—Esa manía de morder los bolígrafos hay que dejarla, Tamy.
Enviado a las 08:50 am

—Te ves muy tierna cuando te frustras y estas malhumorada.
Enviado a las 08:52 am

—Después de una semana esto sigue resultándome extraño.
Enviado a las 09:10 am

—¿Cómo logras enviarme textos en esta clase sin que el profesor se de cuenta?
Enviado a las 9:10 am

—El señor Johnson es como un grano en el trasero, además parece que tiene ojos en la espalda.
Enviado a las 09:10 am

—Y, ¿sabes que solo responderé en los cambios de hora?
Enviado a las 09:10 am

—Ahora lo sé pero, ¿te das cuenta de que estás respondiéndome justo en medio de la clase?
Enviado a las 09:10 am

—Me distrajiste...por eso.
Enviado a las 09:10 am

—Querías hablarme.
Enviado a las 09:10 am

—No es cierto. Eres insoportable.
Enviado a las 09:11 am

—Claro, claro.
Enviado a las 09:11 am

—Trato de prestar atención pero a decir verdad contigo se me hace casi imposible, nena.
Enviado a las 09:11 am

—Te dije que no me llamaras nena.
Enviado a las 09:11 am

—Deja de morder los bolígrafos, cuando eso pase ya hablamos de tu sobrenombre.
Enviado a las 09:12 am

—Bien jugado.
Enviado a las 09:14 am

—Eres preciosa.
Enviado a las 09:14 am

—Eso ya es cambiar el tema.
Enviado a las 09:14 am

—Solo te digo la verdad, nada más.
Leído.

Tamy se ha desconectado.
Te has desconectado.