2. Voz.
Hi~ Muchas gracias a las personita que me dieron sus palabras de aliento y de cariño para sacar adelante esta dinamica, sé que parezco disco rayado pero no puedo expresar lo bonito que es recibir esa clase de feedback, en serio espero hacer un buen trabajo con esta dinamica y bueno, ¿les gusta ver a Ash quedar clown con sus propias palabras? Acá vemos algo de eso, recién partimos.
Espero que les guste!
—¿Sabías que los conejos ronronean?
—¿Qué?
—Sí. —Ash sonríe mirando la pantalla de su celular—. Igual que los gatos los conejos ronronean para dar cuenta de alegría, si algo les molesta patean el piso ¿acaso no es adorable? También chillan sobre todo si no desean que los toques y se restriegan para dejar impregnado su olor, el acto es íntimo, no lo hacen con cualquiera y es un poco posesivo, posesivo tierno, por supuesto. —Shorter suelta la lata de refresco que estaba bebiendo, frunce el ceño, necesita indagar más.
—¿Alguna vez un conejo hizo eso contigo? —Trata de buscar el hilo.
—Una vez. —Balbucea—. Fue irreal.
—Ajá. —Shorter alza una ceja sin comprender del todo qué mosca le picó a su mejor amigo, de forma casi risible se imagina por dónde va el asunto, lo conoce mejor de lo que admitirá—. Eso se oye lindo.
—Más que lindo. —Sonríe—. También son protectores con su nido y muerden si se sienten en peligro porque son unos bastardos tercos.
—¿Estás pensando en adoptar una mascota?
—No, ¿por qué lo dices?
—Porque no me has parado de hablar de conejos, deben gustarte mucho.
—¡No me gustan! —Ash bloquea el celular, lo deja encima de la mesa—. ¡Pero no me han parado de salir reels de ellos! Es decir, entiendo por qué la gente hace tanto contenido sobre ellos, creo que les resulta tierno ver pelotas de pelo moviendo su colita con un carácter de mierda.
Shorter contiene una risa contra el dorso de su mano, han venido al Chang Dai puesto que precisaban de un descanso, sin duda Arthur es una patada de culo, se las ha arreglado para poner a cada pandilla de su lado a excepción de los chicos de Ash, Chinatown y Black Sabbath (tienen pendiente hablarles).
Todo este tema de la droga y de Dino Golzine le resulta demasiado engorroso, Shorter no es estúpido y sabe que su amistad con Ash está repleta de limitantes, le oculta cosas, más cosas de las que podría dimensionar, por ejemplo: se enteró por Charlie sobre la existencia de su hermano mayor y su origen en Cape Cod, ¿un niño de campo? Nunca se lo hubiera imaginado puesto que Ash evoca un aura casi cruda propia de un citadino, tampoco conoce su infancia, ni sabe acerca de su vida amorosa, ni sobre el repudio que siente hacia su propia casta ni de Dino.
Lo único que sabe es que Ash lo odia porque lo convirtió en un monstruo, solo una vez Shorter lo vio cambiar de forma y fue una noche sangrienta para Nueva York, los mató a todos, desde ahí le temen.
—¿Qué pretendes hacer con toda la información que reuniste en el Club Cod?
—No sé.
—Ash. —El aludido sube sus zapatillas a la mesa, Nadia va a matarlo, peor, lo hará limpiar la suciedad.
—Quiero buscar a alguien para entregarle esta información.
—¿Eh? —Eso no se lo esperaba—. ¿A quién quieres encontrar?
—Un tal Max Lobo. —El nombre no le suena ni remotamente familiar—. Es un escritor, lo empecé a leer en el diario y era tan malo como reportero que me dio curiosidad sobre qué más podía hacer, a pesar de mis pocas expectativas es un grandioso columnista de guerra.
—Guerra.
—Irak. —Lo hace obvio—. Banana fish.
—¿Crees que él tuvo que ver con la primera versión que sacaron de la droga? —El alfa frunce la boca en un gesto de inmersión.
—Creo que fue a Irak y vio algo. —Sentencia—. Tengo esa sospecha, necesito preguntárselo a la cara.
—¿Por qué crees eso?
—Publicó algo sobre Irak, al parecer su amante fue infectado con la droga o algo así y en vez de hacer lo que el banana fish hace ahora, quedó en un trance donde intentó matarlos a todos, por los últimos escritos que sacó antes de desaparecer su amante desarrolló una clase de PTSD, sería mejor matarlo.
—Qué fuerte. —Shorter chasquea.
—Lo sé. —Ash impresiona pensativo—. Si queda algún sobreviviente de esa primera tanda lo preciso conocer para mi investigación, ¿no crees? Será entretenido hablar con un fantasma.
—Max Lobo. —Repite—. Suena a nombre inventado.
—Supongo que es un seudónimo, pero no me importa en realidad.
—Quizás es un cambiaformas como tú y el lobo es su animal.
—¿Por qué haría algo tan estúpido como anunciar eso?
—Ash. —Shorter alza una ceja—. Tu apellido literalmente es "Lynx". —Entonces el aludido coloca un mohín que da cuenta de que acaban de hacerle jaque mate, finalmente una victoria es suya ¿verdad?
—Supongo que yo soy algo estúpido también, debí haberme puesto otra cosa de apellido, un asesino o una puta quizás.
—Ash.
—Estoy jugando, no lo tomes a pecho. —Pero no hay nada gracioso en sus comentarios destructivos.
Shorter no es tonto y conoce a Ash y su comportamiento inherentemente cruel, es así desde siempre, piensa para sí mismo puesto que aun siendo un mocoso de 14 años se mostró insensible e inclusive aterrador, Shorter lo juzgó mal en el reformatorio llegándolo a considerar hasta una puta por llegarse a enrollar con los capos de la prisión siendo un alfa, es decir, ¿dónde estaba su orgullo? Le tomó más tiempo del que desearía vislumbrar a través de esa fachada y ver la inmensa impotencia oculta, si el rubio fue un idiota cuando se conocieron fue porque él fue amable y Ash desconfía de la amabilidad.
Pero Ash no parece desconfiar de Eiji.
Eh ahí el punto.
Francamente le sorprende que lo rescatara, Ash es un buen líder ya que puede pensar racionalmente en situaciones de extrema crueldad, no es que sea malo, es supervivencia, por algo los linces carecen de manadas y aun así Ash arriesgó su propio pellejo por un desconocido, nunca lo olvidará, la imagen de un Ash ensangrentado, con la ropa quemada, moreteado y sofocado por el humo abrazando entre sus brazos a una bolita de pelos negra fue enternecedora.
—Escuché que meterán a Eiji a una casa de seguridad. —Entonces pone el tema puesto que su mejor amigo es incapaz—. Es una pena, me habría gustado hablar con él.
—Ya está muerto. —Ash se encoge y Shorter puede oler un deje de culpa en sus feromonas, eso hace que se le tumbe la mandíbula, el rubio es experto ocultando sus emociones, es un arte, lo maneja a la perfección, esta es la primera vez que lo huele siendo honesto, ¿qué es esto?—. Dino lo va a matar.
—No puedes estar seguro, podría escapar de Golzine.
—Entonces Arthur lo matará.
—No puedes estar seguro. —Insiste y algo se quiebra en Ash a raíz de su reticencia, lo escucha, crack.
—¡Claro que puedo! No ganará contra la mafia, Dino lo hará mercancía en un prostíbulo o lo reducirá a una rata de laboratorio, de cualquier forma su mente no resistirá y preferirá estar muerto, eso sería mucho más misericordioso al menos, ya fue, no podemos salvarlo.
—Ash.
—No puedo salvarlo. —Repite ido—. No puedo...
—¿Te estás intentando convencer a ti? ¿O a mí?
—¿Eso qué significa? —Ash entrecierra la mirada y endurece la voz, el cambio de atmósfera le coloca los pelos de punta, nunca dejará de asombrarle lo poderoso que es su amigo como alfa—. Habla.
—Solo digo. —El chino se inclina hacia la mesa—. Qué Eiji parece importarte lo suficiente como para preocuparte por él incluso si sabes racionalmente que está perdido.
—Es que tú no estuviste allá. —Ash baja sus hombros, clava sus jades en la lata vacía de refresco que aún tienen enfrente y aprieta los puños lo suficiente para que se le marquen las venas—. Él se miraba tan frágil y apenas respiraba, su corazoncito se podía parar en cualquier instante, los conejos mueren de estrés ¿sabes? Y ahí estaba yo, ensangrentado, apestando a muerte, emanando feromonas de un alfa dominante, con los colmillos afuera y siendo bueno, un lince, pero él me confió su vida, si hubiera querido lo podría haber matado y aun así, él me confió su vida, Shorter.
—Lo sé. —Sonríe validándolo—. Te vi volver con él.
—¿Por qué haría algo así? —Ash se tira el cabello—. Debí haberme visto igual que quienes le hicieron daño.
—Ash.
—Entonces no entiendo y eso me preocupa y odio preocuparme por un maldito desconocido, ¿acaso tiene sentido? Será carne muerta en un par de días, lo olvidaré pronto, estoy acostumbrado a perder a gente en este mundo, por eso no me encariño, pero él me descolocó.
—Porque ese chico era diferente. —Shorter le explica—. Ash, llevas demasiado tiempo metido en el mundo de las pandillas y los asesinatos, por lo que Charlie me comentó Eiji iba a la universidad, tiene una familia amorosa y una de esas típicas vidas clichés que nosotros tanto ansiamos, en comparación a la mierda que nos toca es una bocanada de aire fresco, ¿no crees?
—Sí.
—Eiji está fuera de nuestro mundo y eso te llamó la atención.
—Puede que tengas razón. —Ash se encoge sobre sí mismo—. Pero da igual, nunca más lo volveré a ver.
Y Ash realmente parecía decirlo en serio.
—Chicos. —Excepto qué—. ¿Podemos hablar?
—Charlie.
—Es urgente.
Excepto que el destino no lo quiso así.
🐾
Charlie conoce más de su historia de lo que le gustaría, ¿cómo? Cree que es beneficioso ser detective de la policía aunque sea en la sección de asesinatos, es demasiado blando, Ash lo piensa en serio, es que en más de una ocasión el beta se ha llevado un regaño por bajar la guardia ante él, a veces olvida lo peligroso que realmente es por solo tener 17 años y aun así, sigue volviendo y tratándolo como si fuera un aliado o un igual, debería sentirse honrado de ser reconocido como la creación perfecta de Dino, una máquina homicida.
—¿Recuerdas a Eiji Okumura? —Pero en estos momentos no sabe bien cómo sentirse, el nombre sin duda desata estragos en su corazón y no los quiere, no está listo para lidiarlo—. Ya sabes, aquel chico ejemplar de modales cautos, personalidad tímida, que no mataría a una mosca y mucho menos daría problemas.
—Sí, sé quién es.
—Un omega absolutamente adorable y obediente.
—Él no se veía tan...
—Un japonés totalmente normativo que de ninguna manera tendría a la policía desesperada.
—Alto. —Ash sospecha—. ¿En qué lío se metió?
—Ah. —Charlie suspira, Shorter le ha traído una sopa y más que nada por compromiso a su hermana, aun no lo aprueba de cuñado—. Eiji se encerró en el baño del hospital.
—¿Qué? —Ash parpadea. Una. Dos. Tres veces—. ¿Qué hicieron?
—Le dijimos que tenía que venir con nosotros, que de ahora en adelante viviría bajo custodia policial porque esa es la única forma en que podemos protegerlo relativamente de Golzine. —Claro, a menos que el caso pase a Evanstine y se lo entreguen en bandeja de plata, si le preguntan, el cuartel se halla repleto de ratas mal pensionadas—. Al parecer no le gustó la idea.
—¿Tú crees? —Le indigna.
—No quisimos que sonara como una amenaza, pero Eiji es demasiado valioso para dejarlo ir. —Aslan tensa los puños y frunce el ceño, ¿es en serio?, ¿estos son los profesionales en quienes debe confiar?
—Ahora lo estás haciendo sonar como si fuera un objeto, es una persona ¿recuerdas? Él puede elegir qué hacer con su vida. —A diferencia de mí—. Él es libre.
—Ni siquiera sabe controlar sus cambios, "libre" no es una palabra que lo defina precisamente, pasa a ser un conejo cuando tiene emociones muy abruptas, está hiperalerta y temeroso, por eso se niega a hablar con cualquiera de nosotros, dice que no confía, que no nos escuchará, ni siquiera a Shunichi.
—¿Por qué ese es mi problema? —¿Acaso confía en mí?—. ¿Por qué recurriste a un pandillero como yo?
—Queremos que uses tu voz de alfa para obligarlo a salir.
—¿Eh? —Esa idea es mil veces peor—. No.
—Por favor. —Pero Charlie luce genuinamente desesperado—. Eres el alfa más dominante que todos conocemos, puedes ordenarle venir con nosotros y se someterá, sigue siendo un omega.
—Si hago eso ¿cómo seré diferente a los hombres de Dino?
—Porque le estarías salvando la vida.
—Vaya excusa de mierda. —Ash odia esa idea—. No creo que él se sienta cómodo si lo meten dentro de una prisión a la fuerza.
—Ash. —El semblante de Charlie cambia—. Esto es cuestión de vida o muerte, no podemos darle el lujo de estar cómodo o no, si se queda mucho tiempo en el hospital sin protección, ¿qué tanto pasará hasta que Arthur lo encuentre o alguien peor? No podemos protegerlo sino coopera.
—Fácil para ti decirlo. —Ash se abraza a sí mismo—. Tú me pasas la pistola pero no aprietas el gatillo.
—¿Eso qué significa?
—Justamente lo que dije, la policía ama derramar sangre sin ensuciarse ni un poco las manos ¿o no?
🐾
Y acá está.
La policía se encuentra atiborrada afuera del cuarto de hospital como si estuviera el mismísimo Dino detrás en vez de un diminuto conejito, suspira, se mete las manos dentro de los bolsillos del pantalón porque odia esta clase de trabajo, cree que la manipulación es mucho más baja que la matanza, pero Charlie tiene razón dentro de todo, Eiji no pertenece, si se queda tendrá un destino peor a la muerte.
—¡Ei-chan, por favor! —El tal Shunichi le está suplicando de afuera—. No quisieron hacerlo escuchar como si fuera una cárcel, será una experiencia linda, toda una aventura, para eso vinimos a América.
Duda que hayan venido a América para quedar secuestrados o drogados, o quizás sí, ¿quién es como para juzgar las experiencias de diversión ajena?
—Es tu turno. —Charlie lo incita—. Sácalo de ahí.
La policía se queda en silencio, todos contienen la respiración como si él fuera una especie de deidad que viene a resolver sus problemas, Ash apoya la frente contra la puerta, afina sus sentidos para ver con mayor claridad la situación, sin embargo, el cuarto apesta a miedo, sus feromonas lo gritan, está pidiendo consuelo y no debería sorprenderle que la policía no se lo dé, ¿acaso él es diferente?
Va a usar la voz de alfa para obligarlo a someterse, Ash odia usarla, odia pensar en usarla contra Eiji.
—Ei-ji. —Primero musita, es apenas un susurro, es imperceptible y lo soltó del fondo de su alma, no está usando su voz de alfa, solo quería pronunciar su nombre una última vez antes de ser odiado, lo tendrá merecido.
—¿Ash? —Pero él—. ¿Eres tú?
—Sí.
—¿Puedo...? —Eiji abre la puerta—. ¿Puedo hablar contigo?
Eiji le permite pasar dejando afuera a todos los demás, no tiene ni una maldita pizca de sentido, más considerando su naturaleza depredadora.
Pero Ash entra al cuarto.
—Ellos te quieren poner a salvo. —Es lo primero que se le ocurre decir, el omega sigue acunado con su bata de papel, no se ve bien, de hecho, luce agotado.
—Ellos quieren encerrarme.
—Tal vez. —Medita—. Pero estarías a salvo. —Defiende lo indefendible.
—A salvo. —Eiji ríe—. ¿Sabes cuál es el problema con estar a salvo?
—No.
—Que nunca te pasa nada, es cierto, no peligras, no te pasarán cosas malas, pero tampoco ocurrirán cosas buenas, entonces existes por inercia y ¿cómo eso puede valer la pena?
Ash no sabe qué responder a eso, más, a Eiji no impresiona importarle, ambos se deslizan contra un muro de la habitación, quedan lado a lado sin tocarse por supuesto, sus grandes ojos oscuros, negros como una noche de Halloween con alguien a quién amó, se encuentran clavados en un punto blanco del piso, las baldosas están sucias, la mugre se ha acumulado entre las separaciones de cemento, se pregunta hace cuánto no limpiarán bien el piso y desecha el pensamiento, vino para convencerlo de que irse con la policía es lo correcto y así deshacerse de él sin cargo de consciencia.
—No entiendo lo de estar a salvo. —No sabe qué está diciendo—. Porque no recuerdo haber estado a salvo en mi vida, así que lo deseo.
—Ash.
—Eso que tú tanto aborreces yo lo deseo más que nada. —Inocencia. Pureza. Libertad.
—Si tú estuvieras en mi lugar, ¿querrías ir con ellos? —Sí, debe decirle, esta es una grandiosa chance para poder usar su voz de alfa y manipularlo.
—No. —Pero no puede—. No lo haría.
—Sabía que dirías eso.
—¿Por qué me dejaste entrar a mí? Dijeron que no le abrías a nadie.
—Porque confío en ti, Ash. —La confesión le hace mierda el corazón—. Y no tengo tanto miedo, ese tal Dino suena muy aterrador, si te soy franco no recuerdo todo lo que me hicieron, pero estoy harto de vivir aterrorizado, no quiero que el resto de mi vida, independiente de qué tan larga sea, se pierda bajo la excusa de mantenerme a salvo.
—Dino es peligroso.
—Puedo defenderme. —Eso le saca una sonrisa genuina—. ¡Oye! No me crees.
—Claro que no te creo, es decir, eres un conejo. —Entonces el hijo de puta lo patea, para su sorpresa la patada duele.
—Te dije. —Se lo saca en cara—. Puedo pelear.
Eiji es agradable, concluye.
A pesar de la experiencia sumamente traumática que acaba de vivir junta la fuerza para consolar al alfa cuando él debería ser el consolado, se ve como la clase de chico que sería un amigo increíble de una forma totalmente opuesta a Shorter, con Eiji siente que podría bajar la guardia, ser tonto, suave, infantil y que las cosas estarían bien ya que si ya vio lo peor y aun así confía en él ¿qué puede perder?
Es una pena que vaya a morirse, se repite a sí mismo.
—Conozco a una persona a quien Dino no se atreve a enfrentar y que es capaz de ganarle a cualquier cazador o subordinado que envíe.
—¿Quién? —Eiji parpadea con curiosidad genuina.
—Yo.
—¿Tú? —Y ahora es él quién mitiga una risa—. ¿Qué diablos?
—¡Hey!
—Perdón, perdón. —Eiji se aprieta el vientre, debería ser bueno que ambos hallen motivos para reír a pesar del ambiente—. Es solo que te ves tan... americano.
—Tomaré eso como un cumplido. —Chista irritado—. Pero lo digo en serio.
—¿Qué cosa?
—Ven a vivir conmigo. —De repente la sonrisa de Eiji muere casi como sino pudiera creer que hiciera esto por él—. Prometí que te mantendría a salvo, te dije que te sacaría de aquí.
Eiji sale del cuarto de hospital. Ash no usó la voz de alfa ni una sola vez. Promete mantenerlo a salvo.
Mañana ya veremos mucho más de la dinamica doméstica de estos dos y en paralelo Ash con la vida en la pandilla y todo esto, así que nos vamos preparando, recuerden que esto sigue a grueso el canon pero obviamente adaptado al canon, así que no se sorprendan si van apareciendo ciertos personajes, ya lo verán.
Mil gracias por el cariño, nos vemos mañanita~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro