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Capítulo Treintaidós ~ Nuevas experiencias

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Jungkook se vestía un par de prendas mientras hablaba por teléfono. --Está tan bonita, Minnie. ¿Por qué creció tanto? Dile que no lo haga, que me espere a cuando regrese a Corea. --pedía Jungkook por el altavoz, mientras se abotonaba su camisa.

--Va a cumplir un año, ¿qué esperabas?. --replicaba el rubio a través del teléfono.

--Nooo. No puede ser, pero si ayer estabas redondo como una pelucita. --Se quejaba el castaño arreglándose un par de rizos en el espejo.

Jungkook no sabía qué había pasado con él el último año, pero al mirar su reflejo sabía que había cambiado. No solo físicamente que él sabía estaba aún más hermoso y llamativo que antes, pero mentalmente también lo había hecho. Estaba mucho más maduro y serio. Más seguro de sí mismo y confiado de sus capacidades.

No podía negar que aunque en su país era mal mirado, las cosas eran distintas en el norte de América, un lugar mucho más liberal y amigable con los omegas.

Llevaba un par de semanas viviendo en Toronto cuando lo invitaron a salir por primera vez y luego de esa oportunidad se dieron muchísimas más. Alfas y betas de todas las edades y de una decena de colores de piel y ojos distintos lo habían invitado a salir.

Y claro, al principio se había negado rotundamente, esperando sanar su corazón. Pero cuando ya llevaba seis meses decidió aceptar la primera invitación y luego de esa vinieron muchas más. Y aunque sí había aceptado esas salidas, casi todas terminaban en nada y solo un par había terminado en uno que otro beso y hasta ahí. No podía avanzar más.

Sin embargo, había un alfa que estaba siempre pendiente de él. Era increíblemente guapo y lo había ayudado mucho con el idioma inglés, ya que le estaba costando horrores aprenderlo. Justamente tendría una cita con él.

--Bueno, la pequeña Jiyoon ya camina y todavía no cumple el año.

--Quisiera estar ahí para verla. ¿Qué dice la familia de Min? --preguntaba aplicándose un poco de perfume suave.

--Qué van a decir. La pequeña es igual a él y ahora que Min me preñó otra vez...

--¡¿Qué?! --Jungkook dejaba todo lo que estaba haciendo a un lado. --¡Jimin! ¡¿Estás encinta otra vez?!

--Sí. No te lo había dicho antes porque recién lo confirmé esta mañana. El idiota de Yoongi me preñó de nuevo. Le dije que no me hiciera caso cuando le pedí que me anudara sin condón, pero él tuvo que complacerme en mi último celo y- ¡Bájate de ahí, Ji! No. ¡No le pegues al perrito! Adiós bebé. Y bueno, tengo 7 semanas. --la madre de Min se llevaba a la pequeña.

--Me acabas de dejar en shock, no pensé que querrías volver a tener cachorros tan pronto, Minnie.

--La verdad es que no lo quería, pero al ritmo que vamos, tendré una docena. Es que no sé que me pasa con Min últimamente que está tan guapo. Está yendo al gimnasio hace unos meses y está tan... Ay, lubrico de solo recordarlo.

--No seas asqueroso...

--Entonces no preguntes tanto. El alfa me tiene como perra en celo, ¿qué quieres que haga?. Llega del trabajo y yo le salto encima como un koala a recibirlo. Hemos dejado condones por cada rincón de la casa. Mi suegra ha encontrado algunos, pero no dice nada. Tal vez ella quería esto. Ahora no sirven de nada si Yoongi ya me preñó...

--¿Qué dijiste, Jimin? --Jungkook escuchaba la voz de Min Yoongi a través de la línea.

--Seremos padres otra vez, alfa. Me embarazaste...

--¡Aah! ¿Es en serio, bonito? Me haces tan feliz... ¿dónde está la pequeña Ji?

--Tu madre se la acaba de llevar por el día...

--Entonces, vamos a la habitación, voy a hacerte tantas cosas que-

Y Jungkook decidía cortar la llamada por sanidad mental.

A los pocos minutos le llegaba un mensaje de disculpa de parte de su amigo y él solo reía. Tomaba sus llaves y una chaqueta antes de salir.

Lo que a Jungkook le gustaba de Canadá era que el clima era bastante similar al de Corea. No igual, pero similar. Así que podía vestirse cómodamente y a la vez mostrar sus atributos incluso mejor que en su propio país, ya que la libertad que tenía en este lugar no la podía tener en el lugar donde nació.

Llevaba tiempo dudando si tatuarse alguna parte del cuerpo y finalmente había optado por su brazo. Ya tenía cuatro de ellos ahí. Se había hecho un par de perforaciones también y llevaba el cabello un poco más largo, no había querido tocarlo, cuando debía pintar, se lo ataba y ya.

Se miraba en el espejo una última vez y le gustaba lo que veía. Sonreía. Estaba sanando y amaba la sensación de sentirse bien con él mismo. Ya no dependía de algún alfa, se sentía como lo que era: un bonito omega dominante. Irradiaba seguridad y sensualidad, nadie tenía que asegurárselo, él ya lo sabía.

Asentía a su reflejo, se aplicaba un poco de lipbalm de frambuesas en los labios y salía.

El día estaba bastante agradable. Amaba el mes de abril, no hacía tanto calor, pero tampoco frío. La brisa fresca lo hacía sonreír de gusto.

Caminaba un par de cuadras y llegaba hasta el campus de la Universidad de Yorkville. Amaba ese lugar, había aprendido tanto ahí. Se sentaba en un banco de metal a esperar y a los pocos minutos llegaba el insistente chico.

No lo iba a negar, el alfa era bastante guapo y atlético. Era fornido, alto y tal vez un poco demasiado musculoso y era cuatro años menor que él, nada parecido a Seokjin.

«Seokjin...»

Iban a pasar mil años y jamás iba a olvidarlo, lo sabía, pero había decidido vivir con eso y recordarlo para siempre como el gran primer amor de su vida.

Se acercaba al chico y lo saludaba con una sonrisa.

--Estás tan bonito, Jungkook. Aunque creo que eso ya lo sabes. --saludaba el alfa.

--Claro que lo sé, Andy. Pero no te quedas atrás tampoco. --Y claro que lo estaba, el chico era guapísimo, pero le preocupa que fuera menor. Prejuicios ridículos.

--Llámame Andrew, por favor. Cuando me dices Andy, me haces sentir pequeño.

--Pero sí lo eres, Andy... --se burlaba Jungkook con su sonrisa de conejo.

--Tal vez te termine desmostrando que de pequeño no tengo nada... --le respondía el atrevido alfa, lo que hacía ruborizar al omega.

--Presumido... --susurraba. Aún avergonzado. --Mejor vamos o me iré a casa.

--¡No! No... Por fin me das la oportunidad, el honor de salir contigo. Debo aprovecharlo. Te llevaré al cine y luego a comer, ¿está bien? Hace mucho no tengo una cita, desde que te conocí prácticamente... --decía encaminándose con el bonito omega hasta el cine más cercano.

--¿Perdiste la costumbre, Andrew? --se mofaba el omega, guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero mientras andaba.

--No la perdí, solo la olvidé que es distinto. --Discrepaba el menor.

--¿Tantas citas has tenido, cachorro? --recalcaba la palabra "cachorro".

--Tampoco eres tan mayor, omega. Tienes 24 años, yo tengo 20, no es tanta la diferencia.

--Hace cuatro años si se habría notado la diferencia. --Discutía el omega.

--Lo dudo. Me presenté como alfa a los 11 años. Fui todo un caso médico aquí, hasta vinieron de una universidad de Francia a hacerme estudios. Mi desarrollo físico después de eso fue alarmantemente rápido.

--¿De verdad?

--Claro que sí. Creo que estamos en otros tiempos, en donde la genética está demasiado alterada y en donde los lazos, las marcas, los destinados y todo eso ya no es como antes. --opinaba el jovial alfa de ojos azules y pelo azabache. Su piel era tan blanca que sus bonitos ojos resaltaban aún más y era tan alto que a Jungkook le dolía el cuello mirar hacia arriba.

--¿Por qué lo dices? --preguntaba con genuina curiosidad el omega, decidiendo que era mejor mirar hacia el frente.

--Porque yo tuve un omega destinado. --confesaba.

--¿Cómo dices? --preguntaba sorprendido.

--Eso. Tuve un omega destinado cuando tenía 15 años. Fue caótico. Él tenía 25 años. Hace 3 años que no lo veo, se fue con su alfa. Eso sí, mi primera vez fue con él. Casi cae en prisión por involucrarse con un menor de edad, pero tuvimos que explicar que éramos destinados y que nuestros celos se sobrepusieron. --explicaba el alfa como si la situación fuera lo más normal del mundo. --Fue una época difícil, él tenía su pareja y todo. Hasta que llegamos a la conclusión que lo mejor era romper ese lazo imaginario. Nos tomó un año hacerlo y cuando lo hicimos, él volvió con su alfa y meses después se fue a Europa.

--¿Y... se puede romper un lazo así como así? --preguntaba mientras su corazón latía con fuerza. Jamás se le había ocurrido algo como eso... ¿Y sí...?

--Bueno, yo lo hice. Es doloroso, espiritual y emocionalmente hablando. El lobo queda muy afectado. Estuve dos años sin pasar por un celo. Hasta que de repente, una omega entró en celo cerca de mí y mi celo volvió. Éramos vecinos y yo le atraía, así que fue mi primera novia. Terminamos un par de meses luego eso y desde ahí no he vuelto a tener algún novio, solo salidas informales. --contaba el chico y Jungkook no pudo evitar recordar su vida pasada o lo que fue su vida hace unos meses. --Pero cuéntame de ti ahora. He hablado demasiado de mi. --pedía el alfa, mientras estaban a pocos minutos de llegar al lugar de destino.

--Bueno yo... solo tuve un novio quien luego fue mi esposo. Ex-esposo ahora, supongo. --confesaba el omega de manera vaga.

--¿Te fue infiel? --preguntaba incrédulo el más joven, porque, ¿qué clase de idiota dejaría ir a un omega como él?

--Él encontró a su destinado y bueno, decidí tomar esta beca y ya...

--Mmm... bueno. Finalmente, cada quien toma las decisiones que quiere, ¿no? --decía el alfa, fijando sus ojos azules en los negros del omega por un par de segundos. --¿Y bien?, ¿qué película quieres ver? Podemos ver "Incendio bajo el mar" o "La fuga del carro sin ruedas"...

--La pasé muy bien contigo, precioso. Por favor, salgamos otra vez. --pedía el alfa en un tierno puchero. Jungkook soltaba una risita.

--Está bien, pero no te confundas ni mucho menos te ilusiones. Que salgamos a un par de citas, no significa que estemos en una relación o algo así. --Jungkook quería asegurarse que el chico entendiera que él no pensaba entrar en una relación aún. Tal vez podría considerarlo, pero nada más.

--Me conformo con cualquier cosa que quieras darme, precioso. --decía, antes de acercarse al omega y robarle un beso fugaz.

--¡Hey...! --reclamaba el omega dándole un zape, aunque por dentro le parecía divertido. --Ahora vete, antes de que me arrepienta y no salga contigo otra vez. --El alfa alzaba las manos en rendición.

--Está bien, me voy. Descansa, bonito. Buenas noches. --se despedía con una sonrisa radiante. Jungkook soltaba una risita.

El omega se giraba hacia la puerta buscando sus llaves en sus bolsillos y lograba al fin introducir una de ellas en la cerradura.

--Ese chico tiene razón en una cosa... Estás precioso, Jungkookie. --Hablaba alguien a sus espaldas que lo hizo sentir escalofríos. Su corazón golpeteó con fuerza dentro de su pecho al reconocer esa voz en un perfecto coreano que tanto extrañaba. Se giraba con lentitud y lo veía.

--Seokjin... --lograba susurrar sin poder creer que el alfa estaba frente a él.

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