El Contraataque Finlandes.
Paaveli Venäläinen, Diario de Campo. Marzo, 12 – 1940.
Después marchar toda la noche hasta algún lugar algo lejano, Llegamos junto a los chicos del Batallón Nurmo... Por lo que me contaron, ellos intentaran tomar una capilla cercana en manos de los rusos, nosotros en uno de los flancos deberemos apoyarles ante cualquier amenaza. Posiblemente otra carga de infantería.
-Eh, estamos aquí para apoyar a los chicos de Nurmo, no?- Preguntaron por ahí.
-Si, tu que esperabas ¿Qué apoyáramos a los rusos?- Respondió Matti
-Ok, solo era una pregunta...-
-Una bastante estúpida, compañero.- Dije. –Matti, aquí están las cajas de munición que me pediste.-
-Bien déjalas por ahí...- Dijo al ver su reloj, que marcaba las 6:30 PM –Escuchen, comenzara un ataque de artillería pronto solo sera para sacar a los rusos de ahí... después atacaran los del batallón Nurmo, mientras nosotros cubrimos ante cualquier amenaza. Está bien?-
Todos le asentimos en respuesta, y apenas levantados sobre el desnivel que nos daba una ligera cobertura esperamos a que nuestra artillería se dispusiera a sacar a los rusos de su encierro. Un breve silencio fue roto por explosiones bastante bien calculadas, nos llegó a sorprender que uno de esos proyectiles hiciera volar el campanario de aquella iglesia.
Después, volvió el silencio.
-¿Oigan, que sucede? ¿Por qué los chicos de Nurmo retrasan tanto su ataque?-
-Han de tener sus razones, pero más vale que se apuren con ello.- Dije.
POV Matti:
Vimos como de la capilla comenzaba a formarse una línea de rusos, que al parecer o no... Sabían que tarde o temprano intentaríamos sacarlos de ahí. El batallón Nurmo parecía ciego, dirigiéndose hacia los rusos como si los papeles se hubieran invertido.
Me separe de los chicos para ir a avisarles que podría fallar el plan, combinado un el ruido de los cazas soviéticos. El riesgo era aun mayor.
-¡No vayan ahora, se están exponiendo!- Grite, pero hicieron caso omiso a mis advertencias.
El batallón volvió a avanzar, y los rusos tomando nuestro papel dispararon a cualquier cosa blanca que se levantara del suelo.
-¡Abran fuego! ¡Cúbranlos a todo coste!- Grito Paaveli.
El traspaso de balas que podrían o no llevar tu nombre escrito, entre armas rusas y finlandesas fue inevitable... Cargador tras cargador, pin tras pin, cartucho tras cartucho, no pasaba ni un miserable segundo sin que se oyera el disparo de cualquier bando, pero aun así el batallón no se daba por vencido. Llego un momento en que la hostigacion quedo en manos de las granadas, dificultando la puntería de las armas y matando a quien se expusiera de más.
Los cazas soviéticos no dudaron en hacer su glamorosa aparición presumiendo sus ametralladoras como lo habían hecho desde el principio de este infierno...
Han pasado treinta minutos, y el grupo que quedaba decidió en un golpe de lucidez, retirarse.
Pero ese no iba a ser el fin... Vimos impotentes, como detrás de esa colina no salían decenas, sino quizá decenas de centenas de soldados rusos al unísono del incesante URRAAA!, decididos a terminar de una vez por todas con nosotros, corriendo con sus rifles y bayonetas caladas sabíamos con certeza de que nos atravesarían si tuvieran la oportunidad, y no les íbamos a dar esa oportunidad. Pero por difícil que parezca creerlo ninguna bala finlandesa volaba por los aires, nuestras armas estaban en completo silencio. Pude determinar por las miradas de algunos que el miedo nos estaba ganando... No sé por qué, pero vi hacia el cielo y quizá haya sido un error, porque divise unos cuantos cazas y cinco bombarderos que lanzaron sus bombas para terminar de destruir el terreno que intentábamos recuperar.
No pasó mucho para que aparecieran tanques detrás de los grupos de infantería, quienes ahora volteaban para enfrentarse a nosotros con toda su fuerza.
-¡Vienen hacia nosotros!- Gritaron a nuestra izquierda.
-¡No los dejen atravesar nuestra línea muchachos!- Dije al aire.
Nuestros rifles y fusiles capturados salieron de su silencio, acribillando a cada ruso que se acercaba, pero no les importaba que les disparáramos siempre llegaban más, más y más de quien sabe dónde...
-Van hasta el tope de Vodka. No nos sentaría mal un poco de ese espíritu!- Grito Paaveli.
-Cierto, pero creo que es mejor que nos repleguemos, aunque sea un poco...- Dije al recargar.
-¡Buena idea!... ¡Retrocedan!- Gritaron.
Entre balas y disparos de tanques y artillería corrimos de nuestras posiciones pidiéndole a dios que no nos dieran, yo voltee hacia donde estábamos, vi que los rusos se acomodaban y sacando palas re-acondicionaban nuestras trincheras... Preparándose para defender su posición.
Retaguardia Finlandesa, 8:00 PM:
Mientras los chicos de Nurmo se preparaban y reorganizaban, uno de ellos se acercó hasta nosotros y dijo.
-Matti, Paaveli, ustedes vendrán con nosotros a reunirse con Mauri.-
-¿Qué? ¿Por qué?-
-Los rusos han alcanzado la otra rivera del Rio Vuosalmi, tenemos que ir...- Dijeron.
-¿Y qué diablos se supone que vamos a hacer?- Dijo Paaveli.
-Vamos a ir con los muchachos del 1er Batallón, Korpela!, también vienes con nosotros.- Dijo.
Y hecho, nos dispusimos a marchar entre miles de cadáveres por la noche a llegar hasta el Rio que los rusos habían asegurado, note que yo era el más despierto aquí, Paaveli ni siquiera podía seguir bien el ritmo... Se le veía muy cansado, de hecho no había notado las ojeras que tenía así que le di mi puesto a Korpela y fui detrás con el.
-Estas bien?-
-¿Cuándo va a terminar esto, Matti?- -¿Cuándo los rusos dejaran de atacar al pueblo Finlandés?-
-Pronto- Dije –Sé que esto acabara pronto- Agregue, antes de que un proyectil nos hiciera caer de cara en la nieve.
-Tú crees que algún día se les acaben los hombres?- Me pregunto.
-Cada día son menos, Venäläinen...- Me dijeron antes de continuar.
A la mañana siguiente, Marzo 13,1940, 10:00 AM:
POV Paaveli:
-Oiga, Venäläinen- Dijo el teniente Mauri.
-Si?-
-Mire, vamos a intentar el ataque otra vez, que le parece sus compañeros están listos?- Me pregunto.
-Teniente... Si vamos a comenzar a utilizar lo que hacen los rusos, déjeme decirle que hemos caído muy bajo. Creo que hemos tocado fondo.-
-Reúna a sus compañeros...-
Eso fue lo último que me dijo, llegadas las 10:20 salieron algunos chicos con ametralladoras y detrás de ellos salimos todos los demás en conjunto al grito de nuestro Hurra!, corrimos a cargar contra las defensas rusas, creo que no éramos más de 100 hombres, pero nuestra furia se hacía presente.
Apenas al vernos, se batieron en retirada mientras nuestras armas les disparaban, su retirada era bastante organizada, pero eso no era suficiente para que frenáramos es más les hicimos pagar cada baja que le hicieron al ejercito Fines. Al adentrarnos en el bosque lo único que se escuchaba además de nuestros disparos , era el sonido de las botas de los rusos corriendo de nosotros... También se escuchaban ordenes en ruso, que parecían decirles que no siguieran avanzando, cosa que nadie tomaba enserio.
Matti, y yo íbamos siempre juntos frente a la formación, ambos armados con ametralladoras que robamos a los soviéticos, siempre disparando hasta que las balas llegaron hasta nosotros... Una de esas me rozo la cara cerca del ojo, creí que me lo había sacado, la otra... Le dio a Matti.
-¡Matti!- -¡Estas bien!- Pregunte muy preocupado.
-Estoy bien...- Dijo quejándose. –Vete, no te puedes quedar aquí... Te mataran.- Dijo
-Prefiero que me maten a seguir aquí...- Dije con la cabeza baja
Afortunadamente detrás de nosotros venían dos médicos, se llevaron a Matti hasta la retaguardia dejándome a mí, solo entre la multitud. Ahora había perdido a Soukka, y tal vez lo perdería a el, esos comunistas... Me lo van a pagar.
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