Capítulo Diecinueve ~ ¿Por qué no?
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Jungkook se sentía frustrado. Frustrado y algo herido también. Ya había pasado una semana desde el intercambio de anillos y las cosas no habían cambiado absolutamente nada. Habían recorrido Busan casi por completo, habían comido cerca del puerto, habían visitado el mar, se habían dado un par de baños en la piscina, había visitado a su familia, habían andado en yate, habían visto películas y hasta habían cocinado juntos y... nada más. El alfa no lo había vuelto a tocar y con suerte lo besaba.
Es que todos los días se excusaba y ya últimamente sus pretextos se estaban volviendo ridículos, como por ejemplo, que estaba cansado de tanto descansar.
El omega quería golpearlo, en un par de días regresarían a Seúl y él se negaba a volver virgen, se suponía que era su luna de miel y algunos de esos días con el alfa apenas los recordaba debido a su repentino ciclo de celo.
--Kookie, usa lo que compraste. --lo aconsejaba Jimin a través del teléfono. --Lencería, un par de copas de vino y lo tendrás.
El omega recordaba lo que había adquirido un par de días atrás y se ruborizaba. ¿Por qué había comprado algo así? No, no lo usaría, qué vergüenza. Él no era ese tipo de omega, tampoco estaba tan desesperado, ¿o sí?
--Ya veré que hago, ¿cómo van las cosas con Min? --prefería cambiar el tema radicalmente.
--No lo sé. A veces siento que lo amo, a veces siento que lo quiero ahorcar. A veces quiero casarme con él y a veces no le quiero ni hablar. Es tan cambiante que me desespera. --confesaba el omega. --Pero bueno, es lo que me busco por tratar con alfas con él, sabiendo como son.
--No digas que nunca te lo advertí. --aseguraba el castaño, no entendiendo como su bonito amigo había caído en las garras de Min Yoongi, pero bueno, quién era él para juzgarlo si prácticamente casi quería rogarle a Seokjin por una noche apasionada. --Amigo, cuando vuelva a Seúl, vamos de compras. Necesito ponerme un poco más... lindo. Tal vez así, mi esposo me preste un poquito más de atención... --confesaba con algo de tristeza, sin saber que el alfa había escuchado esa última parte.
--No digas mamadas, Mary Jane, ya eres bonito. Te lo he dicho hasta el cansancio. Solo tienes que hacerme caso y seducirlo, si compraste lencería es por algo. --insistía Jimin.
--Me da vergüenza...
--No tienes que usar todo el conjunto, puedes usar una parte de él y listo. Al menos pruébate algo de eso para irte acostumbrando. No pierdes nada. Lo que sí debo advertirte es que una vez que lo hagas, una vez que pruebas el sexo, vas a querer hacerlo siempre y de mil maneras.
--Já. No, Jimin-ssi. No te preocupes. No creo que lo haga de todos modos...
Jungkook se miraba al espejo y no podía creer lo que veía en él. Se veía... lindo. Su cuerpo se veía sensual en ese conjunto negro de encaje. Parecía de esos omegas que salen en revistas de modelaje. Se tocaba una mejilla con el dorso de su mano al sentirla arder.
«¿Por qué estoy haciendo todo esto?»
Comenzaba a quitarse la transparente bata negra y el bralette de encajes... Se sentía ridículo ahora. Se iba a quitar la parte de abajo cuando golpearon la puerta.
--Jungkookie, ¿estás bien? --la voz de Seokjin lo hacía dar un saltito.
--S-sí. Solo dame un segundo. --Se ponía los pantalones del pijama y luego una camiseta. Tomaba el resto de la lencería y la guardaba en una bolsa y luego la metía dentro de su maleta.
--¿Pasa algo? --preguntaba Seokjin preocupado.
Jungkook lo había ignorado todo el día y como no, si se sentía rechazado por su alfa. No había querido comer con él y prefirió comer en su habitación con la excusa de estar viendo un drama.
El omega pasaba por el lado del alfa sin responderle. Simplemente abría las mantas de su lado de la cama y se acostaba ahí, haciéndose bolita. Se sentía incómodo, ese trozo de tela no dejaba de meterse entre sus pliegues menos decorosos.
--¿Estás molesto conmigo? --insistía el alfa, acercándose al castaño, pero este se negaba a responderle. --¿Jungkook?
El mencionado resoplaba y se ponía una almohada en la cabeza.
--Volvamos a Seúl. Ya no quiero estar aquí. Podría hacer lo mismo que hago aquí allá. --hablaba el omega con la voz un poco ahogada por la almohada, pero el alfa lo oía perfectamente.
--Mmm... está bien. Si quieres regresar, mañana mismo lo haremos, pero puedes mirarme un momento. --pedía Seokjin sentándose a un lado de él en la cama.
--No quiero. --se negaba, aferrándose con más fuerza a la almohada.
--Por favor, mírame, bonito. --pedía el alfa con dulzura, tratando de quitarle la almohada de la cabeza. El omega finalmente se rendía. Se sentaba en la cama y se cruzaba de brazos. --¿Por qué estás tan molesto? ¿Hice algo...?
--Ese es el problema, hyung. No haces nada...
--¿Es porque... no te he tocado? --preguntaba el alfa sabiendo la respuesta.
El omega abría los ojos como platos y sus mejillas se tenían de rojo. --Y-yo no... ¡Aish! Olvídalo. Deberíamos dormir en camas separadas... --resolvía, volviendo a acomodarse para "dormir". Se ponía en posición fetal.
El alfa suspiraba, se metía bajo las sábanas y abrazaba al castaño haciendo una cucharita.
--¿Puedes al menos escuchar mis motivos? --pedía el azabache, acariciando la pequeña cintura del menor.
--No quiero oírlo... --contestaba Jungkook, temiendo que el alfa hiciera aún más sus sentimientos.
--Te hice daño otra vez... --aseguraba. Podía oler perfectamente su aroma algo amargo. Ahora que lo conocía mejor, percibía mucho mejor sus débiles feromonas. --Lo siento, bebé.
Y Jungkook recordaba el trato, era un juego, pero lo usaría a su favor.
--Tienes que compensarme... --decía con firmeza. Se giraba para encararlo. --Debes cumplir, me heriste, debes pagar.
Seokjin suspiraba. --¿Cómo quieres que te compense? Si quieres puedo comprart-
--Quiero que me toques. --exigía. A la mierda su propio orgullo, no volvería virgen a Seúl, ya se lo había propuesto. --Eso es lo que quiero. --insistía, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del alfa y lentamente subiendo a su regazo, sentándose a horcajadas sobre él.
Seokjin miraba al omega a los ojos, sus manos volvían a acariciar la cintura del chico sobre él. --Ah, eres tan bonito. --soltaba rendido. Una de sus manos subía hasta la nuca del castaño y lo acercaba a su boca. Mordía levemente su labio inferior antes de colar su lengua en su cavidad. Y con agilidad lo ponía a un lado para subir sobre él, quedando entre sus piernas. --Es tu última oportunidad para negarte. --decía Seokjin susurrando contra el cuello del omega.
--Tramposo. ¿De verdad esperas que me niegue si lo dices así...? Ah... Sí, me gusta cuando muerdes la oreja... mmm~ --gemía quedito el omega.
Seokjin se detenía. --No puedo... hacerlo. --confesaba de repente, con la respiración agitada.
Jungkook lo miraba soprendido, pero muy dolido además. --Quítate... ¡Quítate de encima! Alfa idiota --exigía indignado, pero el alfa no le hacía caso.
--Te quiero, pero no quiero lastimarte. No sé qué me pasa...
--Cállate... Es lógico que soy desagradable para ti...
--¿En serio crees eso? Mira como me tienes... --ambos miraban hacia abajo, esa erección no mentía. Jin lo besaba, esta vez con ternura. --Quiero que sepas que no eres desagradable para mí, quítate eso de la cabeza. ¿Sabes lo difícil que fue para mi no ceder cuando estabas en celo? --lo regañaba con dulzura. --Tu padre me encargó cuidarte y siento algo extraño cuando te toco, o cuando te imagino... como si estuviera haciendo algo malo.
--P-pero eso es-
--Ridículo, lo sé. Eres adulto y eres... pues mi esposo y...
Jungkook aprovechaba la guardia baja del alfa y se quitaba la camiseta con habilidad.
--Entonces no me hagas sentir así, como si me rechazaras todo el tiempo. Por favor... --pedía el castaño con ojos acuosos.
¿Cómo podía negarse si esos ojos de cachorro triste se lo pedían de esa manera?
Las manos de Seokjin picaban por tocar la piel suavemente acanelada del omega y simplemente se dejaba llevar, su lobo aullaba contento por finalmente ser escuchado. Los besos del alfa comenzaban en el dulce cuello del castaño y descendían hasta llegar uno de sus marrones pezones, los cuales eran lamidos con suavidad.
Jungkook se retorcía bajo el toque de su esposo, recordaba vagamente lo ocurrido en su celo, pero ahora que podía sentir y ser consciente de lo estaba pasando en esa cama no entendía como era que había vivido todo ese tiempo sin permitirse ser tocado. O tal vez era porque era Seokjin, las manos del alfa se sentían cálidas contra su piel y una de ella se colaba por sus pantalones de pijama... y era que lo recordaba, pero ya era demasiado tarde.
Seokjin se alzaba al sentir el encaje de la ropa interior del chico entre sus dedos y sin pedir permiso jalaba el pantalón hacia abajo deleitándose gratamente con lo que veía --Mierda... --dejaba escabar, mordiéndose el belfo.
--No me... mires así --se quejaba con algo de dificultad, tapándose los ojos, pero el alfa lo miraba con hambre y deseo.
--Eres tan hermoso, no te avergüences. --El alfa con habilidad lo giraba, tenía que ver ese trasero envuelto en los encajes de esa pieza. --Oh, joder, te queda increíble. --expresaba antes de amasar uno de los glúteos del castaño y morder un poco del otro.
--Aaah... Dejarás una marca... --rezongaba, pero el alfa no lo oía.
Seguía depositando besos en su parte baja y deslizaba la tela hacia un lado. Un lengua se colaba por ahí y Jungkook temblaba ante la sensación húmeda invadiendo como un intruso su mojada entrada.
--¡Ah! Alfa... --el omega apretaba las sábanas con fuerza, tratando de no avergonzarse más al gimotear y jadear desesperado, como omega barato, ante las caricias de Jin. No podía ver al azabache, así que hundía su rostro en el colchón y ahogaba sus expresiones y ruidos eróticos en él.
Seokjin se relamía los labios gustoso al apreciar el desastre que había hecho, las sábanas estaban mojadas bajo el cuerpo del omega y este seguía estremeciéndose, luego de unos minutos de probarlo sin parar. El alfa trataba de buscar el rostro del omega, pero el chico se había escondido entre sus propios brazos y el colchón.
--¿Jungkookie? --preguntaba tratando de buscarlo, tomando uno de sus brazos. Su rostro estaba enrojecido y su respiración estaba agitada.
--L-lo... lo siento --se disculpaba, cerrando sus ojos, como si así el alfa tampoco pudiera verlo a él.
--¿Y por qué te estás disculpando? --decía el alfa, besando su hombro, recargándose un poco en él y finalmente dejando su mentón en el hombro del castaño.
--Y-yo mmmmm --hablaba, ahogando su voz en el colchón.
--¿Cómo dices? --insistía el alfa divertido.
--¡Que me corrí! --exclamaba y Seokjin se carcajeaba por la reacción del omega.
--¿Y por eso te disculpas? Pero si está bien, si no lo hicieras, sería yo quién tendría que disculparse. --besaba su mejilla. --Bésame.
--Es que... pusiste tu boca ahí abajo y-
Un beso interrumpía su reclamo y una vez la lengua del alfa masajeaba la suya se olvidó de todo. Jungkook se giraba, envolviendo al alfa con sus brazos. Las manos del alfa palpaban el bulto del omega entre las piernas y colaba una de sus manos por la preciada prenda de encajes. Masajeaba un poco y retiraba su mano, para luego lamer sus dedos.
--¿Es necesario ser tan sucio? --se quejaba el omega, muy excitado, pero tratando de ocultarlo.
--Nunca antes tuve la necesidad. Pero a ti quiero probarte de tantas maneras. --se alzaba y tomaba entre sus manos la dichosa prenda para luego romperla en jirones.
--¡Hey! Era nueva. --decía incorporándose un poco.
--Te compraré más, muchas, un montón. Joder, te compraría lo que quisieras, te daría lo que me pidieras.
--Entonces, fóllame. Eso quiero. --susurraba el omega con ruego, volviendo a besar los carnosos labios de su esposo.
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