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03; Y o o n g i [4/4]

Despierta.

La penumbra de su habitación le da la bienvenida de regreso al mundo de los vivos y Yoongi tiene que respirar hondo varias veces para calmar su corazón.

Porque lo ha visto.

Su subconsciente ha decidido regalarle una bomba de recuerdos que terminaron en tragedia como regalo por su vigésimo quinto cumpleaños. Ve la hora en su celular y se resigna a madrugar en fin de semana pues luego de todo lo vivido en tan solo unas horas no se ve capaz de regresar a dormir.

Camina hacia la cocina con la intención de poner agua a hervir para prepararse un café bien cargado, más una maraña de pelo rubio lo hace detenerse.

—¿Kook? —el mencionado salta del susto y corre hacia él tratando de ocultar, lo que sea que estuviese preparando a las cuatro de la mañana, tras su espalda—. ¿Qué haces despierto tan temprano?

—¡Lo mismo podría preguntarte! —se queja—. Yah hyung, se suponía que despertarías hasta las dos de la tarde.

Lo arrastra con facilidad fuera de la cocina y vuelve a interrogar en un intento de desviar su atención del evidente olor a recién horneado.

—¿Por qué despertaste tan temprano? —pregunta de nuevo, el ahora peligris lleva su mano derecha al brazalete en su muñeca y Jungkook lo entiende todo—. ¿Soñaste con él?

Y sus ojos humedeciéndose le responden. El rubio rodea el cuerpo de su mayor con comprensión, acostumbrado a cubrir con su fornido cuerpo la delicada anatomía ajena que durante momentos de debilidad parecía hacerse todavía más pequeña.

Para el menor era ya costumbre consolar a Yoongi cada vez que su cumpleaños llegaba, pues con él venían todos los recuerdos, vivencias y promesas que el brazalete en su muñeca cargaba. Sobre todo luego de mudarse juntos a Seúl cuatro años atrás para asistir juntos a la misma universidad.

—Ha pasado tanto tiempo y todavía no lo encuentro —se lamenta—. ¿Cómo es que ni siquiera tiene redes sociales? ¿En estos tiempos?

—Debe tener algún otro apodo y no su nombre real, recuerda que se mudaron por seguridad después de todo —toma sus mejillas y conecta miradas con su decaído mejor amigo—. Lo encontraremos hyung, tal vez no hoy pero pronto.

Yoongi pucherea bajo sus cálidas manos.

—Llevas diciendo lo mismo cuatro años seguidos —Jungkook comienza a pegarle en el brazo, obligando al pálido a retractar sus palabras—. ¡Ya, ya, ya! Te creo Kook, deja de golpearme.

Y el menor sonríe orgulloso de lograr su objetivo.

—¿Quieres que te prepare un café? —ofrece con ojos de venadito, el peligris no necesita que se lo pregunte dos veces.

—Por favor —agradece un tanto más animado—. Oh Jungkookie, si nunca encuentro a Hoseok de nuevo definitivamente me casaré contigo. Serás una esposa fabulosa.

—Con todo respeto, coma cola hyung. Ya quisieras tener el honor de casarte conmigo —ríe agradecido de tenerlo de vuelta—. Cuando lo encontremos le diré que trataste de atraparme en tus telarañas de palabras bonitas solo porque te gustan los cafés que preparo, que intentaste seducirme desvergonzadamente.

—No te atreverías —toca la punta de su nariz con el dedo índice en desafío. Y Jungkook ama los desafíos.

—¿Qué te hace sentir tan seguro de ello? —contraataca acercando su rostro al contrario.

—Me amas demasiado —alardea—. Y dejaré de enseñarte química si tan solo piensas en mentirle, reprobarás el semestre ocasionando que pierdas la beca y no puedas repetirlo porque tu trabajo no te paga lo suficiente, te deprimirás y te correrán, serás un vagabundo hasta que mueras de un resfriado bajo un puente pensando "jamás debí traicionar a hyung".

Recita cada palabra con más drama que la anterior. Jungkook queda atónito ante la lectura exprés de su vida.

—Eres un tramposo hyung —abulta su labio inferior en desconformidad.

—Y así me amas —vuelve a regodearse el mayor, el más alto lo mira con cariño sabiendo que no pudo haber tenido un mejor hermano mayor que aquel peligris de labios rositas.

—Y así te amo —confirma. Se aparta bruscamente recordando el pastel a medio hornear en el horno y ruega a todos los dioses no esté incendiado—. Te haré el café y en un rato te lo llevo. Ve y cambia ese feo suéter por un despampanante conjunto que grite "mírenme todos, hoy es mi cumpleaños."

—No es feo —trata de sermonear pero el menor sale huyendo a la cocina sin darle tiempo de regañarle.

Regresa sobre sus pasos como se le indicó hasta que está en la oscuridad de su habitación nuevamente.

Camina hasta el espejo en una de las esquinas y se observa, no pensando ni por una milésima de segundo quitarse aquel suéter gris que con el pasar de los años dejó de quedarle enorme. Ni su madre, ni colegas del trabajo y ni siquiera el mismísimo Jeon Jungkook entendían el apego del hombre a aquella prenda que el tiempo había desgastado.

Y es que Yoongi jamás le contó a nadie todo lo que dicho suéter cargaba detrás. Todos podían ver el brazalete e incluso los años de espera en sus ojos, pero nadie sabría jamás que aquel suéter gris se lo había dado el hombre de su vida luego de hacer el amor.

Era el propio suéter que Hoseok vestía como pijama aquella madrugada que murieron y renacieron con las estrellas bendiciéndolos. Y el pálido por supuesto que se había negado, no queriendo dejar a su desnudo novio en la intemperie, pero el castaño era terco y alegó que él tenía el calor de su casa a unos cuantos metros de distancia mientras el entonces pelinegro tendría que correr varias calles para llegar a la suya.

Y así fue como Hoseok, envuelto en las sábanas mentoladas del colchón de la casa del árbol, había vuelto entre risas a la calidez de su hogar. Y Yoongi había corrido de regreso a la suya con la brisa fresca golpeándole el rostro pero el inmenso suéter gris cubriendo su torso y parte de sus muslos. Con una sonrisa brillando en los labios y el corazón enamorado.

Jungkook llama a su puerta, entrando una vez obtiene permiso. Deja la taza de café sobre el escritorio y mira al mayor con confusión.

—¿No vas a cambiarte?

—No Jungkookie, hace frío —y no mentía. Sin importar qué estación del año fuera, dentro del corazón de Min Yoongi siempre hacía frío.

Siempre era el verano que lo perdió esperando llegase el otoño donde lo encontrase de nuevo.

[♡]

Dios no, los amo, YoonSeok mis padres ✋😭

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