"Me gustaría compartir contigo algo muy especial, el recuerdo de un lugar perdido donde se duerme al madrugar, monte pardo, flores con alas, danza la lluvia cuando cae la mañana"

Comenzamos a caminar, por una tierra seca y desconocida, eramos tres o cuatro tal ves; caemos dormidos con cada paso que des. Llegando a una ciudad, tupida y oscura, cubierta en ruinas por antiguas figuras, era sin dudar una fría compostura entre llantos y lamentos de los desconocidos cimientos.

Vamos a donde se ve, creemos en lo que perdidos se cree, adornamos en parte y sin reclamo después de perder en las aguas mas negras una sola de las rosas que nos acompaña y entierra.

Somos pocos los que quedan en tan tupida tierra, sin comida y sin beber, atormentados por saber, aclamamos con decoro sin mucho afán y poca vida un arrollo entre los ojos, enlazamos con las manos el ultimo aliento de cada humano; caen todos, caen sin levantarse, bajan en vano, caídos sanos y sin preocuparse.
Quedan partes estremecidas, dolores flojos en pieles pagadas, todo cerrado entre lamentos hacia algún tiempo conocido en el rostro de una cara borrada.

Destierro en este mar inerte a susodicho temor que crece, no hace mas que ladrar, que atormentar a los pobres sin desdicha. Para mi es ya bien tomada la caricia imprevista de la sonrisa arraigada, tiene en ramos que crecen la perdida diestra y amargada; porta en pétalos dormida una sola de tus heridas, esconden en estas ruinas la felicidad perdida.