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El trayecto fue algo largo, aunque durante el camino hablaron un poco, no habían tenido mucho tiempo antes, además de que estaban alertas por cualquier cosa que pasara.
Ariadna: No recuerdo ningunas estúpidas reglas.
Raúl: Las reglas que formamos hace dos semanas.
Angel: ah, ya las recuerdo.
Paola: y eso que es a tu favor.
Basti: de hecho.
Raúl: 1- La amistad no se puede romper. 2- No debemos amenazarnos con nuestras habilidades. 3- No se abandona a nadie. Tres simples reglas, hasta ahora.
Basti: Son promesas, así que no pueden romperse. Quien no las respete...
Aide: Muere, así de sencillo.
Angel: ah chinga ¿tú a que hora despertaste?
Aide: Desde hace unos minutos, suficientes para que la doña me contará lo que paso - rodó los ojos, aunque riendo un poco por todo el desastre que habían hecho - No puedo creer que sigan con eso, por algo les asignaron el rango.
Tomó los expedientes y comenzó a leerlo con tranquilidad, como sí hace unos minutos no hubiera estado inconsciente y con el pulso débil.
Basti: si ya sabes como somos ¿para que nos invitas?
Aide: les bastaron cinco minutos de "internet" para comenzar a hablar así - suspiro una vez terminó de leer - bueno, tal parece que es cierto que aún que ocultamos parte de nuestras habilidades aún no es todo lo su podemos hacer...
Ariadna: Por ahora es todo, supongo ya iremos mejorando de a poco.
Raúl: en eso tiene razón, por ahora solo hay que esperar lo mejor y confiar en la señora.
Una vez llegaron a su destino, todos bajaron, logrando ver una casa construida con tablas de madera, a su alrededor había un bosque y un arrollo que solo dejaba un espació totalmente libre para ingresar.
Basti: ¿no es raro que no haya nada alrededor?
Paola: Supongo que si estamos lejos.
Ximena: En realidad es un hechizo de protección y ilusión, nadie nos ve ni nosotros a ellos solo nos ignoran. Cortesía de un viejo amigo, luego lo conocerán.
Mientras les hablaba, caminaba, haciendo un ademán para que la siguieran.
Ximena: Su habitación es aquella - señaló una puerta debajo de la escalera - y antes de que hables, Angel, es mucho mas grande de lo que aparenta, recuerden que hay un mundo lleno de magia.
Angel: ah si, perdón.
Aide solo rodó los ojos, aunque miraba de reojo a un par de sus amigos, destruir y crear, los dos lados de la misma moneda, había algo entre ellos dos.
Aide: Polos opuestos se atraen - susurró un poco bajo, para luego simplemente entrar, dejando confundidos a prácticamente todos.
Raúl: empezó a creer tantas heridas la volvieron loca.
Ariadna: deja de balbucear y entra - le tomó del cuello de la camisa y hizo que entrara, seguido de el resto.
Y como dijo, la habitación era mucho más grande desde dentro, tanto que cabían perfectamente seis camas y de mas muebles, al fondo había dos puertas, las cuales eran los baños.
- Podrán quedarse aquí hasta que se los permitan quienes los persiguen, alistense, cuando terminen los espero en el comedor, hay cosas que debo contarles.
Hicieron lo que les pidió, agradeciendo de antemano, aunque al estar todos en el comedor simplemente les contó lo que ya sabían, causando descontento y un sentimiento de traición.
Ximena: Bueno, vayan a distraerse un rato a el bosque, es tranquilo, les hace falta un poco de calma.
Basti: eso es cierto, estaría bien - el resto concordó.
Raúl: toma, para que lleven a Alice - le dio una mochila a Angel, quien de inmediato metió a su "mascota".
Angel: Quedaré ahí un rato, te sacaré cuando estemos allá, no quiero que te pierdas.
[Así es Alice]
Caminaron un poco hasta alejarse un poco, aunque aún estaban dentro del campo de visión de la señora mayor.
Aide: Es un tanto tedioso el estar huyendo.
Paola: ¿de que te quejas? Básicamente te saltaste todo.
Aide: de cualquier manera no los habita podido ayudar, era la única forma de salir.
Ángel: No es nuestra culpa que tú tengas el nivel mas bajo de todos.
Raúl: pero eso es en parte a base de nuestro carácter y los desastres que hemos causado. Además, ya estaríamos muertos de no ser por ella.
Paola: en eso tienes razón. Pero todos contribuimos en algo.
Basti: Aún así sus habilidades tienen un defecto muy grande, simplemente no sirven como se debe.
Angel: Pueden invocar, pero solo cosas pequeñas, por corta duración. Puedes sanar a cualquiera, incluso estado a punto de morir, pero en realidad solo puedes transferirte el daño, es fácil matarte así.
Raúl: No peleen, recuerden las reglas - trató de interferir, aunque a sentía que algo no estaba nada bien.
Ariadna: A la mierda las reglas, de todas formas vamos a morir de una u otra forma, solo lo retrasamos.
Paola: Ellos dicen que somos una amenaza que deben eliminar. Pero todavía hay una guerra que debemos pelear.
Raúl: ¿cuando han visto que se gané una guerra a la fuerza? Se crean conflictos internos, destruyendo al enemigo desde dentro.
Angel: ya dejen de hablar estupideces. Solo hay que deshacernos de la carga.
Había algo en el ambiente, algo que estaba afectando a la mayoría, cegándolos con sentimientos negativos. No se daban cuenta de lo que estaba diciendo, ni de lo que estaban apunto de hacer.
Para cuando se dieron cuenta, Angel había golpeado con su rodilla el estomago de Aide, haciendo que esta cayera de rodillas al suelo, cubriéndose la zona dañada.
Angel: Ahora vez que incluso sin mis habilidades puedo derribarte fácilmente.
Raúl: ¿que te pasa? ¿No ves que apenas lograron curar sus heridas? deberías de disculparse, eres un caballero - habló un poco molesto, para luego ir a ayudarla, aunque ella lo interrumpió.
Aide: no, esta bien. Si cree...si creen que soy débil - corrigió, con la mirada fija en el suelo - entonces separemonos, al fin de cuentas, parece que la amistad se rompe aquí - soltó una leve risa, entre tos que solo provocaba que tociera sangre de su boca.
Angel: ¿a quien le importa?. Solo largemonos, ya esta volviéndose loca.
Ariadna: ¿vienes o te quedas Raúl?.
Raúl solo negó con la cabeza, creando un pañuelo y dándoselo a su amiga para que se limpiara la sangre.
Ariadna: entonces separemonos todos.
Aide: Si no es con tú Romeo, no quieres nada, ¿verdad Ariadna? O debería decir Julieta - rió con amargura, volviendo a expulsar sangre.
Ante aquello nadie dijo nada, aunque la expresión de odio de Ariadna fue evidente, y de Raúl fue más de sorpresa.
Luego todos se separaron en parejas Basti y Angel se quedaron juntos, al igual que Paola y Ariadna, al parecer trataban de convencerse el uno al otro.
Raúl y Aide se alejaron mucho más, aunque esta seguía sin estar bien.
Raúl: ¿de verdad te golpeó tan fuerte?
Aide: ¿no te has dado cuenta? No es el golpe, tenemos mayor resistencia desde que comenzaron a inyectarnos cada semana los medicamentos.
Al ver que su amigo no parecía comprender decidió terminar de explicar.
Aide: ¿recuerdas las reglas? Ariadna las selló con un hechizo, cuando se incumple alguna, el infractor muere, en mí caso es desde dentro, sin posibilidad de contrastar el daño. Pero hay algo que solo nos cegó y creo todo este problema...
En otra parte, Angel, Basti y Ariadna comenzaban a sentir un dolor en distintas partes del cuerpo, el cual aumentaba poco a poco.
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