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Capitulo Diecisiete ~ Experiencia

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--¿Te sientes mejor? --preguntaba afligido Seokjin a Jungkook, mientras acariciaba su pelo. Había ya pasado media hora desde que el omega había tomado el supresor y todos y cada uno de esos malditos treinta minutos habían sido una tortura. De hecho, el alfa estaba solo en ropa interior, luchando segundo a segundo con su autocontrol, después de que el omega lo hubiera obligado a deshacerse de sus prendas. Las feromonas del castaño ya lo tenían algo mareado y embobado, pero aún así se había negado a tocarlo, solo lo había besado un poco y acariciado para calmarlo.

--Me siento muy... cansado, hyung. Como si hubiera corrido... una maratón. --respondía agotado. Su respiración era agitada y aún estaba desnudo.

--¿Por qué no me dijiste que entrarías en celo, Jungkookie? No te imaginas lo difícil que ha sido tratar de controlarte y controlarme... Recordaré siempre esta luna de miel. --el alfa continuaba acariciando la espalda del menor quien a esas alturas tenía los ojos cerrados, pero seguía despierto.

--No lo sabía, hyung. No tenía un celo desde hace más de un año. Mis celos son muy irregulares, no entiendo qué ocurrió ahora, esto no me había pasado antes. --explicaba el chico calmadamente, como queriendo guardar energías. --Esto... ¡ah! duele como la mierda...

--¿Qué te duele? --preguntaba algo preocupado el alfa incorporándose. Le había asombrado mucho lo que el chico había dicho ¿Por qué no tenía ciclos de calor regulares? Todos los omegas los tenían, eso era extraño. Apenas pudiera lo llevaría con un médico.

--Me duele mucho el vientre, como si me estuvieran retorciendo por dentro, es horrible, hyung. Ser omega es lo peor. --se quejaba, poniéndose en posición fetal y frotándose un poco el estómago.

--Lo siento mucho, Jungkookie. --decía el alfa con dulzura y volvía a acariciar la espalda del omega, liberando feromonas para calmarlo.

--Además estoy asquerosamente pegajoso y húmedo. Esto es tan humillante... --se volvía a quejar el chico, esta vez más consciente de su desnudez. -- Y me has visto desnudo, qué vergüenza... ningún alfa nunca...--añadía para su propio horror. Tomaba una sábana a duras penas y se tapaba con ella. --¡Ah! Mierda, duele.

--Tranquilo... --Seokjin se sentía inútil, acariciaba al omega, tratando de darle algo de calma. --Necesito saber como puedo ayudarte. Ahora que estás más lúcido puedo preguntarte qué hacer. --proponía el alfa, acomodándose en la cama.

--Alíviame... --susurraba en voz muy baja el menor, tapándose la cara con la sábana.

--¿Cómo dijiste? No te oí. --Insistía el azabache, tratando de quitarle al omega la sábana de su cabeza.

--Tú tienes mucha más experiencia que yo, hyung. --decía el castaño un poco más seguro de sí mismo. --Dame un poco de alivio. --repetía.

--¿Más experiencia? --Seokjin soltaba una risa seca. --El de la experiencia es Min, no yo. Yo solo he estado con un omega en toda mi vida y lo hicimos solo un par de veces (y cuando digo un par, me refiero a dos veces). Ni siquiera pasaba sus celos conmigo y cuando yo entraba en celo, él brillaba por su ausencia. No tengo la experiencia que crees, Jungkookie. --confesaba el alfa.

El castaño escuchaba atentamente las palabras que Seokjin había dicho. De repente, sacaba fuerzas de donde no sabía que tenía y se ponía de pie, algo tambaleante, pero de pie al fin y al cabo. Tomaba la mano del alfa y le instaba a hacer lo mismo. --Ven. --indicaba y el alfa lo seguía. Lo llevaba hasta la ducha y abría el grifo.

--¿Te quieres dar una ducha, cachorro? --preguntaba el alfa y Jungkook se acercaba a él y rodeaba su cuello con sus brazos, negando con la cabeza.

--Nos daremos una ducha, juntos. --anunciaba sin dudarlo y el alfa creía que a ese chico bonito le daría la luna si se lo pedía. Jungkook probaba el agua con su mano y se sentía bien al tacto, algo más fría que caliente, porque eso era lo que ambos necesitaban. --Entremos, hyung.

Seokjin suspiraba resignado. De su cabeza no podía salir la idea que dentro de la bolsa que le llevó la beta habían condones, condones que él no quería usar, o al menos no de esa manera, él habría preferido hacerlo con un Jungkook consciente y no en su ciclo de calor. Temía que cuando el fuego se extinguiera, el omega le reclamara y él no podría aprovecharse así del chico. Lo ayudaría, soportaría, pero no cruzaría la línea, no ese día.

Se quitaba su última prenda sin tomarle mucho tiempo y tomaba la mano del omega. La pareja de recién casados entraba y Jungkook de manera automática se aferraba al alfa.

--Está un poco fría, pero está bien. --comunicaba con una sonrisa débil.

--Jungkook... yo... voy a ayudarte, lo prometo, pero no creo ser capaz de... tomarte. --explicaba el alfa. Esperaba que el omega entendiera.

Pero no. El omega inmediatamente se sentía rechazado y el ambiente se sentía amargo por sus feromonas, se intentaba alejar del alfa, pero este se aferraba más a su pequeña cintura.

--Si vamos a hacerlo... y cuando pase, quiero que lo recuerdes bien y no entre borrones. Quiero que estés consciente, ¿lo entiendes? --trataba de explicarse y el omega seguía sin responder. --Omega, mírame.

Jungkook alzaba la vista. Y Seokjin acariciaba su pómulo, quedando embobado por lo bonito que era el chico. Su rostro era dulce, sus ojos abarcaban toda una galaxia y sus labios rojizos e hinchados le gritaban "bésame".

«Precioso»

--Eres precioso, omega. --confesaba y el omega sonreía con timidez, envuelto en los brazos de su esposo. 

Seokjin tomaba una de las esponjas que estaban colgadas en la pared de la ducha y le quitaba el envoltorio de plástico que indicaba que estaba nueva. Le aplicaba jabón líquido y la estrujaba en su mano un par de veces, generando espuma y luego con ella masajeaba la espalda del castaño, manteniendo el abrazo, provocándole pequeños temblores al omega.

Jungkook mantenía los ojos cerrados para no enfrentarse a la mirada del mayor, pero un beso lo sorprendía y respondía apenas sentía los suaves belfos de Seokjin sobre los suyos, sus brazos envolvían con más fuerza el cuello del azabache. El alfa seguía repartiendo jabón y espuma por el cuerpo del castaño, abarcando cada área que pudiera alcanzar  y un gemido suave era liberado de los labios del más joven, muriendo en la boca de su actual esposo. --¿Te gusta? ¿Te sientes mejor? --preguntaba el alfa, tratando de ayudar a Jungkook, dándole suaves caricias con aroma a jabón.

--Se... se siente muy bien. --lograba explicar Jeon, con la garganta algo seca.

--¿Quieres seguir aquí o prefieres ir a la cama? --preguntaba el alfa, antes de morder ligeramente el lóbulo del menor.

--La... la cama suena bien, alfa. --respondía con dificultad el castaño. Se estaba mareando un poco.

--Te voy a enjuagar y secar un poco primero. --avisaba el mayor y acercaba al omega al agua para quitarle el jabón. Él también se enjabonaba rápidamente, pero sin saltarse nada y se enjuagaba en tiempo récord. Cortaba el grifo y buscaba unas toallas que estaban muy cerca de la ducha. Secaba con cuidado al menor y le dejaba la toalla en la cabeza, luego se secaba él, pero no completamente, la ansiedad de tener a Jungkook ahí, desnudo, no le permitieron secarse a detalle. Iba hasta la cama y quitaba el cobertor, dejaba solo la sábana. --Creo que así es más cómodo. Ven aquí, bonito. Si pudieras verte como te veo yo... --decía con cariño.

--¿Hyung? --decía el omega de repente. --¿no extrañas al omega ese... ? El de pelo rosa... --y soltaba lo que llevaba días cuestionándose, pero no se atrevía a formular y Seokjin se sorprendía de la respuesta.

--No. O sea, sí, lo he comparado contigo, lo siento. --respondía con honestidad. El omega, para variar malentendía la respuesta que el alfa le daba y se sentaba en la cama abatido, abrazando sus piernas. Sus ojos se cristalizaban. --No, cachorro. --Enmendaba rápidamente su error. --Es solo que no he probado mucho de ti, y aún así a tu lado Chan parece ser tan soso... ¿me entiendes? --Jin se acercaba para hablarle al omega y tomaba el rostro del chico entre sus manos una vez más.

--¿Es eso verdad? --preguntaba dudoso. Si el alfa le mentía le rompería el corazón. Sus ojos se llenaban de lágrimas.

--Claro que sí. Incluso he hecho cosas contigo que nunca hice antes con nadie. --confesaba el alfa, tratando de subir el ánimo de Jungkook.

--¿En serio? ¿Cómo cuales? --preguntaba el castaño, ahora dándole su total atención al alfa.

--Bueno, tú eres el primer omega con el que duermo. --comenzaba y tomaba uno de sus mechones y lo acomodaba detras de su oreja. --El primero con el que tomo una ducha. El primero con el que viajo al mar. He hecho contigo en un par de semanas, lo que no he hecho con nadie más en toda mi vida, Jungkookie. Me gustas, me gustas mucho, me gustas casi desde que te conocí, creo que desde ese día en el que fuiste a mi mesa para entregarme el jugo de mango. Nunca lo bebí. Lo guardé y aún lo conservo y no sabía por qué. --terminaba de revelar Seokjin.

--Tú también me gustas, hyung. Yo... tú... --soltaba un quejido de dolor y volvía a presionar su vientre. --A-ayúdame... alfa, por favor. --pedía con timidez y dolor.

--Ven aquí, bonito. --decía con cariño, abriendo sus brazos para que el chico quedara atrapado en ellos.

Jungkook quedaba sobre el alfa y buscaba su boca casi a ciegas, totalmente ido por su calor. Comenzaba lentamente a frotarse contra el muslo del azabache, olvidándose de su alrededor.

El omega lamía los labios del alfa antes de succionarlos y morderlos y Seokjin se dejaba "usar" porque entendía el dolor del chico.

Al alfa le dolía la mandíbula de tanto apretarla, quería tomar al chico, hacerlo suyo de tantas maneras bonitas y sucias que su cabeza punzaba por la tortura a la que se enfrentaba.

Aún así, tres largos y agotadores días pasaron y ya no estaban en la cabañita. Ahora se encontraban en la gran casa de los Kim que finalmente había sido desocupada y se encontraba limpia y en orden. Y en ese preciso momento, casi en las últimas y agonizantes horas del celo de Jungkook, ambos estaban en una tina de hidromasajes.

--¿Duele? --preguntaba Seokjin, acariciando el vientre del más joven.

--Ya no tanto. Estoy agotado, hyung... --expresaba con su espalda contra el torso del alfa y su nuca apoyada en el hombro de este.

--Fue difícil, cachorro. Pero lo logramos. ¿Tienes hambre o prefieres dormir? Hemos dormido muy poco, estoy seguro que si pongo mi cabeza en la almohada, no despertaré hasta mañana y recién son las cinco de la tarde.

--Yo también quiero dormir, hyung...

--Entonces, salgamos de aquí, el agua ya se está enfriando de todas maneras. --Seokjin dejaba un beso en la sien del omega y lo ayudaba a ponerse de pie.

Estaba orgulloso de sí mismo. Había resistido. Fue tremendamente difícil, especialmente cuando el omega le rogaba tomarlo, sin embargo no lo hizo. Su técnica fue distraerlo, acariciarlo, bañarlo en feromonas, besarlo, darle masajes y darle baños y duchas calientes y algo frías.

--Te pondré una camiseta. Mañana vas a despertar y no querrás estar desnudo. --comentaba al casi inconsciente omega, quien apenas podía mantener los ojos abiertos.

Seokjin le secaba el pelo con un secador y ya algo más abrigado lo metía dentro de las sábanas limpias. Luego él mismo se ponía alguna camiseta y ropa interior y se recostaba al lado del chico que aún olía fuertemente a frambuesas y un toque de chocolate blanco en el peak de su celo. Besaba una de sus mejillas y caía rendido y abatido por todo el trabajo hecho.

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