[Seonghwa 11; Hongjoong 9]

— ¡Hyung, hyung! ¡Seonghwa hyung!

El niño de cabello negro dejó de hablar con sus compañeros al escuchar aquella vocecita tan conocida de su vecino, Yunho. Al girar la cabeza, lo vio corriendo hacia él con una expresión angustiada.

— Yunho-ah, ¿estás bien? —preguntó Seonghwa, con preocupación evidente en su voz.

El niño de cabello castaño hizo un puchero mientras se acercaba rápidamente y, sin pensarlo dos veces, lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el pecho del mayor.

— Kim Hongjoong... me golpeó en el rostro —sollozó, ahogando su llanto contra el cuerpo de Seonghwa.

Seonghwa frunció el ceño, confundido, mientras sus compañeros observaban la escena, riendo por lo tierno que se veía el pequeño en los brazos del mayor.

— ¿Qué dices? —preguntó Seonghwa, separando suavemente a Yunho para poder mirarlo a los ojos, mientras con delicadeza limpiaba las lágrimas que corrían por sus mejillas.

Yunho hipó ligeramente antes de hablar de nuevo.

— Kim Hongjoong me golpeó en el rostro —repitió, esta vez con la voz temblorosa, pero más clara.

Seonghwa alzó las cejas, sorprendido.

— ¿Por qué haría eso?

— Dijo que yo era un mentiroso, y yo le respondí que no es cierto —respondió Yunho, haciendo un puchero más pronunciado.

Seonghwa acarició con ternura los cabellos del niño, tratando de calmarlo.

— Pero explícame todo, Yunho-ah 

El pequeño Yunho suspiró profundamente antes de comenzar a relatar lo sucedido.

— Yo le dije que tenía un hyung genial y muy divertido —explicó, mientras Seonghwa no podía evitar sonreír con orgullo.

— ¿Hablabas de mí? —preguntó, sabiendo ya la respuesta, pero disfrutando del elogio.

— ¡Por supuesto! Entonces él dijo que todos los hyungs son malos, y yo le respondí que no, porque tú eras genial. Fue entonces cuando me llamó mentiroso.

Sus labios comenzaron a temblar de nuevo, y Seonghwa no pudo resistir abrazarlo otra vez, mientras escuchaba los murmullos enternecidos de sus compañeros a sus espaldas.

— Entonces pelearon y te golpeó —dijo Seonghwa, completando la historia mientras acariciaba el cabello del niño.

— Ujum —asintió Yunho, aún aferrado a su hyung.

— Bueno, creo que debemos hablar con él —decidió Seonghwa, soltando un suspiro antes de avisar a sus compañeros que se iría con Yunho. Estos le sonrieron amablemente y se despidieron cariñosamente del pequeño, que tuvo que ser cargado por el mayor porque no dejaba de aferrarse a él.

Caminaron juntos por el patio, dirigiéndose al área donde los niños más pequeños jugaban. A lo lejos, un niño de cabello castaño rebelde parecía estar dando órdenes al resto, enviándolos de un lado a otro como si fuera el líder del grupo.

Seonghwa entrecerró los ojos, observándolo con atención. El niño parecía tener una actitud mandona que no le gustaba en absoluto.

De repente, el pequeño líder hizo contacto visual con ellos. La mirada que le dirigió a Seonghwa fue fría y desafiante, lo que confirmó sus sospechas.

— Ese niño aterrador asumo es Kim Hongjoong —comentó Seonghwa, llamando la atención de Yunho, quien asintió sin soltar su abrazo del cuello del mayor.

Varios niños pasaron a su lado, mirándolo con asombro.

— Yunho, baja y ve por el niño aterrador —le pidió Seonghwa, separándolo con algo de esfuerzo de su cuerpo, a pesar de las quejas del pequeño.

— ¿Y si me pega otra vez? —preguntó Yunho con temor, haciendo otro de sus característicos pucheros.

— Yo le pego a él... y a ti también por ser tan bobo y dejar que te golpee de nuevo —respondió Seonghwa con una sonrisa para aliviar la tensión, aunque en su tono había un toque de firmeza.

Yunho, aún reticente, suspiró y comenzó a caminar hacia donde estaba Hongjoong, con pasos lentos y cargados de desgano.

Seonghwa observó cómo los dos niños intercambiaban algunas palabras, y notó que Hongjoong seguía mirando a Yunho con una expresión desafiante, como si estuviera listo para pelear de nuevo.

— Uh, tan aterrador... —susurró para sí mismo, mientras los veía acercarse de nuevo.

Ambos niños se dirigieron hacia él, con Yunho tomando la iniciativa.

— Hyung, este es Hongjoong —dijo Yunho, señalándolo con su mano, esperando que Hongjoong hiciera una reverencia o mostrara algún tipo de respeto hacia Seonghwa, pero eso no sucedió.

— Hola, soy Seong... —intentó presentarse Seonghwa, pero fue interrumpido por la voz firme de Hongjoong.

— ¿Tú eres el hyung genial? —preguntó el pequeño, mirándolo con ojos estrechos y llenos de sospecha.

— Bueno, sí. Soy el hyung de Yunho, mi nombre es Park Seonghwa —respondió con una sonrisa amable, estirando su mano en dirección a Hongjoong con la esperanza de romper el hielo.

Pero Hongjoong rechazó su gesto de inmediato, dándole un manotazo a su mano extendida.

— Sigo creyendo que mientes, Yunho. Él no parece ser genial o divertido —dijo con frialdad, sacándole la lengua.

— ¡Sí lo es, solo míralo! —defendió Yunho, su voz temblando al borde de las lágrimas.

— Parece aburrido —insistió Hongjoong, cruzando los brazos con desdén.

— ¡No lo es! —gritó Yunho, ya casi al borde del llanto.

— Y también es feo —agregó Hongjoong, con una expresión desafiante.

Seonghwa alzó las cejas, sorprendido e indignado. Este niño necesitaba aprender a respetar a sus mayores.

— Oigan... —intentó intervenir Seonghwa, pero ambos niños se volvieron hacia él con expresiones molestas.

— ¡¿Qué?! —gritaron al unísono, con los puños apretados, listos para otra confrontación.

No sé si quiera por qué estoy aquí; se dijo así mismo viendo a los dos menores a punto de agarrarse a golpes.

Tomando una respiración profunda, decidió probar otro enfoque.

— Yunho-ah, para ti puedo ser genial, pero si Hongjoongie no me conoce, no pensará lo mismo que tú. No pelees por eso, ¿de acuerdo? —dijo con calma, mirando a Yunho con ternura y comprensión.

El niño agachó la cabeza, avergonzado, mientras Seonghwa continuaba.

— Hongjoongie, no debes ser tan fastidioso con tus compañeros solo porque sí. Date tiempo de conocer si lo que dicen es verdad o no. Y tampoco debes golpearlos, eso no es de niños buenos —regañó Seonghwa con suavidad, logrando que el pequeño Hongjoong se sonrojara al escuchar su nombre dicho de manera tan afectuosa—. ¿Qué te parece si Yunho y yo te enseñamos por qué soy genial?

Ambos niños se miraron de reojo, aún con algo de resentimiento en sus expresiones, pero la sugerencia pareció despertar un poco de curiosidad en Hongjoong.

— Sigo creyendo que eres feo —murmuró, aunque su tono ya no era tan desafiante, sino más bien inseguro.

Seonghwa sintió un tic en el ojo, pero decidió mantener la calma.

— Anda, Hongjoongie, seguro que nos divertiremos mucho. Seamos amigos —insistió Yunho, con un brillo de esperanza en su mirada.

Hongjoong intercambió miradas entre los dos chicos frente a él, y aunque aún dudaba, terminó asintiendo con la cabeza.

— Está bien —dijo finalmente, aceptando la oferta de paz.

El castañito vecino de Seonghwa le sonrió con alegría y luego miró al otro niño antes de lanzarse a abrazarlo con entusiasmo.

— Verás que seremos los mejores amigos —declaró con convicción, apretando a su nuevo amigo entre sus brazos.

Hongjoong bufó, pero no hizo ningún esfuerzo por apartarse.

— Bueno, desde ahora soy tu hyung y tú eres mi dongsaeng —anunció Seonghwa, revolviendo los cabellos del chiquillo, lo que provocó que este se sonrojara de nuevo, aunque esta vez con una leve sonrisa.

Yunho, el más feliz de todos, apretó aún más a su nuevo amigo, disfrutando del momento.

— Okay, suficiente, Yunho-ah. Suéltalo.

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