Por fin las vacaciones habían acabado, me encontraba sentada frente al tocador mientras que mi tía arreglaba mi cabello. Hoy era un día especial para todos, más para mis amigos por fin hoy se graduaban.

- Estate quieta Scarlett - regaño la gruñona de Elie

- ¡Ay! Me duele . No tires de mi cabello así, me quedaré calva - Me queje aún mirando cono jugaba con el cepillo

- Si no te hubieras pintado este cabello estaría super suave y manejable-

- ¡Hay! Esta bien cuidado y lo sabes no se de que te quejas

- Es difícil hacerte un moño con este cabello tan raro- siguió quejándose

- No te preocupes, mira. Ve y termina se arreglarte que se nos hará tarde ya que tú llevas horas poniéndote esas medias que ni al caso, yo me arreglo con mi desastre

- ¿Segura? - preguntó no muy confiada por mis palabras. Cerré los ojos y sonreí mostrándole todos los dientes aunque a decir verdad no tenía ni idea que hacer.
Saque los flequillos y con el resto decidí hacer un moño de lado y pasándome la tenaza para risos.

Perfecto, coloqué el elegante vestido que mi tía me había comprado, yo se que al verme así mira ex compañeros de colegio pensarán que he perdido la batalla pero, están muy equivocados esto lo amerita, ya luego veré como arreglarmelas para desquitar haber usado algo que está en mi contra.

Ya en el coche nos dirigimos a la ceremonia, gracias al cielo estamos antes, podía tener el gusto de felicitar con anticipación. Me da nostalgia ver que ellos que ya se graduan y yo apenas cursare el último año. Pero me reconforta saber que ya tengo nuevos amigos, London está con nosotros todo el tiempo, me da mucha gracia mirarla ponerse celosa de que Erika me abracé o insinúe ser la mejor amiga, siempre termino abrazandolay decirle que ella será mi más grande amiga, más que eso mi hermana.

Verla ahí parada en un rincón nerviosa y sin saber donde clavar su cabeza, sonreí. Tome mi largo vestido que estorbaba y corrí hasta a ella abrazandola fuertemente, al diablo con los peinados y el maquillaje.

- ¡Dios mío! Scarlett. Me asustas - grito sonriendo y tocándose el peinado .

Lo pensé muy bien y a regañadientes la solté para no arruinarla completa
- Te veías tan tierna nerviosa, no pude aguantarme mirarte sin reirme- bacile

- Estoy muy nerviosa amiga -

- Relájate aquí Estoy, me alegra que te gradues ya. ¿has pensado que y donde estudiar? - cuestione

Negó con la cabeza y sonrió

- Tendré tiempo para verlo.  Ya sabes mamá- dijo. Tenía razón si su madre quería la inscribia en una de las mejores universidades y podía pensar el tiempo que quería.

- ¿No vendrá Erika?- pregunto

- Me dijo que cuando saliera de su trabajo vendría a verte como flash -

- Y tu, ¿cómo te sientes con esto Scarlett? - la pregunta que lanzó se me hizo un poco extraña. No había captado el porque, hasta que comprendí la situación. 

- No te voy a negar que me achicopalapa el corazón al no graduarme con ustedes, pero no estés triste amiga - sonreí abrazandola - Este año me esforzare por ti y verás que aunque sea un grado menor siempre iré a verte en tu colegio. Estaré ahí para molestarte como es mi costumbre- me burle. London rodó los ojos acompañandolo con una sonrisa

- Tranquila Lon disfruta tu momento...
Me quedé sorprendida al mirar a aquel chico que sin querer me había robado los suspiros y había dejado más loca de lo que ya estaba. Lucía generosamente bien, mi amiga se dio cuenta de lo boba que me había puesto y me dio un codazo para llamar mi atención

- Tranquila que lo gastas- se burló

Ahora era yo la que le dio el codazo y caminamos a nuestros respectivos lugares.

La ceremonia no fue duradera, lo normal el sacerdote hable y hable, yo durmiendo y Elie dándome manasos para que despertara, apenas el padre bendijo a todo mundo salí corriendo de ese lugar, no estoy acostumbrada nunca he sido de las personas religiosas pero lo respeto. Corrí junto a mi amiga a darle un abrazo, paso la entrega de reconocimientos y  documentación. 

Desde la tercera fila a las derecha podía observar a mi lindo Adriaen sonriendo por su magnífica calificación como era de esperarse en primer lugar, a su izquierda estaba Brigitte sonriendo como cuán princesa ganadora de concurso y aunque no sacará buenas notas ahí estaba por las palancas de su familia, mirar más allá de ella me daba un poco de nerviosismo sabía que podía toparme con Bruno, toda la tarde sentía su mirada en cima mío pero lo ignoraba. Estamos en un punto donde no sabemos que ha pasado con nosotros, si aún somos amigos o no. Yo mío odio ni nada al respecto, entiendo como se sentía pero, me daba miedo acercarme a él de nuevo, aquel día se puso tan agresivo que ni yo lo reconocí.

Renuncie a todos aquellos pensamientos negativos y decidí disfrutar del evento, como siempre sin respetar las reglas del Instituto me acerqué a la mesa de mi salón y los felicite a todos.

- No necesitamos tus felicitaciones gata - escuche decir de aquella voz tan odiosa que hizo que mis ojos se voltearan en un gesto de desagrado.

- Cariño no te felicito a ti - respondí con una sonrisa sarcástica mientras observaba como si rostro se desfigurada en una mueca de odio, por una parte me sentía bien por ponerla en su lugar, pero no tardó mucho mi sonrisa que digamos

- Esta mesa es para graduados no eres bienvenida aquí. Mejor vete antes que  llame a los profesores - hablo aquellas voz con autoridad, aquella voz, rostro y cuerpo que había estado evitando toda la tarde. Lo miré y como me imaginaba Bruno me veía con una indiferencia y un odio, si esto me pasará en aquellas épocas donde no los conocía estoy segura de le había puesto una paliza en ese momento, pero me contuve y despidiéndome de mi amiga me retiré de aquella mesa.

Odiaba estos momentos, realmente los detestaba. Sentía que ya no era la misma de antes, me dolía saber que mi yo de siempre se estaba muriendo, camine hasta el jardín de aquel salón, quería pensar, estar sola un momento.
En la esquina había una grandiosa fuente adornada por luces de comer es y flores de todo tipo, me acosté y cerré los ojos.

- No está bien que una señorita este sola en estos lugares - habló una voz muy conocida, su aroma se me hacía familiar, abrí los ojos y me encontré con mi rubio educado. Adriaen estaba tan cerca de mi que podía decir que nuestros labios se rosaban.

Nos miramos por unos minutos, tenía ganas de darle un beso, sus labios me llamaban demasiado pero, tenía que controlarme.

- No debes bajar la guardia ante ningún chico- soltó en un susurro.

- Y si... - trate hablar en vano

- Estando en este lugar, sola y sin ninguna protección cualquier hombre puede lastimarte - siguió, me sorprendió mucho sus palabras, era irreconocible. Por un lado me ponía feliz que se abriera conmigo y poder besarlo pero por otro estaba confundida con este cambio, sonreí h cerré los ojos para abrirlos inmediatamente.

Como pudo poso sus manos al costado de mi cintura y mis piernas quedaron en medio de las de el, su rostro enrojecido estaba muy peligrosamente cerca de los míos y nuestra respiración era agitada.

- Y si....  y si te dijera que no siento miedo si eres tú  - solté de golpe aún con la mirada en sus ojos.
Su rostro se acercaba cada vez al mío hasta quedar a un centímetro

- Lo comprobare - susurró para luego posar sus labios sobre los míos y profundizarnos en un cálido y necesitado beso.