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8.

Capítulo 8.

Primer lunes después de ese dia tan intenso.

Estoy en la penúltima clase y me comen los nervios de saber si realmente Evan iba a llevarme a mi casa ya que no me quedó claro si fue parte de mi loca cabeza que tiene un extraño Crush por él y soñe en que estaríamos juntos en un auto mientras conversábamos, será muy incimodo para mi volverlo a ver después de lo que ocurrió, el domingo fueron a casa los amigos de mi hermano y no bajé por miedo a que Evan se encontrara sentado con esas playeras que muestra sus brazos bien ejercitados y ese rostro de un Dios que tiene con su cabello perfectamente alborotado que solo a él le va tan bien.
Estoy mordiéndome las uñas, no se cual es mi grupo de la clase que viene, es Filosofía, Dani no esta en esa clase conmigo y después del cambio de horario tan repentino no se quienes están en mi clase, tal vez no conozca a nadie y tenga que sentarme al fondo para no ser vista y no tener que soportar miedo a como debo comportarme con la gente, como les digo, es escuela de ricos, hay chicos nuevos que vienen de otro lugares para estudiar, yo no encajo con ellos, no soy de familia adinerada, y tampoco soy de buen gusto por la moda, si no fuera por mi buen promedio tal vez estaría estudiando en casa por escuelas en internet, soy presa fácil para los chicos mimados que hay en este lugar, Dani me levanta los ánimos para no dejarme pisotear, para ella es fácil, sabe ser linda al natural, es popular y tiene una familia con buena estabilidad económica.
La clase terminó y yo estoy enterrada en el asiento sin ganas de levantarme para ver si Evan esta en mi clase, lo evité todo el tiempo, en la cafetería decidí ir al campus con Dani y Kristen con la excusa que me sentía mareada para estar con tanta gente, sobre el tema de Kristen, bueno, yo la ignoro todo él tiempo, no cruzo palabra con ella y tampoco con Mark, Daniela nota mi indiferencia y sabe porque, le conté lo que pasó con Frank, y con Mark, lo de Evan lo guardé para mi pues no quiero que se imagine cosas por las cuales no tienen sentido pensar.
Kris trata de sacarme platica y yo solo contesto de la manera mas cortante que mi pobre ser puede expresar.
Lo siento, me voy mucho del tema, estaba en que evito a Evan, el me observaba mientras estaba en cambio de clase con una sonrisa arrogante y yo solo le hago mala cara, no me gustó para nada el chantaje que uso conmigo para debilitarme.

— Señorita Price, ya terminó la clase.

— Oh si, lo siento profesor, sólo estaba pensando cosas —Tomé mi mochila y salí del Aula dirigiéndome a mi siguiente clase, cada vez que estaba mas cerca más nerviosa me sentía y más lento caminaba.
Pero desgraciadamente el camino llegó a su fin, estoy frente a la puerta, al abrirla aun no llegaba él maestro y agradecí que había una mesa libre al fondo de la clase, entré algo nerviosa y caminé por los pasillos, no me fijé en las personas, tenía miedo de encontrarme con la mirada intensa de Evan.
Estaba por llegar a mi destino cuando una mano sujeta mi muñeca, tragué grueso y giré mi mirada nerviosa para ver quien me impedía llegar a mi lugar.

— Aquí hay un lugar libre bestia, sientate.

¡Mierda! Mierda y más mierda Evan está aquí.

— Yo..me sentaré por allá —Moví mi mano inquieta intentando soltarme pero parecía necio.

— Te dije, sientate aquí -Mantenía su mirada en mis ojos, yo estaba incómoda, todos nos veían y eso me hizo removerme inquieta, apreté los labios y asentí, el sacó la única silla que había a su lado y me senté en ella.

— Eres un completo imbécil y lo sabes —Dije molesta, el tiene ese tono dominante que da miedo desobedecer sus mandatos.

— Seré un imbécil pero seré claro contigo, no estoy de juegos, me gusta lo complicado y tarde o temprano tu vas a ser mía, seré yo quien te quite la inocencia.
Abrí los ojos asombrada por su comentario, él se creé tan dominante hacía mi y yo se lo permití, estúpida, estúpida Amber.
No dije nada, estaba sin palabras, el solo sonrió divertido, vio su teléfono y parecía inquieto.
Llegó él jefe de grupo.

— Chicos, me informaron que el profesor faltó, pueden retirarse y proseguir con su día, gracias.

Todos se levantaron, yo lo hice igual y comencé a avanzar rápido cruzando entre los alumnos para ser una de las primeras en salir del aula.

Evan estiró mi brazo haciéndome retroceder de manera brusca.

— ¡Sueltame idiota! —Empecé a alterarme, no quería estar sola con el y mucho menos por lo que acababa de decir.

— Nos iremos juntos, te llevaré a tu casa, Mark me dijo que si te negabas podía obligarte, así que si te niegas no te va a gustar mi manera de tratarte, estoy siendo paciente —El fue frío conmigo.

— ¿Crees que me voy a ir contigo después de lo que me acabas de decir? Estas mal de la cabeza —Los alumnos ya habían salido del salón y yo empezaba a inquietarme.

— ¿Me tienes miedo acaso? ¿tienes miedo a que te guste? —Dijo haciéndome retroceder directo a la silla del profesor.

— No te tengo miedo, solo me produces él sentimiento de asco —Mierda, me sentó en la silla.

— ¿Sentimiento de asco? Eso no pareció cuando tus piernas temblaron por mis caricias —Sus ojos se oscurecieron, sus pupilas estaban dilatadas y su mirada era fría e intimidante.

— Evan, ya dejame —Me levanté de la silla pero me empujó haciéndome sentar de nuevo, puso sus manos sobre las mías y las colocó en cada lado de los brazos de la silla sujetándome fuerte para que no pudiera moverme.
Mi corazón comenzó a latir rápido, el me obvservaba con atención cada facción de mi rostro, bajo su mirada a mi cuello, luego a mis senos, mis caderas y piernas para finalmente volver a subir su mirada a mi cara.
En un parpadeo Evan ya estaba enterrado en mi cuello dejando su respiración caliente.
Yo tenía una blusa de tirantes algo suelta, con un pantalón de mezclilla claro.
Comenzó a bajar dejando su aliento cálido por mis clavículas, levantó la mirada para encontrarse con mis ojos, continuó bajando sin dejar de mirarme, su barbilla rozó la tela de mi pecho y un jadeo salió de mi boca, lo se, soy débil, él sonrió, soltó mis manos y comenzó a caminar a la puerta.

Es evidente que no me produce ni un poco de asco.

— Vamonos, tengo que llevarte a tu casa para volver al entrenamiento.

¿Que? Le encanta prender él boiler y no meterse a bañar, son ya dos veces que me hace esto y yo soy una idiota que se lo permite, lo odio, me encanta, ¡pero lo odio!.
El ya había salido como un ganador, por demostrarme que no soy lo suficientemente fuerte para controlar mis hormonas y que el puede solo mirarme y hacerme volver loca.

Me levanté de la silla, el ya había salido, solté una gran bocanada de aire y salí yendo a con él.
Llegamos al estacionamiento, vi su lujoso auto blanco y él entró esta vez sin abrirme la puerta, me subí del lado del copiloto y mantuve mi mano en la manija de la puerta por si se le ocurría hacer algo lanzarme como en Rápidos y furiosos, Sonreí por mi estúpido pensamiento de yo lanzándome, no había música, solo se escuchaba él aire frío que emitía él auto.
El camino fue algo aburrido y yo me sentía incómoda, el no me observó en ningún momento, parecía que le daba igual, como si jamás ocurrió lo de hace unos minutos, no se veía afectado.
Me empecé a poner alerta al darme cuanta que no íbamos para mi casa, estaba tomando otra ruta.

— Evan, este no es el camino a mi casa —Dije viéndolo algo asustada.

— ¿No es obvio? —Okay ¿911?, me secuestra un sexy hombre en un auto lujoso, ¡ayuda!.

— Mi hermano dijo que me llevarías a casa, quiero que me lleves a mi casa —Bien digamos que a el le valió mierda un poquito y solo me ignoró, pasamos por los fraccionamientos más caros del pueblo y Evan se adentró en las grandes puertas negras y letras plateadas con su nombre "Lucifer", ni siquiera le pidieron numero de hogar, solo se abrieron esas grandes rejas y él auto avanzó pasando por esas casas tan grandes y con fachadas tan elegantes que me hacia sentir tan poca cosa estar aquí.

— Quita esa cara de asustada, bruja —El estaba sonriendo burlón.

— ¿Que hacemos aquí? Quiero ir a mi casa ahora Evan —El no dijo nada, solo se estacionó en la casa más grande que todas las demás, tenía un gran patio lleno de arboles que eran rodeados de un reja muy alta color blanca, se bajó del auto y me abrió la puerta.

— Vamos por unas cosas —Yo estaba asustada, ¿A quien demonios se le ocurre quedarse con la persona que dijo que te iba a desflorear? Si, solo a Amber.
Bajé nerviosa, la puerta se abrió como por arte de magia y comenzamos a caminar dentro, había un camino de cemento que daba directo a la puerta, pero al rededor todo era como un bosque, lleno de arboles y flores con él sonido que emiten los pájaros al cantar.
Evan iba al frente, con las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y su espalda bien formada, sus brazos se contraían con cada movimiento, me pregunto si tiene algún otro tatuaje por su cuerpo...¡Amber! ¡Este hombre puede secuestrarte y tu pensando en tonterías!

Él camino de cemento terminó y la puerta principal color blanca se abrió estando frente a ella una mujer con cabello rubio peinado en dos trenzas y el uniforme tradicional de un empleada de limpieza.
Evan bufó fastidiado y ella pareció incomodarse.

— ¿Estan aquí? —La joven chica solo asintió tímida y se hizo a un lado dejándonos pasar, Evan se giro a mi acercándose a mi oído.

— No digas nada, no hables, yo me encargaré ¿bien? —No se que pasaba pero solo asentí obediente, el puso mi cabello detras de mi oreja, tomó mi mano y comenzó a caminar pasando por la sala, estaba sentado en uno de los sofás un hombre con traje negro y corbata roja mientras leía el periódico y mantenía una copa con vino tinto, tenía unos ojos muy parecidos a los de Evan, pero estos eran mas penetrantes y emitía la sensación de superioridad.

— ¿Porque no estás en la escuela? —Se escuchó la voz del hombre a nuestras espaldas haciéndome estremecer.

— Salí antes, faltó un profesor y vengo por mis cosas de entrenamiento —Evan contesto con despreocupación y yo por dentro me estaba comiendo para desaparecer de ahi.

— ¿Quien es? En esta casa no vas a traer a tus putas Evan, mamá te lo advirtió, ya suficiente tiene con lo que escuchaba en la otra casa cada fin de semana.
Trague grueso, mis ojos casi se me salían.

¿Tan acostumbrados están de que traiga mujeres a su casa?

— Andrew eso no te incumbe, aquí no vives tu, y dile a Carmen que se quite ese traje de sirvienta, sabes que a mamá no le gusta eso.

— Es una sirvienta, no esta al nivel para traer ropa corriente a nuestra casa —Andrew giro a ver a la chica tal parece llamada Carmen, sus mejillas estaban rojas, parecía muy incómoda, él la vio con superioridad y tiro el vino que quedaba en su copa al suelo-. Limpia esta porquería.

— Si señor —Dijo la chica siendo sumisa, tomó el trapeador y él la interrumpió haciendo sonar su garganta.

— No, con eso no, trae un trapo y limpialo —Tenia una expresión de burla sin la necesidad de mostrar una sonrisa, yo estaba incómoda, no me imagino como estaba ella.

¡Pero que maldito imbécil!

— Vámonos —Dijo Evan llevándome a las escaleras, ¿acaso no siente feo que esa mujer limpie como esclava para ese hombre que se burla de ella? Si no estuviera asustada tal vez ya le habría dado una paliza pero con ese tono en el que habló me hizo sentir poca cosa no pienso meterme en problemas.
Al terminar las escaleras llegamos a una puerta que llevaba a una habitación, con colores oscuros y una ventana que hacia él cuarto mas iluminado.
Evan cerró la puerta dejándonos a ambos a dentro, yo me quedé quieta enfrente de la puerta, él buscó una camisa dentro de su closet y se sentó en la cama observándome con la playera en sus manos.

— ¿Vas a quedarte ahí? No voy a morderte bruja, no ahora —Sonrió coqueto y yo solo puse los ojos en blanco molesta.

— Llevame a mi casa, no quiero que él hombre de allá abajo piense que soy otra chica mas que viene a acostarse contigo.

— Ese hombre es Andrew Adamsone y es un completo idiota, es de familia -Sonreía mientras hablaba—.Es mi hermano.

Asentí— Bien, Evan solo llevame a mi maldita casa no quiero estar aquí —Lo vi a los ojos—. Me iré sola si no me llevas.

— Si sales por esa puerta tu sola, te quedaras toda la noche en él patio, el portón se abre con un sensor que sólo nosotros tenemos, asi que te esperaras a que yo termine.
Él se levanto de la cama y tomó ambos lados de su camisa comenzando a levantarsela para quitársela.

— ¡Evan! ¿Que demonios haces? —Mire a otro lado inmediatamente.

— Me alisto para él entrenamiento —Dijo sonriendo—. Pero si gustas quedarte con Andrew abajo eres libre.

No, ni loca voy con ese hombre.

— Muy chistoso —Dije sarcástica.

¡Santa virgen de los buenos atributos!
¡Este hombre va a matarme!.

Empecé a sentir calor cuando vi su cuerpo trabajado, tenía un tatuaje de un halcón en su costilla izquierda y el tatuaje del antebrazo derecho terminaba a la altura del codo, él se dio la vuelta para tomar una sola rodillera asi permitiéndome ver que en su espalda tenía un tatuaje de un
Brújula en la espalda alta.
Se levantó él pantalón de la pierna derecha colocándose la rodillera.
Alzó la mirada sonriendo egocéntrico.

— ¿Te gusta lo que ves? —Se enderezó en la cama aun con su mirada en mi.

— ¡Tss, claro que no! —¡Mentirosa! Amber mentirosa —Solo estoy esperando a que me lleves a mi casa

Él sonrió con una ceja levantada— ¿No te gusta lo que ves? —Se levantó caminando directo a mi haciendome sentir pequeña— Dimelo a los ojos —Apreto los dientes aun sonriendo.
Y yo pues, estaba que me desmayaba de los nervios.

— No me gustas Evan —Dije con firmeza.

— Eso no fue lo que te pregunté, no te pregunté si te gustaba yo, pregunté si te gusta lo que ves — Estaba frente a mi a una distancia tan corta que mi nariz podía tocar su hombro, su aroma era algo inexplicable, natural pero a un perfume amargo y sexy.
Retrocedí un paso, pero este hombre loco tomó mis dos brazos acercándome a el de manera brusca y rápida sintiendo el tacto de mis manos en sus pectorales, mis ojos perdidos en los suyos y mi respiración acelerada tomaba las riendas de la situación.
Sentí mi cuerpo pesado y mis mejillas coloradas. Ambos estabamos en silencio viéndonos sin movernos hasta que comenzó a mover mis manos haciéndome recorrer su pecho y bajando hasta la "V" que hacia el inicio de su pantalón.

— Yo sé que te gusta lo que ves —Mostró sus dientes blancos en una sonrisa siendo egocéntrico.
Si él sigue haciendo eso me provocará un infarto.

Ya comeme tierra.

— ¿Puedes soltarme? —Mi tono de voz fue tan normal que hasta a mi me sorprendió.
En su rosotro pude ver la clara sorpresa que el se acababa de llevar, pero luego su rostro volvió a hacerse aburrido y serio, soltó mis manos y se colocó la camisa tomando su mochila y saliendo de la habitación.

¿Es bipolar? este chico es muy extraño..

Salí después de él cerrando la puerta, al girarme para comenzar a caminar mi lindo ser recibió un golpe en toda la cara haciéndome retroceder y qujandome de dolor.

— ¡No puede ser! ¡De verdad lo lamento! ¡No vi que venías! —Un chico de aproximadamente 16 o 17 años estaba frente a mi con cara de preocupación—. ¿Estas bien? De verdad lo lamento.

Toqué mi nariz haciendo una mueca de dolor y asintiendo con la cabeza.

— Estoy bien, no te preocupes —Dije sonriendo algo forzado para no hacerlo sentir mal.
Descripción corta del chico, Mini Evan.
Sus ojos mostraban una clara inocencia pero era prácticamente un Evan.

— Clark, largo de aquí —Dijo un Evan molesto a mi lado.

— ¿Enojado? Bien lo entiendo, lamento mucho haberte lastimado señorita —Dijo Clark dirigiéndose a otra de las habitaciones y dejándome así de nuevo con el bipolar Evan.

— Ya vámonos, no quiero que mi padre te vea —Tomó mi mano y comenzamos a bajar las escaleras de manera rápidamente rápida, para que les quede claro que si era muy rápido.
Carmen estaba frente a la puerta viendo la madera como una niña regañada y el hombre ya no estaba en la sala.

— Carmen, quitate ese horrible uniforme, si te dice algo vendré a partirle la cara, y a ti por dejarte, ahora muevete.

¿Estan todos bien aquí? Que maltrato a la mujer ¡de verdad!

— Si señor —Dijo Carmen abriendo la puerta y saliendo del gran patio hasta entrar al auto.

— ¿Pegarle por usar un uniforme? ¿Enserio? Que patán —Dije molesta.

— ¿Puedes cerrar la boca? Te llevaré a tu casa, no te quejes —Dijo con frialdad, mucha frialdad, dolió.

Me quede callada, soy tonta, podría bajarme del auto e irme pero estamos demaciado lejos de casa y no me dejarán salir si voy solo yo por las puertas de seguridad del fraccionamiento.

Maldito Evan, que te den.

~ ♡ ~
¡Hola! Comprobado de porque Evan es un idiota:)

- Arielle fuera.

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