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Capítulo Treintaitrés ~ Un adiós y un hola

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Algunos meses atrás...

A Seokjin le gustaba ese chico, le gustaba Taehyung. Claro que le gustaba, o más bien llamaba su atención. La palabra "gustar" era demasiado fuerte y la atracción que alguna vez sintió se transformó en cariño, sin embargo, Seokjin sabía que el chico era atractivo, era precioso, solo su sonrisa lo contagiaba, había que ser un ciego para no notarlo, mas... no era Jungkook. No era su tierno esposo, el de caricias lentas y suaves, el de sonrisa de conejito, el de ojos expresivos y que contaban tanto. El de besos lánguidos, el que lo hacía reír hasta llorar, quien lo acompañaba en sus locuras y quien le había entregado su dulce primera vez.

Seokjin no quería pensarlo, no obstante, estaba seguro que la madre Luna había cometido un serio error, claramente se había equivocado. Puesto que, aunque había besado a Taehyung, no podía sacarse a Jeon Jungkook de la cabeza y eso lo hacía sentir podrido. Taehyung no se merecía eso y por sobre todo, Jungkook no se merecía eso. Sin embargo, ya lo había perdido. Hace tres meses se había ido a Canadá, dejándolo solo con unos papeles de divorcio por firmar.

Taehyung lo visitaba todos los días y aunque el omega quería avanzar en su relación, Seokjin no podía. Incluso cuando el alfa tuvo su celo, decidió encerrarse solo y no abrirle la puerta a nadie, ni siquiera a su destinado que lo llamaba desesperado desde afuera mientras golpeaba su puerta.

Así que ese día el omega lo había citado en un café para informarle lo que ya había determinado.

--Rompámoslo. --decía el pelizul apenas el alfa tomaba asiento.

--¿Qué cosa? --preguntaba confundido.

--Este ridículo lazo. Rompámoslo. No lo quiero. Quiero que seas feliz, pero por sobre todo, quiero ser feliz. --explicaba el omega.

--¿Podremos? --preguntaba esperanzado y Taehyung sonreía, era lógico que el alfa no quería estar amarrado a alguien a quien no amaba.

--Lo investigaré. --le aseguraba tranquilo.

--¿Estás seguro de esto?

--Hyung, si seguimos así me voy a enamorar de ti como un idiota. Ya siento una terrible atracción por ti y lo sabes. Pero si me enamoro... va a ser aún más difícil para mi separarme de ti y romper el lazo. Además, también aprecio a Jungkook y sé que no piensas firmar los papeles del divorcio que te envió. Lo mejor es hacer esto ahora, antes de que sea demasiado tarde. --determinaba.

Y así, luego de dos meses buscando encontraban un hospital que realizaba el procedimiento.

Los ojos del alfa eran de un bonito color verde jade. Parpadeaba un poco, tratando de mantener el control frente al bonito omega de ojos esmeralda.

El alfa se acercaba sigiloso al chico y sonreía. Sentía un gran cariño por él... Pero el humano tenía razón, no era su Jungkookie.

--Omega... Tus ojos son hermosos...

--Gra-gracias alfa. Tus ojos son muy bonitos también. --el alfa sonreía complacido.

--Bueno, creo que es momento de despedirnos. Solo prométeme que serás feliz.

--Seré feliz alfa, espero que tú también lo seas.

--Hoy es la última sesión. Necesito que sepas que aunque te hayamos rechazado como omega, no tiene nada que ver contigo. Eres precioso y muy bueno, pero ya estaba enamorado cuando te conocí. No hiciste nada mal, ¿Lo entiendes?

Romper un lazo de manera amigable tomaba tiempo. Si la persona que lo quería romper tenía sentimientos nobles por la otra, el rompimiento se hacía en sesiones. A veces tomaban 4 u otras 12. Ellos iban en la 8 y sabían que era la última.

Por lo demás en ese lugar ellos eran el segundo caso de lazo por destinación. La mayoría de los casos eran por mordida y unos muy pocos eran lazos por imprimación.

Y además de eso, requería que ambos tuvieran una buena comunicación con su lobo, ya que eran estos quienes debían romper el lazo de manera pacífica y lo menos dolorosa posible. Las primeras sesiones eran las más difíciles, luego se iba haciendo más facii y llevadero hasta finalmente romper el lazo.

--Gracias alfa. Lo sé. Solo sé feliz, yo también lo seré, lo prometo.

Y una vez que el lazo fue roto Seokjin logró darse cuenta que, si no hubiera sido por este, jamás se habría fijado en Kim Taehyung.


Toronto, actualidad.

--Seokjin... --susurraba el omega al ver al alfa frente a él.

--Hola, Jungkookie. Estás muy bien, por lo que veo. --decía con una sonrisa ladina.

--¿Y Taehyung?

--Está bien, supongo. Hace casi dos meses que no lo veo... --contaba y se rascaba la nuca. --¿No me invitarás a entrar? Hay mucho que contar.

--S-sí... Este... Adelante, pasa. --respondía el omega de manera torpe. Abría la puerta y lo hacía pasar. Ambos se quitaban los zapatos y los dejaban en el zapatero. Una costumbre que Jungkook guardaba fervientemente desde el oriente.

--Este lugar es muy bonito. Arribé hace un par de horas y cuando llegaste, bueno, no quise interrumpir tu interacción con tu "novio".

--No es mi novio, solo tuvimos una cita. Lleva insistiéndome un par de meses y finalmente se lo concedí hoy. ¿Tienes hambre? --¿Qué mierda estaba pasando? ¿Por qué Seokjin estaba ahí? ¿Estaba soñando? ¿O tal vez había muerto y estaba teniendo una experiencia paranormal?

--Entiendo. Aunque si has tenido algún novio o tuviste algún tipo de interacción con algún alfa o beta, lo comprendo. No soy quien para juzgar ni mucho menos prohibirte salir con ellos. Me lo merezco de todas formas.

--Seokjin, ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué pasó con Taehyung?

--Rompimos el lazo.

--¿Qué? --soltaba con voz débil.

--Fue lo mejor, ¿sabes? Un poco doloroso, pero necesario. La madre Luna se equivocó y aunque dolió mucho, no me arrepiento de haberlo hecho, ni Taehyung tampoco. ¿Tienes algo de beber?

--Mmm... ¿Cerveza?

--Una cerveza suena perfecto. ¿Me vas a preparar algo de comer? No he comido nada desde que aterricé aquí esta mañana. Y mi inglés está bastante oxidado como para ir a algún lugar a comer por mí mismo.

--Tengo algo de kimchi y ramen. No sabe como en casa, pero es bastante decente. --comentaba mientras abría dos cervezas en botella. Le extendía una al alfa mientras sorbeteaba la suya propia.

--Suena perfecto. --aseguraba el alfa, recibiendo la botella.

Jungkook dejaba la botella a un lado y comenzaba a lavar y cortar algunas verduras.

--¿Y cómo están las cosas en Corea? --preguntaba sin saber qué más decir, se sentía tonto y perdido.

--Igual que siempre. --contestaba el alfa de manera monótona. Terminando rápidamente su botella. --A tu padre le ha ido muy bien este año. El alfa Yoon se casó con un omega diez años menor y que a los pocos meses lo estafó. --contaba divertido. --La cachorra de Yoongi es preciosa, aunque se parece demasiado a él físicamente, en personalidad es igual a tu amigo. Soy su padrino, lógicamente, así que la consiento hasta el punto en que le tengo que dar regalos a escondidas o tu amigo es capaz de golpearme. Yo dejé mis estudios y me he enfocado en la empresa familiar, aunque realmente lo odio, me ha servido mucho para distraerme. Y ahora dejé todo en orden para venir hasta aquí. --Terminaba su relato. --Ahora cuéntame de ti... Ví que tienes unos tatuajes en el brazo, te quedan bien.

--Sí, bueno, estaba entre tatuarme o raparme la cabeza, así que opté por lo primero. --respondía con tranquilidad, aunque sus manos temblaban un poco, prefería enfocarse en las verduras que cortaba. --Amo este lugar, es tranquilo y amigable con los omegas. Aquí me miran como un igual y no como una minoría sin opinión. He tenido tres exposiciones e incluso hubo un artículo sobre mi en la facultad. También he vendido algunas de mis obras y me han pagado bien. Estoy ahorrando para comprarme un auto. Algunas noches canto en un lugar cerca de aquí y también me pagan bien cuando me llaman y me gusta... me siento bien con... eso... ¿Qué haces? --preguntaba nervioso mientras sentía los brazos del alfa rodear su cintura desde su espalda.

--Te extrañé tanto, Jungkookie. --susurraba con una sonrisa en los labios, apoyando su mentón en el hombro del menor.

--Oye, no te pases. No porque hayas llegado de Corea a verme y hayas roto tu lazo con Taehyung significa que puedes venir aquí e interrumpir mi vida como si nada.

--Lo siento, aunque no fue "como si nada".

--Aún así, no olvido que tuviste algo con ese chico y... prefiero no pensar lo que hayas hecho con él.

--No me acosté con él, Jungkook.

--¿Y esperas que te crea? --preguntaba alzando una ceja y girándose a enfrentar a su ex-esposo.

--La última piel que toqué fue la tuya, Jungkookie... --susurraba acariciando su mejilla con el dorso de su mano.

--Quisiera decir lo mismo, pero por este cuerpo han pasado muchos alfas. --replicaba mintiendo.

Seokjin liberaba un gruñido de enojo y celos desde su pecho, Jungkook lo miraba sorprendido y el alfa rápidamente se calmaba y se acercaba más al omega, apagando el fuego de la estufa a su paso.

--Entonces, me aseguraré de ser el último además del primero... --susurraba antes de atrapar los labios del omega entre los suyos y el castaño sintió derretirse en ese mismo momento.

Jungkook quiso evitarlo pero fue imposible, deseaba al alfa como a nadie más, asi que atrajo aún más al alfa hacia él, atrapándolo por la nuca y el beso se hizo furioso y salvaje buscando quién dominaba al otro.

Seokjin lamía los labios del omega y jugueteaba con el arete que Jungkook tenía en el labio. --Podrías ponerte uno de estos en la lengua o en tus pezones... oh, joder, de solo imaginarlo... --y volvía a atacar al chico con su boca.

Ni siquiera buscaron una habitación más cómoda o un lugar más tranquilo, no. Ahí mismo en la cocina, el alfa fue paseando sus manos por la tierna anatomía del omega y viceversa.

El alfa le quitó la camisa al omega haciendo volar un par de botones y lamiendo y mordiendo sus pezones en el proceso con desespero.

--Aaah... Joder, qué bien se siente... --expresaba entre suspiros rotos, mientras se sostenía con fuerza del mesón en la cocina.

--¿Acaso esos alfas no te atendían bien? --se burlaba el alfa, relamiéndose los pomposos labios.

--Cállate... --respondía el omega y Seokjin volvía a sonreír de manera ladina. Giraba al omega y le bajaba con brusquedad los pantalones y ropa interior la cual ya estaba mojada.

--Mira esto, ¿Acaso esos alfas te dejaban así? Mira como te mojas para mí... --decía pasando uno de sus dedos por la entrada del castaño.

--N-no, ellos... Oh. Mierda, mmm~ --Jungkook había olvidado lo bien que se sentía la lengua del alfa en él. Sus piernas temblaban mientras era lamido por él.

--Sabes tan bien como recordaba, precioso... Quiero tanto follarte... --susurraba contra sus muslos.

--¿Y por qué me haces... esperar? Fóllame, alfa. ¿O quieres que llame a uno de esos alfas para que lo haga? --se mofaba el omega, meneando sus caderas, tentándolo.

Seokjin volvía a gruñir de rabia, el solo imaginar a su tierno Jungkookie debajo de otro alfa lo hacía hervir la sangre.

Se quitaba el cinturón y lo lanzaba por la cocina para luego bajarse el pantalón y la ropa interior, liberando al fin esa erección doliente que cargaba. Comenzaba a masturbarse lentamente mientras el omega giraba su cabeza para mirarlo.

--No tendré piedad contigo. --aseguraba mirándolo con deseo en sus ojos dilatados.

--Cuento con eso... --respondía el omega de manera descarada, mientras se relamía los labios.

Y Seokjin sentía como él y su lobo caían nuevamente embobados por ese chico que nunca habían podido olvidar. Se acercaba al chico rozando la punta de su glande en la entrada del omega.

--Va a doler... --advertía el alfa.

--No espero menos... --contestaba desafiante el castaño.

Y con esa premisa y con una sonora nalgada, el alfa entraba en él de una sola y tortuosa estocada.

--¡Aaah! Jodida mierda... ¡Sí! --el dolor era punzante, pero había tocado su punto de placer y sus piernas temblaron aún más. --Muévete, alfa. --insistía el omega, aún temblando. El alfa sonreía ante la osadía del chico.

--Te voy a follar por horas y lo voy a hacer bien, eso te lo aseguro y no me detendré aunque me ruegues... --decía el alfa para comenzar a moverse con fuerza dentro de él.

Los sonidos dentro de la casa eran obsenos. Las pieles chocaban con fuerza mientras el alfa lo tomaba. Jungkook se deshacía entre gemidos, jadeos y gritos desesperados, que sabía más de algún vecino oiría, pero le importaba un carajo.

--Mierda, te voy a anudar... ¿Cuántos... Ah. cuántos alfas te han anudado, omega? --preguntaba con ira, mientras seguía profanando su cuerpo con una fuerza bestial.

--N-ninguno. --respondía con dificultad.

--Já. ¿Acaso... no se los permitías o...?

--T-te mentí. Tú... tú has sido el único, yeobo... --confesaba con lágrimas de dolor y placer rodando por sus mejillas.

Y con esa confesión el alfa se corría anudándolo y logrando que el omega acabara también, manchando las puertas del mueble en la cocina. Había sido intenso.

Ambos estaban agitados y si Seokjin no hubiera tomado al omega de la cintura, este habría caído al suelo, lastimándose por el nudo y el golpe.

El alfa se terminaba de quitar los pantalones dando patadas hasta que se desprendía de ellos y su ropa interior y con cuidado llevaba al omega hasta un lugar más cómodo para pasar el nudo.

Llegaban al sillón de felpa que Jungkook tenía en su hogar y Seokjin se sentaba con el chico encima de él.

--Así que... mentiste... --hablaba el alfa, aún con la respiración entrecortada.

--No quería quedar... como un idiota. Yo... también quería decir que hubo alguien además de ti...

--No me acosté con Kim Taehyung, Jungkookie. Lo juro. No lo toqué. Solo nos besamos un par de veces hasta que decidimos que lo mejor era romper el lazo porque yo nunca pude sacarte de mi cabeza y tampoco quería hacerlo. Créeme, por favor. --explicaba el alfa, acariciando los muslos desnudos del omega.

Y Jungkook lo notaba al tomar la mano izquierda del alfa; aún conservaba su argolla matrimonial y no solo la de él. En su dedo meñique, junto a la del alfa, también estaba la del omega.

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