que adivinar lo que fantaseas sobre mí nunca más. -Mi cuerpo busca hundirse en el colchón cuando escala sobre mí, sus pantaloncillos no haciendo mucho por esconder su erección, la cual presiona contra mi piel a consciencia. El solo pensar que existe la posibilidad de que me llene me hace gemir como un gatito deseoso, aumentando el brillo en sus ojos-. Quiero escucharlo y hacerlo realidad, Sav. Ya nada te impide tomar lo que quieres. -Trago cuando hace descender los tirantes de mi blusa, dejando mis pechos expuestos porque no uso brasier para dormir. Mis pezones parecen dos cerezas maduras a punto de estallar-. No digas que no cuando Pauline nunca se negó a ir por lo que quería por ti. -A pesar de que no estoy viendo su rostro, siento sus labios sonreír de manera maliciosa mientras desciende hacia ellos. Me congelo en mi lugar-. ¿O realmente pensaste que no lo sabía? -Tanner ríe, mi pezón duro en su boca, cuando no obtiene una respuesta de mi parte-. Por Dios, Savannah. Eres tan inocente a veces. Su maldita actividad favorita es restregarte nuestro matrimonio por la cara. No puedo creer que no lo hayas adivinado.

A pesar de que existe la posibilidad de que Tanner solo me esté hablando así para tenerme dónde quiere, furiosa y con ganas de apagar el fuego en mí con sexo, no puedo evitar tomar seriamente sus palabras. Pauline siempre ha estado un poco más allá que dispuesta a pedirme hacer cosas que le conciernen a ella.

Aunque diga que no, me persigue con detalles sobre su vida con Tanner.

Incluso me pide ser partícipe de ella.

Son cinco años viendo a su marido como un cono con mi helado favorito.

Nadie puede ser tan estúpido.

Aunque no tengo la absoluta certeza de ello, el solo sospecharlo consigue ponerme furiosa y, efectivamente, con ganas de apagar el fuego en mí con sexo. Me obliga a ver la situación desde otro punto de vista diferente. Ya estoy con él aquí. Ya estamos en una cama. Ya no tengo nada más que perder. Ya no soy una torpe estudiante universitaria buscando sexo. Tengo la experiencia y los medios para hacerlo perder la batalla. Esta vez cuando coloco una mano sobre su pecho, soy lo suficientemente fuerte para empujarlo y hacer que caiga junto a mí en su cama de sábanas negras.

Tanner frunce el ceño, pero no es capaz de hacer otra cosa salvo verme mientras me separo de él y corro en dirección a la cubierta del barco. A los segundos está detrás de mí, persiguiendo mis pisadas, pero no es lo suficientemente rápido como para detenerme. Ha dejado de llover y el piso de madera está mojado. Es un milagro que no me haya resbalado caminando al borde del yate, pero no lo hago. Me termino de quitar la camisa en el camino. Si voy a ir al infierno por él, no iré como una simple pecadora que se dejó tentar por un demonio cualquiera: como otra triste víctima de sus acciones.

Haré que cada quemadura que esto deje sobre mi alma valga la pena.

Me subo a la baranda, cubierta con nada más que un tanga, y le sonrío.

Mi vientre se contrae ante la manera en la que su rostro se crispa.

Eso es lo que más amo hacer con él.

Verlo enloquecer.

-Creo que nos decepcionaría a ambos si resultara ser tan fácil, Reed -digo, a lo que traga y se limita a ver mientras salto al mar, el cual está un poco más calmado, de la misma manera que lo hice más temprano a penas nos detuvimos.

El agua está fría, por lo que se siente como millones de pequeños aguijones perforando mi piel cuando me hundo en ella. Tomo una honda bocanada de aire cuando salgo a la superficie y tiro de mi cabello hacia atrás para apartarlo de mi rostro. Al poco tiempo él me sigue y se encuentra nadando hacia mí con expresión furiosa. También tiembla debido al frío, pero eso es algo que estoy a punto de resolver. Tras ofrecerle una mirada maliciosa, nado hacia la entrada del yate. Ha empezado a lloviznar de nuevo, pero por suerte no hay truenos y relámpagos en el cielo. El clima está lo suficientemente apto para que pueda hacer lo que quiero. Tanner golpea la superficie de metal sobre mí cuando me alcanza. Ahora ambos estamos flotando junto al acceso al yate.

Me relamo los labios antes de guindarme a su cuello.

-Luces molesto -susurro, soportando el castañeo incontrolable de mis dientes-. Pero antes también te veías como si necesitaras un baño de agua fría.

Ciertamente, yo también lo necesitaba, pero eso es algo que Tanner no tiene que saber.

-Savannah... -empieza, pero lo corto envolviendo mis piernas alrededor de su cintura para mantenerme a flote por medio de él, llevando una mano al borde de sus pantalones, disfrutando la manera en la que sus abdominales se contraen bajo mi toque, y mis labios a la unión de su cuello con su oído, lo que lo hace gruñir mientras presiona mi espalda contra el metal.

-¿Recuerdas haberme visto hacer esto antes? -Tanner se tensa cuando su memoria viaja a la vez que asalté a Weston de esta manera. Intenta apartarse de mí ante mis palabras, sus ojos oscuros llenos de ira, pero lo mantengo en su lugar tomando la base de su pene en mi mano y apretando, empezando a bombear con fuerza después. Hago una mueca, irónica, pero también sumamente excitada, cuando resopla, intentando ocultar su placer una vez empieza a recibirlo-. Estoy segura de que esa noche no podías dormir lamentando no haber sido tú -susurro, lo que lo hace temblar con rabia.

-Vete a la mierda -gruñe, siendo él quién esta vez intenta apartarse del otro en más de una ocasión, pero niego, obligándolo a mantenerse en su lugar apretando mis muslos.

Tanner no se irá de aquí hasta que haya entendido mi punto.

No detengo el movimiento de mi muñeca sobre su eje hasta sentirlo estremecerse.

Es grande, duro, pero suave a la vez, y a pesar del frío del agua lo siento caliente.

-Haznos el favor a ambos de no volver a insinuar que la pasé mal todos estos años. -Le sonrío, limpiando su semen de mi mano con el agua del mar una vez llega al orgasmo y debe apoyarse en el yate para no ahogarse debido a la magnitud de este, sus ojos cerrados con fuerza entre sí mientras resopla-. Porque no es como si me hubiera quedado sentada a esperar por ti mientras aparentabas, o eras, feliz con Pauline. Experimenté, viví mi vida, cumplí mis sueños. Tuve todos los amantes que quise. Si no me casé o formé mi propia familia, es porque no conocí a nadie con quién quisiera hacerlo. -Mis ojos se llenan de lágrimas, pero no permito que las vea. Dirijo mi vista al frente y comienzo a subir los escalones que conducen a la proa-. Te deseo, Tanner, pero no eres lo único que quiero. No estaré contigo como quieres que lo esté hasta que lo merezcas. Tomando en cuenta que te casaste con mi amiga a pesar de que te masturbabas pensando en mí y que pretendes que me acueste contigo cuando aún no te has divorciado, estás bastante lejos de hacerlo. -Me detengo en el último escalón, mi torso escondido bajo una de las toallas dobladas y secas que alguien dejó recientemente en la entrada. El capitán a cargo de la conducción del yate debió escucharnos lanzarnos al mar-. En un dado caso, soy yo la que siente lástima por ti. Casi tienes treinta, tu ex esposa ni siquiera sabe cuál es tu color favorito después de cinco años de relación y a pesar de que cada día estás rodeado de una multitud, te encuentras solo. En tu lugar, no presionaría a la única persona que no se ha cegado por tu resplandor y ha conocido cuán podrido estás, pero aun así sigue ahí para ti.

Sin esperar una respuesta, me dirijo a mi cabina.

Esta vez no me sigue.

Tampoco esperaba que lo hiciera, no después de todo lo que dije en voz alta.



Chicas, hola, cómo están? Lamento no haber publicado en todo este tiempo, pero de verdad se me hacía muy difícil. Me vine al campo, no tenía PC, cuando la traje se dañó y ahora escribo desde el celular. Para rematar, me dieron un trabajo y eso es lo que he estado haciendo. Cuando lo termine soy suya de nuevo <3

El relato ganador fue Aún tengo tiempo

Felicidades,SweeterThanHoney23. Ponte en contacto conmigo por priv para reclamar tu premio

Espero que el capítulo les haya gustado y volver a publicar pronto

Love u

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro