Capítulo Trece ~ El Escape
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--Papá. Debemos hablar. --pedía Jungkook a primera hora del día.
Aún le dolía la cara y tenía un parchecito en la oreja. Casi no había pegado un ojo esa noche. Le había resultado difícil olvidar todo el acoso que había vivido pocas horas antes. Nunca creyó que viviría una experiencia así, tan traumática y esperaba que de una vez por todas su padre tomara cartas en el asunto.
--Hijo, no tengo tiempo, hoy tengo reunión otra vez y ¡¿Qué le pasó a tu cara? --exclamaba el señor Jeon, al ver a su hijo.
--Fue Yoon. Ayer vino a verme y al verme solo quiso marcarme a la fuerza. --explicaba Jungkook con sinceridad, su padre lo miraba detenidamente.
--Eso es imposible. Él no haría algo así. --determinaba finalmente, guardando unas carpetas dentro de su maletín.
--¿Qué?...
--Entiendo que estés molesto, porque el joven Kim no ha venido a verte por un par de días, pero no tienes que hacer esto hijo. --soltaba sin mirar a Jungkook, cerrando su maletín.
--¿En serio no me crees? --preguntaba el omega con voz temblorosa.
--Mira, justo ahora, no tengo tiempo para esto... Hablémoslo más tarde, ¿sí? Cuidate, eres demasiado torpe. --se despedía el alfa dejando atónito a su hijo. No quería llorar, ya había llorado lo suficiente, pero el dolor que sentía en el pecho, casi lo tira al suelo.
A lo lejos escuchaba el bocinazo que indicaba que Jimin ya estaba listo y esperándolo. Parpadeaba un par de veces, para espantar esas odiosas lágrimas y salía.
--Kookie, ¿cómo te fue con tu padre? Lo vi salir y-
--No me creyó. Soy su hijo y no me creyó. Dijo que era imposible que ese hijo de puta hiciera algo como esto, que dejara de ser tan torpe... --Jungkook se ponía su cinturón de seguridad. --Vamos. Ya no quiero hablar más. --Jimin asentía, apesadumbrado por su amigo.
Llegaban al estacionamiento de la facultad y para su sorpresa, Seokjin lo estaba esperando... con flores.
--Jungkookie. Buenos días. --saludaba el alfa. El omega sonreía débilmente mientras recibía el ramo de, esta vez, girasoles.
--Gracias, están preciosos. Buenos días, hyung. --saludaba de vuelta el castaño.
--¿Ocurre algo? --preguntaba preocupado el alfa, al ver desganado al menor.
--Su padre no le creyó lo que pasó ayer. Prefirió creerle al bastardo malnacido de Yoon. --espetaba Jimin, profundamente molesto. --A tu padre en serio me dan ganas de ahorcarlo, Kookie. --soltaba el rubio, cruzándose de brazos.
--Mmm... --el alfa meditaba unos momentos. --Hoy solo tengo una clase, luego saldré temprano, avísame cuando salgas para ir a dejarte a tu casa, ¿sí? --decía el alfa, acariciando la mejilla del omega. Este solo asentía en silencio. --Oh. Lo olvidaba, toma. --le extendía un vaso de cafe caliente. --lo pedí para ti. También pedí uno para Park. Toma. --le entregaba uno a Jimin. --Nos vemos después. --Se despedía el azabache, finalmente. Ambos omegas se inclinaban.
El resto de la jornada transcurría de manera normal. Excepto por las miradas de odio que le había dado un pelirrosa en la cafetería, pero a esas alturas a Jeon poco le importaba. Sabía que ese tal "Chan" no se atrevería a decirle nada, porque Jeon sí tenía una buena cantidad de cosas que reclamarle.
El reloj marcaba las 15:32 y el omega se dirigía al estacionamiento en donde el alfa lo esperaba, esta vez con un gran conejo rosado de peluche. Los ojos del omega se iluminaban y salía a su encuentro con un abrazo... Al peluche, no al alfa, aunque él hubiera querido abrazar a ambos.
--Gracias. Está muy bonito. --agradecía el castaño con una sonrisa.
--Lo ví y me acordé de ti. ¿te puedo abrazar? --pedía el alfa y Jungkook percibía algo extraño en la petición. Aún así asintió y sintió los brazos del alfa rodear de su cuerpo.
Hasta su lugar llegó un aroma a jazmines y se giró para verificar y efectivamente, el pelirrosa estaba a pocos metros, mirando con odio la escena.
Jungkook se liberaba del abrazo rápidamente y abría la puerta para entrar al auto, se sentaba ahí y agachaba la cabeza. Se sentía utilizado. El día no podía ir peor. Lanzaba el peluche de conejo a los asientos traseros. Era bonito, pero no lo aceptaría, no después de eso.
--Jungkookie, lo siento. No quise-
--O-olvídalo. Solo, llévame a casa... --decía con la voz quebrada. Ya no quería hablar. Trató de retener su aroma a frambuesas, pero fue imposible y salía disparado sin querer, llenando cada rincón del vehículo de profunda tristeza. Quería llegar a su casa y armar un gran nido y perderse ahí por semanas.
--Soy un imbécil. Lo siento. El conejito... Yo lo ví y sí pensé en ti, Kookie. Es solo que ví a Chan y sentí mucha rabia. Soy un idiota. En serio, lo siento mucho. Perdóname, por favor. --rogaba el alfa. El omega asentía, pero no pudo evitar que una lágrima bajara por su mejilla. La secaba rápidamente y miraba por la ventana.
El resto del camino transcurría en silencio. El omega iba a bajar de ese auto y se escondería para siempre, lejos de todo y todos. Se sentía inseguro y solo. Siempre fue un omega fuerte, defendía a otros omegas en la escuela, incluso pateó el culo de algunos alfas que pretendían pasarse de listos, pero últimamente se sentía abrumado y sobrepasado, débil y poca cosa. Su autoestima estaba por los suelos. No quería llorar enfrente del alfa, así que bajaba un poco el vidrio y dejaba que el viento le soplara un poco la cara para despejarse. Se sorprendía cuando notaba que el alfa estacionaba en un lugar desconocido.
--No. En serio, perdóname Kookie. --hablaba el alfa, dejando perplejo al castaño. --Fui un imbécil. Sé lo que hice y por qué lo hice. Pensé "bueno, él también me está utilizando, tal vez yo también pueda hacerlo", pero es diferente, porque al menos tú sí tuviste la decencia de hablar conmigo primero. Y no, no te voy a pedir que me ayudes a darle celos a Chan, porque eso sería tonto e infantil de mi parte, además no lo necesito. Mi estúpido ego de alfa me lo pide, pero no lo necesito. --el alfa inspiraba y botaba el aire, después de haberse explicado. --Eres valioso y mereces más de lo que estás recibiendo. ¿Me perdonas, por favor? --rogaba por última vez.
El omega lo miraba detenidamente y se daba cuenta que además de Jimin y el alfa, no contaba con absolutamente nadie más. Así que asentía, comiéndose su propio orgullo. --Está bien. --lograba decir con la voz algo quebrada. El alfa, muy poco convencido volvía a encender el auto.
Luego de un par de minutos en el vehículo, se acercaban a la casa de los Jeon y apenas al entrar una escena le heló la sangre a Jungkook. Su padre estaba afuera junto al alfa Yoon, dándose la mano, tal vez en algún saludo o algún acuerdo.
--Pero, ¿qué mierda...? --lograba expresar el alfa bastante enojado. De por sí ya quería golpear al anciano pervertido, para que además estuviera dándose la mano de manera amistosa con el padre del omega que acosaba. No, eso estaba mal. Feromonas cargadas de tristeza y decepción lo sacaron de sus conjeturas. De repente Jungkook abría la puerta. --¡NO! ¡Espera! --exclamaba Seokjin, deteniéndolo.
--¿Por qué? Es mejor si lo enfrento ahora...
--Si lo haces ahora, aún viendo que ellos están tan amistosamente riéndose, --porque sí, se estaban riendo como buenos amigos en ese preciso momento. --lo más probable es que el idiota de tu padre (perdón por eso, pero es cierto), le dé la razón a Yoon. --Seokjin se tomaba unos segundos y se le ocurría una idea. --Arma una maleta. Pon lo esencial en ella, ropa para unos 3 días y cosas básicas, nos vamos.
--¿Qué? ¿De qué estás hablando? --preguntaba Jeon confundido.
--No te voy a dejar aquí solo con ese bastardo loco. No. Arma una maleta y trae tu sello. Nos casaremos. --Aseguraba, antes de acercarse un poco más a la pareja de alfas y estacionarse. --Te abriré la puerta, espera.
Jungkook aún estaba confundido por todo, pero decidía confiar en Kim, a pesar de lo que había ocurrido hace unos minutos. No tenía a nadie más después de todo. La puerta se abría y Seokjin extendía su mano para acercarlo a él. Tomaba al omega de manera amorosa por la cintura y lo acercaba a su cuerpo, sabiendo que era observado por el que pronto sería su... suegro. Acariciaba la mejilla del omega y se acercaba al oído de este --te voy a besar y quiero que ambos lo vean... --susurraba y el castaño asentía, tratando saliva.
El alfa tomaba el rostro del chico y lo besaba. Primero era un beso casto, que luego se convertía en algo muy poco recatado, pero Jungkook lograba percibir las feromonas del alfa depravado de molestia y celos. Seokjin sonreía victorioso contra la boca de Jungkook y depositaba el último beso antes de indicarle que entrara a su casa para seguir con el plan, al darse vuelta el alfa palmeaba el trasero del castaño haciéndolo pegar un saltito. El azabache soltaba una carcajada.
Jungkook pasaba por el lado de su padre y del otro señor sin siquiera saludarlos y Jin aprovechaba la ocasión para acercarse al par de mayores.
--Buenas tardes, señor Jeon. --saludaba el alfa más joven con una sonrisa de satisfacción, ignorando a propósito a Yoon.
--Joven Kim, ¿no cree que fue indecoroso besar así a mi hijo en frente de nuestra casa? --cuestionaba el mayor, bastante descolocado.
--Oh, señor Jeon, le pido disculpas si lo hice sentir incómodo, pero todo lo que hice con su hijo ha sido con su pleno consentimiento. Jamás haría algo en contra de la voluntad de Jungkook. --explicaba. Luego miraba a Yoon, quien estaba que estallaba de ira. --Quisiera decir lo mismo de otras personas, pero hay algunos animales que no entienden un no por respuesta.
--¿No le va a creer a mi hijo o sí? Es un omega, ellos son manipuladores por experiencia, debería saberlo. --soltaba el alfa Jeon, dándole una extraña sonrisa y asentimiento al alfa mayor.
--Señor Jeon, lamento decirle que estoy profundamente decepcionado. Usted debería conocer mucho mejor a su hijo que yo. --Eso descolocaba grandemente al padre del omega, quien no podía creer el atrevimiento del más joven. --Si hubiera visto a Jungkook ayer, en el armario de su despacho, acurrucado en un improvisado nido hecho por los abrigos que usted conserva ahí, con una mordida en la oreja y la ceja rota y apestando a cigarrillo y vainilla, tal vez diría otra cosa. Pero no fue usted quien lo sacó de ahí, fui yo. --contaba Seokjin y precisamente veía a Jeon salir de su casa con una pequeña maleta. Todos se giraban a verlo al escuchar las rueditas de esta. --Así que me lo llevo.
--¡¿QUÉ?! ¡No te puedes llevar a mi omega, mocoso! --escupía entre dientes Yoon. Su rostro estaba desfigurado por la rabia y los celos.
--Já, claro que puedo y lo haré. El señor Jeon y yo teníamos un trato y él lo rompió. --volvía su rostro al padre del omega. --Así que la próxima vez que usted vea a su hijo, él ya no estará soltero. Volverá siendo mi esposo.
--Yeobo, estoy listo. --decía Jungkook con dulzura a Seokjin, sin mirar a su padre, mucho menos al otro alfa.
--Jungkook, ¿Qué significa todo esto? --preguntaba molesto el señor Jeon.
--Lo que escuchaste, padre. Me iré con mi alfa, al menos él sí me escucha y me cree. Prefiero morir a volver a ser besado a la fuerza por este alfa asqueroso. --soltaba el omega y se giraba para caminar rumbo al auto de Kim.
--Antes de irme, permítame... --pedía Seokjin antes de propinarle un seguro y certero puñetazo directamente en la nariz de Yoon, haciendo que este cayera al suelo y chillara de dolor.
--Me rompiste la nariz, maldito... --se quejaba mientras la sangre caía, manchando su camisa.
--La próxima vez juro que no seré tan blando, no me conoce, ni a mi familia, no sabe de lo que somos capaces, pero lo vuelvo a ver cerca de mi omega, le aseguro que me va a rogar que lo asesine. Con su permiso. --y caminaba hasta su auto, cerrando la puerta de un portazo.
Quería matarlo, verlo retorcerse en el suelo. Lo único que logró calmarlo en ese momento fueron las feromonas del omega que estaba en ese vehículo y el cálido abrazo que este le brindó, dándole la tranquilidad que necesitaba.
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(Iba a actualizar ayer, pero me ocurrió un percance. Estaré subiendo capítulos hoy)
💕Gracias por leer💕
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