"No entender que sentir"

Siempre caminaba despacio para no perderse de nada, por mucho que se arrimara a la sombra de las hojas había un sol que lo quemaba; no podía taparlo, ni ver su fuego, pero creía en el, sabía que una luz le daba el calor que tanto contrastaba con una luna fría y sin miedo.
Quería de ellos como un animal de su madriguera, o persona al calor de una hoguera, como unas hojas sin su flor dándole lugar a la pasión por un roto amor. Cada una de esas luces le era importante y respetaba el susurro de la noche y esa llama incesante.

Pobre monigote sin su hogar, no temia de nada, quería ver el mundo como todos los demás, pero si las llamas tocaba, si la luna callada, sin su alma tallada, su ropa rasgada, silencio guardaba, trotando en manadas, de sentir y más nada, por las noches soñaba, en saber quién fue se resguardaba.

Pero no pudo más, ni las hojas, ni la brisa, ni las flores, ni ciudades ni falsos sabores, ni la tierra ni todas esas convicciones; pudieron hacer sentir ser claro del amor por sus acciones. En su cabaña de ramas, a pos del fuego en fogata, con vidrio quebrado reflejo de sus adentros tan recios, a creer por el precio de vivir sin abrazo caminando descalzo por pasto de plástico preguntándose a basto ¿donde de el quedaba? Donde estaba, no la encontraba, sin su piel, sin nada.

Creo haberlo visto, por última ves, en la oscuridad con una vela apagada, pedía callado que no le mirarán, el era un esclavo de su intrépida alma.