27 de Noviembre 1939, Campamento Finlandés, Carelia Finesa, 21:00 PM

Aquella radio que se había encendido entre nuestro silencio, con una alegre melodía, se vio interrumpida súbitamente por un mensaje que a todos les heló la sangre manteniéndonos como postes clavados en la nieve...

*¡Gente de Finlandia!
¡Nuestro vecino del este, la Unión Soviética ha violado todo tratado de paz y ha iniciado la invasión había nuestro país!, nuestras tropas resisten en las fronteras pero el enemigo es fuerte y nos supera en numero. El mariscal Mannerheim ha ordenado la movilización del Ejército finlandés y la evacuación de las familias que vivan en Carelia, les mantendremos informados.*

-La... La frontera?, ya!? ¿Nos atacaron?- Eso es lo que repetidamente comencé a decir

En ese momento parecía un disco en bucle, repitiendo lo mismo... Por lo menos hasta que Matti me tomo de los hombros, y luego de un golpe entre en razón.

-¡Ya cálmate Venäläinen!, habrán atravesado la frontera pero aun no llegan hasta nosotros!

-Aino tiene razón, mientras no traspasen la Línea Mannerheim podemos frenarlo- Dijo un chico de mi edad que me veía preocupado.

-Compañía!, ya se habrán enterado de la situación, no es así?- Dijo Suomelainen al vernos a todos alrededor de la radio.

-Si señor... lo sabemos- Dije sin ganas

Entre las confusas órdenes de Suomelainen y la oscuridad de la noche que se abría paso, decidimos dormir e intentar descansar por esos escasos días... Antes de enfrentarnos de cara a los Soviéticos.

-30 de Noviembre, 1939, Campamento Fines, 10:00 AM-

Yo fui el primero en levantarse, el día parecía tranquilo... A quien quiero engañar, el día comenzó de la forma más cruda para nosotros, apenas unos segundos después de haberme despertado escuche unas explosiones a la distancia. Quien diría que eran para nosotros, esos malditos proyectiles cayeron tan cerca que nuestra carpa casi vuela por el impacto, creo que no hace falta decir que todos se levantaron de golpe y salieron en guardia, otras dos escuadrillas que estaban con nosotros intentaban controlar a los caballos que estaban realmente alterados.
Entre todo el correteo de tropas logre encontrarme con Soukka quien para mi sorpresa estaba tranquilo junto a un caballo.

-¡Oye Soukka! ¿Estas bien?- Pregunté bastante agitado

-Si, estoy bien... Pero creo que a ti te han agarrado con la Guardia baja...- Dijo

-No bromees con eso, casi nos reducen a un montón de carne!- Respondí -Por cierto ¿No viste a Matti?-

Me señaló con su navaja hacia las orillas del río donde habían compañeros de otras escuadrillas reorganizandose, así que lo tome del brazo, tome su rifle y nos presentamos con los demás.

Al llegar muchos estaban atentos, los más jóvenes estaban asustados, y nuestro superior por desgracia estaba infeliz al verme... parecía que quería verme partir el primer día en un ataúd.

-¡Venäläinen, Järvinen! Es bueno saber que ambos siguen con vida!- Dijo Matti

Nosotros también nos alegramos de que el estuviera bien, en cambio Suomelainen nos vio sólo con indiferencia que no intentaba ocultar.

-¡Escuchen!- Grito Soumelainen -¡Hace dos días los Soviéticos llegaron más allá de la frontera, están casi frente a la Línea Mannerheim! ¡Debemos marchar inmediatamente antes de que nos bombardeen de nuevo, tomen sus armas y suministros y siganos!-

Nos apresuramos en tener todo preparado y partimos en tiempo récord, todo lo que teníamos lo trasladamos ya nos iban a mover más al Sur del Lago Ladoga, aunque a pesar del silencio y de nuestra marcha al unísono preocupación era lo que más notamos.
También me percaté del batallón de enfermeras el cual días antes me enteré que era parte de las "Lotta Svärd" y vi que todas cargaban con mochilas incluida la chica rubia que nos había visto... Ellas al igual que nosotros serian enviada al frente.

-¿Con cuantos hombres creen que nos atacará Rusia?- Pregunto Soukka en un intento por romper el silencio

-Con los que hagan falta... Järvinen- Respondió Suomelainen.

-Y hablando de atacar, ¿Por que no lleva su casco puesto Venäläinen?- Me preguntó.

-Por que ud. Esta aqui atrás y no está frente a la formación?- Respondí a secas, con lo que comenzó a marchar más rápido.

No pasaron ni 20 minutos cuando se volvió a escuchar el silbido de los proyectiles antes de llegar a nosotros. Muchos ya estaban heridos por los primeros que impactaron, los que iban delante tuvieron que correr, en cambio nosotros que estábamos atras no tuvimos otra opción más que refugiarnos en el bosque rezando que no nos caiga uno encima.

Con el riesgo de ser alcanzado por la metralla nos adentramos entre los árboles, buscando cobertura detrás de estos, en desniveles, rocas o cráteres de explosiones previas

-¡Están todos bien!?- Pregunto Matti escondido en un cráter

-Estamos bien!- Respondí, yo estaba detrás de un desnivel junto a chicos de otras dos escuadrillas, algunos estaban heridos, otros se aferraban a sus cascos y rifles.

Entre más explosiones aparecían, me di cuenta de algo, las chicas del Lotta Svärd tenían más coraje que nosotros, corriendo entre las explosiones ayudando a los heridos de nuestros grupos, de paso esa pequeña chica rubia me reviso a mi...

-¿Estas bien? ¿No tienes heridas graves?- Me preguntaba.

-No, estoy bien no tengo nada...- Intenté responder pero con el ruido de las explosiones no podia oir casi nada. Cuando pude levantar la cabeza para ver a los demás...
Silencio... por un segundo creí que estaba aturdido, pero no.

Aquella enfermera que me acompañaba, me tomo y vendo la cabeza, supuse que estaba herido, luego se fue. Salí agachado del desnivel que me cubria y me encontré con Matti.

-Paaveli! ¿Que te sucedió?- Pregunto al ver las vendas en mi cabeza

-Nada, un par de rasguños... supongo- Respondí -Oye, y Soukka?-

-No estaba contigo?...-

Ahí, y sólo ahí, ambos denotamos preocupación, salimos del cráter y nos separamos para buscar a Soukka. Yo no quería pensar lo peor, pero de cierta forma tampoco quería encontrarlo aunque mi suerte me hizo toparme con el. Estaba tirado con su rifle en mano y uniforme manchado de tierra y sangre... Yo di un grito, alertando sobre su posición con lo que rápidamente llegaron Matti y un par de enfermeras seguidas por otros chicos quienes le revisaron.

-Inconsciente.-

Lo único que no me hubiera gustado oír, entre tres se lo llevaron mientras veíamos como le asistían durante el viaje. Pronto tendríamos nuestro bautismo de fuego, donde con gusto les devolveremos las heridas que nos causaron... Decidimos dejarlo por hoy y alcanzar al resto...
Una dura jornada nos espera.