come get in my head

La noche llegó más temprano de lo que esperaban, lo que quería decir que la charla se acercaba. Sunoo estaba en la cocina, hoy le había tocado cocinar junto a Ni-ki. Ambos estaban preparando algo sencillo, pasta con salsa. No querían hacer algo tan pesado, estuvieron todo el día entrenando y comer algo pesado probablemente les haga mal.

— ¿Estas nervioso?—preguntó Ni-ki en un susurro.

—Mucho, pero puedo hacerlo. —dijo Sunoo. Si, él podía, pero ¿Qué pasaría después?

—Sé que lo lograrás. —dijo Ni-ki apoyando una de sus manos en el hombro de Kim.

Los demás chicos se habían encargado de hacer la mesa. Y cuando terminaron, Sunoo y Ni-ki venían de la cocina, uno con la olla de pasta y otro con una tabla de madera para apoyar la olla y que no queme la mesa. Los siete se sentaron y disfrutaron de la cena, dando cumplidos a los dos cocineros por lo deliciosa que estaba la comida.

Y mierda, la cena pasó demasiado rápido para su gusto. Sin darse cuenta, ya estaban levantando los platos sucios de la mesa y llevándoselos a Jay, a quien le tocaba lavarlos. No solían comer postre, sólo en épocas especiales, por lo que sólo se sentaron en la mesa en espera por Seo. Ya cuando llegó, Sunoo carraspeó para llamar la atención de los Seis.

—Amm... tengo algo que decirles...—murmuró Sunoo, lo suficientemente alto para que los demás escuchen.

— ¿Qué es Sun?—preguntó Heeseung acomodándose en su silla.

—Amm... me preguntaba si... no, digo, amm...—y ya la había cagado, estaba muy nervioso. Con los ojos buscó a Jungwon, pidiéndole ayuda con la mirada. El lider le indicó por señas que respire profundo y empiece de vuelta. Cosa que hizo.

Respiró profundo varias veces. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala. Ya se sentía mejor, tú puedes Sunoo.

—P-perdón... quería decir que quería terminar con el juego. Osea, darle un fin definitivo. —habló el de pecas, demasiado seguro en lo personal.

— ¿P-por qué?—preguntó Jake. Algo no cuadraba.

—Últimamente todo se ha hecho demasiado extraño, además, rompí algunas reglas. Simplemente, quiero darle un fin. —dijo Sunoo mirando al menor.

No notó que Sunghoon lo miraba con los ojos entrecerrados, tratando de procesar todo. El juego comenzó por una apuesta en una noche en la que habían bebido una o dos copas de más. No se les permitía tener pareja, y una pareja sexual menos que menos, por lo que apostaron en un juego estúpido y el que perdía sería el sumiso de todos los demás. Y bueno, da la casualidad que Sunoo apestaba en ese juego, y da la casualidad que perdió.

—Okay, si así lo quieres, así será. No se quejen, pueden masturbarse si andan calientes, no siempre tienen que coger. Iré a dormir, buenas noches. —dijo Sunghoon, su mal humor era innegable. Se levantó de su silla y salió caminado de allí, pero sus pisadas eran tan pesadas que parecía que con cada paso que daba el piso se quemaba. Se metió en el cuarto que compartía con el líder y entró azotando la puerta.

—O-okay, está bien Sunnie. Creo que esto tampoco iba a durar mucho, las reglas sirvieron por un tiempo, pero con el corazón no se juega. Espero que descansen, yo también iré a dormir. —dijo Heeseung. Los demás tenían sus quijadas por los suelos, Heeseung durmiendo antes de las once de la noche, literalmente el mundo estaba por acabarse. Al mayor se le sumaron Jungwon, Ni-ki y Jay, dejando al chico junto a Jake solos.

—P-perdón por lo chusma, pero ¿puedo saber las reglas que rompiste...?—preguntó Jake para luego tomar su vaso de agua y beber todo su contenido.

—La uno y la dos...—dijo Sunoo para luego levantarse y caminar hacia su habitación, dejando al Australiano solo en el comedor.