Preludio
Durante el periodo Sengoku, un hanyo llamado InuYasha había robado la perla de las cuatro almas: La Perla de Shikon. Con el objetivo de convertirse en un yokai completo, sin embargo, su plan es frustrado debido a que una sacerdotisa llamada Kikyo, utilizando sus últimas fuerzas, le disparó una flecha sagrada, clavándolo en el árbol Goshinboku, dejándolo paralizado y dormido por los posteriores cincuenta años mientras que la sacerdotisa, antes de morir, había pedido que su cuerpo fuera quemado junto con la joya.
Luego de 500 años, en el Japón contemporáneo, Kagome Higurashi, una adolescente de 15 años, es atrapada por un monstruo cuyo espíritu estaba sellado dentro del Pozo Devorador De Huesos del templo Shinto en donde ella vive, transportándola a la era Sengoku, en donde conoce a InuYasha y descubre su situación actual relacionada con la Perla de Shikon.
En un incidente provocado por un cuervo y la ayuda de Kagome, la joya fue destruida en miles de fragmentos, que volaron y posteriormente desaparecieron en distintas partes del territorio. Debido a esto, InuYasha y Kagome tienen la misión de recuperar los fragmentos de la perla antes de que monstruos malignos se apoderen de los pedazos de esta, lo que provocaría varias catástrofes.
Durante su recorrido, InuYasha y Kagome conocen, en orden, a Shippo un demonio zorro que presenta un aspecto de niño con cola y patitas de zorro que puede hacer algo de magia aún que muy débil. Miroku, un monje fuerte y mujeriego que en su mano derecha sufre una maldición que miles de siglos atrás le habían colocado a su linaje de sangre masculina, un agujero negro que se traga todo lo que está a su alrededor. Sango una exterminadora de monstruos sin familia ya que su hermano Kohaku siendo manipulado mato a todos. Y Kirara una gata de dos colas, o nekomata, que acompaña a Sango todo el tiempo, puede transformarse en un gran tigre demonio y volar.
Por estás situaciones diversas y relacionadas con el pasado de cada uno de ellos, se unen en la búsqueda de los fragmentos de la Perla de Shikon para evitar que caigan en las manos de Naraku, un terrible ser que ya ha existido y reencarnado por miles de años, esta vez creado a base del cuerpo moribundo de Onigumo, un ladrón quien agonizaba debido a grabes quemaduras, siendo tratado por Kikyo antes de conocer a inuyasha, y cientos de Yōkai que se unieron a su cuerpo demacrado para permitirle a Onigumo recuperar su movilidad y su salud.
Sesshomaru, Lord del Oeste y medio hermano de Inuyasha fue ofendido también por Naraku, y junto a Rin, una pequeña niña humana, y su pequeño sirviente Jaken, un yokai menor, buscará en su herido orgullo encontrar la forma de obtener el poder para derrotar al malvado Naraku, aún si eso significara destruir a su propio hermano, profanar la tumba de su padre y robar a Tetsaiga, una espada fabricada con un colmillo del padre de Inuyasha y Sesshomaru, Inu no Tasio.
Sin embargo, Tetsaiga estuvo siempre destinada a pertenecer a Inuyasha, así como Tenseiga, una segunda espada creada con los colmillos de Inu no Taiso capaz de proteger y revivir a los muertos, fue destinada para él.
Aún así, Sesshomaru siempre se sintió superior al poder de su herencia, y a pesar de lograr obtener otras dos maravillosas espadas: Tokijin, una espada maligna y demoníaca hecha con los colmillos de un yokai que pudo romper a Tetsaiga, la espada de Inuyasha. Tokijin era tan fuerte que podía cortar a un rival sin siquiera tocarlo. Y Bakusaiga, una espada que nació del propio cuerpo de Sesshomaru, además de devolverle aquel brazo izquierdo que había perdido al pelear con Inuyasha en la tumba de su padre Intentando apoderarse de Tetsaiga. Bakusaiga era también muy poderosa, una espada que provocaba explosiones enormes, destructivas, que eliminaban la capacidad de los enemigos a regenerarse, e incluso las partes dañadas mataban al que intentará unirlas a su cuerpo.
Cualquiera diría que aquel enorme poder sería suficiente para un solo yokai, pero Sesshomaru no, Sesshomaru quería más, no sé conformaría con ser fuerte, él quería ser inderrotable, tanto que incluso un ser despreciable y arrogante como Naraku se arrepintiera de rodillas tan solo con verlo.
Y solo podía lograrlo de una forma, volverse un Daiyokai. Un demonio tan poderoso que casi podría llegar a la altura de un Kaiosama, osea un dios menor, un Daiyokai son extremadamente poderosos, son virtualmente inmunes a los métodos normales de ataque humano y normalmente tienen varios demonios más débiles que sirven a sus órdenes.
Sin embargo, subir de rango en mucho menos de 100 años era virtualmente imposible, al menos con los métodos convencionales. A menos que existiera algo, o alguien, alguien con el poder suficiente para otorgarle el poder que le faltaba, una leyenda, un mito, un chisme o un rumor, uno que había escuchado cuando era niño y solo creía un tonto cuento de hadas.
¿O no era así? ¿Puede que algo tan poderoso como una Kaiosama pudiera haber sido encerrada en un cuerpo mortal y obligada a mantenerse en un sueño de muerte eterno? ¿Un letargo tan grande que no tenía fin, aguardando a qué en el futuro alguien pudiera salvarla, con la recompensa prometida de el secreto para el poder ilimitado?.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro