02- Basura
Basura, patético, perdedor, drogadicto, ignorante y el repertorio de insultos hacia mi persona continua. Es una gran lista de insultos que gente hipócrita ha venido a escupírmelo en la cara o gritarlo en internet porque así son las personas, critican. Pero ya me he olvidado de la mayoría y ya no les doy importancia, solo he recordado unos pocos. Solo unos pocos…lo que más pueden ser verdad, no me cuesta un tanto admitirlo pero puede que la sean ciertos, algunos….aun así, me da igual.
No me importa lo que me digan, lo que piensen de mí o lo que sea. Que digan lo que se le re antoje la gana, total, no ganan nada. Y por eso que, tal vez, tenga tan poco interés en la vida. También es porque, en verdad, todo me importa una mierda. Es así, es mi manera de pensar. Acéptala o solo aléjate de mí, no me interesa un bledo que estés de acuerdo con lo que yo diga o piense, después de todo… nadie se interesa por el otro, solo tienen interés por uno mismo.
No existe nada como la amistad o el amor, solo son inventos de las personas para saciar su hambre de soledad y deseos. Se dice que la vida es mejor con un amor o con amigos pero solo es para beneficiarse la vida de uno mismo. El tener compañía así no poder sentir la soledad y no caer en la demencia, eso es todo lo que les importa. Puedes decirle todo el cariño que le tienes a una persona, lo mucho que te importa, que es un ser querido pero algún momento no te vas a preocupar una mierda por su vida.
Que venga quien quiera a negármelo, que venga el presidente, todas las personas del país, el Papa o el mismo mundo. No quita el hecho de que las personas no somos más que basura que va contaminando todo a nuestro pasó.
Pero uno no puedes ir por la vida haciendo lo que se le cante la gana, hay consecuencias por nuestros actos, es un ida y vuelta. Haces algo malo, te va pasar algo malo, haces algo bueno, te va pasar algo bueno. Simple y sencillo. Muchos lo llaman karma. No se si en verdad exista pero me gusta cómo suena y como funciona, es un tanto interesante como la vida te paga con la misma moneda. Tarde o temprano llega el “castigo”.
Sobre todo cuando se trata de ti mismo, trátate mal y las consecuencias irán aparecieron poco a poco, despréciate todo lo que quieras, hiérete cuanto se te plazca, ensúciate hasta perder toda la pureza, envenénate hasta sentirte ahogado…todo terminara marcando tu fin. Quizás no lo sientas pero no podrás pararlo una vez que venga, será como estar parado en las vías, sin poder moverte y delante de ti… un tren sin frenos.
Están las excusas de que “es divertido”, “que todos lo hacen” o “no seas aburrido”. Uno se excusa para hacerlo y sentirse menos culpable o que no lo culpen pero, aunque sea un poco, sabe que está mal. O debería.
Uno cuando suena tan seguro de sus palabras es porque no está hablando sin saber, no se trata de un alarde sin base alguna. No me estoy quejando sin explicación algún, sin fundamento, la prueba soy yo mismo.
Ya no hay vuelta atrás, fui rompiendo mi cuerpo a poco hasta que una advertencia fue la que me golpeó y me freno. Ya no había vuelta atrás y no quedaban muchas oportunidades para mí.
Si pudiera pedir un deseo, no sería ninguna de esas idioteces que se ven en las películas, de una vida feliz, con una familia, sano y lleno de grandes amigos, nada eso es cierto. Ya he cometido muchos errores y su hubiera otra oportunidad, posiblemente haría lo mismo. No merezco una segunda oportunidad. Si existiera la posibilidad de un deseo, lo usaría para remediar mis errores pero asegurándome de que no exista la posibilidad de que ocurra de nuevo.
David alejo el cigarrillo de sus labios y dejo que humo escapara de su boca mientras se elevaba a lo alto hasta desaparecer, por momento deseo ser ese humo. Subir hasta arriba y desvanecerse sin dejar rastro alguno.
Sintió como si su vista se nublara, parecía verse todo borroso, como si una neblina empezara a penetrarse en sus ojos. Apago en cigarrillo y se sentó en el colchón que se encontraba en piso de la habitación.
No era su vista la que estaba empezando a fallar, eran sus compañeros de cuarto. Aparto el humo que lo rodeaba y se fue caminando a la puerta hasta quedarse ahí. Con la mano en el picaporte mirando hacia el suelo, vio como la neblina se escurría entre sus zapatillas. Sus compañeros estaban tan atrapados como él, lamentablemente peor que yo, era lo que pensaba. Muchas veces David había intentado dejarlo pero sus “amigos” siempre le convencían, todo empezaba con cigarrillo y finalmente terminaba con marcas en el brazo. Pequeños agujeros que le había mostrado un “mundo de diversión” pero ya no lo veía de esa manera. Desde el día que marco su final.
-Dejen algo para mi…- Dijo cerrando la puerta sin escuchar la respuesta de sus compañeros pero él sabía que no habría respuesta, que estaría lo suficientemente drogados como para responder.
Con las manos en los bolsillos, bajaba las escaleras tratando de repasar cada momento en su vida para llegar a comprender por qué se encontraba en el punto en el que estaba. Mientras bajaba se encontraba con muchos de sus vecinos pero a ninguno le dirigía la mirada o le respondía, solo quería sentir un poco de aire fresco, aun que sea por última vez. Era la primera vez que sentía tal necesidad y le pareció un tanto raro.
Camino hasta la plaza que se encontraba a unas cuadras y se sentó en la primera banca que vio. Apenas apoyo su espala en la madera vieja y despinta, saco un cigarrillo y un encendedor, trato de prenderlo varias veces pero este solo producía chispas, ninguna llama.
Maldijo para sus adentros y dejo su cuerpo descansar en vieja banca mientras echaba su cabeza atrás, quedando a su vista hacia el cielo. El cielo se encontraba completamente nublado, como si fuera llover en cualquier momento. No le pareció mala idea quedarse bajo la lluvia, con su suerte quizás le cayera un rayo.
Sonrió ante tal idea y dejó escapar un suspiro, por un momento pensó que dejaría aparecer esa niebla mortecina de sus labios pero recordó que no había podido encender el cigarrillo. Empezó a pensar cada palabra del monologo que tenia entre su pensamientos hace un momento, del sermón que el mismo se estaba dando, del el deseo que el tenia, de cómo el destino se las había arreglado para que, incluso, llegara a sentir arrepentimiento.
Es como si el destino decidiera tirar toda la mala suerte a mí, como si fuera un contenedor para toda la basura que existiera. Siempre dicen que “hay alguien que puede estar peor” y que también qué yo me la busque…Si, no tendría que quejarme. Fueron mis errores y mis elecciones pero hubiera sido mejor si yo…no hubiera tenido oportunidad de comértelos…
Una gota cayó en la mejilla de David y lentamente fue cayendo a la vez que sus emociones empezaban el tratar de escapar de esa jaula que el mismo impuso. Creía que así podría vivir la vida en su plenitud, que no tenía que hacerle a caso a su conciencia y así poder disfrutar de cosas que le dieran satisfacción o el así lo creía.
Aun así, fue como si el cielo hubiera entendido sus ganas de abrir esa puerta de barrotes ya oxidados y dejarse ahogar por ese sentimiento pero solo lo cerró mas, enterró ese sentimiento al olvido.
-Está por llover- Se dijo a si mismo, como aviso de que debería irse de ahí pero no sabía para donde ir. No quería volver a su departamento con sus “amigos”, no tenía otras personas a las cual poder llamar verdaderamente “amigos”. Por primera vez en la vida, sintió que no tenía nada, su familia lo había abandonado por completo, perdió contacto con aquellos que eran verdaderamente amigos y no tiene a nadie que alguna vez haya mostrado preocupación por el.
Caminó sin rumbo, mirando como sus patillas no lo llevaban a ningún lado mientras pateaba una pequeña piedra que parecía ser su compañera en este viaje. Levanto la mirada para dirigir su vista a hacia su costado, se encontraba una pareja que parecía estar en su mundo, la chica estaba recostada sobre el pecho de su novio, ella hablaba y él la miraba con tanto cariño que David sintió nauseas. Miro hacia el otro lado donde vio un grupo de amigos jugando a la pelota, no parecía tratarse de un partido, solo jugaban y se reían. Cada vez que David apartaba la vista, encontraba alguna escena que no hacía más que provocarle ganas de salir corriendo de ese lugar y solamente desaparecer de ahí.
Igual que en su deseo. Solo desaparecer. No dejar rastros. Nunca habar existido.
Mi nombres David. Tengo 20 años. Estudiante de secundaria. Repetí una vez Tercero y dos veces Cuarto. Pase a Quinto raposamente y quizás no lo termine. Muchas relaciones pero nunca nada serios. Sera todo porque mis padres me echaron de mi casa cuando tenía 17. A los 15 empecé a fumar, luego a beber y cuando empecé a drogarme, fue ahí que mis padres habían decido sacarme sus vidas. Una familia respetada y apegada a las reglas no necesita un hijo como yo. Viví con mi tía, hermana de mi mamá, un tiempo.
Fue la mujer más amable que he conocido, era tan comprensiva y dulce, fue la única que se preocupo por mi e intento ayudarme, casi lo había logrado pero su muerte no fue más que volver a tirarme en ese pozo de adicciones. Siento que en parte fue mi culpa que haya muerto, no me daba cuenta que detrás de toda esa preocupación y cariño que tenia por mí, se escondía el cansancio de un trabajo pesado. Se presiono demasiado. Su enfermedad era una “mochila” pesada y yo lo estaba siendo también. Debí comprarle el inhalador cuando me pidió. Por eso decidí tatuarme una huella, como una marca que ella dejo en mi para siempre. Es la única marca en mi cuerpo que tiene algún significado, los otros son solo “dibujos” sin peso alguno, que siempre estarán en mí pero no valdrán nunca nada.
He tratado de dejar las adicciones, al menos por mi tía pero siempre termino volviendo, la necesidad de mi cuerpo de descontarse es insoportable, por eso caigo en la necesidad de al menos fumar un cigarrillo o beber una botella de cerveza. Empiezo con “solo uno o una” y después ya ni llevo la cuenta. He tenido algunos problemas por las borracheras pero siempre fueron peor los que tuve a causa de mis compañeros.
Clavarte una jeringa en el brazo parece un tanto doloroso para una “simple” droga como la heroína y te hace decir que no, que nunca lo harías, pero por “probar” un poco termina siendo una necesidad de hacerlo siempre. No importa cómo, a veces compartirlo es mejor que nada pero…deberías saber con quién lo compartes.
El análisis dio positivo, fue hace dos años y a mis “amigos” no les aprecio importarle. Después de todo ellos no tienen Sida. Sí, yo me la busque pero de ese momento me di cuenta quienes en verdad eran. Desde entonces solo he estado fumando y bebiendo, ya no se es fácil el dejarlos pero, quizás, cuando me diagnostiquen algún problema en mi hígado o en mis pulmones, tal vez ahí se me de por intentarlo.
Sin familia, sin amigos, con una enfermedad terminal, sin estudios y sin salida alguna…estoy en el pozo. Mi vida es un desastre, ya no hay una oportunidad para remontar el camino y de hacerlo, no queda tiempo y no merezco una chance para intentarlo. Si existiera la posibilidad de pedir de un deseo…
Seria no haber nacido.
-¿Te pasó algo hoy en la clase?- La pregunta fue lo primero que sonó apenas Soledad contesto la llamada, era la voz de un hombre que no llegaba asociar quién era y le pareció raro que alguien la llamara a esa hora, eran alrededor de las dos de la tarde.
-No…-Dudo en constatar, luego se dio cuenta de mirar la pantalla de su celular para ver si tenia agendado el numero, había contestado sin mirar- ¿Por qué preguntas?- Le sorprendía que él la llame así de la nada y que lo primero que diga es para preguntar cómo esta ella.
- Es que…- Hernán no sabía que responder- Cuando te vi por el pasillo…yo…me pareció
-Ah, no pasó nada, solo estaba pesando-
-Ah…pensando….-
Hernán no sabía que contestar y Soledad no se encontraba de ánimos para hablar, solo quería tirarse en la cama y dormir sin que nadie la interrumpa. Al otro lado de la línea se pudo oír como tomaba aire y se animaba a decir:
-Estaba preocupado…-
-Gracias…- dijo con sinceridad Soledad, sonrió al gesto de él de llamarla.
-¿Es por los alumnos, no?-
-Si… se puede decir que si-
-¿Irrespetuosos?-
-Un poco…pero es algo mas lo que me preocupa-
-¿”Algo mas”?-
-Si…quiero encontrar una forma de ayudarlos-
-Eres una excelente profesora, seguro vas encontrar una manera de que aprendan-
-No me refería a la materia-
-¿A..a que te refieres entonces?
-A sus futuros.
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