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Capítulo Dieciséis ~ En Busan

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--¡Al fin llegamos! --exclamaba Jungkook. Se bajaba del auto, solamente para tomar un poco de aire marino. Podía sentir la sal en su boca y la humedad del aire. Extrañaba mucho el mar de su Busan.

Eran casi las ocho de la noche, el viaje había transcurrido de manera tranquila, a excepción de la hora y media en la que se la pasaron cantando a todo pulmón las canciones que Seokjin ponía en el estéreo del auto. Habrían llegado antes, pero se quedaron a almorzar con Jimin y se les había pasado la hora.

Jungkook sintió unas manos colarse por su cintura y una cabeza apoyarse en su hombro.

--Te ves muy feliz, cachorro. Me alegro. --decía la voz del alfa, algo ronca por tanto cantar a gritos. --¿Tienes hambre?

--Sííí, mucha hambre. --respondía el omega con sinceridad.

--Entonces, te pediré algo rico, a esta hora nos va a costar encontrar algo abierto y es mitad de semana. --explicaba el alfa, metiendo una mano en el bolsillo de la chaqueta de Jungkook para tomar las llaves del auto. --Yo conduciré hasta la casa.

La familia Kim tenía una especie de conjunto residencial, en donde rentaban algunas casas y cabañas. Ahí en ese recinto estaba la casa principal de la cual Jin tenía las llaves.

--Lo siento mucho, señor. --se disculpaba la encargada. --No sabíamos que usted vendría y la casa está rentada para una boda hasta el check-out de pasado mañana. Quedará disponible después de las tres de la tarde. De hecho casi todo aquí está rentado, excepto la cabaña individual. Está limpia y en perfectas condiciones, pero es pequeña. --informaba la beta, tratando de dar una solución

--¿Otra vez? Esto es igual que en las películas o dramas. Típico que la habitación doble no está disponible y solo queda una cama. Aish. --soltaba molesto el azabache.

--La tomaremos, muchas gracias. --decía en cambio Jungkook divertido. --¿Qué? Ya hemos compartido una cama, dos veces y no hubo problemas, no seas aguafiestas. Ya cuando se desocupe la casa, la tomaremos, ¿no es así?. --solucionaba el chico con una sonrisa y la mujer asentía.

--Sí, señor. Pasado mañana quedará disponible, se lo aseguro. --prometía la encargada, entregándole al omega las llaves de la cabaña. --Síganme por aquí, por favor. --la mujer los guiaba por un camino de piedras iluminado por luces colgantes y que llevaba hasta un bosque. A la entrada de este había una diminuta cabaña de al menos 32m². --Si necesitan algo, no duden en pedirlo. --la mujer se inclinaba y se retiraba.

--¿Has estado aquí antes? --preguntaba Jungkook y el alfa negaba con la cabeza. --Bien. --decía solamente el omega y abría la puerta con la llave.

Se sorprendía gratamente por el lugar, era todo de un solo ambiente. Una cama tamaño queen en el medio, a la derecha y solo separada por un mueble, estaba la cocina. A la izquierda había una puerta que al parecer daba al baño. Pero lo que más le asombraba era la ducha, ya que estaba a la vista y solo la aislaba una pared de vidrio. Jungkook juró que no iba a ducharse. Había una pequeña mesa redonda en un rincón y un televisor colgaba desde la pared... eso era todo.

--Me gusta, alfa. --decía Jungkook entusiasmado y las pupilas de Seokjin se dilataban ante el llamado del omega. --Es tan bonito y acogedor aquí. --comentaba el castaño, antes de lanzarse a la pequeña cama.

Seokjin se aclaraba la garganta. --¿Quieres que pida algo de comer? --preguntaba tratando de no pensar en que tendría que compartir esa pequeña cama con el omega.

--Sí, pero lo que sea. Algo liviano porque tengo sueño --decía, frotándose tiernamente los ojos y Seokjin ya había perdido la cuenta de las veces en que el omega lo había hecho sonreír de ternura solo ese día. Jungkook se estiraba en el colchón quedando como una estrella de mar y Seokjin se reía antes de tomar el teléfono y llamar a la recepción.


--El japchae estaba delicioso. --comentaba Jungkook, sobándose la panza. Tenía las mejillas rojas. --Hace un poco de frío, me iré a lavar los dientes y buscaré con qué abrigarme.

El chico abría su maleta y recordaba que en realidad no llevaba nada para el frío. --Soy tan tonto, no traje nada para el frío de las noches.

--Déjame buscar en mi maleta. Ve al baño mientras --El chico obedecía, pero el alfa pronto recordaba que él tampoco llevaba nada abrigador. Solo pensó en el mar y el sol, no pasó por su cabeza que las noches en Busan eran frías en otoño.

A los pocos minutos Jungkook salía del baño y se metía dentro de la fría cama. --¿Tienes algo? --preguntaba con los ojos rasgados por el sueño.

--Tampoco traje nada, lo siento. Usaré el baño un momento. --anunciaba Seokjin y entraba al baño.

Cuando Jin salía notaba que el omega estaba casi hecho una bolita durmiendo, sin embargo, temblaba un poco por el frío. Entonces él se metía en la cama y arropaba al chico, pero automáticamente este se le pegaba al cuerpo buscando algo de calor. --Alfa... --susurraba Jungkook y el azabache se estremecía al oirlo. Negaba con la cabeza y trataba de mantenerse en calma, antes de caer en un sueño profundo y cálido.

A Seokjin lo despertaba la luz solar que se colaba por el tragaluz de la cabaña, pero además de eso algo se removía cerca de su cuerpo, en su cuerpo, más específicamente. Se sentía acalorado y abrumado, pero no entendía por qué.

Abría los ojos y parpadeaba lentamente y sentía una respiración agitada cerca suyo, principalmente en su cuello.

--¿Jungkook? --preguntaba el alfa, tratando de moverse para mirarlo.

--Alfa... Alfa... --susurraba el chico, acercándose a la boca de Seokjin para besarla y Seokjin pensaba que era una muy buena manera de despertar, hasta que sentía al chico frotarse contra su pierna y gemir en su boca. Además parecía tener fiebre.

Se alejaba un poco para mirarlo y el chico tenía las mejillas rojas y... ¡Estaba solo en ropa interior! ¿Qué estaba pasando?

--Alfa, p-por favor, tócame... --rogaba el chico, mordiéndose el labio. El omega tomaba una de las manos del alfa y la llevaba a su entrepierna. Gemía gustoso al sentir el tacto del azabache a través de la tela de algodón del bóxer. Seokjin pensaba que el castaño se veía jodidamente caliente.

El alfa se removía un poco en la cama. --Jungkookie, ¿Qué pasa? --preguntaba preocupado, quitando su mano de la entrepierna del chico, pero este no lo permitía, atrapandola de nuevo, devolviéndola a su lugar anterior.

--T-tengo calor... mucho calor y duele mucho... aquí... --decía, sobándose el vientre... --a-ayúdame.

Seokjin no sabía qué pasaba. Nunca lo había visto así. --Cachorro, déjame llamar a Jimin y-

--¡¿Por qué quieres hablar con otro omega?! ¡Yo soy tu omega! --exclamaba Jungkook antes de ponerse a llorar.

«¡¿Qué carajos está pasando?!»

--Cariño, necesito saber qué hacer ahora, no me interesa otro omega, ¿sí? --decía el azabache con voz dulce, no entendía qué pasaba con el chico, parecía como si estuviera... --¿Estás en... celo?

--Alfa... ayúdame, por favor --volvía a rogar Jungkook, esta vez, subiéndose al regazo del alfa quedando a horcajadas. --Tócame, por favor, alfa.

El lobo de Seokjin estaba desesperado por obedecer, complacer, aliviar y disfrutar de ese omega que lo llamaba "alfa". El castaño comenzaba a repartir besos en el cuello del azabache, daba pequeñas mordiditas y succiones que estaban enloqueciéndolo.

--Alfa, soy tu esposo, mírame. ¿Acaso no te gusto? --le incitaba, moviéndose seductoramente sobre él. Y claro, él le habría hecho caso... ¡Si lo hubieran conversado con anticipación! ¡Tenía que ser una jodida broma! Y ese omega sí que sabía moverse, no como el insípido de Chan. No, no podía seguir pensando en esas cosas o perdería la batalla y sabía que Jungkook no le perdonaría jamás si se atrevía a tocarlo sin su consentimiento. No sería como esa mierda de Yoon.

--Kookie, omega.--llamaba, pero el chico parecía no oír. --¡Omega! --exclamaba y automáticamente el castaño obedecía al llamado, quedándose muy quieto. --Voy a llamar a recepción para que nos traigan agua, ¿sí? --dejaba un tierno beso en la mejilla del chico y procedía a levantar el auricular que colgaba de la pared a un lado de la puerta. --Buenos días. Sí, soy Seokjin. Necesito su ayuda. Mi... esposo entró en celo... ¡NO! No necesito condones, gracias, necesito supresores y agua... Sí... Por favor, pronto. Gracias.

Colgaba el teléfono rogando que la mujer se apresurara y al voltearse el omega estaba totalmente desnudo, frotanse en una almohada, con dos dedos en su boca. Oh, joder, por la Luna, qué escena más erótica y lujuriosa tenía frente a él. Se veía precioso, con esa cintura pequeña y su abdomen perfectamente marcado, brillante por el sudor. El chico era hermoso, ¿qué se creía el desabrido de Chan al hacerle creer lo contrario?

El golpe en la puerta le hacía dar un saltito. Se acomodaba esa dolorosa erección (últimamente le pasaba seguido) y salía a abrir la puerta, tapando con su cuerpo la imagen a sus espaldas. --¿Sí?

--Señor Kim, buenos días. ¿se encuentra bien su esposo? --preguntaba la mujer, tratando de mirar a través del cuerpo del alfa.

--Sí, está muy bien, ¿trajo lo que le pedí? --preguntaba el azabache, cerrando aún más la puerta al notar la insistencia descarada de la chismosa mujer.

--Este... Sí. Aquí está todo. ¿Necesita algo más? --decía la mujer poco discreta, tratando de quedarse un momento más.

--No. Puede ir a sus labores. Recuerde que aquí hay cámaras. --informaba Seokjin y la mujer palidecía.

--Sí, señor. Con permiso. --y apresuradamente, la beta salía, casi arrancando.

Seokjin cerraba la puerta, pero unos brazos lo rodeaban por la espalda, para luego meterse dentro de su camiseta. Oh, jodida mierda, las manos de Jungkook estaban calientes contra su piel. Sentía la respiración del chico en su cuello y una lamida en este.

--¡Cariño!. Tómate esto, te hará sentir mejor --decía Seokjin girándose y mostrándole la caja con los supresores.

--No, no quiero. Prefiero esto --y el omega tocaba descaradamente el miembro del alfa. --¿Puedo probarlo? --y ni siquiera esperaba respuesta, se ponía de rodillas frente a él y metía la mano dentro de los pantalones del azabache sin vergüenza alguna.

--¡No! No. --exclamaba el alfa, sientiendose desesperado. Se ponía de rodillas, casi a la altura del ferviente chico de mejillas rosadas. --Quiero un beso primero, espera. --Abría rápidamente la caja de supresores y se echaba uno a la boca. Se acercaba al omega y se lo daba de esa manera. --¡Trágalo! --exigía y el omega lo tragaba en seco, sumiso. Seokjin sacaba de la bolsa una de las botellas de agua y notaba que dentro de ella de todas maneras habían preservativos. Al menos estaría prevenido si algo ocurría.

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