Los chicos se empeñaban a acompañarnos hasta mi pueblo y como negarnos si vinieron hasta aquí, fue muy noble de su parte así que aquí estamos sentados en la última banca de autobús todos juntos platicando amenamente.

Nos bajamos del transporte y comenzamos a caminar hasta un pequeño barrio escondido, antes de entrar me di la vuelta y los mire a la cara.

— Chicos ¿Seguros que quieren entrar? Yo sé que no están acostumbrados a esto — dije alzando los hombros — No es que me apene que me vean aquí ni de qué conozcan a mí familia, lo digo por ustedes —

—Es broma verdad ¿Verdad? — pregunto mi amiga — claro que queremos entrar por eso venímos contigo porque te queremos ayudar y estamos contigo en las malas.

Ví como todos mis amigos inclusive hasta Bruno sonreían sinceramente así que saludé al portero y me adentre hasta mi casa, respire hondo mientras mis amigos me daban fuerzas para no llorar delante de mamá y toque, toque hasta que la más hermosa de las mujeres se asomó por la pequeña puerta dejando ver sus hermosos ojos cristalizados por la alegría de volver a verme. Me abrazó y secando sus lágrimas me invitó a pasar.

— Mamá, quiero presentarte a mis amigos — le dije señalando hasta donde ellos se encontraban parados. Mi madre los invito a pasar.

—Adelante jóvenes, mi casa es humilde pero está limpia — dijo sonriendo

— Mamá — le dije pero los chicos sonrieron y hablaron

—Me encanta que sea tan amable, ya hasta la quiero como mi madre, yo soy London la mejor amiga de Carly y ellos son Asdrid nuestra amiga, Joshua mi novio e igual mejor amigo de su hija y el es Bruno— pero no pudo terminar ya que el chico la interumpio .

— Encantado de conocerla futura suegra — bacilo mientras le guiñaba el ojo a mamá y yo tomaba mi frente.

Lo que más ame en ese comentario fuera de lugar es la gran sonrisa de mamá. Deje a mis amigos en buenas manos y me dirigí al pequeño cuarto de no más de 4 metros, con paredes color beige desgastado adornado solamente con una cama algo vieja y en una esquina una mesita con una televisión que hasta ahora creo ya no prendía. Odiaba ver a mis padres vivir en estas condiciones es por eso que había aceptado cuando Elie se ofreció a ayudarme para sacarlos de este lugar y darles una mejor vida, yo quería trabajar desde pequeña pero nadie me daba trabajo o al menos un trabajo con buen sueldo.
Me acerqué lentamente hasta donde se encontraba aquel maravilloso hombre, una lágrima corrió hasta mis mejias cuando le miré al rostro.

—Hola princesita, volviste — apenas pudo decir con esa tos que tenía.

— Hola Papi — solo eso pude decir y me lance a sus brazos obviamente con mucho cuidado de no lastimarlo. Nos quedamos un buen rato asi, lentamente levanté la vista y habló.

— Scarlett hija - hacia un pausa para tomar un poco de aire — Yo me estoy llendo de este mundo, quiero pedirte que cuides de tu madre yo no creo estar para ella más de hoy — al escuchar esa frase mi pecho dolió tanto, no quería aceptarlo, me negaba a aceptarlo trate de callar esas palabras pero sabíamos que tenía que prestar atención era papá y le debía eso.

—Prométeme que cuidaras de tu madre y que saldrán adelante juntas —

—Te lo prometo — le respondí sonriéndole o al menos tratando de hacerlo.

—Te amo — fueron sus últimas palabras que ví salir de su boca, cuando mire sus ojos ya no tenían brillo, su rostro se había tornado pálido y ya no respiraba, no hablaba, no se movía, había muerto.

¡Mi padre había muerto!

No podía ser, tome su mano y lo hablé un par de veces, no me respondía, grité todo lo que mi voz permitía llame a mamá, sentía como mi rostro se mojaba por todas las lágrimas que derramaba. Mis amigos corrieron hasta donde me encontraba y me abrazaron solo podía ver como sus labios se movían y sus rostros se tornaban preocupados.

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Mis ojos me pasaban mucho, podía escuchar como mi mamá platicaba con alguien que en realidad no distinguía. Intenté abrir los ojos pero los sentía pesados, adoloridos, no me rendí intenté hasta que lo logré, ví como Bruno de acercaba a mi sonriendo pero en su sonrisa yo podía mirar tristeza.

—Despertaste ¿Cómo te sientes? — pregunto mi amigo mientras que tocaba mi rostro.

—¿Cómo está mi madre? — Fue lo único que me importó preguntar.

—Ella es ta bien, está tranquila ahora estaba abajo con los chicos viendo lo de si funeral — respondió Bruno ayudándome a sentarme y luego hacer lo mismo a un lado de mi

— Mamá ya estaba preparada para esto es muy fuerte por eso la admiro demaciado, ¿Cómo que están viendo lo del funeral? Nosotras no tenemos dinero para pagar tanto — respondí bajando la mirada.

—¿ Y para que estamos nosotros? Tranquila yo sé que no vas a aceptar pero velo de esta manera, trabajarás y cuando lo hagas no los puedes pagar poco a poco, claro si tu orgullo puede más que tú, de no ser así tómalo has feliz a tu madre — respondió Bruno, me quedé callada en estos momentos no tenía cabeza para pensar las cosas así que solo asentí.

Cayó la noche, todos los vecinos ya se habían ido a casa, para ellos esto del velatorio era nuevo, nuevo en el sentido que estaba bien preparado así que algunos solo llegaron a juzgar a papá y a nosotras, aunque para ser verdad no me importó yo sabía lo que mi familia era y no estaba de humor para sacarlos así que deje que se alimenten.

Mamá ya se había dormido estaba muy cansada y aunque quiso ser fuerte no pudo y se derrumbó.
Me encontraba con los chicos en la sala organizandolos para dormir, London, Asdrid y yo dormiríamos en mi habitación y los chicos se ofrecieron a dormir en la sala.

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Ya ha pasado una semana desde la muerte de mi padre, mis amigos se fueron el lunes porque tenían que reponerse en las clases y su padres estaban preocupados por ellos.

Son más de las dos de la tarde, no he comido y el sol está a todo su esplendor, tengo hambre y lo peor de todo esto es que no tenemos para almorzar. Mamá está en casa recostada pues hace unos días le dió fiebre y pues tuve que conseguir un trabajo de cerillo, la verdad lo poco que me alcanza es para darle a mamá de comer ya me preocupe nadie me da trabajo y mamá necesita medicamentos.

—Por favor señora necesito el trabajo — le repito por cuarta vez a una señora regordeta que limpiaba la barra de la cocina.

—Eres muy chiquilla se nota a leguas que no sabes hacer gran cosa — me dice con una mirada desafiante mientras secaba los vasos.

—Se que no tengo la mayoría de edad pero se trapear, barrer la puedo ayudar a servir, lavar los trastos, en lo que usted me pida — vuelvo a repetir ya un poco cansada de la situación.

— Quédate te pondré a prueba el día de hoy, pero no prometo nada — dice marchandose a servir a las mesas.

Tono mi delantal un pluma y cuadernillo, comienzo a tomar las órdenes de los nuevos comenzales, cuando estos están escasos me voy a la cocina a lavar lo que ha salido de platos y así estuve durante todo el día. Hasta que por fin la noche cayó, estaba trapeando el piso mientras la señora  bajaba la cortina de la cafetería.

—Bien, aquí tienes — estiro su mano par entregarme unos 100 pesos, extrañada la mire y creo que entendió mis facciones — Tu propina, los clientes que atendiste me pidieron que te lo entregara, así que te espero mañana en la mañana para poder acomodarte en un turno — termino, quite el delantal y salí directo a casa a contarle a mamá.

La noche estaba tranquila, pase por un parque donde vendían comida rápida, sé que a mi madre le encantan las hamburguesas así que lleve dos para cenar juntas. Por fin llegue a casa, ya quería aventar mi pantalón u ponerme algo cómodo, saludé a mamá para luego cambiarme y poder cenar tranquilas. 

¿Que estarán haciendo los chicos?¿ Habrán llegado bien? No sé, no puedo mandar mensajes mi teléfono dió sus últimas ayer y no tengo comunicación. Nimodos no me queda de otra que resignarme y despedirme de ellos, aquí se encontraba mi vida ahora y no podía hacer nada.

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Adriaen:

Hace un par de días que no veía a Scarlett era extraño , no quería preguntarle a su mejor amiga porque no tenía motivo alguno además de que los exámenes no me permitían al igual que Brigitte que todo el tiempo estaba pegada a mí.

Debía hacer algo, no sabía que le había pasado, cada noche me asomaba por la ventana a ver si salía y nada, las luces de su habitación siempre estaba apagada en cambio la casa tenía luz y por las tardes se escuchaba música clásica la cual le gustaban a mis padres. Me arme de valor y me acerqué a London para averiguar algo, no tenia que perder eran mis amigos.

— Hola Adriaen, ¿Tenemos tarea en equipo ? — me miró preocupada y tenía razón yo solo me acercaba a ellos cuando había que hacer trabajos

Sonreí de medio lado
— No, solo quería estar más tiempo con ustedes — respondí tomando mi libro para leer. La chica solo me miró extrañada, gracias al cielo llegaron los demás así que no pudo hacerme ningún interrogatorio.

— Hola preciosuras ¿Qué tal, a qué se debe esta reunión? — pregunto Asdrid tomando asiento al lado mío y de igual manera mirandome extrañado. Antes de que hablara me aprsure a responderle sin escuchar su pregunta.

—No, no tenemos tarea en equipo, solo quise estar un tiempo con ustedes — dije alzando los hombros a lo cual ella sonrió, al parecer solo London sospechaba y que bien así. Todos estábamos reunidos e incluso ¿Bruno? Esperen ¿Qué hace Bruno con nosotros? Me preguntaba mientras él solo me miraba desafiante.

—Se supone que está reunión es para los que sabemos de tema ¿ Qué hace el aquí? — se apresuró a preguntar sin apartarme la mirada. London le explico y a lo que parece que dió a entender es que yo era su amigo y tenía derecho a saber, solo que era mi decisión aceptar o no ¿Aceptar que? No estaba entendiendo nada así que solo me dispuse a escuchar.

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—Bueno doña Gloria es todo por hoy, nos vemos mañana — respondi colgando mi delantal en la cocina, mientras que la otra chica entraba a su turno.

—Adios cariño que te vaya bien, excelente tarde — respondió doña Gloria, la verdad era que en esta semana que he trabajado con ella me ha tratado con buen cariño, todo en casa está bien mi madre ya se ha recuperado gracias a los medicamentos que compre con las buenas propinas que ganó en la cafetería que ahora igual es cocina. Nos va muy bien doña Gloria ha crecido su negocio y yo estoy feliz con mi trabajo, lo único que extrañaba era la escuela y a mis amigos. Llegue a casa y me acosté a dormir.