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Capítulo Diez ~ "Bonito"

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Jungkook corría escaleras arriba, se encerraba en el baño y se sentaba en el retrete. Mierda, estaba mojado, como cuando entraba en celo. No podía quitarse de la cabeza la voz ronca de Seokjin, los gemidos y jadeos a través de la línea y los sonidos obsenos que alcanzó a escuchar previo a llegar al clímax. Y se lo imaginó, se permitió por un momento visualizarlo, casi como si hubiera estado ahí, con él, en su habitación. Joder, sí quería que lo volviera a llamar. Quería escucharlo de nuevo...

Llevaba una de sus manos a su bulto y se masajeaba por encima de sus pantalones. Aún olía a él, aún conservaba su aroma y recordó además la lengua del alfa en su cuello y el muslo de este en su entrepierna y un gemido liberó sus labios tan fuerte que el mismo se sobresaltó.

«¡¿Qué carajos pasa conmigo?!»

Se quitaba toda la ropa y encendía la ducha, el agua casi salía en cubos de hielo y a él le parecía bien, porque necesitaba deshacerse de ese calor abrumante que estaba sintiendo y de esa absurda erección. Deseó ser una chica, a ellas no se les notaba cuando se excitaban, pero después lo pensó mejor y decidía que era mejor ser chico, era mucho más fuerte que ellas y no menstruaba, sus óvulos no fecundados se liberaban de una manera más práctica al ser varón y un poco más asquerosa a la hora del ir al baño y el pensar en biología hizo que su erección bajara y comenzó a temblar de frío.

Reguló el agua y se permitió sentir el calor de esta un par de minutos antes de cerrar la llave y salir. Tomó una toalla y se envolvió en ella y se sobresaltó al oír que alguien golpeaba la puerta.

--¿Sí?

--Abre, quiero... ducharme también. --decía Jimin con un sonoro bostezo.

Jungkook abría la puerta y el rubio entraba.

--Te dejó una marca... en el cuello. --Jungkook corría hacía el espejo y constataba lo que su amigo había dicho y sí, justo en su glandula una sutil, pero aún notoria marca de pasión adornaba de mal manera su cuello. Su cara volvía a tornarse carmesí. Miraba a su amigo quien lo miraba divertido.

--A-al menos es solo una... tú tienes muchas. --combatía, antes de salir del baño a tropezones.


--Buenos días, hijo. Ayer no te logré ver, ¿cómo estuvo la salida con el muchacho Kim y su amigo? --saludaba el señor Jeon, arreglando el nudo de su corbata frente a un pequeño espejo.

--Ah, muy bien papá. De hecho, quería pedirle algo respecto a Seokjin. --se permitía el omega, con voz melosa.

--¿Ocurre algo? --preguntaba su padre, colocándose su chaqueta.

--No, no es nada. Es solo que él va a venir esta tarde a pedirte permiso para pues... cortejarme. --terminaba Jungkook, tomando asiento en el sofá de un cuerpo que su padre tenía en su despacho para leer algún libro o el periódico.

--¿En serio? Wow, pensé que recién se estaba conociendo...

--Y lo estamos, pero no me dejaste alternativa, papá. Prácticamente me estás obligando a casarme con este alfa para no tener que casarme con el anciano asqueroso ese. --espetaba con molestia.

--No hables así de Yoon. Ha sido muy paciente y lleva años pidiéndome tu mano. --respondía cansado. No sabía por qué su hijo era tan caprichoso.

--¿Y no te parece asqueroso eso, papá? Eso significa que me miró con perversion desde que era un niño. --insistía el omega, tratando de hacer entender a su padre.

--Yo... nunca lo ví de esa manera. Lo siento hijo --el hombre se aclaraba la garganta incómodo. --Aún así, lo mejor es que te cases pronto. Aquí no es como en esos países modernos. En este país, si te casas, todo lo que alfa posea pasaría a ser tuyo. Yo hablé con Seokjun y prometió ayudarme con el negocio, pero eso tomará tiempo. Por eso es importante que estés protegido. Tuve que hipotecar la casa... --confesaba el alfa, abatido.

Jungkook observó a su padre con horror, ese era el último recurso del alfa y lo sabía. --No tienes que preocuparte por mi. Como sea, Seokjin vendrá esta tarde a hablar contigo. Me voy a estudiar ahora. -- se acercaba a su padre y le dejaba un corto abrazo, antes de salir por la puerta.

Era demasiado temprano aún, por lo tanto Jimin aún estaba en el baño, maquillándose, así que decidía salir un rato. Aún no amanecía, todavía parecía estar oscuro, sin embargo no esperaba encontrarse con el alfa mayor ahí.

--¡Jungkook!. --llamaba el hombre a sus espaldas, haciendo saltar al menor.

--¿Qué quiere? --espetaba el omega. ¿Por qué no se cansaba ese hombre de una buena vez?

--¿Qué quiero? Solo quiero ver un momento a mi omega. --soltaba el hombre, mirando a Jungkook de pies a cabeza.

--Cuando encuentre a su omega, me avisa. Por lo demás, hace frío, voy a entrar. --se disponía a su casa, pero el alfa tomaba fuertemente su brazo. --Si se atreve a tocarme siquiera un pelo, le juro que-

--¿Que qué? Deberías irte acostumbrando, casi he ido anotando todos y cada uno de tus desprecios. Cuando seas finalmente mío te los iré cobrando. --susurraba el mayor en la oreja de Jungkook y a propósito liberaba sus feromonas para marcarlo. El castaño sintió náuseas.

--Qué lastima por usted, pero yo jamás seré suyo, yo ya tengo un alfa y mi padre lo aprueba. Así que siga soñando, alfa de cuarta. --se liberaba del agarre del alfa con fuerza. Después de todo ¿qué era un simple alfa recesivo contra un omega dominante? Se limpiaba la oreja con asco, aún sentía el vapor del aliento del anciano en él y para su desgracia olía a taxi. --Tendré que darme una ducha ahora, apesto a taxi de pueblo. --soltaba antes de cerrar la puerta de la casa.

Y efectivamente, subía a su habitación, buscaba ropa para cambiarse y volvía a ducharse, porque prefería llegar tarde a la universidad que llegar apestando así.


--Nos atrasamos por tu culpa, ahora no podremos entrar a la clase de Expresión Artística. --manifestaba Jimin molesto. Era su clase favorita.

--¿Querías que viniera apestando a taxi de mala muerte? --respondía aún más molesto el castaño. --Ni loco llegaba oliendo a ese viejo asqueroso, repulsivo.

--Ya, ya. Está bien. Vamos a la cafetería, de todas maneras, sabes cómo es el profesor Kwon, ni aunque le roguemos abrirá la puerta. --decidía Park.

Y se encaminaban a la cafetería, iban tan ensimismados en su conversación que Jungkook no se dio cuanta que frente a él había un chico y chocó de frente con él.

--¡Oh! Lo siento... iba... distraido... --Jeon fue apagando su voz cuando notó quién era la otra persona.

--No te fijas por donde vas, pero si te fijas en los novios de otros omegas, ¿no? Muy conveniente. --decía el omega, era el novio de Seokjin. Jeon no había tenido la oportunidad de volvérselo a topar y justamente lo hacía en ese momento. --Pero no estoy preocupado. Tal vez si fueras bonito, lo estaría. Conozco los gustos de mi alfa y tú estás bastante lejos de serlo. --decía el pelirrosa antes de darse la vuelta e irse.

--¿Qué le pasa a ese tipo? --preguntaba Jimin, pero Jungkook no contestaba, porque sí, le había dolido el comentario.

Jeon sabía que no era del gusto de todos los alfas, era un omega... raro. Pero que le hayan dicho que no era bonito, le había afectado. Le había tomado años aceptarse como era, en su condición de omega. Suspiraba frustrado y caminaba hacia la cafetería, pero no pedía nada, de repente un nudo en el estómago le impedía sentir hambre.

--¿Estás bien? --preguntaba Jimin buscando la mirada de su amigo, pero este lo evadía. --No vas a creer lo que dijo ese tonto, ¿o sí?

--No, no, claro que no --decía con pocas ganas.

«Maldito idiota»

--¿Quieres un Iced Americano? --preguntaba Jimin con dulzura.

--Hoy prefiero un chocolate caliente, hace frio... --respondía Jeon con un puchero. Park sonreía ante el gesto tierno de su amigo.

--Vuelvo enseguida. --Jimin tomaba su cartera y salía en dirección a la caja de la cafetería.

Jungkook apoyaba su cabeza en la mesa, abatido. Se sentía desdichado. Se imaginaba como hubieran sido las cosas si su padre no lo hubiera empujado a un compromiso que nunca buscó. Ahora iba a casarse y la verdad ni siquiera sabía por qué el alfa había aceptado, él jamás lo habría hecho, ¿tanta lástima le daba? Y lo peor es que su orgullo valía pepino en ese momento. No podía regodearse, era Kim o Yoon y lógicamente, el alfa asqueroso estaba más que descartado. Suspiraba triste sabiendo que los días que venían no iban a ser buenos.

--¡Jungkook! --exclamaba una voz que él ya reconocía. Se giraba y por supuesto, era Seokjin y por alguna ridícula razón el alfa se veía más jodidamente hermoso que nunca, con sus jeans rasgados, mostrando un poco de piel, zapatillas converse, chaqueta negra y camiseta blanca. --Jungkook...

--Seokjin, hola... --y ahora que Jeon recordaba, la noche anterior el alfa lo había llamado para... un rubor cubría sus mejillas al recordarlo.

--Hola. Yo, quería disculparme por... bueno, lo de anoche. Fui irrespetuoso, de hecho no sé porque te llamé y cuando iba a cortar justo escuché tu voz y ya no pude y... que vergüenza, lo siento. --se disculpaba el alfa. También se ruborizaba, en su caso, hasta las mismas orejas. --Yo traje mi auto para llevarte a casa, dijiste que debía acompañarte hoy y voy a cumplir. No te preocupes --agregaba --Tomé inhibidores, sigo en mi celo, pero lo peor ya pasó. --aseguraba.

--¡Kookie!, ¿nos vamos o te vas con Kim? --preguntaba Jimin a lo lejos. --Hola, Kim. --saludaba de paso, Seokjin inclinaba su cabeza en saludo.

--No. Me iré con Seokjin. --informaba, sacando las llaves de su bolsillo. --Toma. Conduce con cuidado. --las lanzaba al rubio.

--Bueno, más tarde te llamo, ¿sí? --se despedía el rubio, subiendo al vehículo sin mirar atrás.

Jeon mordía su labio nervioso y jugueteaba con sus dedos con ansias.

--Entonces, vamos, ¿no? --decía Seokjin, abriendo las puertas de su auto. Al entrar al asiento del copiloto, un ramo de flores del tigre lo sorprendía. --te quise traer esas flores, primero para disculparme y segundo porque eres mi "novio" --hacía énfasis con sus dedos. --Creí que esas eran tus flores, me recordaron un poco a ti cuando las ví.

--Son mis flores de nacimiento, gracias --agradecía con timidez. Las tomaba y se sentaba, poniéndolas en su regazo. Un sentimiento cálido lo abarcó y por un momento olvidó todo su pesar.

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